LA CIUDAD 

Los acontecimientos que se suscitan en las calles, viviendas y en la panorámica general de la gran urbe



Olga, periodista/Editora temas urbanos

Miles de Israelíes Protestan y Exigen la Renuncia de Benjamín Netanyahu

TEL AVIV, Israel-(Especial para The City Newspaper) La ecuación parecía fácil de entender y resolver: con el ataque de Hamás a suelo israelí y el secuestro de más de 100 ciudadanos judíos, lo que pretendía era canjearlos por presos de su organización, que están desde hace años en las cárceles de Israel. ¿Por qué era fácil solucionar el problema? Porque una vez que los secuestrados pasaron a los escondites de Hamás, las tornas se pusieron al lado de Benjamín Netanyahu, el dictador no declarado de Israel, y era el momento justo para tomar una decisión salvadora para los secuestrados y también justa. Pero no lo hizo. Y fiel a su racismo, mediante el cual considera a los habitantes de Cisjordania y la Franja de Gaza, infrahumanos, comenzó a bombardear a más de dos millones de seres humanos que vivían hacinados en Gaza.

            En su delirio guerrerista y asesino, se olvidó de los rehenes, a los cuales no ha liberado ni en mínimo número. Los pocos que han rescatado, obedeció al azar del destino; es decir, un grupo de soldados israelíes halló por casualidad a dos o tres rehenes que fueron abandonados por sus captores de Hamás y eso fue todo.

            Ahora, “la ecuación” sigue siendo simple, pero con otra perspectiva: más de 40 mil palestinos asesinados por el ejército israelí y ningún rehén judío liberado en esos ataques que Netanyahu llama estúpidamente “guerra.” Porque no es una guerra, porque su ejército no se enfrenta con otra fuerza parecida, superior o inferior y lo que tiene por nombre verdadero es: genocidio de la población de Gaza, que es masacrada por los judíos a diario.

            Es por todo ello, pero especialmente por el fallo al no liberar a los rehenes, que el pueblo israelí se ha hecho a las calles para exigir la dimisión del carnicero que tienen en el poder desde hace décadas y en posición de dictador, aunque los judíos, a pesar de que presumen de ser muy inteligentes, no se han dado cuenta de que tienen a un individuo perpetuado en el poder.

Calles y avenidas atiborradas en Tel Aviv

            Después de que circuló la noticia por Israel entero, de que recuperaron los cuerpos sin vida de seis rehenes que estaban en manos de Hamás, los hebreos se hicieron a las vías públicas de esta ciudad que es donde están las dependencias administrativas del gobierno del país, para exigir a Netanyahu que llegue a un acuerdo para recatar a los presos que todavía quedan vivos; y después, exigirle la renuncia, entre otras razones porque ha puesto a Israel en “el filo de la navaja”, cuando la nación está siendo atacada por Hezbolá y existe el riesgo de un enfrentamiento directo con Irán, nación que posee un ejército mucho más poderoso que el israelí. Es decir, los judíos no quieren el sistema de Netanyahu que solo ve en la guerra con sus enemigos y vecinos, el camino para solucionar lo que, por el contrario, empeora.

             Lo cierto es que la concentración más numerosa fue en el centro de Tel Aviv, donde los manifestantes llenaron las calles adyacentes al cuartel general de las Fuerzas Armadas israelíes. Esta ha sido la movilización civil más numerosa desde el inicio de los ataques judíos a la Franja de Gaza. Durante el masivo desfile de ciudadanos israelíes, fue posible ver ataúdes que simulaban llevar en sus adentros los cadáveres de las seis últimas víctimas israelíes del conflicto. Todos ellos cubiertos con banderas del país, con la famosa estrella de David en el centro.

            Mientras tanto, la otra manifestación, que también fue multitudinaria, se dio en Jerusalén, frente a la sede de la Knesset o parlamento y se programó otra más masiva todavía, en días próximos, para coincidir con la reunión del Consejo de Ministros, presidida por el propio Netanyahu. Ante esta aguda y grave situación en la que el dictador israelí se ha mostrado no solo incapaz de resolver el problema de los rehenes, sino también indiferente, porque lo que le interesa a él solamente es la masacre de palestinos que está efectuando ahora, sin referirse un ápice y en ningún momento a los secuestrados, el periódico The Times of Israel, publicó: “¡Miembros del gobierno: van a aprender por las malas lo que es importante para esta nación! ¡No van a tener ni un momento de silencio!”

            Y el principal sindicato de esta nación, Histadrut, anunció la convocatoria para una huelga general y así exigir al dictador Benjamín Netanyahu, un acuerdo con la facción palestina Hamás; y diversos partidos políticos de la oposición al gobierno e Instituciones públicas, se han sumado a esta convocatoria que, a no dudar, será de gran magnitud.

            Entonces, se torna evidente que el pueblo judío no quiere la guerra con nadie, ni con Hamás y mucho menos con Irán; y lo que desea es un pacto negociado con los palestinos en armas para traer a casa nuevamente a los rehenes, si es que no los han asesinado ya los mismos combatientes de Hamás, hartos de pedir el intercambio con los presos en las cárceles israelíes, sin que Netanyahu solo insista en asesinar a ciudadanos gazatíes. En este punto es oportuno repasar algunas portadas de los principales diarios judíos, publicados durante y después de las manifestaciones. Por ejemplo: “El dolor convertido en ira”, “Hemos fracasado”, “La madre de todas las protestas”, entre otros titulares de primeras planas. Pero Netanyahu no da visos de querer responder, de dar siquiera la cara al pueblo y calla, mientras ordena que la masacre continúe en Gaza. Evidentemente, lo que quiere el tirano hebreo es aniquilar por completo toda muestra de vida que haya en Gaza y después continuar contra Cisjordania y muy posiblemente contra el Líbano, donde está sede de Hezbolá.

