EL PLANETA 

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Mariana, editora sección El Planeta

Reacción Iraní Tras Ataques de los Estados Unidos a sus Centrales Nucleares

TEHERÁN, Irán-(Especial para The City Newspaper) Estamos en “el día después” de los ataques con aviones a las centrales atómicas iraníes y las respuestas verbales del gobierno persa han sido de un profundo y arraigado enojo en contra de Washington y Tel Aviv, como es lógico. De hecho, a esta última ciudad los ataques con misiles se incrementaron esta mañana, debido al enfado de los iraníes y los judíos, que todavía no reciben lo que merecen, que es la destrucción de su propio país por completo, debido a los crímenes horrendos que ha cometido masivamente en el mundo musulmán, amanecieron bombardeados o han tenido que correr hacia los refugios antiaéreos, construidos con base en su paranoia proverbial de que toda la humanidad los odia. Aunque en esto, a partir de las masacres que han ejecutado en los últimos meses en Gaza, no les falta razón para sentirse despreciados, precisamente por asesinos que son.

            Después de las intervenciones aéreas realizadas por los estadounidenses, Mehdi Mohammadi, asesor estratégico del presidente del Parlamento iraní, explicó que los sitios nucleares fueron evacuados hace tiempo y las instalaciones no sufrieron daños irreversibles, lo cual es un aliciente para quienes temían daños humanos y materiales después de los salvajes “bombazos” lanzados por los norteamericanos. Además, la Radiodifusión de la República Islámica de Irán (IRIB, por sus siglas en inglés), informó que “todo el uranio enriquecido ha sido retirado con antelación de las instalaciones nucleares iraníes, incluida la de Fordo, por lo que no hay riesgo de una subida de los niveles de radiación a causa de los ataques estadounidenses e israelíes.”

            Hassan Abedini, alto funcionario gubernamental, indicó que las tres instalaciones atacadas, la de Fordo, Natanz e Isfahán, fueron evacuadas “hace algún tiempo y no había materiales capaces de provocar emisiones radioactivas en las tres instalaciones nucleares bombardeadas.” Mehdi Mohammadi, asesor del Parlamento en temas atómicos, corroboró lo anterior al decir que, “desde el punto de vista de Irán, no ha ocurrido nada particularmente sorprendente. Irán lleva varias noches esperando el ataque contra Fordo (cuyas instalaciones están el subsuelo del desierto). El sitio ha sido evacuado desde hace tiempo y no ha sufrido daños irreparables en el ataque. Hay dos cosas seguras: primero, el conocimiento no se puede bombardear; y segundo, esta vez el jugador apostador perderá (los Estados Unidos).” La agencia de noticias iraní, Mehr, informó que en la ofensiva han resultado dañadas la entrada y la salida de la instalación de Fordo.

            “El conocimiento no se puede bombardear”, ha dicho el alto representante del gobierno de Irán, lo cual significa que para que Israel detenga el programa nuclear iraní, tendría que asesinar a todos los científicos de esta nación persa, incluyendo a los asesores extranjeros, principalmente chinos y rusos que visitan constantemente Irán, y eso sería provocar el enojo de ambas potencias, China y Rusia, y no le convendría para nada a Israel, cuya capacidad militar ha quedado “desnudada” en este enfrentamiento con los iraníes: simplemente es un bulo, que sin la ayuda estadounidense no llegaría muy lejos en una guerra de gran envergadura.

Ha resurgido el matonismo retórico de Trump

            Resulta siempre impresionante ver y escuchar la estupidez que se desborda de la mente de Donald Trump a raudales: es conocedor impresionante de nada o de casi nada sobre la superficie de la Tierra; y es incapaz de aprender algo, pues su naturaleza no está para absorber ningún tipo de conocimiento y tampoco su voluntad. Fundamentado en lo anterior, después de los ataques a las plantas nucleares de Irán, cuya logística no estuvo a su cargo, sino de los militares del Pentágono, ha seguido insuflando el odio con amenazas, con esa bocaza que ya hemos escuchado proferir insultos y amenazas cada vez que la abre. Tras los ataques, dijo que había sido “un éxito asombroso”, con esa limitante tan incómoda y angustiante que tiene su vocabulario, pues es incapaz de hilvanar 500 palabras seguidamente en un discurso más o menos coherente. Tal es su ignorante estupidez y analfabetismo congénito.

