Yana, periodista/Editora Sección Actualidad
¿Por qué la Corte Penal Internacional (CPI) Demora Tanto en Dictar Orden de Captura contra el Tirano de Venezuela, Nicolás Maduro?
LA HAYA, Países Bajos-(Especial para The City Newspaper) No solamente por los acontecimientos recientes, cifrados en el fraude electoral que acaban de sufrir los venezolanos, sino por todas las situaciones inhumanas que han vivido en este país suramericano, la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en esta ciudad neerlandesa, debería dictar orden de captura contra el dictador y genocida venezolano Nicolás Maduro. Pero esa acción se está tardando demasiado y este sujeto debería unirse “al club” de criminales encabezados por el israelí Benjamín Netanyahu, asesino en masa del pueblo palestino; y Vladimir Putin, quien está haciendo otro tanto parecido en su invasión a Ucrania, masacrando a mujeres, ancianos y niños en esa nación europea.
En otras palabras más gráficas y claras: los crímenes de lesa humanidad que se cometen a diario en Venezuela, cobran especial relevancia y gravedad por tratarse de crímenes continuados; es decir, sucedieron ayer, suceden hoy y se volverán a dar mañana, en el fecha a fecha, mientras la comunidad internacional solo observa, habla, critica y no resuelve esta situación engorrosa y criminal (léase el editorial de esta misma edición de The City Newspaper).
Numerosa documentación ¿En saco roto?
Para fundamentar el presente análisis a la situación venezolana, tomamos en consideración las palabras del ex presidente del Colegio de Abogados Penal Internacional de Venezuela, Blas Jesús Imbroda Ortiz, quien es un versado profundo en este tema de la inacción de La Haya.
La Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), cita Imbroda Ortiz, desde febrero del 2018 ha recibido cuantiosa documentación que detalla los crímenes de lesa humanidad que se han estado cometiendo en Venezuela por parte de la narco-dictadura encabezada por Nicolás Maduro Moro. En acto seguido, se abrió la fase que los juristas llaman Examen Preliminar, en la que se deben determinar diferentes aspectos competenciales y se analiza la gravedad y magnitud de los hechos, tanto como verificar si en el país señalado se llevan a cabo investigaciones y procedimientos judiciales fiables e independientes, para juzgar esos crímenes.
Pero el gobierno venezolano, conocedor de esas acusaciones en su contra, ha intentado frenar, por su parte, las acciones de los líderes en la oposición y ha intentado impedir el procedimiento judicial en La Haya. Lo ha intentado y con singular éxito. Hasta que en noviembre del 2021, se pudo abrir la siguiente fase procesal conocida con el nombre Investigación. Y es cuando la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI, puede adoptar medidas personales, como dictar una orden de detención internacional contra los principales perpetradores de los crímenes que se investigan.
Es evidente que el proceso ha sido lento en la CPI, y ello debido a las características naturales que tiene ese organismo; pero la realidad venezolana lo que exige es una actuación inmediata para que se frenen los abusos del régimen contra la población civil y los líderes de la oposición, opina Blas Jesús Imbroda Ortiz. Pero, muchos venezolanos prefieren no referirse siquiera a este tema, decepcionados por la lentitud y la indiferencia de las potencias occidentales, cuyos gobernantes saben a ciencia cierta lo que está sucediendo en Venezuela, pero prefieren mirar hacia el lado contrario y ahorrarse la intervención para despojar a este país de su narco-dictadura. Uno de esos gobiernos es el afincado en la Casa Blanca, con sus distintos presidentes. Es decir, Venezuela no pertenece al foco de preocupación de Washington y mientras esa situación continúe de esa manera, la dictadura seguirá en su sitio, en el Palacio de Miraflores en Caracas. Por eso la pregunta resultante es: ¿Los esfuerzos de los denunciantes han caído en “saco roto” en la Corte Penal Internacional y no se elevará ninguna orden en contra de Maduro y sus secuaces en el seno de la dictadura? Todo parece indicar que así ha sido.
Hasta el momento, la CPI ha estado analizando la estrategia de defensa del gobierno venezolano, que ha asegurado que “en el país ya se tratan esos crímenes (que los opositores indican) y son los juristas venezolanos quienes están al frente de esos abusos”, han dicho los voceros de Nicolás Maduro. Lo cual significa que, en la versión ficticia del dictador, la criminalidad que ha sido ventilada ante La Haya, ya se está verificando en el interior de Venezuela, se corregirá de algún modo con las leyes existentes y se castigará a quienes los hayan perpetrado. Pero la CPI parece que no ha tomado en consideración que ese es un país sin Estado de Derecho, en el que sus magistrados y fiscales pertenecen a la misma gavilla de bandoleros que han usurpado el poder y se mantienen en él y por lo tanto, responden a las exigencias del dictador para garantizar su impunidad y la del régimen de facto. Porque en esa nación suramericana el único “juzgador” es Nicolás Maduro y nadie más. Los jueces están “pintados en la pared” y carecen de cualquier papel de relevancia.