            Y es que el hallazgo de los seis cuerpos sin vida de quienes fueron rehenes de Hamás, impactó fuertemente a los israelíes, ya que mostraban disparos a corta distancia en sus cabezas, después de haber sobrevivido casi 11 meses de cautiverio desde que fueron secuestrados en suelo israelí por un escuadrón armado de Hamás. Evidentemente, fueron ultimados a manera de mensaje macabro a Netanyahu, porque los palestinos ya están hartos de la tiranía, de “la sordera” y la incomprensión del dictador judío, que no escucha razones y solo insiste en la depuración racial en Gaza y en el resto de Palestina. Pero una vez que los ciudadanos de Israel vieron las fotografías de los seis fallecidos, se lanzaron a las calles en centenares de miles, para solidarizarse con las familias de los muertos y exigir a Netanyahu un cambio de rumbo en su política torcida en relación con los palestinos en armas.        Es decir, lo que se le pide al dictador es un acuerdo para un alto al fuego y que sea inmediato y así permita la liberación de los 101 rehenes que supuestamente están todavía en algún lugar de la Franja de Gaza; y después, quieren que el mismo Netanyahu se vaya definitivamente para su propia casa, que abandone el poder y deje de hacer quedar mal a Israel a nivel mundial, donde la imagen del país es la de un Estado genocida o criminal.

Situación actual del Estado judío

            A los israelíes les preocupa hondamente el quiebre de la paz y el hecho de que su país esté atrapado por la guerra en el sur, contra Hamás; la escalada en el norte, contra Hesbolá; y la espera de un ataque de represalia por parte de Irán y que vendría por el centro de la geografía de Israel.

            Políticamente, la división se ha intensificado desde que Netanyahu quiso efectuar una reforma judicial en el país, para obtener mayores garantías para su dictadura; y ahora lo que preocupa al pueblo hebreo es la tregua que no se establece por la tozudez del mismo dictador que tienen sobre sus cabezas en el gobierno, el curso de la ofensiva en Gaza y los secuestrados que, más bien, aparecen asesinados por Hamás, cansado de esperar el canje por sus presos en las cárceles israelíes. La lucha ideológica se está llevando a cabo en estos momentos entre la izquierda y la derecha de Israel, entre quienes apoyan a Netanyahu y quienes deploran su continuidad sin fin en el poder.

            Uno de los últimos discursos de Netanyahu, fue en estos términos, para tratar de describir lo que él observa en la realidad de su país: “Estamos inmersos en una guerra existencial (nótese el deleite con el cual se refiere al conflicto armado que él ha desatado y que ahora le divierte demasiado y no quiere detener), frente al eje del mal de Irán. La primera condición para la victoria, es la unidad de nuestro pueblo frente a un enemigo cruel (no toma en cuenta que es él y sus armas las que han estado extinguiendo a los palestinos día tras día), que quiere destruirnos a todos nosotros sin excepción, derecha e izquierda, laicos y religiosos, judíos y no judíos.” Expresó en una muestra evidentísima de paranoia guerrerista.

           La verdad es que la gran mayoría quiere que haya un cambio de Gabinete de gobierno, que estos dejen el poder definitivamente y para siempre. Otro caso que ilustra esto, lo ha dejado escuchar Liora, una israelí que ha participado en todas las manifestaciones junto a su esposo: “Lloré. Lloro todos los días desde el 7de octubre. De hecho, lloro desde que está este gobierno surrealista. Hamás les asesinó, peor hay un acuerdo en la mesa y quien torpedea cualquier trato es Netanyahu que debe irse a casa y en mi opinión, también a la cárcel por corrupción.” Y esa es la opinión compartida por miles de judíos que viven dentro y fuera de Israel.

            Después del asesinato de los seis judíos por parte de Hamás, el ministro de Exteriores, Israel Katz, no supo qué decir y retornó a la misma retórica de amenazas bélicas: “El grupo terrorista Hamás –dijo el judío-, ejecutó brutalmente a seis rehenes para infundir miedo y tratar de fracturar a la sociedad israelí. Israel responderá con toda su fuerza –nótese la misma diatriba discursiva de siempre de parte de un gobierno que no cree en la negociación y solo lo hace con las armas-, a este crimen atroz. Hamás es responsable y pagará el precio completo.” Traducido en “el lenguaje de las balas y los misiles”, lo anterior quiere decir que continuarán los bombardeos a Gaza y la aniquilación masiva de su población, sin importarle la imagen que los judíos dejan ante los ojos del resto del mundo. Pero la pregunta es: ¿Qué harán una vez que no haya nadie a quien asesinar en Palestina y todos los rehenes hayan sido ejecutados en represalia? ¿Habrá solución para eso? Difícilmente no. Creemos.

            De hecho, durante los funerales de los jóvenes, cuyas edades oscilaban entre los 23 y los 40 años, Netanyahu reconoció su impericia, su desdén por liberar a los rehenes y su falta de interés, para darle prioridad solo a la masacre sostenida en Gaza: “Como dije a sus familias, repito ahora también: les pido perdón porque no logramos traerlos con vida de regreso a casa. Estuvimos cerca pero no lo conseguimos.” Aceptó el dictador. Pero regresó a su discurso violento y pleno de amenazas: “Israel no pasará por alto esta matanza. Hamás pagará un precio muy alto por ello.” Y la ira crece todavía más cuando los familiares de los fallecidos recuerdan que tres de esos israelíes estaban incluidos en la primera lista negociada de la tregua y acusan reiteradamente a Netanyahu de no aceptar el acuerdo que les hubiera salvado sus vidas, pero a él quizás ese acuerdo lo hubiera sacado del gobierno, tal y como se perfilaban las cosas.

            Pero además del intercambio de prisioneros palestinos, ¿Qué más desea Hamás para establecer un acuerdo con Israel? Reitera su rechazo a cualquier negociación que se aleje de lo que el grupo Hamás aprobó el 2 de julio; es decir, una retirada completa del ejército judío del Corredor de Filadelfia y los pasos de Netzarim y Rafah. Y uno de sus líderes, llamado Jalil Al Jayah, expresó a la cadena qatarí Al Yazira: “No queremos negociar sobre las nuevas condiciones de Netanyahu.” Porque el dictador israelí mantiene su exigencia de mantener tropas en el citado Corredor de Filadelfia, al asegurar que es vital para que Hamás no se rearme por allí, con la ayuda de Irán; pero sus opositores dentro de Israel le replican al decirle que si esa zona fronteriza con Egipto fuera tan importante, hubiera sido uno de los primeros objetivos en la operación terrestre que se llevó a la práctica a finales de octubre y no en los últimos días de mayo. De hecho, muy a pesar de Netanyahu, los miembros de su propio gobierno que apoyan un acuerdo, son la mayoría; pero el dictador hace caso omiso a esa posición de sus compañeros de Gabinete.

