LA CIUDAD 

Los acontecimientos que se suscitan en las calles, viviendas y en la panorámica general de la gran urbe



Olga, periodista/Editora temas urbanos

Trump tiene “la Casa en Llamas” con la Violencia en Varias Ciudades de los Estados Unidos y Fomenta el Odio y la Guerra entre Israel e Irán

WASHINGTON D.C. USA-(Especial para The City Newspaper) No sólo en Los Ángeles, California, los ciudadanos han salido a protestar violentamente contra las políticas draconianas y supra-agresivas de Donald Trump, sino también otras urbes más de los Estados Unidos están viviendo un clima de máxima efervescencia social que podría causar mucho daño al actual gobierno (tiránico por demás), que encabeza este personaje salido no sabemos de dónde y que sólo ha atrapado el poder de esta potencia mundial, para causar daño, en el caso de Trump y de nadie más.

            Esto en el interior, en su “casa” que está en llamas, debido a la insurgencia en las calles de esas ciudades; pero en el exterior, Trump, con su vocabulario, que además de pobre y reducido, es supra-venenoso y está apoyando a una eventual guerra entre Israel e Irán (leer en crónica aparte), un hecho que podría causar muchísimo más daño a la región de Oriente Próximo y al mundo entero.

            Tal es la situación: de repente, miles de personas se hicieron a las vías más importantes de Los Ángeles, las tomaron y se han manifestado con extrema violencia, quemando y destruyendo incluso, vehículos policiales, que llegaron prestos a la zona de conflicto citadino. Y mientras los manifestantes, la gran mayoría inmigrantes, actuaban enfurecidos, Trump seguía agitando esa violencia con su verbo incendiario, propio de su avanzado estado de esquizofrenia. Y es que esta crisis comenzó con una redada de supuestos indocumentados extranjeros que aquí viven; la reacción que provocó ha sido descomunal con cientos de miles que se han apoderado de las calles “angelinas”, con repercusiones en otras ciudades de los Estados Unidos. Los choques directos, frontales y sin temor alguno de parte de los inconformes con la policía, han sido constantes y reiterativos. Esas fuerzas de seguridad recibieron la orden tácita de parte de Trump, de lanzar cargas antidisturbios (gases lacrimógenos y balas de goma entre otros), con el afán de detener a los belicosos y llevarlos a prisión posteriormente.

Encarcelar al gobernador de California

            Indudablemente Donald Trump pasará a la historia de los Estados Unidos, no por una posible grandeza personal o de sus acciones gubernamentales, sino por la estupidez de su accionar. Por ejemplo, en esta crisis interna de su país, antes de azuzar el fuego entre iraníes e israelíes en Oriente Próximo para que entren en una guerra devastadora, Trump abrió la puerta para que las autoridades encarcelen al actual gobernador de California, al decir en referencia a él: “Gavin Newsom es profundamente incompetente y pido a Tom Homan (llamado el ‘zar fronterizo’ por sus persecuciones a los inmigrantes), que lo detenga por la obstrucción a las redadas de inmigrantes.” ¡Inaudito escuchar tal argumento de parte de un presidente de los Estados Unidos, contra un gobernador de un Estado! Y sólo un delirante y psicópata del talante de Donald Trump, puede generar una orden de tal envergadura. Y agregó todavía más incendiario: “Yo lo haría si fuera Tom Homan. Me parece genial. A Gavien le gusta la publicidad… Ha hecho un trabajo pésimo. Me cae bien Newsom, es un buen tipo, pero es tremendamente incompetente. Todo el mundo lo sabe.” Mientras animaba a su “zar de deportaciones” para que haga realidad sus amenazas en contra del gobernador del Estado más grande, rico y poblado del país y gran feudo de votantes demócratas. Aquí y en esto, en lugar de tranquilizar los ánimos de la población enardecida, Donald Trump lo que hizo fue “encrestar” más los ánimos y la beligerancia general, fiel a su naturaleza enferma mental y a su deseo de ver correr la sangre de los demás.

            Lo cierto es que la panorámica que se está viviendo y observando actualmente en Los Ángeles, muestra choques frontales entre la policía, la guardia nacional y los marines enviados por Trump para agitar más la violencia; incendios, destrucción de establecimientos comerciales y automóviles (en cuenta radio-patrullas policiales), y saqueos de esos mismos comercios. Los periodistas que ven lo que sucede han dicho que “esto se ha convertido en algo inédito, con el presidente de Estados Unidos abriendo la puerta a la detención del gobernador de California y sentando las bases para invocar una Ley de Insurrecciones de principios del Siglo XIX y movilizar a cientos de marines en suelo nacional.” Así, de acuerdo a las palabras de un comunicador español, enviado a cubrir estas incidencias.

            Y es que esta semana que está llegando a su final, ha sido particularmente “bronca” para Trump, debido a varios episodios que lo han desestabilizado aún más de su permanente y “natural” desequilibrio mental y emocional; por ejemplo, varios tribunales frenaron sus aranceles contra segundos y terceros países; luego la disputa, amarga por demás, con su ex amigo y ex socio, Elon Musk, considerado el hombre más acaudalado del mundo, quien, en medio de su enfrentamiento retórico, pidió un impeachment contra Trump y lo acusó de pederastia cuando se juntaba con su amigo, el judío que se suicidó en su celda de Nueva York, el también pedófilo Jeffrey Epstein, y desfloraban muchachas menores de edad, secuestradas por el judío y llevadas con engaños y por la fuerza a sus casas e isla atestadas de lujuria. Musk llegó a decir en contra de Donald Trump, incluso, que estaba encubriendo la investigación de los archivos del pederasta Epstein, “porque ahí aparece él mismo en los papeles.” Y en las últimas horas, tras las redadas en Los Ángeles ordenadas por el presidente de USA, se ha sabido del ataque cobarde de Israel a Irán y las amenazas de Trump a los iraníes en el sentido de que le esperan peores ataques a los persas de parte de los israelíes en los días que sobrevendrán. Según vemos, ha sido una “semana de terror” y en todos los hechos ha estado como figura central, este esquizofrénico que los votantes llevaron a la Casa Blanca, en condición de mandatario de la nación más poderosa del orbe.

            La situación ha sido tal en California, que hemos visto a la policía cargando con extrema violencia contra los migrantes, documentados, en regla o indocumentados, pues a Trump y sus supremacistas blancos, lo mismo les da que estén a derecho como si no. Esa violencia policial, sólo ha deparado más violencia en respuesta de los ciudadanos emigrados, con el apoyo de muchos estadounidenses naturales de este país, quienes los han acuerpado, pues consideran que es un deber por justicia, acompañarlos en su lucha contra  el tirano que des-gobierna en Washington y que los persigue sin descanso.