Ese argumento de que en Venezuela “los propios tribunales están actuando en consecuencia contra los perpetradores de los crímenes de lesa humanidad”, es parte de la estrategia de la dictadura para frenar la intervención de la CPI; aparte de que el procedimiento en la misma CPI, dura cerca de seis años y medio, es demasiado complejo, mientras que Caracas dilata, distrae, obstaculiza e intenta impedir ese procedimiento. Explica Blas Jesús Imbroda Ortiz. Lo engorroso de la burocracia en la CPI, solo propicia que los crímenes de los ciudadanos venezolanos sigan rampantes y continuos, sin nadie que los defienda y mucho menos que los frenen. Evidentemente, la indefensión es total para el pueblo de esta nación. Asevera Imbroda.
Para muestra, después de las fallidas elecciones presidenciales, robadas por la dictadura por enésima vez, los encarcelados arbitrariamente, solo por protestar pacíficamente en las calles, sobrepasan el número de las 1,500 personas que las fuerzas de choque al servicio del régimen, han detenido, golpeado y vuelto a torturar en las celdas policiales. O sea, se actúa sin límite, porque se trata de una dictadura con todas sus acepciones, que reprime cualquier contestación y persigue a sus adversarios por medio de una política de terror, que está diseñada y organizada desde el centro del poder. Mientras tanto, la CPI se mueve despaciosamente, contraria a la agilidad y celeridad que debería mostrar en este caso.
Pero lo más preocupante de cara a la Corte en La Haya, ocurrió cuando el nuevo fiscal de ese organismo adscrito a las Naciones Unidas, Karim Khan, viajó a Venezuela, en abril del presente 2024, se reunió con el dictador Nicolás Maduro en el Palacio sede de la dictadura, “para delinear y poner en funcionamiento un plan de trabajo entre la Corte y el gobierno venezolano y así investigar los crímenes de lesa humanidad que se están cometiendo” y después sostuvo reuniones con el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y con el fiscal general venezolano, Tarek William Saab, todos ellos “socios” de Nicolás Maduro en el seno de la dictadura, plegados a las políticas criminales de su régimen y dispuestos a desvirtuar la realidad al enviado de la CPI, tal y como lo hicieron. Esas reuniones las efectuó nada menos con los tres máximos responsables de los crímenes de lesa humanidad que se han cometido y como escribió recientemente el ex presidente del Colegio de Abogados Penal Internacional venezolano, Blas Jesús Imbroda Ortiz, quien a su vez llevó el caso de los crímenes de Nicolás Maduro ante la CPI, “fue una incomprensible ingenuidad por parte de la fiscalía (de la CPI), pues la colaboración en la investigación por parte de los organizadores, planificadores e inductores de los crímenes y de la represión, obviamente sería y es nula. Muy al contrario, distraerán y desviarán los focos de atención de las investigaciones.” Y, en efecto, ese viaje del fiscal Karim Khan, fue un acto inexplicable de ingenuidad del que deben estar riéndose todavía sus contrapartes en el gobierno de Venezuela.
Y es que la realidad de lo que acontece en esta nación, no hay que investigarla mucho, porque las evidencias se suceden unas detrás de las otras a diario, comenzando por “la diáspora” o el abandono del país que efectúan miles de ciudadanos venezolanos, a pie, cruzando el territorio de Colombia primero, para internarse en la selva de El Darién en Panamá, después, y seguir hacia la lejanísima frontera con los Estados Unidos. También la desaparición de líderes comunales y nacionales, cuando los matones del régimen les han buscado y hallado, son evidencias que no pueden ser pasadas por alto por las autoridades internacionales. Y, habida cuenta de ello, lo que se presume ante tanta ineficacia e indolencia de parte de la CPI para actuar con decisión en Venezuela, indica que la problemática en este país no les interesa, “no está a la misma altura de Ucrania”, para citar solo un ejemplo actualizado. Es por esa razón que Maduro y su aparato represivo se siente a sus anchas, impune y siga actuando con mayor brutalidad en contra del pueblo, a sabiendas de que no existe nadie con voluntad, ningún gobierno extranjero que intente siquiera su caída del poder.
