Cisma en Francia:Marine Le Pen Ha Sido Inhabilitada por Cinco Años y no Podrá Participar en la Política Francesa
PARÍS, Francia-(Especial para The City Newspaper) Esto se podría explicar con una expresión muy popular que dice: “Se le quemó el pan a la salida del horno.” Y eso justamente es lo que le ha sucedido a quien, con toda probabilidad, iba a ser la próxima presidenta de Francia: Marine Le Pen.
La verdad es que si hubiese sido elegida, hubiera “cerrado el círculo” compuesto por mandatarios considerados de extrema derecha, aunque ese término, creemos, es totalmente inexacto para definir lo que ellos creen, la supuesta ideología que los mueve. Esos otros, que son amigos de Le Pen, son Viktor Orban, el gran sátrapa de Hungría, el tipejo que “nada en contra de la corriente” en Europa y que dice a todo “no”, por el simple hecho de llevar la contraria; Benjamín Netanyahu, el israelí que está exterminando a punta de misiles a la población de Gaza, en Palestina; Santiago Abascal, el político español supra-violento que, a juzgar por lo que presenta la realidad española, nunca llegará a la presidencia de esa nación; Donald Trump y su séquito de comparsas, el supremacista inculto y cuasi-analfabeto que han subido los gringos al poder en los Estados Unidos y que está haciendo estupideces a diario desde la Casa Blanca. Es amiga también del genocida ruso, Vladímir Putin, el asesino en Ucrania o la bestia rusa; y de otros más que ahora mismo ostentan el poder en varios países alrededor del mundo.
Es decir, con Marine Le Pen, la humanidad hubiera tocado el suelo del precipicio en el que hubiera caído en el caso de que se le hubiese permitido arribar al Palacio de El Elíseo.
Inhabilitada por espacio de cinco años
Este ha sido, sin duda, el golpe más duro que ha recibido esta política francesa en toda su vida, debido a que no podrá postularse como candidata a las elecciones presidenciales del 2027, donde tenía serias posibilidades de alzarse con la victoria y ser la nueva presidenta del país. Es por esa razón que esta determinación tomada por la jueza, ha sido considerada en Francia como un auténtico “terremoto político,” nunca antes experimentado ni visto en la historia nacional. Aunque existe un “pero” que analizaremos al final de este reportaje y representa una alternativa positiva para este personaje en crisis…
¿Pero qué ocurrió a esta mujer, líder de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés)? La sentencia dictada por la jueza señala que es culpable por malversación de fondos públicos de los europarlamentarios. De hecho, la sanción ha sido tan impactante que ha quedado inhabilitada de inmediato para ocupar cargos públicos. O, en otras palabras, Marine Le Pen ha sido acusada, junto a otros ocho correligionarios de la misma agrupación política que le pertenece, por participar en una trama para desviar fondos en el Parlamento Europeo, hacia las arcas del Frente Nacional, que era el movimiento que le antecedió al actual RN. Y tendrá efecto inmediato esta sentencia, porque lleva incorporada “la ejecución provisional” reclamada por el fiscal, sin esperar a la resolución de un recurso de apelación, que vendría de parte de la encausada.
Después de haber asumido “el shock” y haber puesto los pies en la tierra, Marine Le Pen manifestó a los periodistas que la fueron a buscar en verdadera “estampida”, que ella considera que la determinación del juzgado es semejante a “una condena a muerte”, porque, en este mismo estado de cosas, ha sido condenada a cuatro años de prisión, con una suspensión de dos años y dos de ellos firmes, que puede cumplir portando brazalete electrónico y una multa de €100,000 (cien mil euros); aunque esta parte de la sentencia ha quedado pendiente del proceso de apelación.
Súbitamente, Le Pen se puso de pie, descompuesta, con el rostro pálido como un cadáver (a lo mejor, el cadáver político que ya es), y abandonó, trastabillando con sus pasos, la sala del juzgado, sin esperar siquiera la lectura completa de la sentencia. Su abogado, en los pasillos del tribunal, afirmó que recurrirá dicha sentencia.
