Después de la Captura del “Mayo” Zambada, ¿Hay Guerra Civil en Culiacán, México?
MÉXICO-(Especial para The City Newspaper) Desde hace varios años atrás, esta nación del Norte de América se ha convertido prácticamente en “tierra de nadie” o lo que es peor, en “tierra de narcos.” Y para terminar de hacer más caótico el panorama, sus presidentes no enfrentan la problemática con la valentía que requiere y se dedican a evasivas para confundir a la gente, a los mexicanos y a la prensa, atacando a los conquistadores españoles, a quienes acusan una y otra vez de ser los causantes de una historia que, de todas maneras, no se puede corregir, revertir, ni rectificar, en el caso de que realmente hayan sido tan perversos como los mandatarios de esta nación insisten en señalarlos y juzgarlos.
Pero la situación conflictiva está allí, en la superficie del país, y se ha salido de las manos de las autoridades, que muchas ocasiones entran en concertaciones impúdicas con los mismos narcotraficantes, en un claro entendimiento corrupto y al margen de las leyes, por supuesto.
La captura del llamado “mayo” Zambada ha complicado todavía más las cosas, justamente en Culiacán, donde se habla abiertamente de la existencia de una guerra civil que brotó a raíz de dicha captura. “Es una suerte de guerra civil”, argumentan los observadores de la realidad de México, al ver lo que está sucediendo en esta región. Se escuchan tiroteos masivos, secuestros e incendios en esa urbe ubicada en el Estado de Sinaloa y todo ello provocado por los seguidores del narco capturado por las autoridades.
Las descripciones hechas por un periodista inglés
Se trata de Ioan Grillo, oriundo de Inglaterra y emplazado en México, donde ha trabajado por más de 24 años cubriendo la violencia causada por los narcotraficantes. Aquí, en el nororiente del país, ha visto un combate abierto que se ha extendido por más de dos semanas y ha dejado un saldo nefasto de 50 muertos y 70 secuestros. La crisis de seguridad se ha intensificado en las últimas semanas y ha sido consecuencia del arresto, por parte de las autoridades de los Estados Unidos, de Ismael “mayo” Zambada, uno de los jefes más importantes del cártel de Sinaloa.
Con su ausencia en la cúpula de ese cártel, ha provocado un vacío que puso a pelear a dos facciones de su organización, por hacerse del liderazgo: por un lado, “los mayos”, que son los hijos y aliados de Zambada; y por el otro, “los chapitos”, que son los hijos y aliados de Joaquín “el chapo” Guzmán, sentenciado en los Estados Unidos a cadena perpetua y que se mantiene en una prisión de máxima seguridad en aquella nación. Es un hecho que el arresto de Zambada, el 25 de julio pasado, del presente 2024, causó la disputa por el control de uno de los cárteles más grandes y poderosos del mundo. “El mayo” se subió a un avión comercial para hacer determinado viaje, iba con uno de los hijos de “el chapo”, llamado Joaquín Guzmán López, y eso significó el final de la libertad de Zambada, quien cayó en manos de los estadounidenses, quienes lo arrestaron y causaron la reacción enojada del ex presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien criticó con acritud a Washington por “el acto ilegal” al haberse llevado preso a Zambada. Cosas de AMLO, como siempre las defendió a lo largo de su período presidencial, sin importarle que estuviera defendiendo a los propios narcotraficantes.
En lo que atañe al periodista inglés, Grillo, posee 51 años de edad, ha escrito tres libros acerca del narco y ha producido decenas de documentales. Sin duda se trata de una de las personas más versadas en el tema del narcotráfico mexicano, en la actualidad. Ha fundamentado estos trabajos suyos en conversaciones con los actores y funcionarios, tanto de México como de los Estados Unidos; y le han otorgado varios y prestigiosos premios de periodismo, debido al reporte de las acciones criminales en los 32 Estados mexicanos “y conoce a fondo no sólo las prácticas de los cárteles, sino sus vínculos con la vida legal y su relación con los pueblos que controlan”, ha dicho de este reportero un colega suyo que solicitó quedar en el anonimato por razones de seguridad.
En referencia a lo que sucede en Culiacán, Grillo ha explicado de manera textual: “He ido 14 veces a Sinaloa y llevo décadas cubriendo al narco y nunca había visto una guerra civil como la que está ocurriendo tras el arresto de ‘el mayo.’ La ciudad está paralizada. Antes eran dos o tres días en ciudades pequeñas con cierta tradición de violencia; pero ahora es en una capital de un millón de habitantes. Los niños no van a las escuelas, muchos comercios no funcionan, hay escasez de alimentos en los pueblos aledaños.” Describe.