            En lo que respecta a Joe Biden, presidente de los Estados Unidos y principal aliado de Israel, dijo que “un acuerdo definitivo para la liberación de los rehenes retenidos por Hamás en Gaza, estuvo muy cerca; pero no creo que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, estuviera haciendo lo suficiente para garantizar dicho acuerdo.” Afirmó el mandatario de los estadounidenses. Y desde Londres, Inglaterra, el gobierno decidió suspender el 30 por ciento de sus exportaciones de armas para el ejército israelí, según afirmación del ministro del Exterior británico, cuyas palabras fueron dadas a conocer por la famosa BBC. “No se ha tomado esta decisión a la ligera”, expresó David Lammy, titular de exteriores inglés.

            Para concluir, la activista medioambiental sueca, Greta Thunberg, fue detenida en Copenhague, Capital de Dinamarca, cuando protestaba junto a un grupo de sus colegas, contra la guerra en Gaza y la ocupación israelí de los territorios palestinos. El periódico danés Ekstra Bladet, presentó una fotografía en la que se ve a Greta esposada, frente a un edificio de la Universidad de Copenhague, una sede que fue ocupada por activistas del grupo ‘Estudiantes’, contra la actividad criminal del ejército israelí en Gaza.

            Horas antes, Thunberg había escrito en su cuenta de Instagram: “El objetivo de esta acción es la de protestar contra la colaboración de esta Institución (danesa), con Universidades israelíes. ‘Estudiantes contra la Ocupación’ y yo, estamos en un edificio administrativo de la Universidad de Copenhague.” Escribió y acompañó este mensaje con un video de la situación. Su posición es clara al respecto y así lo ha hecho saber: “Cuando expertos de la ONU instan al mundo a actuar para impedir un genocidio, como seres humanos tenemos una responsabilidad: exigir el fin de esta violencia es una cuestión de humanidad básica. Invitamos a todos los que puedan hacerlo. El silencio es ser cómplice. No se puede ser neutral ante un genocidio.” Así según un artículo suyo, que le fue publicado en varios medios de prensa europeos, en diciembre pasado.

            Le asiste toda la razón y el sentimiento a Greta Thunberg, mientras Netanyahu asesina en medio de su delirio de sangre ajena, de quienes él considera humanoides o menos que los judíos.

Según Israel, Ahora Resulta que Greta Thunberg es Antisemita

ESTOCOLMO, Suecia-(Especial para The City Newspaper) Cuando todavía era una niña, se dio a conocer mundialmente por sus declaraciones y movilización de masas en protesta contra todo aquello que era destructivo para el planeta y para el orden que debía prevalecer y lo que más ha llamado la atención en esta joven que se ha convertido en una brillante adolescente, ha sido su cordura, su sentido común y su defensa de lo que es esencialmente humano, realmente espiritual, fraternal y concordante con la civilidad, el respeto y equilibrio en la vida moderna.

            Sus primeras luchas, acompañada por miles de manifestantes en toda Europa, fueron en favor del cambio climático, una “doctrina”, si se quiere, avalada y aplaudida por la inmensa mayoría de las personas alrededor del mundo; pero ahora, después de observar boquiabierta la matanza de palestinos por parte del criminal ejército judío liderado por Benjamín Netanyahu, Greta Thunberg, aquella muchachita llena de ensoñación e idealismo, volcó sus opiniones, críticas y rebeldía “con norte”, con tino, en contra de esas masacres efectuadas día tras día por las bombas y misiles lanzados contra la población civil de la Franja de Gaza, por parte de los hebreos, apoyados por los Estados Unidos y las potencias occidentales europeas.

            De hecho, la joven sueca ahora es un elemento agresivo, pernicioso, enemigo de cuidado y declarado del Estado de Israel, mismo que no es otra cosa que el “gran portaaviones” de los Estados Unidos (que es el verdadero Israel, dominado por millones de judíos), enclavado en las arenas del desierto del Neguev.  

“Quien no es amigo de Israel… es enemigo de Israel”

            Ese es uno de los tantos principios torcidos que manejan los judíos desde épocas antiquísimas: quien critica, verbalmente o por escrito, las políticas y acciones bélicas de los israelíes, se convierte automáticamente en enemigo del Estado judío y hay que atenerse a las consecuencias… que es lo más peligroso. Es decir, los judíos no escatiman esfuerzos ni tiempo para asesinar a quienes ellos consideran son sus enemigos y esta joven sueca, ahora lo es y el primer calificativo nefasto que acaba de recibir de Israel y su líder, el dictador Netanyahu, es el de “antisemita.” Que es otra particularidad de los judíos: quien se manifieste, aunque sea levemente, en contra de Israel y su pueblo, es un “antisemita” y ello equivale a ser un poderoso enemigo al que hay que vigilar y “poner en su sitio” de una manera u otra.

            Aquí, en este punto, la pregunta que surge inevitablemente es: ¿Corre peligro de ser asesinada por el Mossad, el servicio secreto israelí, Greta Thunberg? Y la respuesta indefectiblemente es: por supuesto que sí y deberá, desde el momento preciso cuando emitió la primera opinión en contra de la política criminal de Netanyahu y su ejército en contra de los palestinos, de protegerse y cuidar su integridad física y de sus seguidores inmediatos, para evitar caer bajo las balas israelíes allí donde esté, ya sea en Europa o donde se desplace con sus manifestaciones en contra del genocidio del pueblo palestino, ejecutado por los judíos en Gaza y ahora en Líbano, contra la población civil de este país fronterizo con Israel.