Es cuando el jurista venezolano Blas Jesús Imbroda Ortiz, se pregunta, “¿Si la CPI ha actuado con agilidad, celeridad y contundencia en los casos de los crímenes de guerra cometidos en Ucrania y ha dictado una orden de detención internacional contra el presidente (dictador) de Rusia, Vladímir Putin, y otros cargos del país; (y) también lo ha hecho en los crímenes internacionales cometidos en Gaza y en Israel y han dictado las correspondientes órdenes de detención internacional contra el primer ministro de Israel y otros miembros de su gobierno, así como contra los líderes del grupo terrorista Hamás, para cuándo (se dictará) la orden de detención internacional contra Nicolás Maduro?”
El material cargado de evidencias que tiene La Haya es abundante, impresionante, incluso para llevar a efecto muchos juicios por crímenes de lesa humanidad contra la camarilla narco-gobernante en Venezuela, a los que se les deben sumar las amenazas contra la líder opositora María Corina Machado, a quien se le prohibió de manera arbitraria que se presentara como candidata en las pasadas elecciones nacionales y contra el ex candidato, el diplomático Edmundo González, quienes, incluso, tienen órdenes de captura dictadas por la dictadura de Maduro. Pero tampoco la CPI mueve un dedo para elevar a proceso estas situaciones o plantear primeramente una acusación formal contra el dictador y su grupúsculo en el poder.
La fiscalía chavista amenaza por enésima vez al excandidato González
La última noticia que ha sobrepasado las fronteras de Venezuela, señala que el líder opositor Edmundo González, quien fue el ganador indiscutible de las pasadas elecciones en esta nación, ha sido citado por la fiscalía de la dictadura chavista, “por desacato.” Y el Tribunal Supremo advirtió en los días anteriores que “la conducta de González acarrea sanciones previstas en el ordenamiento vigente.” Nótese el lenguaje eufemístico utilizado por la dictadura, para darle un “toque de barniz”, de sonoridad, a sus acciones represivas.
Después de que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ), validó el mega-fraude electoral cometido por Maduro y sus acólitos, el fiscal general y presidente del Poder Moral (¡?), Tarek William Saab, anunció que citará al ex candidato presidencial (y verdadero ganador de los comicios), Edmundo González, ante el Ministerio Público -entes totalmente sometidos a los mandatos del dictador Maduro-, para que rinda declaraciones sobre “su autoría de la página que ha usurpado las competencias del poder electoral venezolano.”
Su compañera de partido, María Corina Machado, también se encuentra “en el ojo” de la dictadura, que la tiene bajo resguardo “por subvertir el orden” y hacer que las fuerzas policiales hayan tenido que trabajar más de lo acostumbrado por restablecer la calma en varias ciudades del país.
“En las próximas horas, el señor Edmundo González Urrutia –cita la fiscalía de la dictadura-, será citado en base a la investigación en curso, para que él rinda declaraciones sobre su autoría, donde él se declara responsable de la página denominada http://resultadosconvzla.com/, que ha usurpado la competencia que solo le corresponde al Poder Electoral. Va a tener que dar la cara ante este Ministerio Público, tendrá que venir y resolver.” Dijo Tarek Saab a la prensa.
No obstante, los observadores de lo que está sucediendo hoy en día en Venezuela, aseguran que todo obedece a un plan perfectamente delineado por la dictadura, para acallar y poner tras las rejas a los líderes opositores. Por ello, amenazan sin detenerse, a los rostros visibles del partido democrático, para asustarlos y abandonen el país, so pena de encarcelarlos sino lo hacen. Los insultos se suceden continuamente de parte de Nicolás Maduro, quien llama a los opositores “demonios, ultraderechistas, fascistas, delincuentes” y a Edmundo González, “viejo decrépito.”
En la mencionada página web, cuya autoría se le achaca al ex candidato presidencial demócrata, González Urrutia, “de forma notoria y comunicacional se publican presuntos documentos forjados o falsificados, con los que se pretende usurpar ilegalmente funciones del Consejo Nacional Electoral (CNE), causando la difusión de esta falsa información, zozobra en el país”, ha declarado el mismo fiscal general de facto, Tarek Saab.
La respuesta de Edmundo González ha sido en estos términos: “Ante la arremetida de nuestras libertades y la soberanía popular, convoco a los venezolanos a unirse en la defensa de ambas, porque no es poca cosa lo que está en juego. Hagamos respetar la decisión que expresaron con su voto los venezolanos (y solicito) a las naciones del mundo, para que se mantengan firmes en la defensa de nuestra democracia (porque) es el momento de que juntos luchemos por el derecho de elegir, de alternar a los gobernantes que los venezolanos, solo en democracia, tendremos la oportunidad de transitar un cambio en paz.”
A las anteriores declaraciones, se le deben sumar las de la líder opositora, María Corina Machado, quien aseguró: “El respaldo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a la controvertida victoria electoral de Nicolás Maduro en las presidenciales del 28 de julio, muestra la complicidad de los jueces con el fraude y hunde más al líder chavista, cuyo triunfo no es reconocido por numerosos países. Una vez más, el régimen se equivocó: lo que TSJ sentenció, fue su complicidad con el fraude del CNE (Consejo Nacional Electoral) y lejos de ‘cerrar el caso,’ han acelerado el proceso que cada día aísla y hunde más a Maduro.” Según texto escrito en la red social X.