Fue una mujer quien decidió tal situación para la famosa política que ha sido noticia en toda Europa desde hace décadas, cuando su padre, Jean-Marie Le Pen, se retiró por razones de ancianidad y por causa de la lucha por el poder con su propia hija. El nombre de esta magistrada es Bénédicte de Perthuis, quien advirtió previamente que el tribunal iba a actuar “de la manera habitual” y recordó en ese momento que se trataba, ante todo, de un proceso penal. Una vez dictada la sentencia, la misma jueza manifestó que Le Pen ha sido hallada culpable de la desviación de fondos públicos europeos, estimados en su caso personal en €474,000 (cuatrocientos setenta y cuatro mil euros), cuando la líder de la extrema derecha habría usado ese montaje para pagar a su guardaespaldas, a su jefe de Gabinete y a un asistente. Durante el mismo proceso, la mujer encausada se defendió al decir que no hizo nada ilegal y que las acusaciones se deben a “una interpretación estrecha” de la noción de asistentes parlamentarios durante su etapa como eurodiputada, entre el 2004 y el 2007, período en el que sucedió la estafa.
La jueza de Perthuis añadió a sus declaraciones que “la investigación ha demostrado que los beneficiarios de esos fondos estaban, en realidad, trabajando para el partido y no desempeñaban funciones relacionadas con el Parlamento Europeo (PE): La investigación ha demostrado también que no se trató de errores administrativos, sino de una malversación en el marco del sistema, puesto en marcha para reducir los gastos del partido.” Por su lado, Patrick Maisonneuve, abogado de la Eurocámara, advirtió que lo que estaba en juego era “la malversación del dinero de los contribuyentes europeos y la UE estima que el perjuicio causado, puede haber sido de €2,9 (dos punto nueve millones de euros) al cabo de una década.”
En el interior del partido de Le Pen, el RN, se acordó llevar a afecto acciones parlamentarias en la Asamblea Nacional francesa, que podrían causar daño a la ya frágil situación del Primer Ministro del país, el centrista Francois Bayrou; además, emergió nuevamente el sucesor de Marine Le Pen, considerado también su “delfín”, el joven Jordan Bardella, quien es su sucesor natural y podría enfrentarse a sus adversarios políticos en las elecciones en las que su jefa no podrá postularse por motivo de esta sentencia. Y ante la posición actual de Marine, Bardella manifestó a los medios de prensa: “No ha sido sólo Marine Le Pen quien ha sido condenada injustamente… es la democracia francesa la que ha sido ejecutada.” También, después de haber conocido la sentencia, Le Pen se reunió a puerta cerrada con los dirigentes de su movimiento de masas, para debatir los siguientes pasos a dar, que incluyen, por supuesto, la presentación de un recurso contra la misma sentencia y que podría tardar muchos meses en resolverse y que no cambiaría, en este ínterin, la ejecución inmediata de la condena, ordenada por la jueza. Pero ha aparecido, súbitamente, otra alternativa que veremos en las líneas siguientes en este mismo reportaje…
Reacciones internacionales desde todos los puntos de la geografía
Según era de esperar, los amigos, socios, simpatizantes y afines a Marine Le Pen, tomaron posiciones acerca de este asunto particular. El primero en reaccionar fue Vladímir Putin, dictador de Rusia, quien, desde su Despacho en el Kremlin, dijo que la sentencia “era una violación de las normas democráticas (¡!).” Aquí volvemos a notar la palabra “democracia” en boca de un individuo que ha castrado a la democracia, primero en Rusia, después en Georgia, Chechenia, Bielorrusia y lo está intentando hacer con su invasión a Ucrania. Además, es dictador. Putin no es presidente en modo alguno, porque no tiene esa investidura y tampoco ha sido elegido por el pueblo mediante el voto universal y en elecciones libres y transparentes. Es un individuo que sustenta su poder en la policía secreta rusa (antigua KGB), a la que ordena asesinar sin dilación ni contemplaciones a sus adversarios allí donde estén, sea en el interior de Rusia o en el extranjero; y se fundamenta también en el ejército que le arropa obedientemente y sin cortapisas. Así que de “demócrata” nada en Putin, como todos sabemos.