            En los días recién idos, un periódico español de gran tiraje, publicó este titular: “Greta Thunberg: de niña prodigio del clima al símbolo del antisemitismo.” Pero ella no es anti-israelí, no desea la desaparición del pueblo judío y tampoco está de acuerdo en acabar con éste en campos de concentración, tal y como se trató de hacer en el Siglo XX, en la década de los años 40s. No. Lo que ella desea está más que claro: es el cese de los asesinatos, el aniquilamiento diario de la población palestina, de mujeres, niños, escolares, ancianos, hombres desarmados, madres, abuelas, abuelos, por las bombas y misiles lanzados desde plataformas ubicadas en suelo israelí o por aviones de combate facilitados por los Estados Unidos a los israelíes. Incluso, Greta no se ha referido siquiera a la conformación de un Estado palestino, en pacífica convivencia con Israel, porque lo que exige es el final del exterminio al que está abocado Netanyahu con todo el odio, el racismo y esos aires de superioridad que él y los suyos se dan, cuando se refieren a los palestinos en Gaza y Cisjordania.

            Por otra parte, Greta Thunberg se ha convertido en una verdadera molestia para aquellas superpotencias europeas que sostienen económica y militarmente a Israel, como lo son Inglaterra, Francia y Alemania, especialmente esta última, que no tolera ni un ápice que se hable mal de los judíos, debido al pasado en el que los alemanes estuvieron involucrados contra ese pueblo durante la Segunda Guerra Mundial, una historia que casi todos conocemos y que los alemanes actuales llevan en sus vidas individuales y conjuntas, como si fuera un pesado lastre. Esa “culpa” por los campos de concentración, creados por el nazismo, es una carga que los alemanes no saben manejar en sus existencias y mucho menos, tirar de sus conciencias, aunque las generaciones posteriores a la década de los años 40s nada hayan tenido que ver con los crematorios y las cámaras de gas de los famosos campos de exterminio. Y con base en esa torcida manera de sentir y observar la historia, se han volcado a apoyar a los israelíes en cuanta empresa nefasta éstos decidan emprender.

            Es por esa razón que Greta Thunberg resulta ser una verdadera molestia para el gobierno alemán, porque, entre otros motivos, lleva a cabo sus manifestaciones pro-palestinas en los Lander (Estados federados) alemanes. “Es temida en Alemania por su agresividad en las manifestaciones a favor del pueblo palestino”, escribió un corresponsal español acreditado en suelo germano. Por supuesto que, en otras naciones que cierran filas a favor de Netanyahu, el criminal judío, también la joven sueca es vituperada, perseguida, aprehendida y vuelta a encarcelar, como sucedió recientemente en Bruselas, Bélgica, a la sazón Capital de la Unión Europea (UE).

            Retornando al caso de Alemania, la policía de Dortmund, en días recién idos, retiró el permiso para efectuar una manifestación pro-palestina que había autorizado previamente y ejecutó la prohibición porque se enteró en redes sociales, que se anunciaba la presencia de Greta Thunberg, quien es considerada en esta nación una joven “potencialmente violenta.” ¿Pero será más violenta que el ejército judío actuando en la Franja de Gaza, donde masacra a niños en sus escuelas o pacientes heridos en los hospitales, hasta arrebatarles las vidas? Y en esta dicotomía criminal, moralmente, que llevan a cabo los alemanes en el gobierno, vetan a la sueca de 21 años y avalan plausibles al aniquilamiento del pueblo palestino por parte de Israel y su “vampiro” Netanyahu. De acuerdo a los partes policiales, Greta participó el 7 de octubre anterior “en las agresivas manifestaciones antisemitas (¿?) en Berlín y los últimos acontecimientos llevan a la conclusión de que está dispuesta a usar la violencia, por lo que, después de un examen intensivo y en el contexto de la evaluación de riesgos, se ha ordenado la prohibición y consiguiente disolución de la concentración.” Nótese el uso del adjetivo “antisemita” por parte de las autoridades uniformadas alemanas, que se hacen eco de las definiciones hechas por Tel Aviv, de que todo aquel que esté en contra del Estado israelí, es antijudío o antisemita. Por eso es bueno reiterar que esta joven sueca lo que defiende es la existencia de Palestina y el derecho a la vida que tienen los pocos palestinos que todavía el ejército israelí y su vampiro Netanyahu, no han exterminado. Aunque esto último es cuestión de tiempo, mientras Washington y Bruselas observan con los brazos cruzados la forma como se lleva adelante dicho exterminio, día tras día.

            Concretamente, el comunicado policial se refería a un campamento de protesta por la violencia de Israel contra Gaza (aquí no cabe el calificativo de “antisemita” entonces), que llevaba instalado varios meses pacíficamente, frente a la Universidad de Dortmund, con el permiso de la misma policía alemana y que luego fue desmantelado (sin resistencia), por parte de siente activistas que allí estaban acampados. “Esa actitud pacífica corría peligro –cita el mismo comunicado policial-, si la joven sueca hacía su aparición.” No hay duda: Greta Thunberg está “estigmatizada” en casi toda Europa, pero en especial en Alemania, por alzar su voz en contra del genocidio israelí que ejecuta en la Franja de Gaza.