            Y en referencia al gobierno iraní, Trump lo amenazó nuevamente al decir que debería concretar la paz de manera inmediata o le esperará una nueva oleada de ataques; una amenaza contraproducente que podría encender las pasiones y los ánimos en Oriente Próximo de los mismos iraníes y sus aliados en la región, así como de chinos y rusos que podrían involucrarse de alguna manera en la escalada del conflicto. Incluso para él, en el interior de los Estados Unidos, donde en estos momentos tiene anticuerpos muy poderosos en el Congreso y el Senado de parte de congresistas republicanos, quienes le están reclamando el haber realizado los ataques a Irán, saltándose y obviando todos los reglamentos y leyes que moderan la vida de los estadounidenses; y es muy probable que Trump no llegue a finalizar su período presidencial, debido a otro atentado contra su vida, que sería, esta vez, definitivamente letal. La personalidad de Trump “invita” a ser asesinado, es “el blanco perfecto” para un francotirador cansado de sus estupideces, de sus decisiones sin meditación previa y de su amistad inquebrantable con otro asesino, como lo es el judío Netanyahu. Muchos en USA estarían dispuestos a “dar de baja” al equívoco de presidente que es Donald Trump, justamente.

            Resultado de lo anterior, de los ataques aéreos de los Estados Unidos, el Parlamento de Irán decidió cerrar el estrecho de Ormuz, de acuerdo a la empresa de comunicaciones, Press TV. Fue Sardar Kowsari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional, quien dio la noticia; no obstante, la decisión final al respecto, corresponde tomarla al Consejo Supremo de Seguridad iraní, misma que será tomada en estas próximas horas.

            El periódico estadounidense The New York Times ya se había adelantado a esta alternativa de Teherán, al analizar las distintas posibilidades que tienen los iraníes para responder a los ataques estadounidenses contra sus centrales nucleares y que contemplan el despliegue de fuerzas navales y otras capacidades para cerrar el estrecho de Ormuz, la ruta marítima clave para bloquear el paso de cualquier barco de la Armada estadounidense en el Golfo Pérsico. Colateral a estos ataques contra Irán, el servicio de rastreo especializado Marine Traffic (Tráfico Marítimo), informó que el tránsito por el estrecho estaba muy recargado.

            Finalmente, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, aseguró a una periodista de Bloomberg que lo entrevistó, que existen varias opciones, todas ellas barajadas por su gobierno, para responder a esta agresión (y otras más que decida el obtuso Trump), y dos de ellas son atacar las bases estadounidenses en la región y la posibilidad de cerrar el estrecho de Ormuz, que pertenece en casi su totalidad al país persa y que sería un duro golpe al tráfico por mar de todas las naciones que lo utilizan a diario para cortar el camino hacia Europa desde Asia y viceversa.

            El cierre de Ormuz y el aumento de las tensiones bélicas, no es otra cosa que la ausencia de un hombre inteligente y sapiente en la Casa Blanca, que sepa sopesar las consecuencias de la violencia cuando se toma una decisión errática y de manera desproporcionada contra enemigos que podrían devolverle los golpes con igual o peor contundencia; y así como Netanyahu y Trump desean acabar con el régimen de los Ayatolás en Irán, los iraníes esperan un golpe letal contra ambos sátrapas en Estados Unidos e Israel… por el bien de la humanidad al completo.

Los Europeos Creen que el Vicepresidente Vance Sería Peor que Donald Trump en una Eventual Presidencia Suya en los Estados Unidos

BRUSELAS, Bélgica-(Especial para The City Newspaper) Muchos occidentales versados en política y que han conocido a Vance, le consideran un individuo nocivo para los intereses europeos principalmente. ¿Por qué razón? Ya las veremos a lo largo de este artículo de prensa. Aunque, por lo pronto, la cabeza que ha asomado James David Vance, que es su nombre completo, no ha gustado a nadie, mucho menos a los especialistas en psicología, precisamente por su papel junto a su amo, Donald Trump, en el que su servilismo se manifestó en toda su dimensión gigantesca. Vance está allí, en la Casa Blanca, para servir de la manera más rastrera a Trump y sin que ello implique que el poco honor que pudiere tener, se vea lacerado en modo alguno.

            ¿Pero quién es este sujeto que ha salido a la luz en la política mundial, al lado de Donald Trump y que la mayoría de los habitantes de este planeta, apenas están conociendo? Es llamado James Donald Bowman también. Nació en Middletown, Ohio, el 2 de agosto de 1984, y es conocido como J.D. Vance. Es hijo de Beverly Carol (de soltera Vance, nacida en 1961), y de Donald Ray Bowman, nacido en 1959 y fallecido en el 2023. Tiene raíces escocesas e irlandesas y sus padres se divorciaron cuando él era muy pequeño y fue adoptado por el tercer esposo de su madre, Bob Hamel. Citan quienes han profundizado en su biografía, que su infancia estuvo marcada por la pobreza y el abuso y su madre era adicta a las drogas; por esa causa, él y su hermana Lindsey, fueron criados por sus abuelos maternos, James y Bonnie Vance, y fue esta última quien inculcó en el joven sus creencias cristianas y en contraposición, su gusto por las armas, ya que la señora Vance tenía en su casa 19 pistolas de distintos calibres.