Tras el anuncio hecho por el TSJ de Venezuela, los Estados Unidos, Costa Rica, Chile, Ecuador, Argentina, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, se mostraron contrarios a dicho comunicado que no pretende otra cosa que legalizar el fraude electoral. Así las cosas en Venezuela, un país secuestrado por una camarilla de narcotraficantes, desde que Hugo Chávez decidió terminar con la democracia en esta nación y acabar con todos los derechos de sus ciudadanos, quienes han tenido que emigrar o soportar el régimen de hambre y demás carencias creadas por la dictadura de izquierdas que tienen sobre sus vidas.
“Hezbolá, la Guerrilla de Dios”
ORIENTE PRÓXIMO-(Especial para The City Newspaper) Pocas veces se ha visto tal determinación en un ejército o en una facción guerrillera al enfrentarse con el enemigo; porque el axioma de Hezbolá es, en esencia, “vencer o morir, aniquilar o ser aniquilado” y con esa decisión, se lanza reiteradamente a la guerra en contra del enemigo principal de este grupo islámico: el Estado de Israel y todo lo que él representa y significa para el mundo musulmán.
Su existencia es preocupación desmedida para los israelitas, quienes tienen en sus consciencias la alta peligrosidad que significa y deben protegerse, en consecuencia. En los últimos meses, Hezbolá ha amenazado con la guerra total contra los israelíes e incendiar a toda la región en una confrontación armada sin precedentes.
La naturaleza y organización del “Partido de Dios”
Eso justamente significa Hezbolá… “el Partido de Dios” y es un partido político islamista de carácter chiita y un grupo paramilitar fuertemente armado y respaldado por el gobierno de Irán. Tiene su sede en el Líbano, fronterizo con Israel, y donde centra sus operaciones militares y propagandísticas. De ahí que la mayoría de los bombardeos que los judíos realizan, además del territorio palestino, los ejecuta en el sur libanés, donde los asentamientos logísticos de Hezbolá yacen y se mantienen.
Hassan Nasrallah ha sido su dirigente principal desde el año 1992 y el grupo ha sufrido varios cambios hasta llegar a ser lo que es ahora: nada menos que la fuerza militar más poderosa en el Líbano, donde tiene gran influencia política también. Incluso, tiene poder de veto en el Gabinete gubernamental de este país. Y, a pesar de que miles de libaneses apoyan moralmente la lucha de Hezbolá contra Israel, otra gran cantidad de estos ciudadanos consideran a esta organización una amenaza para la estabilidad de la nación, pues siempre que atacan a los israelíes, el primer territorio que estos bombardean, en reciprocidad, es el Líbano, con todas las consecuencias mortales que ello acarrea.
Su creación se remonta al año 1982, una vez que las tropas israelíes invadieron el sur del Líbano, después de que militantes palestinos atacaron al Estado judío. También se recuerda que en aquellas épocas, comandos islámicos intentaron asesinar al embajador israelí en Inglaterra y esos acontecimientos fueron los precursores o la base para que naciera la facción Hezbolá. Algunos líderes chiitas establecidos en el Líbano, urgían su creación para dar una respuesta firme y respetable a la invasión israelí y se separaron del Movimiento Amal, un grupo político que pasó a ser una de las milicias musulmanes chiitas más importantes durante la Guerra Civil Libanesa, entre 1975 y 1990. Fue allí cuando se formó un movimiento militar chiita, con el apoyo militar y organizativo de la Guardia Revolucionaria de Irán y que fue bautizado con el nombre de Amal Islámico. Luego, se unió con otros grupos ya existentes y se le dio forma al Hezbolá tal y como le conocemos en la actualidad.
Oficialmente, su creación aconteció en 1985, cuando sus dirigentes máximos publicaron “una carta abierta” en la que determinaron que sus enemigos potenciales e irrenunciables, eran los Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (hoy Rusia). Ambos, enemigos declarados del Islam. En ese mismo manifiesto, Hezbolá planteó abiertamente la destrucción de Israel como uno de sus objetivos primordiales, quizás el número uno de sus intenciones armadas: “Es el enemigo odiado contra quien tenemos que luchar hasta que los odiados obtengan lo que merecen. Este enemigo es el de mayor peligro para nuestras generaciones futuras y del destino de nuestras tierras, particularmente porque glorifica las ideas de asentamiento y expansión iniciados en Palestina”, cita textualmente el documento en una declaración de odio que no deja de impresionar, aunque apegado a la realidad de lo que han ido practicando los colonos judíos, quienes han ido arrebatando territorios a los palestinos desde 1948, año de la conformación del Estado de Israel. Es decir, lo que Hezbolá plantea es oponerse radicalmente y con el uso de las armas, contra el método judío de arrebatar tierras a los musulmanes, una acción que ha sido condenada recientemente por las Naciones Unidas y ha ordenado a los israelíes devolver esos asentamientos a sus respectivos dueños, que no son otros que los palestinos.