Después, el primer ministro de Hungría, el siempre contradictorio, polémico y nada fiable Viktor Orban, quien se solidarizó con la francesa al publicar en su red social: “Je suis Marine! (¡Yo soy Marine! en francés).” Por su parte, Eric Zemmour, presidente del Partido Reconquista, manifestó: “No corresponde a los jueces decidir a quién debe votar el pueblo. Sean cuales sean nuestros desacuerdos, Marine Le Pen está legitimada para presentarse a las urnas.”
La sobrina de Marine, Marie Marechal, quien es diputada actualmente en el Parlamento Europeo (PE), aseguró que “de lo único que ella es culpable, es de llevar a nuestro bando por el camino de la victoria y por eso ha sido inhabilitada. Nadie del ala derecha debe pretender estar satisfecho con esta decisión. En este momento, estoy del lado de Marine Le Pen más que nunca.”
Y desde Italia, el vicepresidente de esta nación, Matteo Salvini, ha dicho en apoyo a la política francesa: “La gente que teme el juicio de los electores, a menudo se tranquiliza con el juicio de los tribunales. En París han condenado a Marine Le Pen y querrían excluirla de la vida política, una película fea que también estamos viendo en otros países como Rumanía. La sentencia contra Marine Le Pen es una declaración de guerra de Bruselas (Capital de la Unión Europea), en un momento en el que los impulsos belicistas de Von der Leyen y Macron, asustan. No nos dejaremos intimidar, no nos detendremos. ¡A toda máquina, amiga mía!” Exclamó el italiano en su red social.
El presidente del partido español Vox, Santiago Abascal, expresó visiblemente indignado por lo ocurrido a su colega francesa: “No conseguirán acallar la voz del pueblo francés.” Dijo con su acostumbrada retórica demagógica y que le ha hecho famoso en toda Europa. Y el holandés Geert Wilders, líder de la extrema derecha de su país, indicó: “estoy conmocionado por la increíble dureza del veredicto. La apoyo (a Marine), al 100 por ciento.” Mientras que el candidato rumano a la presidencia de esa nación de los Cárpatos, George Simion, expresó: “Atacar o aniquilar a tu oponente político por cualquier medio, está sacado directamente del manual de instrucciones de los regímenes totalitarios. Elon Musk, el magnate multimillonario que forma parte del Gabinete de gobierno de los Estados Unidos, en calidad de administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental, manifestó desde Washington: “Cuando la izquierda radical no puede ganarte mediante el voto democrático, abusa del sistema legal para encarcelar a sus oponentes. Este es su libro de jugadas estándar en todo el mundo.” Escribió en su cuenta de X, la red social que le pertenece por entero.
En América Latina, propiamente en Brasil, el ex presidente Jair Bolsonaro, también inhabilitado hasta el 2030, aseguró que todo se ha debido “a una sentencia judicial de izquierdas. Allí donde esté presente la derecha, la izquierda y el sistema, trabajarán para sacar del juego a sus oponentes.”