            Una crónica aparecida en un importante periódico europeo, así describe lo que está sucediendo en estos instantes en Los Ángeles: “Los servicios migratorios estadounidenses llevaron a cabo (…) redadas en zonas mayoritariamente latinas de Los Ángeles, lo que generó inmediatamente protestas, manifestaciones y más tarde disturbios por la ciudad. En cuestión de horas, los choques no sólo se volvieron violentos, con la policía cargando muy duramente, usando gases lacrimógenos y desplegando personal con equipamiento táctico o francotiradores (¡) y algunos grupos aprovechando para saquear tiendas o gasolineras. Sino que también se transformaron en un pulso al máximo nivel entre a Casa Blanca y el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, que acaba en breve su mandato, pero suena en todas las quinielas como posible candidato a las presidenciales del 2028.” Este enfrentamiento entre el gobernador y la Casa Blanca, representada por el ideático Trump, ha degenerado en acusaciones recíprocas, denuncias e insultos, algo increíble de parte de un presidente de los Estados Unidos e inédito en el bagaje histórico de este país, donde sus mandatarios siempre se han comportado acordes a su alto cargo y nunca descendieron a los “abismos” plenos de vulgaridad y gamberrismo a los que ha bajado Trump.

Una fuerza combativa impresionante

            Tras una orden girada por Trump, fue movilizado un movimiento extremo e inusual de hasta 2,000 efectivos de la Guardia Nacional, la primera desde el año 1962, cuando el entonces presidente Lyndon B. Johnson, sucesor de John F. Kennedy, lanzó a esos contingentes para proteger a los manifestantes por los Derechos Civiles en Alabama. A esos 2,000 efectivos, Trump le sumó 500 marines que estaban estacionados en California, para que apoyaran a la Guardia Nacional en las tareas equivalentes de ataque y defensa, cuando los primeros se agrupaban y desplegaban.

            Y mientras estas fuerzas actuaban en las calles de Los Ángeles, Trump seguía vociferando desde la Oficina Oval o en su red social Truth, caldeando más los ánimos, fiel a su manera incendiaria y violenta de ser. Es cuando el gobernador de California, Gavin Newsom manifestó que otra vez el presidente es el responsable de la violencia desatada: “Donald Trump ha creado una crisis y está agravando la situación. Si él no puede resolverlo, lo haremos nosotros. A los malos actores que alimentan las llamas de Trump, California los hará responsables. Donald Trump está echando leña al fuego. Reclutar a la Guardia Nacional de un Estado sin consultar al gobernador, es ilegal e inmoral. Es un tipo duro. ¿Por qué no lo hace? Sabe dónde encontrarme… Ven y arréstame. Acabemos con esto de una vez, tipo duro. Me importa un bledo.” Retó el gobernador, tanto a Trump como a su esbirro, “el zar migratorio”, responsable también de las redadas que han degenerado en violencia extrema. Empero, Tom Homan, “el zar”, afirmó en la televisión que, “aunque nadie está por encima de la ley, no hay planes concretos para detener al gobernador, la alcaldesa o cualquier responsable.”

            Mientras tanto, Trump ha seguido atizando fuerte con estas palabras: “Arresten a los enmascarados ahora mismo. Pinta muy mal en LA. Lleven a las tropas. Son insurrectos a sueldo. Antaño una gran ciudad, Los Ángeles ha sido invadida y ocupada por inmigrantes indocumentados y criminales. Ahora, turbas violentas e insurrectas acosan y atacan a nuestros agentes federales. Tomamos una gran decisión al enviar a la Guardia Nacional para lidiar con los violentos disturbios instigados en California. De no haberlo hecho, Los Ángeles habría quedado completamente destruida. El incompetente gobernador ‘Gabin Newscum’ (juego de palabras con el apellido y la palabra escoria); y la alcaldesa, Karen Bass, deberían decirme: ‘GRACIAS, PRESIDENTE TRUMP, ES TAN MARAVILLOSO. NO SERÍAMOS NADA SIN USTED, SEÑOR’ –nótese la egolatría y el narcisismo de este delincuente entronizado en la Casa Blanca, por la forma como se alaba a sí mismo-. En cambio, prefieren mentirle al pueblo de California y a Estados Unidos, diciendo que no éramos necesarios y que estas son ‘protestas pacíficas.’ Basta con ver las fotos y los videos de la violencia y la destrucción para saberlo todo.” Escribió en su cuenta de Truth Social.

            Y mientras el esquizoide republicano escribía o decía esas palabrejas llenas de ridículo e insensatez, eran desplegados 4,000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines, para combatir a los manifestantes con el uso de una fuerza extrema, hasta cierto punto innecesaria y desproporcionada. Fue cuando el gobernador californiano, Gavin Newsom calificó dicha decisión de “demente, de parte del dictatorial presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.” Éste, para insuflar todavía más la crisis, contestó que iba a enviar 2,000 soldados adicionales, una afirmación que fue ratificada por una fuente del Pentágono: “Por orden del presidente, el Departamento de Defensa está movilizando 2,000 efectivos adicionales de la Guardia Nacional de California (…), para apoyar al ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) y permitir que los aranceles federales cumplan con sus funciones.” Así de acuerdo a un texto publicado en la red social X, por el portavoz del Pentágono, Sean Parnell. Con el nuevo despliegue de fuerzas, Trump sumó cerca de 5,000 efectivos en la ciudad de Los Ángeles, lo que intensificó las tensiones con el gobernador de esta urbe, Gavin Newson, y los defensores de los derechos civiles.

            Otro funcionario del gobierno central estadounidense, indicó que “a la luz del aumento de las amenazas contra agentes federales y edificios federales, movilizaremos a los marines en activo, (procedentes) de Camp Pendleton (…).” En principio se habló de 500 marines; pero después el número se actualizó a 700. Fue cuando el gobernador de California volvió a decir: “Los marines de los Estados Unidos han servido honorablemente en múltiples guerras en defensa de la democracia. No deberían ser desplegados en suelo estadounidense, enfrentándose a sus propios compatriotas para cumplir la fantasía demente de un presidente dictatorial. Esto es poco estadounidense.” Y el ejército confirmó por separado el despliegue de esos hombres, un batallón de infantería en medio de los disturbios. Se trata de la llamada Task Force 51, “entrenados en desescalada, gestión de multitudes y normas para el uso de la fuerza,” ha descrito un parte gubernamental. Lo cierto es que la violencia empleada en las calles ha sido descomunal y preocupa profundamente a los activistas de los derechos civiles, quienes se mantienen en posición de observadores cercanos a los acontecimientos.

            Los arrestos se han ido produciendo de manera constante, sino leamos algunos testimonios ofrecidos a la prensa por actores de primer orden en esta ciudad: “A mi padre lo arrestaron (…) mientras estaba tomando un café. Aún no sabemos por qué, porque ni siquiera tenía orden de deportación. Entraron en la cafetería donde estaba y se lo llevaron.” Narró a este periódico su hijo Rodrigo, quien vio a su papá, Delfino Aguilar Martínez, de 51 años de edad, quien fue atisbado por las fuerzas del orden y apresado por su apariencia de latino. Después, su nombre apareció en un comunicado despachado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), donde se le catalogó, junto a los demás capturados, “lo peor de lo peor de los criminales indocumentados” y a quien su hijo lo describe como una persona buena, correcta, que sólo se dedicaba a cuidar a su nieto todos los días. “Lo tienen en una prisión federal del centro de Los Ángeles, en una sala fría, sin manta (…).” Añadió el joven de 23 años de edad y lo peor se fundamenta en que su padre y todos los demás miembros de la familia, se encuentran a derecho, en regla en todo aspecto, viviendo en los Estados Unidos, pero Trump y sus militares no ven otra cosa que la tez de las personas, si es oscuro, latino y con acento hispano, entonces es apto para ser capturado y deportado. De esta misma forma podríamos narrar decenas de casos en los que la injusticia, la depravación, la tiranía y la prepotencia del dictador que vive en la Casa Blanca, es lo que ha causado tal desasosiego y temor en los habitantes de los Estados Unidos, que son considerados inmigrantes ilegales, aunque su realidad no sea esa precisamente.