En otras palabras, si habláramos de nacionalidad de Hezbolá, sin duda alguna se trata de un grupo político y militar nacido en el Líbano, país donde persiste y subsiste, de tal modo que en 1992, participó por primera ocasión en las elecciones nacionales y obtuvo más escaños en el parlamento, superando a los movimientos tradicionales. Hezbolá es libanés, pero con la ayuda financiera y logística de Irán. En el 2009, la organización emitió un nuevo manifiesto político, luego de haber obtenido 19 escaños en el parlamento, un documento donde resaltó “la visión política” de este grupo. Natural y lógicamente, este nuevo manifiesto eliminó aspectos del anterior de 1985, en especial a lo que concernía a la necesidad de crear una república islámica; pero la posición extrema y dura contra Israel y los Estados Unidos, se mantuvo en el nuevo documento. Así mismo, hizo hincapié en que debía permanecer como una Institución armada, ante cualquier premisa.
Su poder ha llegado a tal grado, que en el Líbano se le considera “un Estado dentro del Estado”, ya que rivaliza con las Instituciones del gobierno y ello genera profundas y prolongadas crisis políticas, que dificultan la gobernabilidad en esta nación. Hezbolá es poderoso en lo político, en lo militar y en los aspectos de seguridad y sus capacidades, según los amplios y profundos conocedores de su naturaleza, sobrepasan al del ejército libanés, que ya es demasiado decir. En opinión de Fiaras Mkasad, experto en política del Líbano, “Hezbolá es hoy exponencialmente más poderoso de lo que era en el 2006. Ha ganado mucha más experiencia, luchando en la guerra de Siria y entrenando y apoyando a milicias pro-Irán, en Irak y Yemen. Se cree que su arsenal militar es también mucho más amplio y preciso en términos de misiles, en comparación al 2006.”
En el 2021, su líder, Sayyed Hassan Nasrallah, aseguró que Hezbolá tenía en su haber a 100,000 combatientes, aunque varios analistas consideran que ese número es exagerado y lo reducen a 50,000 y hasta 20,000 hombres en armas. Y el Centro Internacional de Estudios Estratégicos e Internacionales, calcula que posee entre 120,000 y 200,000 cohetes y misiles, que ya ha empezado a descargar contra los cielos de Israel y que han sido repelidos gracias al escudo defensivo que poseen los judíos sobre su país. La mayor parte del arsenal de Hezbolá, está formado por pequeños cohetes de artillería, no guiados; pero también posee misiles antiaéreos y anti-buques, así como misiles guiados, que son capaces de alcanzar el interior de Israel. “Se trata de armamento mucho más sofisticado que el que tiene Hamás en la Franja de Gaza (y) por estas razones, una guerra total entre Hezbolá e Israel, sería devastadora, tanto para los libaneses como para los israelíes.” Concluye el mismo analista, Fiaras Mkasad.
En lo que se refiere al financiamiento a Hezbolá, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, asegura que Irán “proporciona a Hezbolá la mayor parte de su financiación, además de entrenamiento, armas y explosivos. Teherán también le facilita ayuda política, diplomática, monetaria y organizativa. También las agencias antidrogas estadounidenses como las europeas, acusan a este grupo libanés de beneficiarse del tráfico de drogas. Hezbolá también se beneficia del contrabando de mercancías, falsificación de pasaportes, tráfico de narcóticos, lavado de dinero y fraude con tarjetas de crédito, inmigración y Bancos.” Aduce la Casa Blanca. Sin embargo, los líderes de este movimiento niegan lo anterior, porque aseguran que “para nosotros está religiosamente prohibido fabricar, vender, comprar, contrabandear y consumir drogas.” Han aclarado en distintos comunicados que han difundido en los medios de prensa occidentales, prioritariamente.
Si se hiciera un resumen de lo que es y representa este grupo armado libanés, hay que decir que está designado por los Estados Unidos, Israel y algunos países de la Liga Árabe, “como una organización terrorista y su brazo militar figura en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE).” Incluso es considerado la fuerza militar, no Estatal, más poderosa del mundo y eso significa mucho, por supuesto.