Pero ha sido el legislador conservador alemán y líder del partido de Los Verdes, Juergen Hardt, quien puso “los puntos sobre las íes” al decir: “el veredicto es una advertencia: (porque) como diputada europea, Marine Le Pen sólo veía a la Unión Europea (UE), como una tienda de autoservicio con la que podía financiarse a sí misma y a su partido. El tribunal francés tiene la razón al poner fin a sus ambiciones políticas. El destino de Le Pen debería ser una advertencia para todos los políticos corruptos de izquierdas y derechas (porque) en una nación democrática de derecho, el fraude y la corrupción siempre salen a la luz en algún momento. Cuando se dan lecciones de ejemplaridad a todo el mundo, hay que empezar por aplicárselas a uno mismo. Le Pen debe pagar su pena, ya que es una persona sometida a la ley como cualquier otra (y) la prohibición de presentarse a las elecciones es una disposición de la ley. Cuando se votó en la Asamblea, Marine Le Pen no se opuso, no votó en contra. Así que es como cualquier otra persona sujeta a la ley.” Y sobre este mismo punto, la exministra francesa Prisa Thevenot, fue más categórica aún al señalar sobre este caso: “La semana pasada (…), escuchamos a muchos políticos, incluida Marine Le Pen con su partido, pedir un sistema de justicia firme, un sistema de justicia que sea respetado (…). La pregunta que hago ahora a la Agrupación Nacional (el movimiento de Le Pen): ¿En qué nivel de las encuestas empiezan a pensar que están por encima de la ley?”
Las exposiciones transcritas arriba, sólo muestran dos cosas: que Marine Le Pen es una política que goza de un fuerte arraigo y simpatías a nivel internacional, cuando sus socios de ideología (la extrema derecha que más bien es el supremacismo blanco), se han solidarizado con ella y con la pena por la cual pasa ahora mismo; y su futuro en Francia pende de un hilo en el tanto no “cambien las tornas” y todo se decante a su favor posteriormente, una vez apelada esta sentencia. Pero lo más admirable ha sido la efectividad de la justicia francesa, que ha actuado sin titubeos ni dilación con la política más importante del país en estos instantes; un contraste evidentísimo cuando la comparamos con la justicia estadounidense que permitió a Donald Trump salir impune en casi todos sus procesos judiciales y hasta le permitieron postularse por segunda vez a la presidencia de los Estados Unidos, según vimos recientemente, siendo un delincuente comprobado.
Este ha sido el juicio del momento en París, mediático como él solo, atestado de periodistas nacionales y extranjeros, quienes se aglomeraron en los tribunales de Clichy, antes de las 10 de la mañana, hora en la que llegó Marine Le Pen a la misma sala donde fue juzgado también el ex presidente francés Nicolás Sarkozy, el primer y último judío que gobernó Francia, y que fue requerido por la justicia por la financiación provenida desde la dictadura de Muammar el-Gaddafy, en Libia, y que sustentó económicamente su campaña del 2007 en la que resultó vencedor. Pero Le Pen le ha ganado a Sarkozy en el aspecto mediático, puesto que ha revestido, para el pueblo y la prensa, más importancia que el caso del ex mandatario. “La sentencia tenía en vilo a la clase política y a la sociedad francesa”, escribió un cronista de un influyente periódico, de gran tirada, en Europa.
Hubo 24 compañeros más de Le Pen, quienes comparecieron en el tribunal, entre ellos su ex compañero sentimental y actual alcalde de Perpignan, Louis Aliot, para quien el futuro aparece “turbio” o en riesgo ante la misma acusación que se le ha hecho a Marine. Pero, a pesar de todo lo que aquí hemos narrado, un detalle importante que se debe destacar, se fundamenta en que la popularidad de esta mujer apenas ha sufrido un poco, quizás el mínimo, debido a que sigue adelante o arriba de sus potenciales rivales para las presidenciales. De acuerdo a una publicación hecha en Le Journal de Dimanche, Le Pen tiene a su favor el 37 por ciento de las preferencias del electorado y sus más inmediatos seguidores, Édouard Philippe, posee el 25 por ciento; y Gabriel Attal, el 21 por ciento. Ambos, candidatos al mismo puesto en el Palacio de El Elíseo.