            Los sentimientos que afloran en estos instantes entre la inmensa comunidad latina en la Unión Americana, son de rabia, ira, violencia desatada, odio por Trump y todo su aparato de racistas, supremacistas, sionistas y que forman parte de una administración con fuertes rasgos dictatoriales; es por ello que miles salieron a las calles de Los Ángeles en un clamor generalizado para detener los ultrajes que provienen de las órdenes dictadas por este “Nerón moderno”, llamado Donald Trump.

            Lo que se ha presentado en esta urbe californiana fue, en principio, una manifestación pacífica que, ante la presencia agresiva de la policía y de los marines, degeneró en violencia y acabó con la quema de vehículos policiales, saqueo de negocios y detenciones tras ser gaseados por las fuerzas enviadas por el esquizoide presidente del país. Los manifestantes usaron carteles donde se podían leer insultos contra Trump y el ICE, banderas salvadoreñas, venezolanas, mexicanas, estadounidenses y de la Palestina masacrada por los israelíes de Netanyahu, el criminal dictador de Israel. Allí caminaban por las calles y avenidas de Los Ángeles, madres con sus pequeños hijos de la mano, personas jóvenes en su gran mayoría y activistas por los derechos humanos. Incluso, ha podido verse la presencia de norteamericanos, del tipo anglo, como Constance Squire, una profesora del condado de Orange, quien dijo a la prensa en su natural idioma inglés: “Soy una mujer blanca, de ojos azules. Soy exactamente la clase de persona que tiene que estar aquí, para usar mi privilegio blanco para ayudar a otras personas de color. Mira a qué clase de gente se están llevando. Todo esto está mal, es inmoral. Temo realmente por nuestra democracia y por su reemplazo por un modelo autocrático y autoritario. Trump no tienen vergüenza y no va a parar.” Espetó. Y con esta manifestante, podríamos transcribir cientos de ejemplos más, parecidos al suyo, de anglosajones que detestan a Trump, su mentalidad retorcida, dictatorial, tiránica y su alma vacía de todo sentimiento humano.

Manifestaciones en otras ciudades

            No sólo en Los Ángeles se ha visto el levantamiento indignado de los inmigrantes, apoyados por otros cientos de norteamericanos, originarios puros de este mismo país, sino también en otros Estados de la Unión Americana, lo cual deja pensar que, en un futuro no muy lejano, grandes oleadas de manifestantes podrían tirar del poder a ese energúmeno que los votantes, equivocadamente, llevaron de nuevo hasta la Casa Blanca; y para que ello ocurra, Trump solamente tendría que tocar “la tecla equivocada” y desatar el caos general que lo tumbaría del gobierno. Un acontecimiento que, además de ser único en los anales de la historia estadounidense, otorgaría una inmensa satisfacción al planeta entero, de polo a polo y de hemisferio a hemisferio, porque la verdad –sea bien dicha y audible-, este canalla de corbata roja, no merece vivir o por lo menos, en última instancia, no merece estar libre, sino dentro de la prisión hacia la cual iba y que los votantes impidieron que así fuera, tras elegirlo presidente nuevamente. Porque es un delincuente, un evasor de impuestos, un violador de mujeres según ha quedado claramente consignado en los juicios donde fue llevado en condición de acusado y un individuo ultrajante de las leyes y de la Constitución de este país, entre otros delitos en los que ha incurrido a lo largo de su nefasta y absurda vida personal y laboral.

            Las crónicas de las últimas jornadas narran que por lo menos otras 24 ciudades a lo largo y ancho de los Estados Unidos, se unieron a las protestas contra las políticas anti-inmigratorias ordenadas por Donald Trump y su grupo de supremacistas que lo rodean. Desde Las Vegas y Seatle, hasta Nueva York y Austin, se han convocado las marchas de protesta de ciudadanos en las calles para desafiar la campaña de detenciones y deportaciones masivas, decretadas por este gamberro que ha sido elegido presidente de los Estados Unidos, sin tener ni la vocación, ni la sabiduría, ni la inteligencia, ni la experiencia política ni administrativa para estar allí, en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Para citar algunos casos, en “la ciudad de los rascacielos”, miles de personas se congregaron en el Bajo Manhattan, donde están varias agencias federales de inmigración, incluido el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), el principal foco de ira de los manifestantes. La protesta continuó con una marcha pacífica por la zona, pero se registraron enfrentamientos entre las autoridades y un grupo que permaneció junto a las oficinas del ICE. Las fuerzas del orden detuvieron, consecuentemente, a decenas de personas, empujándolas y tirándolas al suelo, después de haber usado gas pimienta.

            En Atlanta, Georgia, seis personas fueron arrestadas después de que la protesta de cientos de manifestantes se prologó más allá de la hora acordada. Testigos en aquel lugar describieron que los oficiales de policía usaron extremada fuerza física para dispersar a la multitud y sustancias químicas que rociaban en los ojos. Un recuento de los hechos indica que cientos de personas han sido detenidas a lo largo y ancho de los Estados Unidos, desde que estallaron las protestas y se espera que estallen muchas más durante el tiempo que le queda a este energúmeno en el poder. La mayoría de los arrestos sucedieron en Los Ángeles, California, donde más de 330 personas fueron llevadas a las celdas policiales; y en San Francisco, otras 240 fueron esposadas, tiradas al suelo y maltratadas, de acuerdo a la brutalidad policial que tanto seduce y hace sonreír satisfecho a Trump. Este mismo ha dicho que el despliegue policial y militar practicado en California “fue el primero, quizás, de muchos.” Amenazó, fiel a su costumbre.

         Los centros urbanos donde han acontecido manifestaciones masivas en contra de Trump y su nefasto gobierno, han sido, entre otros más, San Antonio, Texas; Raleigh, St. Louis, Austin, Washington, la propia Capital de la nación; y Chicago, además de las mencionadas arriba.