Actualidad y futuro próximo
Hace pocas fechas atrás, un portavoz de Hezbolá dijo que habían completado la primera fase de una operación tendiente a vengar la muerte de su comandante Fuad Shukr, quien fue asesinado en julio anterior por un ataque israelí en Beirut. Y es que este grupo libanés pasó meses cartografiando y reuniendo información sobre objetivos dentro de Israel, donde, finalmente, atacó 11 bases militares tras haber lanzado una oleada de centenas de cohetes y misiles. En respuesta, Israel lanzó “un ataque preventivo” con unos 100 aviones que abrieron fuego contra miles de lanzaderas de cohetes, distribuidas en 40 zonas del Líbano, en su mayoría apostadas en el sur de esta nación fronteriza. A no dudar, se ha tratado de la mayor escalada de tensiones entre Israel y Hezbolá, en décadas. De acuerdo con la versión de los analistas de este conflicto, “la escalada (actual) es grave y peligrosa,” incluso con el riesgo de arrastrar a una guerra de “altos voltajes” a los Estados Unidos e Irán. Desde los bombardeos y las masacres ejecutadas por las tropas israelíes en la Franja de Gaza, Israel y Hezbolá han estado intercambiando fuego a través de la frontera común, casi a diario. Es cuando Orla Guerin, corresponsal de la BBC de Londres en Oriente Próximo, opina: “Si este conflicto se intensifica hasta desembocar en una guerra total, podría empequeñecer la destrucción de Gaza, atraer a las milicias respaldadas por Irán en Irak, Siria y Yemen, esparcir las brasas por Oriente Próximo y poner en aprietos a Estados Unidos. El propio Irán podría intervenir directamente.”
Y es que Hezbolá es solidario irrestricto con el pueblo de Palestina, el cual está siendo exterminado –así como lo escribimos y se deja leer-, por el ejército judío, cuando asesina a más de 100 personas diariamente en escuelas, orfanatos, hospitales, clínicas, y en todo sitio público donde el dictador israelí, Benjamín Netanyahu, ordena se disparen sus bombas y misiles, de manera indiscriminada. Y la última vez que este grupo libanés y los israelíes se enfrentaron, fue en el 2006, cuando los hombres de Hezbolá lanzaron un ataque transfronterizo en el que murieron ocho soldados judíos y otros dos fueron secuestrados. En aquel entonces, Hezbolá exigía la liberación de prisioneros libaneses, a cambio de soldados israelíes. Algo parecido a lo que quiere Hamás con el intercambio de los rehenes judíos que secuestró el 8 de octubre del 2023, por combatientes palestinos que yacen en las prisiones israelíes.
En esa oportunidad, los aviones judíos bombardearon el sur de Líbano y recibieron en respuesta, el lanzamiento de más de 4,000 misiles contra suelo israelí. Los expertos aseguran que, desde entonces, Hezbolá se sobrepuso al conflicto y ha mejorado y ampliado su arsenal y ha reclutado a decenas de nuevos combatientes.
Actualmente, la guerra entre ambos enemigos está latente, es cosa de todos los días y a cada hora, sin declaración previa. Son dos enemigos que se odian intensa y profundamente. Los ataques de la organización libanesa se han centrado contra el norte de Israel y posiciones judías en los Altos del Golán. Se han disparado misiles antitanque contra vehículos blindados israelíes y han atacado también objetivos militares, con drones explosivos de fabricación iraní.
Los daños causados por unos y otros, a lo largo de nueve meses de combates, muestran a comunidades enteras que han sido desplazadas de sus pueblos, aldeas y viviendas, con miles de edificios y grandes extensiones de terrenos, afectados en la frontera entre Líbano e Israel, de acuerdo a las fotografías tomadas por satélites y drones en las zonas de combate. Los ataques casi diarios, han devastado comunidades tanto en Israel como en el Líbano, insiste una fuente de guerra: “más del 60 por ciento de las comunidades fronterizas de Líbano han sufrido algún tipo de daño, como consecuencia de los ataques aéreos y de artillería israelíes. Hasta el 10 de julio, más de 3,200 edificios podrían haberse visto afectados.” Según Corey Scher, del Centro de Postgrado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Y de acuerdo a la versión de las Naciones Unidas, los ataques han obligado a más de 90,000 personas a abandonar sus hogares en Líbano; y en Israel, 60,000 civiles han tenido que abandonar sus casas, debido a los ataques de Hezbolá.
En el futuro cercano, las condiciones están dadas para que la guerra cobre intensidad, más todavía cuando el odio mutuo es desenfrenado y de enorme magnitud. Y el objetivo es claro: los islamistas quieren la destrucción total de Israel y los israelíes quieren la destrucción absoluta del mundo musulmán; y mientras sientan lo anterior, la guerra no se detendrá y podría llegar a mayores… Por el momento, esto último se ha estado evitando, aunque a duras penas.