            Los observadores y analistas de esta coyuntura, hacen uso del término “vasallaje” de los alemanes actuales con respecto al Estado de Israel; es decir, el gobierno alemán actúa de acuerdo a los caprichos, generalmente permeados por el asesinato en masa de los palestinos y ahora de los libaneses, y actúa de tal manera que Tel Aviv quede conforme con lo que hace Berlín. Un ejemplo de esto, lo marca la misma presencia de Greta Thunberg en Alemania, cuando, hace pocos años atrás, era recibida en toda esta nación con aclamaciones y trato de heroína por muchedumbres de jóvenes alemanes, identificados con su lucha contra el cambio climático. Entonces, se le permitía el uso de un vocabulario duro, crudo y confrontativo contra aquellos que tienen en sus manos la opción de combatir los daños que se le hacen a la naturaleza y nada pasaba. Pero ahora que el discurso de aquella niña sueca ha cambiado por el de la adolescente que reclama que no se asesinen más palestinos indefensos y ajenos a la problemática israelí, ha pasado a ser considerada una “persona non grata” en Alemania, peor que los neonazis que han ido in crescendo en todo este país. En síntesis, Greta Thunberg se ha transformado de niña prodigio del clima y modelo de una generación, a “persona non grata” a la que se le prohíbe la entrada a territorio alemán. Esta determinación, sin duda alguna, ha sido dictada desde Tel Aviv, Capital del Estado judío y Berlín la ha acatado igual que cuando los israelíes le piden al Ministerio de Defensa alemán, más submarinos, más misiles, más tanques y más pertrechos, cualesquiera que estos sean, “gratis”, sin que los israelíes tengan que gastar un solo euro en ese material, porque los alemanes están, desde 1945, bajo “la bota” del judaísmo internacional, que  manipula en el fondo del espíritu de cada alemán que se siente culpable por el genocidio que perpetraron los nazis con el pueblo hebreo durante la Segunda Guerra Mundial. Una culpa eterna, instigada por el Hollywood lleno de productores judíos y los políticos repartidos en toda la geografía occidental, de sangre hebrea, enarbolando siempre el dedo índice-acusador contra todas las generaciones, pasadas y actuales, de alemanes. Y Greta Thunberg se ha convertido justamente en la antítesis de ese “vasallaje”, en la imagen independiente y valiente, que no piensa como la gran mayoría de los alemanes, supeditados a las ordenanzas de Israel, desde Oriente Próximo.

¿Con Síndrome de Asperger?         

            Cuando Greta Thunberg comenzó sus manifestaciones en contra del cambio climático y la inacción de la mayoría de los líderes mundiales, era una niña de apenas 15 años de edad, en su natal Estocolmo, Capital de Suecia. Corría el 2018 apenas. Fue cuando se dio a conocer que padecía Síndrome de Asperger, una variable del autismo, en la que la persona tiene contacto con la realidad, puede hablar, aunque no muy ágilmente, se le considera dueña de una inteligencia “especial”, pero se le notan ciertos destellos de originalidad, de diferencia con respecto a los llamados individuos “normales” y en esos aspectos radica ese ser “especial” que lleva en su personalidad.

            Lo cierto fue que Greta fascinó a muchos jóvenes europeos y americanos con su discurso en contra del calentamiento global y sus manifestaciones, muchas veces en solitario, frente al Parlamento sueco, con el cartel “Skolstrejk för Klimater” (Huelga escolar por el clima), indujo a los muchachos a no asistir a clases los días viernes de todo el curso lectivo, “para proteger al clima.” Lo sorprendente fue que ese llamado suyo fue seriamente escuchado por padres de familia y profesores europeos, quienes apoyaron esta iniciativa de la niña de apenas 15 años. En aquellos gloriosos primeros años de su lucha, fue recibida en la Casa Blanca por el mismísimo presidente Barack Obama; y en Berlín, por la racional y humanista Angela Merkel. Además, Greta fue nominada para el Nobel de la Paz y designada por la famosísima y renombrada revista estadounidense Time, “persona del año.” Y el movimiento “Fridays for Future (FFF)”, creación suya, se extendió a gran velocidad por 180 países, apoyado por los medios de comunicación (periódicos, emisoras de radio y televisoras); y su éxito fue tan apoteósico que el viernes 29 de marzo del 2019, reunió en Berlín, Capital de esta Alemania que ahora le ha dado la espalda, a 1,8 millones de manifestantes.

            En aquel encuentro, Greta fue acompañada por la líder del FFF de Alemania, Luisa Neubauer, originaria de Hamburgo, con 23 años de edad. Ambas, tanto la sueca como la alemana, creían con firmeza que nada se podía alegar contra el argumento y el convencimiento sobre el inminente colapso planetario y, en comparación con la destrucción de la economía, ésta aparecía irrelevante. Incluso, las dos jóvenes difundieron la idea de que ellas y sus seguidores formaban parte de la “última generación que viviría en la Tierra” antes de dicho colapso. Y llamaron a su movimiento “Last Generation,” basadas en esa creencia fatalista.

            Entonces, otro espaldarazo que recibió Greta, vino nada menos que de la prestigiosa Amnistía Internacional, que vela por el trato de los presos políticos y el cuidado a los derechos humanos en todo el mundo: fue cuando la nombró “embajadora de conciencia.” Pocos meses después, esta pequeña pronunció un encendido discurso en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, ante los líderes mundiales; y pocos días después, pronunció otro discurso en la Cumbre sobre la Acción Climática de esa misma ciudad estadounidense, con un tono que resultó ser “demasiado violento” para muchos de los ahí presentes. Por ejemplo, textualmente Greta Thunberg dijo: “Debemos enfrentarnos al sistema que nos está robando nuestro futuro. No podemos ganar si no nos saltamos las reglas.” Evidentemente era un llamado a la sedición, al levantamiento violento y rebelde contra el orden establecido, contra las leyes existentes y contra los cánones y hacía hincapié en “usar abiertamente cualquier tipo de medidas”, en claro menosprecio a las autoridades y a las fuerzas del orden de todos los países. Muchos, con actitud comprensiva, creyeron que esas disertaciones eran producto de su “Síndrome de Asperger” y la dejaron decir y actuar. La policía y los jueces en derredor no actuaron en aquel momento, pues se trataba de una menor de edad; pero apenas cumplió su mayoría de edad, comenzaron a condenarla por allanamientos y daños a la propiedad y resistencia a la autoridad. De hecho, hay varias fotografías donde la llevan literalmente alzada dos robustos policías, para encerrarla en uno de los camiones/patrulla y conducirla a una celda, en prisión. En Londres, Inglaterra, para citar un ejemplo aislado, fue encarcelada por no disolver una concentración; aunque la mayoría de las demandas se han saldado con multas.