            Las redadas se han realizado en aquellos sitios, previamente estudiados por las autoridades, donde sabían cabalmente que allí trabajaban hispanos inmigrados; por ejemplo, en Downey, una localidad al sureste de Los Ángeles, los agentes de Inmigración arribaron a un Home Depot, donde laboran jornaleros latinos, y procedieron a arrestarlos, esposándolos y tirándolos contra el pavimento de las calles. También los han sorprendido y atacado en gimnasios, a la salida de los templos cristianos, en las empresas de lavado de autos, en los sembradíos, donde los trabajadores hispanos “son legión”, o se cuentan por miles, según la organización Clean Carwash Worker Center. El ICE se ha hecho presente en los campos de Ventura y Santa Bárbara, donde se cultiva una cantidad enorme de fresas, aguacates y apio, del llamado Estado Dorado. Otros casos se dieron en Omaha, Nebraska, donde se efectuaron unos 80 arrestos en una planta de procesamiento de carnes y donde el miedo ha cundido entre los migrantes, que prefieren no salir de sus casas para no ser capturados, así sean residentes o no. Algunos compañeros de las plantas, intentaron detener los autos que llevaban en su interior a los capturados, pero, al final, todo fue inútil.

            En otros sitios, los agentes federales entraron a los negocios sin órdenes judiciales y provocaron el cierre de algunas partes del distrito comercial de la ciudad, parte de un campus universitario y una biblioteca municipal. Hoy, todos esos sitios se encuentran vacíos de trabajadores porque, o han sido detenidos y llevados a las cárceles para ser expulsados después del país o están escondidos en sus casas de habitación. A todos ellos, Donald Trump les dirigió estas palabras salidas de su reducido cerebro: “Responderé con dureza a las protestas, sin distinguir si son pacíficas o no. Es una invasión enemiga de extranjeros en los Estados Unidos. Aquellas personas que quieran protestar, se encontrarán con una fuerza muy grande. Y ni siquiera he oído hablar de ninguna protesta, pero ya saben, se trata de gente que odia a nuestro país y se encontrarán con una fuerza muy dura.” Dirigiéndose al gobernador de California, y usando lo más vulgar de su repertorio, Donald Trump le envió este mensaje: “La ciudad de Los Ángeles está ahora sana y salva, gracias al despliegue de efectivos que he ordenado desde el gobierno federal y el gobernador Gavin Newsom debería darme las gracias por salvarle el culo en lugar de justificar sus errores y su incompetencia. Newsom había perdido completamente el control de la situación a raíz de las protestas. Nuestra gran Guardia Nacional, con algo de ayuda de los marines, puso a la policía de Los Ángeles en una posición que pudiese hacer su trabajo. Sin los militares la ciudad habría sido una escena del crimen como no se había visto en años. Si no es por este despliegue, Los Ángeles estaría ardiendo.”

            Pero las protestas no han sido sofocadas en modo alguno. Ciertamente se llevaron presos a unos cuantos cientos de inmigrantes; pero se esperan nuevas manifestaciones y mucho más numerosas en los próximos días. Y la esperanza que albergamos muchos es que una gran rebelión, gigantesca y a nivel nacional, tire del poder a este gamberro, a este delincuente que presume de millonario y que por el equívoco general de los votantes, fue llevado nuevamente al gobierno. Donald Trump, en una celda, por sus decenas de actos ilícitos y delictivos, es allí donde tiene que estar, lo mismo que los supremacistas que nombró y que están repartidos por todo el Gabinete Estatal. Sólo hay que darle tiempo al tiempo y esperar que esa gran rebelión estalle fulminante e imparable.          

Trump se Exaspera ante las Burlas de Vladímir Putin y lo Amenaza con Abandonar las Conversaciones Pro-paz

WASHINGTON, USA-(Especial para The City Newspaper) Sólo Donald Trump no ve y tampoco entiende que, cuanto más hable de pacificación de la guerra en Ucrania, más se burla de él, solapada y abiertamente también, el dictador y genocida ruso Vladímir Putin, quien no se siente ni amigo del mandatario estadounidense y mucho menos alguien a quien haya que tomarlo en serio. De hecho, mientras Trump dice que las conversaciones con Rusia van “viento en popa”, el ruso ordena masacrar a importantes cantidades de civiles ucranianos, mediante bombardeos con aviones, baterías en tierra y drones.

            Por otra parte, además de continuar con el conflicto, es evidente que ahora se ha internacionalizado todavía más cuando, junto a los rusos invasores de este país, pelean codo a codo soldados de Corea del Norte y chinos comunistas, muchos de los cuales han sido capturados por los efectivos de Ucrania y lucen desesperados por haber sido engañados por la propaganda que los convenció alistarse en el ejército ruso y por no poder regresar a China. Es evidente que cada vez más hay más milicianos involucrados en esta guerra que no tiene esperanza de detenerse ni por un corto espacio de tiempo. Incluso, Putin, en un gesto de demagogia característica en él, dijo que detenía las acciones bélicas durante la Pascua (él finge ser cristiano ortodoxo), pero a medida que silenciaba los cañones en una región, atacaba en otras con mortíferos resultados.

            Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, afirmó hace pocos días que son varios cientos de ciudadanos chinos los que están participando en este conflicto actualmente y de varios de ellos conocemos sus nombres, debido a que fueron presentados a la televisión europea y esas imágenes también fueron difundidas por el mundo entero. Wang Guangjun y Zhang Renbo, fueron los primeros en ser capturados, quienes han pedido que les regresen a su país de origen: “Estamos listos para un intercambio y queremos regresar a China, nuestra patria, la guerra es completamente diferente de lo que hemos visto en las películas y en la televisión. Me arrepiento de una cosa: quiero pedir perdón a mis padres. Y mi único deseo es volver y seguir todas las instrucciones que me ayuden a hacerlo.” Expresó Wang. Unas palabras que fueron reproducidas por el diario ucraniano The Kyiv Independent.

            El prisionero chino, nacido en 1991, explicó a sus captores que estaba en su país navegando por una red social parecida a TikTok, cuando vio un anuncio que ofrecía trabajo en el ejército ruso, con un sueldo entre los 200,000 y 250,000 rublos (unos US$2,000 y US$3,000), además de pagar el viaje y gestionar la documentación pertinente. “Me interesó porque había perdido mi empleo el verano pasado; además, en China el servicio militar está visto como algo prestigioso. Lo cual influyó en mi decisión. Pero al llegar a Rusia todo fue diferente: me quitaron la tarjeta bancaria y el teléfono (celular). No podía manejar mi propio dinero.” Denunció. En todo caso, apenas habían transcurrido tres días de estar en el frente de batalla, cuando fue capturado por el ejército de Ucrania. “No llegué a disparar contra ningún soldado”, añadió a su penosa aventura.

            Su compañero, Zhang Renbo, nacido en 1998, narró que viajó a Rusia en diciembre anterior, luego de recibir una oferta para trabajar en construcción, pero finalmente “acabé siendo reclutado en el ejército ruso.” Se quejó. “Quería ganar dinero, pero no esperaba acabar en la guerra. Fui trasladado al territorio ocupado en Donetsk sin haber recibido entrenamiento militar previo y nunca vi a ningún soldado ucraniano, hasta el momento cuando fui capturado.” Empero, confirmaron los dos que fueron contratados por los rusos por voluntad propia, sin ninguna intervención del gobierno chino y ahora están dispuestos a asumir las posibles consecuencias legales, con tal de regresar a China. “Entiendo que puede haber castigo y estoy preparado para ello; pero sigo queriendo volver a casa y con mi familia.” Expresó Zhang.