Ex Presidente de Argentina, Alberto Fernández, Presunto Agresor de su Ex Mujer
BUENOS AIRES-(Especial para The City Newspaper) El pasado reciente y la actualidad de este personaje argentino, llamado Alberto Ángel Fernández, nacido en la Capital de esta nación el 2 de abril de 1959, además de triste, es deprimente, y hay quien dice que es “repulsiva.” Y no le falta razón a quien opina y lo describe de esa manera.
Las dos razones más importantes por las cuales media población de Argentina y unos miles más, piensan así de este ex mandatario, se debe al hecho de que fue usado por la ex dictadora Cristina de Kirchner, para sostener un poder que se le estaba escapando de sus manos (o garras en su caso), y él se prestó, servilmente, a esta mujer, para ser utilizado y llevado aquí y allá, sin que su voluntad se opusiera o marcara su propio camino. Eso, por un lado; y por el otro, cometió tantos errores, dijo tantas cosas desatinadas, que apareció ante su pueblo a manera de un inepto, un descerebrado y un “cabeza hueca”, para llamarlo jocosamente y restarle peso a la descripción de su casi nula inteligencia. Cada día que decía algo, al siguiente volvía a aparecer ante los medios para disculparse por lo errático de sus palabras, sino recordemos la visita que realizó a este país, el presidente de España, Pedro Sánchez, y Fernández, su colega, aprovechó la ocasión para desatar su “argentinismo” y reafirmar lo que todo argentino siente en el alma y en su cabeza: “somos europeos” dijo. “Europeos pero nacidos en el confín del mundo, en la zona Austral suramericana”, le gritó la realidad a él y a todos aquellos argentinos que asintieron o estuvieron de acuerdo con su desaguisado.
Acusación tras acusación
Después de haber sido derrotados por el emergente y desconocido Javier Milei, Alberto Fernández y “su ama”, Cristina de Kirchner, regresaron a la vida doméstica, a sus casas comunes y corrientes, para vivir una vida lejos del glamour del poder. Atrás dejaron a una Argentina “en llamas”, en medio de un incendio financiero que el pueblo ahora mismo está sufriendo en forma de hambre, literal y evidente. Pero los problemas para Alberto, quien se dice ser abogado, profesor y político en una nación donde no hay gente sencilla y, por el contrario, todos afirman que una vez fueron “a la Luna” con el Apolo XI, no terminaron con su abandono de la Casa Rosada, sede del gobierno argentino.
Veamos: nadie quiere estar en los pantalones de Alberto Fernández, quien está en medio de varios problemas peliagudos que tienen que ver con seguros, en una causa en la que se le investiga por supuesta defraudación del Estado; y ahora, hace pocos días, la ex primera dama, Fabiola Yáñez, lo ha acusado de violencia de género por maltratos que se suscitaron cuando estaba al frente del país, en condición de gobernante. De hecho, esta mujer presentó un chat con imágenes (fotos), donde aparece ella golpeada por Fernández, su entonces pareja. Por supuesto, ahora está “en la mira” de millones de mujeres de este país, donde la emotividad, los desafueros, el melodramatismo, es “la moneda de cambio” de sus habitantes; es decir, los argentinos son “muy sanguíneos” y explotan ante la menor circunstancia que les es adversa o que no les gusta o satisface. Es por ello que las mujeres argentinas tienen en su objetivo al ex presidente, como si hubiesen sido todas ellas las agredidas y no le perdonarán lo que hizo con su ex mujer, así… de ninguna manera.
En lo que estriba al caso de los seguros, el ex mandatario está en medio de una investigación en la que es sospechoso, acusado de irregularidades en la contratación de pólizas de seguro para organismos Estatales, y ahora ha tenido que sumarle la denuncia provenida de su ex compañera sentimental, quien ha revelado el chat que ella escribió en aquel momento con quien era secretaria del ex presidente, María Cantero. Esto significa que la ex primera dama le contó en el chat a la ex secretaria, todos los desmanes, los actos violentos que ella sufría a manos de Fernández, quien se portaba con su mujer como un verdadero déspota o un martirizador de la peor calaña. Así consta en dicho documento, ahora en manos de un juez. Fabiola Yáñez, según consta en actas, es actriz y periodista, y en las fotografías dentro del mismo chat, aparece con signos físicos causados por las agresiones del machista.