En los círculos políticos de Washington se le tiene a J.D. Vance como un político conservador, aparte de empresario y escritor (¡?), aunque todavía no sabemos realmente cuántos y cuáles libros (o artículos de prensa) ha escrito a lo largo de su vida, además de uno solo al cual nos referiremos más adelante. Es miembro activo del Partido Republicano y su amigo (y amo actual), Donald Trump, lo llevó a convertirse en el 50 vicepresidente de la nación, desde el 20 de enero pasado. Otro dato señala que es el tercer vicepresidente más joven en la historia de los Estados Unidos, sólo superado por el demócrata John C. Breckinridge, quien tenía 36 años y 47 días cuando fue nombrado en ese mismo puesto. También Richard Nixon, quien tenía 40 años y 11 días cuando lo llevaron a la vicepresidencia del país.

            Una vez que se graduó de la escuela secundaria, Vance se unió a los Marines, donde trabajó como reportero militar del 2003 al 2007. También estudió en la Universidad Estatal de Ohio y en la Escuela de Derecho de Yale. Luego ejerció por un espacio de tiempo muy breve como abogado y después se enroló en la carrera en la industria tecnológica y como capitalista de riesgo.

            Fue enviado a Irak en calidad de corresponsal de guerra y estuvo en esa nación de Oriente Próximo durante seis meses, hasta finales del 2005; estuvo asignado a la sección de Asuntos Públicos de la 2da. Ala de Aeronaves de los Marines.

Una autobiografía que le “catapultó”

            Fue durante las elecciones presidenciales del 2016 cuando este libro escrito por él mismo, apareció y resultó ser algo así como “el resorte” que le impulsó en el conocimiento de los votantes; es decir, aportó gran parte de su actual popularidad. Eran sus memorias y las tituló Hillbilly Elegy, que en su traducción al castellano vendría a ser “Elegía Campesina: una memoria de una familia y una cultura en crisis.” En resumen, la historia de este libro se gestó cuando, después de graduarse de Ohio State, Vance asistió a la Facultad de Derecho de Yale con una beca casi completa y allí, su profesora Amy Chua, autora del libro Battle Hymn of the Tiger Mother, en el 2011, lo convenció para que escribiera sus memorias. También fue editor del periódico The Yale Law Journal, especializado en temas de derecho.

            Lo cierto es que su libro estuvo en la lista de los más vendidos, elaborada por el famoso The New York Times, que lo catalogó “uno de los mejores seis libros para ayudar a entender la victoria de Trump.” Pero The Washington Post, el “otro” diario opuesto al NYT, llamó, por el contrario, a Vance, “la voz del cinturón de óxido”; y The New Republic lo criticó al señalarlo como “el explicador favorito de la basura blanca de los medios liberales” y el “falso profeta de la América azul.” Por su parte, el economista William Easterly, criticó el mismo libro al escribir: “El análisis descuidado de grupos de personas (élites costeras, Estados Unidos de paso, musulmanes, emigrantes, personas sin títulos universitarios, lo que sea), se ha vuelto rutinario. Y está matando nuestra política.”

            Sin embargo, este libro fue un éxito y gracias a él, Vance se convirtió en colaborador de la CNN, a principios del 2017; y el momento álgido para este volumen se dio cuando, en abril del 2017, Ron Howard firmó para dirigir su versión cinematográfica que fue estrenada solamente en cines selectos del país, el 11 de noviembre del 2020. Fue protagonizada esta película por Amy Adams, como la madre de J.D. Vance; Glenn Close en su papel de Mamaw; y Gabriel Basso, como Vance. También fue lanzada en streaming el 24 de noviembre pasado en Netflix. Todo eso, sin duda, aportó a ser conocido a nivel nacional, antes de su arribo a la Casa Blanca, bajo el mando de Trump.

            En un momento dado, Vance no estuvo de acuerdo con la irrupción de Donald Trump en la política interna del Partido Republicano, ni en la del país en general y se declaró su adversario en ese renglón. Sin embargo, con el paso del tiempo, Vance se adhirió “a la causa” del actual presidente (si es que alguna vez tuvo una “causa” definida y real), hasta ser convertido en el vicepresidente que ahora conocemos. Esa simpatía surgió durante la primera administración de Trump. En el 2022, Vance ganó las elecciones al Senado por su natal Ohio y fue senador del 2023 al 2025; y en julio del 2024, Trump lo eligió para que fuera su vicepresidente.

            En el aspecto político/ideológico, Vance es considerado un conservador nacional y un populista de derechas, aunque se describe a sí mismo miembro de la derecha posliberal. Se opone al aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo (abomina la homosexualidad, según ha manifestado repetidas ocasiones); se opone también al control de armas y a la ayuda militar de los Estados Unidos a Ucrania, según pudimos observar de primera mano cuando llamó “malagradecido” al mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, durante la última visita de éste a la Casa Blanca. Así mismo, Vance ha sido un crítico abierto a la falta de hijos en muchas familias y ha reconocido la influencia decidida de la teología católica en sus posiciones y proposiciones socio-políticas.