Discriminación racial en las filas rusas

            Citan aquellos que han estado entre los destacamentos del ejército ruso, y que son de nacionalidades distintas, que el abandono, la discriminación y el riesgo constante al que están expuestos en su condición de extranjeros, son las situaciones más deleznables que han tenido que sufrir de parte de quienes, en un principio, consideraron eran sus “compañeros de armas.” La discriminación racial sistemática, según un soldado llegado del lejano oriente y que pidió no publicaran su nombre, es característica en las líneas del ejército de Putin. “Cuando los soldados no son blancos y son ‘voluntarios’ chinos, árabes, norcoreanos y africanos, son frecuentemente marginados y tratados como prescindibles. Desde el campo de entrenamiento ya se percibía una discriminación grave. A nosotros nos asignaban las tareas más peligrosas, los peores turnos y recibíamos un trato diferente al de los soldados rusos.” Confirmó. En otras palabras más claras y precisas, otros reportes expresados por otros mercenarios extranjeros, señalan que aquellos procedentes de Asia, África o América Latina (venezolanos, cubanos y nicaragüenses), han sido colocados en las primeras filas de asalto, antes que los rusos, expuestos a misiones con mínimas posibilidades de supervivencia. Tal es la situación para ellos.

            Por otra parte, en lo que estriba al malestar y la frustración que siente el presidente de los Estados Unidos, quien dijo durante su campaña y aun estando nuevamente en el poder, que la guerra de Ucrania la iba a resolver en cuestión de pocas semanas, ha notado ahora que no es tan fácil como creía ingenuamente; y cuando habla positiva y cortésmente de Putin, este dictador de Rusia se burla abiertamente de él y ordena a sus hombres atacar ciudades un tanto desprotegidas de Ucrania, con resultados nefastos para los civiles que ahí vivían, al acabar con sus vidas. Es decir, cuando Trump dice que se siente motivado y esperanzado con las débiles y enredadas conversaciones pro-paz, los rusos hacen todo lo contrario con tal de avivar la guerra en Ucrania.  

            Por esa razón, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, dijo en París durante su reciente visita, que su jefe, Donald Trump, no va a continuar con los esfuerzos a favor de la paz durante semanas o meses; es decir, “los Estados Unidos abandonarán los esfuerzos para un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, si no hay señales claras en los próximos días.” Ese argumento confirma las diferencias surgidas entre representantes de la administración estadounidense, varios ministros ucranianos y los aliados europeos, aparte de la frustración que ha incentivado la dictadura rusa en relación con este conflicto. Rubio añadió que conversó, vía telefónica, con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, para compartirle el mismo mensaje que el equipo de los Estados Unidos le ha transmitido a Ucrania: “Donald Trump sigue interesado en llegar a un acuerdo en Ucrania, pero el presidente tiene muchas otras prioridades y está dispuesto a pasar de página si no se producen progresos rápidos.” Amenazó en presencia del presidente francés, Emmanuel Macron.

            Esta es la postura más firme esgrimida por la Casa Blanca desde que tiene nuevo mandatario y después de que los Estados Unidos se alineó con Rusia, Bielorrusia y Corea del Norte, en un voto contra una resolución de la Asamblea General de la ONU, en la que aparecían dos referencias de condena a la agresión de Moscú a Ucrania. Y lo más decepcionante para Trump, quien creía que la pacificación de este conflicto era semejante a vender o comprar una propiedad, como está acostumbrado a hacer dentro de su oficio en los bienes raíces, ha sido la actitud de Moscú en clara burla a sus intenciones y después de varias conversaciones vía telefónica con Vladímir Putin y los repetidos contactos de alto nivel entre Washington y Rusia y que no han surtido efecto alguno, más allá de las sonrisas socarronas del invasor Putin. Incluso, el propio mandatario francés, Macron, acusó hace pocos días a Rusia de “burlarse” de la propuesta de paz norteamericana al redoblar la ofensiva militar en Ucrania; y mientras el gobierno ucraniano aceptó esa propuesta de los estadounidenses para alcanzar la paz y negoció, ulteriormente, el acuerdo sobre la explotación de tierras raras en su suelo, Moscú rechazó la misma propuesta y respondió todavía de peor manera cuando atacó a la ciudad de Sumi, donde asesinó a 35 civiles, más unas cuantas centenas de heridos ucranianos. Esa es la posición de Vladímir Putin, mientras Trump ha comenzado a observar y comprender que una de sus “promesas estrella” en la campaña política que lo condujo al poder, está a punto de naufragar, precisamente por el desinterés y el deseo de Putin por no detener su agresión en Ucrania. Su propuesta de paz no avanza y el presidente de USA se ha percatado de algo que lo ha herido profundamente: Putin ha jugado con él en unas semanas decisivas, demostrando de paso que considera la amistad del estadounidense lo mismo que la enemistad; es decir, no vale nada para él, mientras Zelenski aceptó la tregua incondicional de 30 días, Putin puso en marcha sus típicos juegos mentales… “un sí que en el fondo significa no”, para aparentar que, en realidad, era una negativa en toda regla. Y fue el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, especializado en dar pésimas noticias y nefastos augurios, quien confirmó que “la tregua energética ya no existe y que la marítima tampoco existirá.” Lo cual significa que la guerra va a continuar hasta que Kiev no tenga más camino que rendirse al supuesto (y ficticio) poderío del ejército ruso.

Trump, el pobre Trump… obtuso e ignorante de principio a fin

            Inicialmente se expresó muy positivo y amistoso de Putin, palabras que muy posiblemente hayan desencadenado carcajadas estridentes en la oficina de aquel en el Kremlin, pues Putin no cree en nadie y mucho menos en la amistad de nadie. Él sólo siente atracción y motivación por el poder, el avasallamiento tanto de personas como de pueblos enteros y países vecinos o en la lejanía; y lo ha demostrado cuando ha hecho fracasar las conversaciones en Arabia Saudita, “un terreno embarrado en el que el autócrata ruso se maneja mejor que nadie”, expresó un observador de estas negociaciones fallidas. En concreto, nadie supo nunca a qué hora precisa comenzaban las treguas supuestamente pactadas, ni quién o quiénes vigilaban su cumplimiento, pruebas irrefutables de que los planes y planteamientos esbozados por la Casa Blanca eran una “chacota”; es decir “un algo sin pies ni cabeza”, elaborado con el desorden, la impericia, el desconocimiento, la falta de intelectualidad, incultura y desorganización propias de un individuo como Trump. Tampoco, quienes dialogaron en Arabia supieron nunca qué protocolos había que seguir para volver al alto al fuego si se hubiese roto en un punto del frente de la guerra. Tampoco existió un relator independiente que registrara los debates ni que garantizara la transparencia y eso, precisamente, hizo que se pactaran unas cosas con Moscú y otras muy distintas con Kiev e, incluso, cuando se pactaban con los rusos aparecieron dos documentos con aspectos diferentes de la reunión, según lo habían emitido originalmente por la Casa Blanca o el Kremlin. Un periodista avezado en estas cuestiones lo resumió mejor: “el auto-sabotaje fue evidente.” Por eso y por la nula voluntad pacifista de Putin, quien se desgañitaba a carcajadas en su Despacho, en burla hacia Trump, el plan de paz para Ucrania estaba destinado a fracasar desde el momento mismo cuando el mandatario estadounidense fanfarroneó que iba a alcanzar la paz en una semana a más tardar.