En resumen, la aguda situación por la que atraviesa Marine Le Pen, quien tenía serías posibilidades de convertirse en la primera mujer presidenta de Francia en las próximas elecciones nacionales, de no haber sido inhabilitada por una jueza, se debe a la malversación de fondos en la que incurrió cuando era diputada en el Parlamento Europeo (PE), y no podrá ejercer ningún cargo público por espacio de cinco años. Esa coyuntura ha sido catalogada en esta nación, semejante a un “terremoto político”, según la opinión de los periodistas galos. La hija de Marine podría apelar el veredicto, pero el proceso no suspenderá su inhabilitación (por el momento).
También fue condenada a cuatro años de prisión, de los cuales dos quedan en suspensión. Los otros dos podrá cumplirlos al portar un brazalete electrónico en lugar de ingresar a una celda, en prisión. También tendrá que pagar una multa de €100,000 (cien mil euros). Su opinión al respecto, al conocer el veredicto, fue: “Ha sido un día funesto para la democracia. Estoy escandalizada e indignada. Millones de franceses están indignados porque han sido privados de su candidata. En Francia, el país de los derechos humanos, los jueces han aplicado las leyes de un régimen autoritario. Soy combativa por naturaleza. recurriré la sentencia y fustigaré a la magistrada De Perthuis (la jueza de este proceso), por aplicar la ejecución provisional de la condena. No estoy lista para someterme tan fácilmente de esta manera, a una negación de la democracia. No estoy dispuesta a retirarme de ninguna manera de la política. Soy inocente. Este ha sido un proceso iniciado por adversarios políticos que no se sostiene. Se trata de un desacuerdo administrativo con el Parlamento Europeo. No hay enriquecimiento personal, no hay corrupción, no hay nada de eso.” Acentuó Marine Le Pen.
La malversación de la que es culpable, fue de €474,000 (cuatrocientos setenta y cuatro mil euros), pertenecientes al Parlamento Europeo y con ese dinero pagó el salario a su guardaespaldas, a su jefe de Gabinete y a un asistente. Todo ello debidamente comprobado en el juzgado y por ello ha sido el veredicto dictado en su contra. Sin embargo, en las últimas horas se dio a conocer que el Tribunal de Apelación de París podría revertir esta situación y ayudar para que Le Pen se postule a la presidencia de Francia. ¿Cómo? Ese departamento de la justicia francesa anunció que resolverá los recursos que han sido presentados contra la inhabilitación de la líder de Agrupación Nacional, en el verano del 2026, antes de las elecciones presidenciales que serán en el 2027. Si se cumplen los plazos, significaría que ese segundo juicio se celebraría a más tardar a principios del 2026 y, por tanto, el fallo se conocería varios meses antes de las elecciones presidenciales. De tal manera, la decisión del tribunal abre la puerta, inesperadamente, a Marine Le Pen, y así se presente a los comicios dentro de dos años.
Hasta el momento se han presentado tres recursos en el caso contra el partido Agrupación Nacional, por el que se prohibió a Le Pen presentarse a las elecciones durante cinco años, según hemos visto a lo largo de este reportaje; y el abogado de esta líder de derechas, llamado David Dassa-Le Deist, presentó la apelación a favor de su representada y otra más en favor del ex tesorero del partido, Wallerand de Saint-Just. En todo caso, queda por observar si Marine Le Pen ganará el proceso en un segundo juicio y para ello tendrá que preparar de gran manera su defensa, junto a su abogado. Jordan Bardella, el segundo en la lista de este movimiento, está preparado para tomar el lugar de su jefa, según se decanten los acontecimientos. Este personaje, hace pocos días, incitó a los partidarios para hacerse a las calles para protestar por el fallo en contra de Marine. Así según declaraciones suyas a la radio Europe1 y a la cadena de televisión CNews.
Hay que esperar el transcurrir del tiempo para observar cómo se van a acomodar los hechos: si habrá algún cambio trascendental en pro de esta líder o la sentencia no hará otra cosa distinta que ratificarse y que la inhabilitación siga su curso como hasta ahora. Vamos a ver…