            En lo que estriba a su concepción del mundo, J.D. Vance se opone al aborto y rotundamente a la Ley de Respeto al Matrimonio, que contempla el matrimonio igualitario; es decir, entre personas del mismo sexo. Es cuando ha dicho: “creo que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.” También se opone tajantemente a que haya control en la venta de armas dentro de los Estados Unidos y en esto (y en lo otro de la homosexualidad), es muy similar al pensamiento de Donald Trump.

            En lo que se refiere a las familias, dejó claro en aquel discurso suyo pronunciado en el 2021 en el Intercollegiate Studies Institute, que las familias sin hijos son un verdadero problema y señaló, en aquella ocasión, a la izquierda sin hijos, que es la culpable de los problemas actuales de los Estados Unidos; al paso que dejaba sus mejores palabras para elogiar al mandatario húngaro, Viktor Orbán, por alentar a las parejas casadas a tener hijos. Así mismo, Vance manifestó en ese mismo discurso, que los padres deberían tener más voz y voto en el funcionamiento de la democracia, que aquellos que no tienen hijos. Es decir, más peso para los que tienen descendencia, que aquellos que no la tienen o no la quieren.

            Y en el espinoso tema de la inmigración descontrolada hacia USA, Vance ha tenido alguna contradicción o paradoja en el pasado, precisamente cuando amonestó a Trump por demonizar a los inmigrantes, pero, últimamente, este mismo vicepresidente ha catalogado los efectos de la inmigración ilegal de “sucios.” Incluso apoyó la propuesta de su jefe Trump para levantar el famoso muro en la frontera sur con México, cosa que nunca se hizo finalmente, y rechazó la idea de que los defensores de dicho muro son racistas. Zanjó esta discusión incluso, al proponer que se deberían gastar US$3 mil millones para concluir esa enorme y extensa valla intrafronteriza.

            En cuanto a la política exterior de los Estados Unidos, Vance ha manifestado categórico que está en desacuerdo en retirarse de la OTAN, o la Alianza de ejércitos europeos con los Estados Unidos, pero cree que la atención de los estadounidenses tiene que trasladarse ahora al Este de Asia, ante el diferendo que los chinos sostienen con la isla de Taiwán, que quieren anexionar. Esa posición suya, que es la misma de su gobierno, la dejó conocer en la reciente Conferencia de Seguridad de Munich, Alemania, donde representó a su país. También allí hizo hincapié en que ciertos países europeos y miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), no están gastando lo suficiente en su propia seguridad. Y en el candente tema de Ucrania, la invasión rusa a esta nación, J.D. Vance se erige como un crítico fuerte y duro, contrario a la ayuda militar que los Estados Unidos han dado a esa nación europea. Y aquí aparece justamente el punto “negro” en su discurso, porque ha dicho que los ucranianos deberían, con la anuencia absoluta de los Estados Unidos, ceder parte de su territorio a los rusos. “Le conviene a Ucrania ceder esas regiones,” ha dicho. Aquí hay que recordar que, en diciembre del 2023, Vance fue criticado porque pidió la suspensión de más ayuda a Ucrania, porque manifestó que los ministros ucranianos utilizarían el dinero para comprar yates más grandes para su diversión.

            Y en lo que respecta al genocidio que Israel lleva a efecto en contra de Palestina, Vance cree que la financiación estadounidense a los israelíes en esa masacre, es buena y oportuna, porque se declara enemigo absoluto de la facción armada de Hamás, la guerrilla palestina, a la cual considera sin titubeos, terrorista. Por supuesto, se abstiene de criticar al genocida judío, Benjamín Netanyahu, quien lleva a cabo tal masacre.

Más peligroso que Trump

            Para Europa Occidental, la continuidad de la política y decisiones de Donald Trump, una vez que se haya alejado de la presidencia de los Estados Unidos, descansaría sobre los hombros de su actual vicepresidente James David Vance. Hay preocupaciones que van creciendo en los líderes europeos, porque el curso iniciado por Trump, podría continuar o en vigencia, aun después de que finalice su mandato.

            Consideran a Vance una amenaza que podría ser mayor que esta que proviene de Donald Trump, de acuerdo a opiniones recogidas de personalidades de la política de Europa. “El discurso (de Vance), en Munich, cimentó las opiniones acerca de él dentro del bloque como antieuropeo y más peligroso que Trump.” Así según información dada por un diplomático de la Unión Europea (UE), quien pidió se mantuviera en el anonimato su nombre.