            ¿Cómo hubiesen marchado mejor las cosas? En primer lugar si Donald Trump hubiera dejado de lado su ambición por alcanzar él solo la paz en esa región europea y olvidarse del Premio Nobel que le ha alucinado desde que Barack Obama lo recibió. En segundo lugar, llamar a los expertos europeos y a los mandatarios de las naciones Occidentales de Europa, para escucharlos y explorar las posibilidades reales para convencer al tirano ruso, Vladímir Putin, de que la paz es “un bien necesario”; después, elaborar un plan juntos, con la máxima precisión, el máximo orden y citar, en tercer término, a los actores de la guerra para conocerlo, debatirlo y ejecutarlo, si hubiese sido aceptado por ambas partes. Pero Trump hizo una “chapuza”, del mismo modo como va gobernando día a día; es decir, improvisando de acuerdo a su humor cada mañana cuando se levanta y cambiando de opinión al poco tiempo de haber dado una orden, sin importar lo nefasto o disfuncional de los resultados.

            Con fundamento en esa desorganización, esa improvisación y ese desorden, Trump, ante la evidencia de que Putin no quiere ponerle coto a la guerra, no desea detenerla, y tan sólo ha usado el diálogo para ganar tiempo y tratar de sacar ventajas desde el primer momento, manifestó que estaba enfadado por la actitud del dictador ruso y amenazó, de acuerdo a su estúpido juego de las últimas semanas, con añadir más sanciones a Rusia, usar sus aranceles para socavar sus exportaciones de petróleo. Pero, con base en lo que arriba hemos expuesto, en las órdenes y contraórdenes que cambian en un segundo en la vida de Trump, al presentar la famosa tabla de los aranceles para casi todas las naciones socias comerciales de los Estados Unidos, Trump dejó por fuera del castigo que había proferido a Vladímir Putin, y entonces éste genocida continuó bombardeando a los civiles ucranianos…

            El obtuso mandatario estadounidense no decretó los aranceles del 25 al 50 por ciento para los países que comercien con el petróleo y el gas que les vende Moscú y que hubiese sido un excelente castigo para una economía, la del Kremlin, ya muy desgastada por tres años de guerra en que las pérdidas de sus soldados y material blindado, han sido escandalosas.

            ¿Y cómo juega Putin con la voluntad de Donald Trump? En un inicio, quiso condicionar la paz al hecho de que reconectaran al Banco Agrícola Ruso o Rosselkhozbank al sistema Swift; pero fracasó porque esa decisión no depende de los Estados Unidos, sino de la Unión Europea (UE), y la respuesta de Bruselas, excluida de las negociaciones por el mismo monigote que es Trump, aseveró que “no es el momento de quitarle a Rusia ninguna sanción.” Fue en ese preciso instante cuando la tregua marítima murió al nacer. Un analista europeo así lo ha explicado mejor: “Hay que reconocer en este punto, que Vladímir Putin no ha mentido a nadie: lleva tres años repitiendo que sólo parará la guerra si se negocia bajo sus condiciones, algo que supera incluso las demandas a Ucrania y afectaría incluso a los países de Europa del Este. Es decir, unas condiciones inabordables.”

            Igualmente, Putin exige que Ucrania capitule ante su ejército, que el Estado con sede en Kiev, acepte como vencedor único e irrefutable al ejército invasor, cuando la peor parte en este conflicto la han llevado sobre sus espaldas los rusos, quienes han perdido centenas y centenas de vehículos blindados y sus muertos en el campo de batalla se cuentan por miles de soldados que han regresado a Moscú solamente en bolsas de plástico negras, para cadáveres. El precio de esta invasión a Ucrania ha sido de onerosísimas consecuencias en lo material y humano para el delirante tirano Putin. Lo anterior significa que Ucrania y su ejército no han sido vencidos en el terreno en modo alguno. Algo que sólo obedece a la mente delirante del dictador ruso.

            Otra de las exigencias de Putin, inconcebible e inaceptable por demás, dice que la OTAN tiene que retirarse de Europa del Este, de las naciones Bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, y de Polonia posiblemente también. Esto significaría dejar a esos países sin defensa alguna ante la voracidad de este individuo que ve en la invasión guerrerista una de las sinrazones de su política exterior. Lavrov, el brazo visible hacia el exterior que maneja Putin, lo expresó con toda claridad: “Moscú no puede aceptar las propuestas estadounidenses de alto el fuego en Ucrania, sin abordar lo que considera las causas fundamentales de la guerra”; pero no explicó cuáles son esas causas y que sabemos que se fundamentaron en la posible entrada de Ucrania a la OTAN y apropiarse de todo ese país de acuerdo a las ansias imperialistas rusas. Aquí es oportuno recordar que el dictador de Rusia considera que Ucrania como país es una invención de la imaginación. Ucrania no existe. Es parte de Rusia y como tal, tiene que regresar al regazo ruso. Por esa misma causa le arrebató la península de Crimea y las tropas rusas se mantienen a duras penas en el Donbass, donde supuestamente viven rusos separatistas, afectos al Kremlin.

            ¿Y cómo está “el tablero de juego” actualmente, cuando ya han fracasado suficiente los encuentros “a tres bandas” entre ucranianos, estadounidenses y rusos? Los emisarios de Ucrania y los Estados Unidos lucen cada vez más divididos y no encuentran una posible “puerta de reunión y unión” en este tema de la paz. Además, Trump le exige a Zelenski una renegociación del tratado de las llamadas tierras raras que posee el suelo de Ucrania y eso significaría que el presidente de Ucrania le entregue a él, a Trump, de facto, el control de todos los recursos naturales del país, a cambio de nada de parte de USA. “Una actitud colonial de una Casa Blanca que, durante la legislatura de Joe Biden, jamás planteó que el armamento entregado, debería tener contrapartidas económicas,” tal como las exige Trump ahora, según expresó un observador de la situación. Zelenski, al entender mejor que nadie esas consecuencias nefastas para su país, se negó a firmar. Fue cuando el estadounidense, fiel a su naturaleza de bestia salvaje, lo amenazó con su famosa frase: “(usted) puede tener grandes problemas.” Por su parte, Leon Panetta, ex secretario de Defensa de USA y director de la CIA, describió resumidamente este lapsus: “Esto no es paz a través de la fuerza. Esto es paz a través de la debilidad.” Y alguien lo llevó al grado de las escuelas cuando aquel niño de mayor estatura le dice al pequeño que se siente acosado: “Te defiendo si me entregas toda tu merienda, de lo contrario yo te pegaré a ti.”