La pareja ya no convive, porque, ante tales hechos aparentemente irrefutables, cada uno tomó un camino distinto al de la relación esposo-esposa; y el diario Clarín, uno de los dos más importantes de la Argentina, junto a La Nación, ha publicado lo siguiente: “En el teléfono habría fotos de la ex primera dama: una con un ojo y parte del maxilar superior, muy hinchados por supuestos golpes y otra, con visibles moretones en todo el costado derecho del tronco, con las costillas y la axila amoratadas de ese lado. La justicia también tendría en su poder un vídeo en el que se vería una persona identificable como Fernández, en una supuesta actitud violenta hacia su pareja.” Utilizando un poco la psicología sencilla y simple, posiblemente esa posición humillante en la que él no tenía voz ni voto al frente del gobierno, que era solamente un “fantoche” manejado y manipulado por el verdadero poder que era Cristina de Kirchner, lo trastornaba y no podía contener ese sentimiento de vasallo y de ser humano hueco, vacío, denigrado hasta lo más bajo. Esos episodios en los que Fernández supuestamente descargaba toda su desazón y su humillante frustración en la que todos decían de él que era el presidente “títere” de una marionetera (Cristina), ocurrieron presuntamente en la Quinta de Olivos, donde los esposos residían en aquellos años no muy lejanos, pues ambos acaban de abandonar el poder después de la derrota electoral sufrida por el peronismo.
El juez que ha tomado la causa en sus manos, es Julián Ercolini, el mismo que lleva el tema de los seguros en los que está hasta “la médula” el ex gobernante. De hecho, este magistrado ha iniciado un legajo reservado en el expediente y después lo envió a la Oficina de Violencia de Género, de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Imágenes irrefutables por su claridad
“Contundentes.” Así las describen periodistas y jurisconsultos que han visto las fotografías que aparecen en el famoso chat; es decir, Alberto Fernández gusta de pegar con su puño cerrado a sus mujeres, en este caso específico a quien convivió con él, en situación de consorte, la ex primera dama Yáñez, quien dio declaraciones a la emisora Radio Mitre, en estos términos: “No quiero seguir con esto (con el caso), me hace mal. Tengo un problema de depresión en este momento”, más aun cuando todo el país está pendiente de la situación, mientras el supuesto agresor guarda silencio y no asoma siquiera su “europea nariz” por ninguna parte.
Empero, la Policía Federal no “está para nada deprimida” y allanó la casa de Fernández y le incautó el celular, su computadora laptop, la de escritorio también y otros aparatos electrónicos que podrían servir al juez para sacar valiosas conclusiones sobre este tema. Los uniformados federales se apersonaron en la casa del ex mandatario, ubicada en el barrio bonaerense de Puerto Madero, siguiendo las instrucciones emitidas por el fiscal Carlos Rivolo y su colega Ramiro González. Antes de esta acción policial, el mismo fiscal Rivolo ofreció a la mujer, Fabiola Yáñez, asistencia de la unidad especializada en violencia contra las mujeres. Evidentemente, la imagen, el prestigio del ex presidente Fernández, está “en el subsuelo”, navegando en las cloacas de Buenos Aires, donde ni los indigentes que pululan por esta Capital, quieren bajar, debido al poquísimo decoro que queda en sus vidas acabadas por la profunda recesión económica que les ha dejado el último gobierno que encabezó la dupla Fernández-Kirchner.
La denuncia de Yáñez contra su esposo, responde al delito de “lesiones leves en contexto de violencia de género,” según las leyes al respecto en este país suramericano (no europeo, como dicen los argentinos tozuda y con ridiculez). Así mismo, las autoridades policiales y judiciales tienen en su poder el teléfono celular de María Cantero, la ex secretaria de Alberto Fernández, en el que se muestran las imágenes y conversaciones de chat, que indicarían la posible comisión de ese delito. También, en una tercera denuncia, la justicia argentina está investigando al ex mandatario por presunto tráfico de influencias. Lo cual significa que no puede estar más hundido de lo que ya lo está en estos instantes, con una población que se muestra deseosa de verlo ingresar a prisión por causa de los supuestos tres delitos o hacerse justicia por sus propias manos, según se estiliza en este país.
El juez federal, Julián Ercolini, ha prohibido al ex presidente salir de Argentina y no acercarse ni contactar por ninguna vía a su ex mujer Yáñez, quien vive actualmente en Madrid, España, y que manifestó a medios de prensa “estar padeciendo terrorismo psicológico por parte de su ex esposo.” Este ha negado todos los cargos en su cuenta en la red social X y dijo que presentará pruebas ante los tribunales, de la falsedad que se le endilga. También informó que ha nombrado a la abogada Silvina Carreira, especialista en derecho de familia, para que lo defienda en este asunto que aparece “indefendible.”
Triste final para este “europeo que vino a América” en una maternidad de Buenos Aires y cuyo paso por la Casa Rosada solo fue “una pavada”, como dicen los argentinos… una mentira del tamaño del obelisco de la Avenida Corrientes, “348, segundo piso ascensor, no hay empleados ni botones y arriba coctel de…” ¿Puñetazos?