            El regreso a la presidencia de Trump, “ya había desatado el pánico entre los gobiernos europeos, que se preguntaban cómo iban a evitar que la Alianza Transatlántica se resquebrajara en los próximos cuatro años”, pero Vance está ahondado todavía más esos temores de que las divisiones puedan volverse permanentes, si llegara a suceder a Trump en un eventual gobierno suyo, después del actual.

            Además de su discurso en Munich, sus gritos dirigidos a Zelenski en la Casa Blanca, haciéndose eco de los alaridos que Trump profirió al ucraniano, provocaron más y mayores preocupaciones en los líderes europeos y ya han hablado de la “influencia potencial” del vicepresidente estadounidense. De hecho y avistando hacia el futuro, después de que este gobierno republicano finalice, las preocupaciones crecen porque el curso político emprendido por Trump siga vigente: “La condición de Vance como heredero del movimiento MAGA (‘Make, America Great Again’), preocupa a los europeos.” Afirma el mismo diplomático sumido entre penumbras para no ser identificado. Sin embargo, Trump manifestó que era demasiado pronto para hablar de un sucesor cuando termine su segundo mandato, en el 2029; pero el puesto de vicepresidente convierte a Vance en un “aspirante por defecto.” Esta consideración ha llevado a los europeos a opinar de esta manera, más todavía cuando han conocido la personalidad de J.D. Vance: “No podemos tratar a Trump como una aberración, como hicimos en el 2016; no hay excusa para cruzar los dedos y esperar que en cuatro años las cosas vuelvan a la normalidad.” Así según Ed Davey, líder del Partido Liberal Demócrata.

            En todo caso, los europeos que están analizando a la figura del vicepresidente de los Estados Unidos, lo recuerdan cuando dijo en Munich, durante la Conferencia de Seguridad: “La amenaza que más me preocupa respecto a Europa no es Rusia, no es China, no es  ningún otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza desde dentro, el retroceso de Europa respecto a algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con Estados Unidos. Cuando vemos a las Cortes europeas cancelando elecciones, con altos funcionarios amenazando con cancelar otras, tenemos que preguntarnos si nos ceñimos a unos estándares debidamente altos” y se preguntó por qué lucha Europa y de qué se está defendiendo: “Si ustedes corren con miedo a sus propios votantes, no hay nada que Estados Unidos pueda hacer por ustedes, ni, por ende, hay nada que ustedes puedan hacer por el pueblo estadounidense que me eligió a mí y eligió al presidente Trump.” Reafirmó.

            Posiblemente los europeos se estén adelantando a los acontecimientos, pues todavía hay por delante cuatro largos años de administración de Donald Trump que tendrán que agotarse y talvez J.D. Vance jamás llegue a la presidencia de su país al ser derrotado en una eventual elección nacional, porque lo cierto es que, en asuntos del destino, sólo Dios y el destino mismo saben lo que habremos de vivir y experimentar. Nadie más. Y lo que se diga, será sólo especulación y conjetura. Pero en cuanto a la personalidad de Vance, no ha gustado a nadie en Europa, según lo que ha dejado conocer.


Donald Trump se Da Cuenta de que Putin se Burla de Él y Ha Amenazado al Genocida Ruso

WASHINGTON D.C. USA-(Especial para The City Newspaper) Mientras Donald Trump clama más y más a favor de la pacificación del conflicto entre Rusia (el invasor) y Ucrania (el invadido), el ruso Vladímir Putin bombardea con más furia, rencor y ahínco a las ciudades ucranianas, en especial a Kiev, la Capital y la pregunta que se desprende de esta amarga (y criminal) situación es, ¿Se dio cuenta Trump del juego burlesco de parte de quien él llama “mi amigo” o tuvieron que abrirle los ojos para que notara el sarcasmo, la falsedad y el aumento de la criminalidad por parte de Putin en la guerra que libra por apoderarse de toda Ucrania?

              Da la impresión que el mandatario estadounidense no lo había notado y alguien en el Pentágono, presumiblemente, le tuvo que advertir que “mientras usted exige que se depongan las armas, se dialogue entre los bandos en conflicto y llama “mi amigo” a Putin, éste arrecia sus ataques con misiles y drones a objetivos dentro de suelo ucraniano.” Así tuvo que ser la argumentación que le dijeron al crédulo e ignorante en estos avatares, Donald Trump.

            Incluso el mandatario francés, Emmanuel Macron, durante su gira reciente que efectuó por Asia, dijo que “el presidente Trump se ha dado cuenta de que Putin le mintió cuando le dijo por teléfono que estaba listo para paz. Espero que la ira de Trump se traduzca en acciones. Nuestra prioridad ahora es dar un plazo a Putin para un alto al fuego, para que todo el mundo pueda comprobar si miente. Más allá de ese plazo, tiene que haber represalias masivas en forma de sanciones.” Expresó Macron en su visita a Hanoi, Vietnam, antes de continuar por otras naciones del continente asiático. Antes de dichas declaraciones, el presidente galo se había enterado de que los rusos habían bombardeado nuevamente Ucrania –algo que realizan casi todos los días sin interrupción ni respetar las promesas hechas a Trump en torno a la paz-, cuando causó 12 muertos entre la población civil y 79 heridos, debido al uso de cientos de drones y decenas de misiles. Luego, los mismos rusos volvieron a atacar a Ucrania de manera masiva con nueve misiles de crucero Kh-101 y 355 drones, según un parte emitido por la Fuerza Aérea ucraniana.