            Para finalizar, en una prueba más de que la paz le importa tanto a Putin como el paradero actual de su ex esposa; es decir, nada, acaba de firmar un decreto de Servicio Militar Obligatorio para la campaña de primavera. El ejército ruso, de tal forma, llamará a finas a 160,000 jóvenes entre los 18 y los 30 años de edad. Es su afán por agrandar las capacidades militares de Rusia. Y en otro aspecto de esta tensa realidad que se vive (y sufre) en Europa, Finlandia, Lituania y Polonia, se retiraron de la Convención de Ottawa sobre minas antipersonales, porque comenzaron a minar profusamente sus fronteras con Rusia y Bielorrusia con explosivos bajo tierra. Así van las cosas, mientras el propósito de un desajustado Donald Trump por ganar el Nobel de la Paz, parece que no le va a rendir frutos nunca, menos todavía cuando juega sus cartas con desorden, improvisación y sin saber absolutamente nada de geopolítica, ni conocer el carácter de los actores en guerra y en particular el de su mal llamado “amigo”, el genocida invasor Vladímir Putin, el sucesor del criminal Stalin en el Despacho del Kremlin.

John Bolton, Ex Asesor de Trump, Asegura que el Presidente de Estados Unidos es un Peligro Para el Mundo

WASHINGTON D.C., USA-(Especial para The City Newspaper) Quien fue su asesor de seguridad en su primera administración, el experimentado John Bolton, considerado “un halcón” del Partido Republicano y de la política estadounidense, ha lanzado críticas fortísimas contra Donald Trump, que les ha abierto los ojos a muchos de sus votantes y han podido observar la clase de individuo que es su actual mandatario.

            Esas críticas severas, descarnadas, tienen un enorme peso, pues Bolton es uno de los personajes de los últimos tiempos, más respetados y respetables de quienes existen en los Estados Unidos. Su experiencia política y administrativa es impresionante, ya que trabajó con cuatro ex presidentes republicanos, a saber: Ronald Reagan, Bush padre, Bush hijo y Donald Trump, a no dudar la experiencia más nefasta parta cualquier avezado funcionario, debido a la terquedad, la grosería y el analfabetismo congénito de ese tipo, que ha vuelto a la Casa Blanca y tiene “al mundo de cabeza” con la serie de decisiones avasallantes y destructivas que está tomando. 

            Bolton también fue uno de los impulsores de la guerra de Irak; se trata de uno de los “hombres de la vieja guardia del Partido Republicano” y como tal, no tiene sitio en el “trumpismo” o la degeneración de la política de los Estados Unidos, cuando un tipo como Trump se ha hecho con el poder, a golpe de “mazazos” y alejado del arte que es la política en esencia. Esa visión del mundo, con un líder (Donald Trump), un lema (“Estados Unidos primero”) y distintas formas (un día se viste de aislacionista y al siguiente, de imperialista), que, a golpe de mensajes en redes sociales ha dado un vuelco al Partido Republicano y al tablero internacional, es lo que ha convertido a Bolton en el enemigo declarado del actual mandatario, que le conocemos en estos últimos meses.

No sólo palabras… hay un libro escrito que narra más desaciertos de Trump

            John Bolton salió expulsado del gobierno por el propio Trump, e, incluso, pesa sobre él todavía, una orden del gobierno de Irán para asesinarlo y por ello llevaba siempre guardaespaldas brindados por el servicio secreto, para su protección; pero Trump se los ha quitado y lo ha dejado a disposición de un atentado provenido de los iraníes. Es decir, el mandatario no vaciló ni un instante en quitarle esa protección, en un acto que se puede considerar vengativo contra su ex amigo y ex asesor, Bolton. Ahora, tiene que protegerse de alguna manera de dicha amenaza contra su vida.

            Ante la pregunta del por qué le fue suspendida esa “guardia pretoriana”, Bolton ha contestado: “Creo que ha sido una venganza mezquina. Con Trump todo es personal. Y no me la ha retirado a mí solo. Le ha hecho lo mismo a su antiguo Secretario de Estado, Mike Pompeo, a su antiguo Secretario de Defensa, Mark Esper, a su militar de mayor rango, Mark Milley… Obviamente a mí esto me afecta, pero el problema no son las personas concretas, sino el hecho de que hay un gobierno extranjero y hostil que está amenazando las vidas de cargos oficiales por haber hecho su trabajo. Y si un país canalla como Irán puede salirse con la suya, piensa en las consecuencias que puede tener esto para futuras administraciones.”

            La reacción negativa de Trump contra Bolton, se debió, en parte, a la publicación del libro intitulado “The Room Where It Happened”, cuya traducción literal es “La Habitación donde Ocurrió”, en el que, entre otras muchas aseveraciones durísimas contra Trump, señala que el actual presidente “es un peligro para el mundo”. Y lo afirmó antes de las elecciones de noviembre pasado; o sea, del 2024. Lo cual significó aquello de que ese libro fue “el último clavo en el féretro que contenía la amistad” entre el “halcón” John Bolton, un experto en política internacional, sumamente experimentado, y el enorme tiranosaurio analfabeto y desdentado por la vejez y la inmoralidad, que es, a todas luces, Donald Trump.

            Y yendo a lo más profundo, Bolton cree que el éxito amasado por Trump se debe en parte al hecho de que tiene muchos seguidores que creen ciegamente en él y ha conseguido intimidar a muchos congresistas. “Muchos esperan que tenga éxito en sus políticas domésticas: bajar impuestos, quitar regulaciones… (por ejemplo), y tienen miedo a llevarle la contraria en política exterior. Mi opinión siempre ha sido esta: que Trump es una anomalía y que pasará. Mientras tanto, va a causar mucho daño. Retirarse de la OTAN causaría mucho daño (para citar otro ejemplo). Lo que hay que hacer es mitigar todo el daño que hace; pero como no tiene una filosofía, el trumpismo no existe. Cuando abandone la escena política, no dejará ningún legado.” Tales sus conceptos acerca del actual mandatario, lo que hace suponer que la guerra está declarada entre ellos dos.

            En todo caso, muchos de los votantes que llevaron a Trump al poder nuevamente, consideran que Bolton es un belicista y que ya no tiene un espacio asegurado en la política de los Estados Unidos, porque los tiempos han cambiado. Eso creen. Y añaden que el Partido Republicano y sus ideas en política exterior, han cambiado también para siempre. Es cuando asegura que sigue creyendo que Trump es un peligro para el globo terráqueo, para la humanidad entera, “porque no le importan mucho los asuntos internacionales –explica-. Nunca los ha estudiado. No aprendió demasiado en su primer mandato. No tiene una filosofía o una estrategia de seguridad nacional. Es capaz de cualquier cosa. En su primer mandato lo describían como aislacionista. Ahora parece un imperialista. ¿Qué ha cambiado? Nada, porque no tenía ninguna filosofía que cambiar. Se trata de lo que le interesa cada momento. Sus defensores dicen que es disruptivo, que genera incertidumbre y que eso es bueno. Yo creo que la incertidumbre táctica contra tus adversarios es una cosa, pero dejar a tus propios aliados sin saber lo que vas a hacer, destruye la alianza. Y parece que él no lo pilla. Creo que en estos cuatro años, vamos a ver esa capacidad de ser imprevisible, que a él le parece una virtud, pero no lo es.” Así, según lo describe Bolton.