Asegura que, aparte de la guerra civil entre las dos facciones del cártel, explicadas en las líneas anteriores, “un enfrentamiento que es muy fuerte,” señala, hay dos cosas que son distintas en esta oportunidad: la gente se autoimpuso un toque de queda y en las redes sociales está proliferando el miedo, cuando se presentan videos muy crudos, falsos y ciertos, que generan una sensación abrumadora. Agrega que no es mucho lo que no se sabe, porque los periodistas locales no están saliendo a trabajar, a cubrir los acontecimientos, a ninguna hora y mucho menos por las noches, y tampoco a las zonas rurales. “La cifra de 50 homicidios es limitada. Ves que hay balaceras fuertes en las noches que nadie cubre y no llegan a los reportes oficiales. A uno se le contagia el miedo, siente una adrenalina al máximo, algo que nunca sentí en otros lugares”, explica Ioan Grillo, a la postre corresponsal de la BBC de Londres, estacionado en México.
Al dar una explicación sobre el panorama que hay en Culiacán, indica que el problema del narcotráfico y del crimen organizado son dos cosas distintas, aunque relacionadas y “cuando quitas elementos, aparecen otros.” Aduce. Agrega que si quitan, capturan o eliminan a uno de los elementos importantes de determinado cártel, si no se reemplaza automáticamente, hay consecuencias y comienza una lucha interna para reemplazarlo. El orden se distorsiona y sucede en las bases de las facciones, donde permanecen los elementos más jóvenes y que son los más violentos. “Entonces, entre más cabezas quitas, más violencia siembras.” Asegura.
En cuando al ex presidente Andrés Manuel López Obrador, enemigo declarado (o amigo hipócrita) de los Estados Unidos, el periodista inglés piensa que no tiene razón cuando criticó el secuestro que hicieron las autoridades estadounidenses de “el mayo” Zambada, porque él, en su calidad de presidente de los mexicanos, tenía la responsabilidad de darle seguridad a la población. “¡Cómo vas a decirle a la gente que la culpa es de otro! Tienes que poner la cara. No puedes renunciar a ejercer tu poder como Estado.” Exclama Grillo. Y es que cuando se produjo el arresto de Zambada para llevarlo a territorio estadounidense, AMLO criticó el hecho porque los Estados Unidos trabajaron con “los chapitos” para ejecutar la detención.
Perfil del cartel de Sinaloa
Se le define como una federación conformada por grupos criminales y se originó por el negocio del narcotráfico, hace ya 100 años, en Sinaloa. En el caso de “el mayo” Zambada, comenzó en el narco en los años 60s y “el chapo” Guzmán en los 70s. Este cártel tiene presencia en otros Estados de México, como en Baja California, Ciudad Juárez y Sonora.
Hace pocos años atrás, esta federación tenía un sistema articulado con varios líderes, siendo los dos más poderosos (y que están presos actualmente en los Estados Unidos), “el chapo”, que era la cara pública, la que más se conocía; y “el mayo”, que era la versión de bajo perfil. “Durante los últimos años, comenzó una guerra fría entre ellos y ahora es una guerra civil”, señala el periodista Ioan Grillo.
Explica con mayor detalle que sus facciones se han ido vinculando a otros negocios; es decir, los sinaloenses son más narcos; mientras que “los chapitos” reciben dinero de la industria cervecera y en Durango ganan mucho con la extorsión a la minería. “En Sonora ganan mucho por el tráfico de migrantes”, asevera el reportero de la BBC.
En el caso específico de “el mayo”, su rol dentro del cártel era el del líder emblemático, “una figura construida a través de los años, una suerte de símbolo nacional para muchos. Nunca, en medio siglo en la ilegalidad, había pisado una celda.” Explica y añade: “Muchos colegas míos (periodistas de otros medios de prensa), no quisieron creer la versión de la traición (de “los chapitos”): pensaron que si él estaba en los Estados Unidos, era porque quería.”
Actualmente, la panorámica social que se vive en Culiacán es de terror. Hay “psicosis social” (para explicar que existe un miedo generalizado entre la población).” Un señor me dijo que tenía un ataque nervioso; pero por otro lado, hay gente que apoya más a ‘los mayos’, que tienen la imagen de ser más vieja escuela, que andan en chanclas (zapatos informales) y sombrero y no se meten con el pueblo y viven de la amapola y la cocaína. En cambio, ‘los chapitos’ son más vistos como un cartel nuevo y más violentos, con opulencia, moviendo droga sintética y en ese sentido, la gente cree que ‘los mayos’ van a ganar, pero yo veo a ‘los chapitos’ muy poderosos. El público quiere que haya un ganador, por acuerdo o por batalla, para que termine la guerra civil.”
Esa es la realidad en Culiacán, Sinaloa, México, donde transitar por sus calles es jugarse la vida al quedar atrapado entre el fuego cruzado, disparado por una u otra facción de narcotraficantes. ¿Y la nueva presidenta de México? Bien, gracias. Sigue peleándose con España por los supuestos desmanes de la Conquista. Porque para ella y su “padrino” López Obrador, es mejor refugiarse en el lejano pasado, que enfrentarse a la dura realidad de hoy, permeada por los carteles de la droga. Punto.