Advertencia a Putin

            Después de estos ataques rusos, Donald Trump aseguró que Putin estaba “loco” y mostró su desconfianza hacia el dictador de Rusia luego de que creyera ciegamente en sus promesas relacionadas con su deseo de decretar un alto al fuego en Ucrania. El mandatario estadounidense criticó a Vladímir Putin por estancar los esfuerzos para poner fin a la guerra y le advirtió que “está jugando con fuego” al negarse a detener los ataques contra el territorio ucraniano. Fue cuando afirmó: “Lo que Vladímir Putin no entiende es que, si no fuera por mí, a Rusia ya le habrían ocurrido muchísimas cosas malas y quiero decir ‘muy malas’. ¡Está jugando con fuego!” Publicó en su red Truth Social, con su parquedad de vocabulario que le caracteriza; sin embargo, no especificó de qué se ha librado Putin y cuáles son esas “cosas muy malas” que Trump ha obstaculizado para que no le causen daño al ruso genocida e invasor del país vecino.

            Agregó Trump ante la prensa reunida frente a él en uno de los salones de la Casa Blanca, que está meditando imponer sanciones a Moscú, “porque Putin está matando a mucha gente.” Y nuevamente en Truth Social escribió: “Siempre he tenido una muy buena relación con el presidente (entiéndase dictador) ruso, pero éste se ha vuelto completamente loco; y si busca invadir toda Ucrania, lo único que logrará será la caída de Rusia.” Pero tampoco aclaró de qué manera Rusia “va a caer”, lo que deja imaginar que los Estados Unidos podrían  intervenir en la guerra directamente o enviando más armamento a los ucranianos para repeler y contestar al fuego de los invasores llegados desde Moscú.

            En lo que estriba a las sanciones económicas, es poco lo que falta por sancionarle a Rusia y sus finanzas por parte de los Estados Unidos y de la Unión Europea (UE), pero lo que los analistas económicos internacionales creen, y así lo ha dicho Trump en otras oportunidades, se fundamenta en que el gobierno estadounidense podría sancionar a aquellos terceros países que tienen relaciones comerciales con los rusos o que actúan de testaferros, permitiendo y adquiriendo el petróleo y otros productos de exportación rusos y lo venden a otras naciones como si fuesen suyos, aunque, en el fondo, ese dinero que obtienen por las ventas realmente pertenece a Moscú; es decir, actúan como “tapaderas” para que las naciones sancionantes no puedan detectar las exportaciones efectuadas por Rusia. Es por esa razón que Trump (o sus asesores en este caso), han pensado sancionar económicamente a esos gobiernos que favorecen a Putin y dejen de actuar como testaferros comerciales. Es por esa causa que la economía rusa no ha colapsado, ya que ha continuado sus exportaciones y ventas a países amigos o socios comerciales, repartidos en los cinco continentes. Hay quienes aseguran que las sanciones decretadas contra Rusia, apenas han tocado levemente a las finanzas del Kremlin y su dictadura que encabeza Vladímir Putin.

            Algunos gobiernos que apoyan moral y comercialmente a Moscú son China, Corea del Norte, Vietnam y aquellos que pertenecen a las naciones que una vez estuvieron en la órbita de la Unión Soviética, como Azerbayán, Tayikistán y otras que fingen ser exportadoras de sus propios productos, pero, en verdad, son rubros rusos, cuyas ganancias son también para Rusia y su dictadura.

            Lo cierto es que Putin no ha manifestado ninguna opinión después de esta amenaza hecha por Trump y tampoco lo han hecho sus colaboradores que siempre salen a la prensa y hablan a favor del tirano.

Intensificar el terror…

            Lo que ha sido muy notoria ha sido la intensificación del terror en Ucrania por parte de Vladímir Putin, desde que Donald Trump ganó las pasadas elecciones en los Estados Unidos y que le permitieron regresar al poder. Da la impresión de que el genocida ruso se sintió más cómodo y seguro que cuando estaba en la Casa Blanca Joe Biden y su equipo, quien no dudó ni un instante en armar cuantiosamente a Ucrania, para que llevara adelante su guerra contra Rusia; incluso, los ucranianos se permitieron invadir también territorio ruso, en la región de Kursk.