Putin, la OTAN y otros temas igualmente preocupantes        

            Con base en su innegable experiencia dentro de distintos gobiernos republicanos, y a la cabeza de los Estados Unidos, John Bolton tiene la certeza y la credibilidad en materia de seguridad para emitir sus opiniones y conceptos. Atrás han quedado sus enojos, bien fundamentados ciertamente, cuando se opuso para que Donald Trump, en su primera administración, negociara con los talibanes y con ellos, el destino fatídico de Afganistán, país que entregó finalmente a esa gavilla de terroristas y fanáticos islámicos. Tampoco fue de su agrado que el presidente se hiciera fotografías con el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un. Desde luego, el tozudo Trump nunca le hizo caso a los consejos que Bolton le dio y por esa razón, el paso del asesor de seguridad fue efímero, fugaz y más que fugaz, diríamos “vertiginoso”, ya que solamente duró en la Casa Blanca diecisiete meses. Por ejemplo, un detalle que se comenta todavía, se dio cuando los iraníes derribaron un dron estadounidense y Bolton era de la idea de contraatacar al régimen de Teherán y Trump negó y obstruyó tal posibilidad. Pero ese fue uno de los muchos desencuentros entre ambos y la situación se tornó inmanejable cuando el mismo Trump atacaba a su propio asesor en la entonces red social Twitter y convirtió a su consejero en “un detractor” a quien había que alejar lo más pronto posible.

            Hoy, con la tranquilidad que da saberse lejos del presidente más analfabeto de cuantos ha habido en los Estados Unidos, John Bolton puede analizar la realidad actual sin pasión y con la frialdad necesaria para emitir comentarios realistas y apegados a la verdad. Por ejemplo, en cuanto a la relación “amistosa” entre Trump y el tirano de Rusia, Vladímir Putin, Bolton cree que el ruso invasor y genocida en Ucrania, “es frío y calculador y sabe cómo jugársela a Trump”, según sus propias palabras. “(Haberlo llamado) creo que es una señal muy mala, pero previsible. Trump siempre dice que si tiene una buena relación personal con un líder extranjero, entonces Estados Unidos tiene una buena relación con ese país. Y las relaciones personales son importantes en política exterior, pero esa no es la ecuación correcta –acentúa Bolton-. Putin es el líder más frío y calculador que yo he conocido. Sabe exactamente lo que quiere. Sabe cómo jugársela a Donald Trump y ya lo estamos viendo en lo que está diciendo el Pentágono sobre Ucrania. Es casi como rendirse.” Y añade Bolton a esta extraña y nada favorable relación entre los dos líderes, el ruso y el estadounidense: “Trump cree que Putin y él son amigos y no se da cuenta de que Putin lo desprecia. Putin no cree que Trump sea un hombre formado. Por ejemplo, no sabe nada sobre armas estratégicas. Desafortunadamente nunca tuvieron una negociación seria sobre armas nucleares, pero la experiencia de Putin en el KGB (policía secreta soviética), le ha enseñado cómo leer a las personas. Trump cree que también se le da bien leer a las personas, pero no tiene esa experiencia en el KGB. Así que cuando los sientas uno frente a otro en la mesa, es una competición muy desigual.”   

            El otro tema altamente preocupante, tanto para europeos como estadounidenses, es la amenaza (siempre la amenaza proferida por Trump), de abandonar la Alianza Atlántica (OTAN), y ante esa posibilidad Bolton opina: “Lo ha dicho muchas veces: creo que esto es muy grave. En mi libro escribí sobre la Cumbre en Bruselas en el 2018, cuando estuvo a punto de retirarse de la OTAN. No creo que haya cambiado de opinión. Ni siquiera entiende cómo funciona la OTAN. Él cree que Estados Unidos defiende a Europa, que no consigue nada a cambio y que Europa no paga nada. Y si crees que la Alianza es eso, efectivamente no suena muy bien. Algunos dicen que, si los aliados cumplen su compromiso de invertir el 2 por ciento de su PIB en defensa, Trump estará satisfecho. Así que durante la campaña, Trump dio otra cifra: dijo que los países europeos deberían invertir un 5 por ciento del PIB en defensa. Yo sí creo que Estados Unidos debería invertir un 5 por ciento porque vivimos en un mundo peligroso, pero los países europeos apenas llegan al 2 por ciento. No es el objetivo del 2 por ciento lo que le disgusta a Donald Trump. Lo que ocurre es que no entiende la Alianza y cree que no saca mucho partido de ella y eso no va a cambiar. Está buscando una razón, un pretexto, por si decide retirarse. Todo es una transacción y todo lo ve bajo el prisma de cuánto le beneficia.”

            Partiendo de esa base y en cuanto al enfrentamiento retórico que el estadounidense tiene con Europa, Bolton cree que los próximos años serán de caos para los europeos y va a ser como en su primer mandato, aunque peor, dice el ex asesor de seguridad; y será así porque no tiene una línea consistente de análisis, “todo gira en torno a sí mismo, todo es una transacción y todo lo ve bajo el prisma de cuánto ($$$$) le beneficia. Esta es una de las razones de la variabilidad de su política. Como no está siguiendo una política concreta –partiendo de la premisa de que Trump no es político, sino un magnate de los espectáculos y los bienes raíces, que una vez tuvo la ambición de ser presidente de USA-, es muy susceptible a darle la razón a la última persona que habla con él. Es una forma muy peligrosa de tomar decisiones.” Señala John Bolton, refiriéndose quizás a Putin, quien podría manejarlo a placer, pues Trump, específicamente con el ruso, se muestra extraordinariamente vulnerable e influenciable.

            Para concluir, tocó el tema de la Agencia de Cooperación al Desarrollo (USAID), y que Trump desea descontinuarla y cerrarla definitivamente. En su criterio, hay muchas cosas que se deben reformar en esa Institución y está seguro que, durante la administración de Joe Biden, se gastaba mucho dinero en programas en los que una administración republicana no querría invertir; “pero destruir este instrumento de política exterior, es un error enorme. Si lo eliminas, eliminas un elemento de poder.” Indica Bolton y está convencido de que, desde la Segunda Guerra Mundial, la ayuda exterior ha sido muy útil para los Estados Unidos, de diferentes maneras. “Es la continuación natural del Plan Marshall. ¿Ha fracasado? En algunos casos, sí. A veces se ha desviado de su misión de servir a los objetivos de Estados Unidos en política exterior, pero cuando yo estuve allí, durante la administración Reagan, tratamos de redirigir la agencia, nunca intentamos destruirla.” Explicó John Bolton.

            Y nadie mejor que él para definir y describir quien es Donald Trump, quien, evidentemente, es un individuo peligroso para el derrotero cotidiano del mundo, alguien de quien perfectamente se hubiese podido prescindir en la presidencia de los Estados Unidos y cuya aparición en el panorama político de este país y del orbe entero, obedece a esos raros y nefastos accidentes que sufre la humanidad de cuando en cuando, de época en época.


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