            No obstante, su buena estrella se fue opacando por sus desaciertos en determinados escenarios, según sucedió en el 2021, en Canadá, cuando se encontró con jóvenes que, en lugar de aprobarla con sonoros aplausos, esta vez la increparon y le retaron diciéndole: “¿Por qué no te vas a China o Arabia Saudí, en lugar de criticar aquí a nuestro petróleo que es amigable con el medio ambiente?” Incluso, en otro momento, las críticas enfocaron a su padre en Suecia, a quien preguntaron: “¿Cree que está bien obligar a una joven con una enfermedad mental (Asperger), a conducir (auto) por el país?” Y sólo fue defendida por la periodista canadiense Naomi Klein, una activista que estaba a favor del boicot a Israel, justamente por sus masacres efectuadas en la Franja de Gaza. Greta se lo agradeció y comenzó a seguirla por la red social “Twitter”, que luego se transformaría en “X”. Incluso, se dice que Klein hizo que la joven sueca abrazara otra causa distinta al cambio climático y fue la coyuntura palestino-israelí, que Greta luce en la actualidad.

             Desde aquel encuentro entre la periodista y la activista, la segunda comenzó a publicar su pensamiento referido al genocidio en Palestina. En lo personal, se mudó de la casa de sus padres y se fue a vivir, acompañada por sus dos perros, un golden retriever y un labrador, a un apartamento en Estocolmo, Suecia. Y desde “esa base”, comenzó a recibir invitaciones desde casi toda Europa, para manifestarse en contra del Estado israelí en su aniquilamiento de la etnia palestina. Ahora lleva alrededor de su cuello un pañuelo palestino, a cuadros azules y blancos, y se ha hecho fotos con el Tribunal Penal Internacional de La Haya, portando cartelones que dicen, por ejemplo: “No podemos permanecer en silencio durante un genocidio. Palestina será libre.”

             Lógicamente, la reacción de los israelíes no se hizo esperar mucho y le han devuelto sus críticas más duras, con otras todavía más cruentas; y en Alemania saltó a la palestra quien fuera su amiga alemana, Luisa Neubauer, defendiendo a la causa israelí y ha publicado en sus redes sociales: “Nuestra total solidaridad con los judíos de todo el mundo y condenamos enérgicamente el terror de Hamás.” Al fin y al cabo, Neubauer forma parte de esta generación de alemanes que sienten que deben proteger a los judíos, tengan o no la razón, porque el pasado nazi sobrevuela sus jóvenes vidas como un negro espectro y agiganta una culpa que ellos, realmente, no tienen por qué sentirla. Es cuando la misma Neubauer volvió a escribir: “Nos distanciamos enfáticamente de las publicaciones antisemitas en nuestros canales internacionales. Nos alarma ver cómo nuestras redes han sido abusadas para compartir desinformación, antisemitismo y odio.” Alemana al fin y al cabo, sin duda y con “culpa.”

            Y la respuesta contundente de la activista sueca, no se hizo esperar tampoco en este caso: “El punto es que Israel está usando el hambre como un arma y está cometiendo un genocidio.” Así lo expresó durante una entrevista que le hizo un canal de televisión de Alemania y añadió: “¿Qué representa un movimiento por la justicia climática que no puede distanciarse cuando se comete un genocidio y mueren decenas de miles de personas (en Palestina)?”

             Lo último que se ha sabido de esta joven sueca, es que el grupo parlamentario de la CDU, en Alemania, ha instado a sus compañeros de Cámara a prohibir su entrada en el país, en esta actitud incoherente de la mayoría de los alemanes actuales, quienes prefieren cerrar sus ojos a la masacre que lleva a efecto Netanyahu en Gaza y defender ilógicamente a Israel, el gran portaaviones “en tierra” del verdadero Israel que aparece en la geografía mundial con el nombre de Estados Unidos de América. También, el comisionado alemán de Antisemitismo del gobierno germano, Felix Klein, asegura que Greta Thunberg está perdiendo credibilidad “y se está desmantelando a sí misma”, lo cual parece dar a entender que su discurso a favor de los asesinados en Gaza es un equívoco y que el apoyo a Israel dentro de Alemania, a pesar del exterminio del pueblo palestino, es lo que debe prevalecer a toda costa.

            Fuere como fuere, millones de personas alrededor del mundo piensan como Greta, más todavía cuando las muertes diarias de palestinos las podemos observar en “tiempo real”, cuando los genocidas israelíes se muestran frívolos al cometer sus atrocidades, y hasta orgullosos por la gran masacre que llevan a cabo. Y por otra parte, hay muchas otras personas que piensan, con conocimiento real de causa, que en el caso de la joven Thunberg, la sueca que habla con la conciencia global, el Mossad, el servicio secreto israelí, podría silenciarla con la connivencia de gobiernos como el alemán o el estadounidense, pues se ha convertido en una voz muy molesta, que recuerda a los judíos que están cometiendo un salvajismo de proporciones épicas, que no será olvidado mientras el planeta siga girando, cual es el aniquilamiento de toda una etnia, de una parte importante de la especie humana… en este caso, la palestina.

Así Marchan las Elecciones en los Estados Unidos, Rumbo a Noviembre del 2024

TERRITORIO ESTADOUNIDENSE-(Especial para The City Newspaper) Se acerca “la hora cero” cuando los votantes de esta gran potencia mundial, los Estados Unidos, acudan a las urnas en persona (aunque ya están votando por medios electrónicos, según lo permite el Tribunal Supremo Electoral del país), y elijan definitivamente, con vista a los próximos cuatro años, al nuevo mandatario (a) que guiará a la nación.

         Será el 5 de noviembre de este 2024 cuando “se paralizará la respiración” (en sentido figurado por supuesto) de millones de ciudadanos estadounidenses, quienes estarán en la espera más ansiosa de sus vidas, cuando una voz oficial proclame al nuevo presidente (a), y comenzará una realidad distinta desde todo punto de vista.