            Hoy, y en otras palabras, la estrategia de Putin ha sido aumentar el terror en Ucrania ante el apaciguamiento de Trump, quien cometió el error de recargar las culpas de esta guerra en los hombros del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, mientras dejaba libre de consciencia al verdadero invasor, quien no fue otro que Putin. Es por eso que periódicos ucranianos han publicado que “Rusia aprovecha cada muestra de debilidad para atacar civiles: Moscú ha bombardeado el centro de las ciudades ucranianas en más de 40 oportunidades en lo que lleva transcurrido el presente año del 2025.” Un ejemplo de ello fue el ataque que efectuaron los rusos sobre Sumy, en Ucrania, donde dejaron 35 muertos y más de 120 heridos. Todos ellos civiles ucranianos. En ese momento Donald Trump, en medio de su palabrería equivocada en lo más profundo, dijo que posiblemente se trató de un error (táctico) de parte de los rusos: “Fue un error horrible”, dijo el comúnmente obtuso presidente de los Estados Unidos; pero, observando serenamente el acontecimiento, fue evidente que Moscú no se equivocó en nada y usó dos misiles balísticos Iskander, dotados con munición de racimo (que extiende el radio de destrucción), contra el centro de una ciudad poblada densamente y a la hora en que la gente salía de la misa de un domingo. Esta ha sido parte de la estrategia de terror empleada por Putin desde que inició su invasión a Ucrania. De hecho, el Iskander, a diferencia de otros misiles, es muy preciso y rara vez ocurriría “un error” una vez disparado un proyectil de estos, según citó el mandatario estadounidense, dado a eximir de toda culpa al genocida ruso, hasta hace pocos días cuando alguien le hizo ver la falta de voluntad del mismo por dialogar y alcanzar finalmente la paz: el bombardeo contra blancos civiles es una constante que gusta practicar al genocida ruso; de allí precisamente que el calificativo de genocida y la orden de captura de parte de la Corte Penal Internacional (CPI), que pesa sobre él, así lo corroboren.  

            En respuesta a ese asesinato de civiles ucranianos, el ejército de Ucrania lanzó un ataque contra la Base de la 112 brigada de Rusia, ubicada a unos 700 kilómetros del frente de guerra, ya que fue la responsable del ataque al centro de la ciudad de Sumy; fue una especie de bombardeo de venganza con varios drones ucranianos que destruyeron instalaciones y edificios de la brigada rusa. La sucesión de este tipo de ataques de parte de los rusos, representa un patrón habitual: en otra ocasión, en este mismo año y coincidiendo con la presencia de Donald Trump en el gobierno norteamericano, un misil Iskander cayó en un parque infantil de la ciudad de Krivih Rig, la localidad donde nació el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y mató a nueve niños que allí jugaban. También el artefacto mortal portaba munición de racimo, que permite que las víctimas sean más numerosas. Una semana después, los rusos atacaron de la misma forma el centro de Járkiv; de tal manera que, en lo que lleva transcurrido el presente año, los invasores han lanzado más de 35 bombardeos con misiles balísticos contra Kiev, la Capital, Zaporiya, Dnipro y otras urbes ubicadas en el Este de Ucrania.

            Para los entendidos en conflictos militares, esos bombardeos ordenados por Putin contra objetivos civiles antes que los bélicos, obedecen a una doble estrategia del Kremlin, “muy engrasada” durante toda la invasión a Ucrania: por un lado, es una manera de castigar a la población y doblegar su moral cuando las cosas se atascan en el campo de batalla, porque, a cada avance ruso frustrado por el ejército ucraniano, suelen acompañarlo los invasores con un ataque a distancia contra los civiles ucranianos. Por otra parte, Vladímir Putin suele actuar así ante las maniobras apaciguadores de sus interlocutores; es decir, cuando percibe cierto grado de lo que él cree que es debilidad, entonces responde con mayor agresividad lanzando los misiles y drones contra sus enemigos. Ejemplos de esta actitud criminal de parte del genocida ruso se daba cuando líderes europeos occidentales lo llamaban, vía telefónica, para convencerle de establecer la paz. Uno de ellos era el ex canciller alemán, Olaf Scholz, quien dialogaba asiduamente con Putin. Fue entonces cuando, después de una de estas conversaciones conciliatorias provenidas del ex líder teutón, el 15 de noviembre del año pasado, Putin ordenó disparar sobre varias regiones ucranianas unos 120 misiles y 90 drones. En esa andanada, en ese ataque cobarde, iban misiles de crucero, balísticos, aerobalísitcos (Zircon, Iskander y Kinshal), que provocaron la muerte de muchos civiles y dejó postrados a varios heridos también. Esa determinación refleja con toda claridad lo que hay en el alma y en el pensamiento del dictador ruso, quien entiende que, ante las excitativas de la paz, él debe responder con más y mayor cantidad de muertos en Ucrania y con una actitud inflexible con respecto a la paz y a la pacificación del conflicto.