           ¿Pero cómo marchan las cosas en esta nación cuando falta tan poco tiempo para sufragar? Observemos…

Las últimas encuestas…

            Antes de informar lo que emiten los números fríos de las casas encuestadoras, es importante resaltar, gane o pierda estas elecciones, la actitud de la señora vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, quien, primeramente, sin pretenderlo, se convirtió en la candidata que sustituyó apresuradamente a su amigo y jefe en el gobierno, el presidente Joe Biden. Lo admirable en ella estriba en el enorme esfuerzo que realizó en pocos meses o días, mejor dicho, para colocarse al lado en las preferencias de los votantes, de quien se sentía inobjetable ganador ante la inoperancia de Biden; es decir, la Sra. Harris alcanzó numéricamente a Donald Trump y, si los análisis no fallan, con un poco más de tiempo a favor, esta candidata demócrata hubiera “barrido” literalmente con el republicano, pero ella tuvo que lidiar contra el paso vertiginoso del tiempo que la acercaba al día de las elecciones, contra el desconocimiento de muchísimos de los votantes, pues un vicepresidente (a), no es muy conocido a nivel nacional, debido al hecho de que ejerce un puesto que no se expone muy poco ante la opinión pública o la prensa; y además, ha tenido que soportar el caudal de insultos, degradaciones, machismo e improperios de toda clase lanzados por Trump, como es su costumbre contra las mujeres y contra aquellos que tienen la tez oscura o negra, como es el caso de Kamala. En síntesis, su trabajo y el de su equipo, ha sido algo encomiable para situarse al lado de un individuo, Trump, que ha venido trabajando desde que fue expulsado de la Casa Blanca, al perder las elecciones anteriores frente a Joe Biden, y no permitirle un triunfo fácil como este sujeto preveía ante el anciano y enfermo presidente actual.

            Escrito lo anterior, las últimas encuestas realizadas a nivel de todo el territorio de los Estados Unidos, dan un empate técnico entre ambos candidatos; es decir, los dos tienen las mismas opciones de 50 a 50, cuando las elecciones “están a la vuelta de la esquina” en el calendario, pues noviembre está a medio mes de aparecer en los almanaques. En otras palabras más claras, tanto la Sra. Harris como Donald Trump, tiene, cada uno, un 50 por ciento de posibilidades de ser el ganador de los comicios.

            Sin embargo, existen algunas diferencias según los modelos de las encuestas. Por ejemplo, los de FiveThirtyEighy y Nate Silver, ubican a Kamala Harris un poco adelante de Trump, con un 50 o 55 por ciento de opciones; pero el republicano es el favorito en los mercados de predicción y en las apuestas. Y la pregunta que surge en este último aspecto, señala cuál es más preciso o exacto, ¿Los sondeos o los mercados? Una inmensa mayoría de estadounidenses confía más en los primeros; es decir, en los sondeos, porque en los mercados suelen colarse apuestas basadas en “deseos” de los jugadores y no son en nada pronósticos fundamentados en la realidad o en los números de personas que han emitido sus opiniones realistas.

            En todo caso, los movimientos numéricos siguen siendo parcos, apenas se mueven a favor de uno y de la otra; incluso, algunos conocedores de la realidad de los Estados Unidos en materia electoral, insisten en afirmar que nunca habían visto ni experimentado “unas elecciones tan estáticas.” Empero, en las elecciones nacionales, Harris sigue tres puntos arriba de su adversario Donald Trump en la intención de voto y es el mismo margen que tenía hace un mes. Tampoco hay nada claro en aquellos Estados que deciden las elecciones cada cuatro años, los llamados y considerados decisivos.

            Lo anterior es lo que supone ser un auténtico “quebradero de cabeza” para gente sencilla que no maneja apropiadamente el sistema electoral estadounidense y en una explicación más o menos entendible, hay que tomar en cuenta que la elección depende del resultado en cada Estado; y los candidatos, para ganar los comicios, necesitan 270 delegados o votos electorales, que se obtienen cuando se suma lo que reparte cada lugar y que van todos al candidato ganador de la circunscripción. En concreto, ahora mismo, la Sra. Harris tiene 226 votos electorales probables o seguros, que son casi los mismos que posee Trump, que tiene 219. Los 93 restantes corresponden a los llamados “Estados bisagra” o clave. Es decir, ambos necesitan ganar en esos “Estados bisagra” si o si. No tienen una segunda opción si quieren llegar a la Casa Blanca.

            En estos instantes, para mejores señas, Kamala Harris sigue siendo favorita en cuatro de los Estados clave, esto de acuerdo a las últimas encuestas. La Sra. vicepresidenta está por delante de su oponente republicano en los tres Estados “del cinturón del óxido,” que son Michigan, Wisconsin y Pensilvania, y que le valdrían para sumar los 270 votos electorales que necesita para ser presidenta del país. También tiene ventaja en Nevada, aunque este Estado sólo reparte seis votos electorales y no le serviría para compensar una eventual derrota en los otros que hemos mencionado arriba.

            Sin embargo el panorama que hemos descrito con los tres Estados del “cinturón de óxido” (regiones que enfrentan un declive industrial y fábricas abandonadas, oxidadas por la exposición a los elementos), como se les llama en esta nación, Kamala Harris no es la favorita todavía. ¿Por qué? En primer término, porque su ventaja en esos Estados en mínima. Por ejemplo, en Michigan y Pensilvania las encuestas sólo le dan un punto de ventaja sobre Trump, a la postre una diferencia dentro del margen de error.

            Visto lo anterior, si se tratase de una carrera de caballos, ambos velocistas van cabeza con cabeza, nariz con nariz, a pocos metros de distancia de la meta, mientras el público espectador se ha puesto de pie de sus asientos, para gritar y alentar con mayor bullicio al corredor de sus preferencias: Trump o Harris en este caso.

Venenoso hasta el final

            Dejando al lado un poco las encuestas recién hechas, Donald Trump sigue siendo el candidato “pintoresco” en estas elecciones, por su manera de ser, su carácter, su insidiosa manera de observar y describir las cosas y principalmente, por su venenosa forma de atacar a su adversaria política (y personal, según deja ver el republicano).

            En específico, Donald Trump acaba de invocar la ley de “enemigos extranjeros de los Estados Unidos,” para ser impuesta a los inmigrantes. Se trata de una ley que sólo ha sido aplicada en el marco de las guerras en las que han participado las tropas estadounidenses, pero nunca a manera de instrumento para la deportación. Lo cual corresponde a la xenofobia propia de Trump, quien ha dicho de manera textual: “Tenemos que vivir con estos animales (los migrantes), pero no por mucho tiempo.” Una expresión que “le retrata de cuerpo entero”, como el supremacista blanco que es, ha sido y morirá siendo.

            Esas palabras las pronunció en un mitin en Aurora, Colorado, al dejar de lado temas de capital importancia, como la política pública y los planes de gobierno que interesan mucho más a los votantes. Es decir, no se refiere a lo que hará a favor del país ni de su gente en lo económico, ni en materia médica o social, sino que se concentra ardorosamente en su narrativa antiinmigrante y hacerse eco de los reportes policiales que señalan que han hallado a criminales extranjeros en ciudades estadounidenses, como por ejemplo la banda venezolana, “Tren de Aragua.” Todas estas situaciones o circunstancias conceden a Trump “municiones” retóricas para referirse y atacar a los migrantes que han llegado a los Estados Unidos y le ha permitido invocar la ley de “extranjeros enemigos (Alien Enemies Act),” que fue promulgada en 1798, y que el ex presidente demócrata, Franklin D. Roosevelt, usó para encarcelar a familias enteras de inmigrantes, en aquel entonces, y que eran de origen italiano, alemán y principalmente japoneses, durante la Segunda Guerra Mundial. Pero si lo observamos en su verdadero contexto y dimensión, el mandatario de la Unión Americana cumplió con su deber, puesto que esas tres nacionalidades estaban en guerra con los estadounidenses y podían ser potencialmente peligrosas para la seguridad del país. Pero en el caso de Trump, en la actualidad, los Estados Unidos no están en guerra, según sucedía en la década de los años 40, en el siglo pasado. Y este es el discurso de Trump al respecto: “En Venezuela, los crímenes se han reducido un 72 por ciento. ¿Saben por qué? –Preguntó el candidato republicano-. Sacaron a los criminales de Caracas y los pusieron a lo largo de la frontera y les advirtieron que si volvían, los liquidarían. Ahora tenemos que vivir con estos animales, pero no por mucho tiempo. Invocaré la ley de enemigos extranjeros de 1798 (…), para apuntar y desmantelar cada red criminal migrante, (que está) operando en suelo estadunidense. Y Colorado volverá a ser un Estado seguro.”

            No obstante esa seguridad en sus palabras, demostrada por Trump, ha sido contradicha por el alcalde de Aurora, Mike Coffman, a la sazón también republicano, quien desmintió a Donald Trump en unas declaraciones suyas que aparecieron en el diario The New York Times, y destacó que “es una ciudad considerablemente segura, no una ciudad invadida por bandas venezolanas.” Aunque Trump insistió en llamar a su plan de deportaciones si llegase a la Casa Blanca, “Operación Aurora,” y prometió que, si se convierte en presidente de los Estados Unidos nuevamente, “detendré la invasión de inmigrantes a través de la frontera sur. El día 5 de noviembre, día de las elecciones, será el día de la liberación (de USA).” Dijo.

            Para los conocedores, la palabra “invasión” es clave, porque la ley sólo es aplicable en caso de “guerra declarada”, “invasión o incursión predatoria” al territorio de los Estados Unidos. Trump lo sabe y por eso insiste en llamar al movimiento inmigratorio desde América Latina, de esa manera. Sin duda, lo que busca es conmover a los magistrados para que le den la razón y pongan en funcionamiento dicha ley y así expulsar, sin contratiempos, a todos aquellos que le resultan incómodos al candidato republicano.

            Los presidentes en ejercicio pueden echar mano de la legislación existente sin la aprobación del Congreso, pero nunca ha sido utilizada con la finalidad que Donald Trump quiere darle; es decir, para desmantelar a toda “la red criminal de migrantes” que opera en el país supuestamente y con base en ello, justificar la expulsión de otros 11 millones de inmigrantes sin documentos legales. Sin embargo, la ley podría encontrarse con escollos insalvables y que tirarían por tierra los anhelos xenofóbicos de Trump, porque es clara en decir que se puede aplicar “siempre que haya una guerra declarada entre los Estados Unidos y cualquier nación o gobierno extranjero, o cualquier invasión o incursión depredadora sea perpetrada (…) y el presidente haga una proclamación pública del evento, todos los nativos, ciudadanos, habitantes o súbditos de la nación o gobierno hostil, mayores de catorce años, que se encuentren dentro de los Estados Unidos y no estén naturalizados, podrán ser aprehendidos, retenidos y expulsados como enemigos extranjeros.”

            Si se profundiza en el argumento y en el espíritu de dicha ley, la “Operación Aurora” ideada por Trump, queda fuera del texto, porque la presencia de inmigrantes indocumentados, así como aquellos que han cometido algún crimen (cifras de la Oficina Federal de Prisiones revelan que el 90 por ciento de los reclusos del país son nativos y no inmigrantes), no está vinculada a una “guerra declarada ni a una invasión depredadora de otro país.” De tal forma, vemos que Mr. Trump sigue “dando palos de ciego” o se muestra rotundamente equivocado cuando intenta interpretar, a su manera, las leyes existentes. Las tuerce, les da un significado erróneo y trata de aplicarlas en casos clarísimos en los que no es posible aplicarlas.

            En el pasado reciente, cuando fue mandatario de los Estados Unidos, Donald Trump aplicó, vía decreto, la prohibición para el ingreso al país de musulmanes provenientes de Irán, Irak, Siria, Somalia, Yemen, Sudán y Libia. Todas esas naciones, enemigas declaradas de Israel. Esa decisión draconiana, muy apegada a su manera de ser, tormentosa, inhumana, violenta, supremacista y racista, fue muy criticada porque fue una violación a los derechos civiles. “Aunque pidieran asilo, tuvieran estatus de refugiados o permisos de entrada, no podrán ingresar a los Estados Unidos,” reafirmó Trump en aquel momento. Recordemos también que es esas determinaciones en el pasado, su yerno, Jared Kushner, un judío también supremacista, ortodoxo y esposo de Ivanka Trump, hablaba al oído de Trump y este troglodita le escuchaba y se comportaba obediente, como el ignorante en casi todo que ha sido durante toda su vida.

            Por lo pronto, las elecciones presidenciales están en “el recodo de la calle”… en noviembre próximo. Y Kamala sigue siendo la mejor opción, sin apelaciones.


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