            Ante tales circunstancias, los analistas bélicos no han dudado en calificar el “proceso” (improvisado y chapucero) de Donald Trump por la paz, con el término de “fallido” de principio a fin y que incluye la humillación que le causó Trump a Zelenski en la Casa Blanca, de la que Putin y sus allegados en su dictadura hicieron escarnio en redes sociales y en los medios de prensa rusos. En consecuencia, Putin desplegó todo su arsenal de misiles y drones contra las ciudades ucranianas, a sabiendas de que Washington no tomaría medidas, hiciera lo que hiciera el habitante del Kremlin. Para muchos analistas, Trump se ha postrado ante un envalentonado y canalla Vladímir Putin, quien se mofa en su Despacho ante la ignorancia, “la miopía” bélica y política, que padece Donald Trump, incapaz de darse cuenta, hasta el momento cuando sus asesores se lo explicaron, de que el ruso jugaba con su voluntad y sus deseos de establecer la paz en Ucrania. Y para colmo de males, cuando Zelenski le ofreció a Trump comprarle baterías Patriot para defender a las ciudades ucranianas de los ataques rusos, la respuesta del norteamericano fue una tajante negativa. Esa venta iba a alcanzar los US$15,000 millones. Y la negativa de Trump fue acompañada de una burla contra Zelenski, mientras Putin se solazaba por tener a un aliado tan poderoso e importante en Washington en la figura de Donald Trump, quien negaba todo al ucraniano y le favorecía a él y su genocidio e invasión en Ucrania.

            Pero el obtuso mandatario estadounidense y sus colaboradores más cercanos no se quedaron en ese tipo de negativas, sino que han manifestado sentirse “hartos de Europa”, un calificativo que fue reproducido por la revista The Economist, dentro de un reportaje que aseguró que esos mismos colaboradores de Trump no desean que los gobiernos europeos sigan apoyando a Ucrania en su defensa contra el criminal ejército ruso: “algunos funcionarios del Pentágono –señala la revista-, incluso han preguntado a un aliado no especificado, por qué continúa enviando ayuda militar a Ucrania.” De hecho, los reiterados viajes del secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial presidencial, Steve Witkoff, a distintas ciudades europeas, han tenido como objetivo convencer a los líderes del Viejo Continente “de las bondades del plan de paz (¿!) de Trump para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania.” A éste se le añadieron las concesiones que Trump desea dar al agresor ubicado en Moscú y las duras imposiciones que pretende para el invadido. Es decir, una política totalmente demencial, desfasada, fuera de todo registro y cabales, en la que Ucrania saldría profundamente perjudicada cuando se le ordena que entregue sin luchar el territorio del Donbass, que se olvide de la península de Crimea, que se desarme (que su ejército sea una auténtica piltrafa), y se abstenga de ingresar a la OTAN, mientras a Putin, el carnicero, se le entregan todas sus exigencias y se le exime de toda culpa en esta guerra. Algo inconcebible de principio a fin. Pero la respuesta de Europa, un continente que sabe lo que es luchar denodadamente por alcanzar y recobrar la libertad, fue la de no hacer caso a lo bestial de tal “plan de paz” de Trump; en principio porque la propia seguridad de Europa pasa por el apoyo que le siga dando a Ucrania; y porque, en lo subsecuente, Putin podría invadir a las naciones bálticas, a Polonia, Finlandia o a cualquier otra nación libre del continente, a sabiendas de que sus exigencias se podrían convertir en “anhelos realizables o alcanzables”, con la venia de un presidente estadounidense analfabeto y desconocedor de todo lo que se refiere a la política y a la guerra. Aquí y de frente al invasor de Ucrania, lo que procede es castigar a Rusia con toda fuerza y decisión y ayudar a Ucrania hasta alcanzar la victoria militar o una paz justa. Otra razón, simplemente sería una sinrazón.

El “plan de Trump” simplemente es un “plan de capitulación”

            Justamente eso es lo que piensan los ucranianos. La iniciativa de Trump, descabellada como ella sola, es tan fuertemente criticada en Ucrania como rechazada por sus autoridades gubernamentales, militares y civiles y se preguntan: ¿Es nuestra situación (la de Ucrania), tan desesperada como para que el país entero tenga que aceptar una estupidez tan grande como la que pretende Trump que se le conceda al criminal Vladímir Putin?

            Según este atolondrado y estúpido “plan de paz” que ha ventilado a los cuatro vientos Donald Trump y que ha reproducido el portal de noticias Axios, daría el control absoluto a Moscú sobre la península de Crimea; congelar la guerra en el frente y proporcionar garantías de seguridad a Ucrania (recordemos que “la seguridad” que ofrece Trump, es la misma que ha afectado profundamente a la seguridad de la OTAN; es decir, es endeble, es, por el contrario, inseguridad con todas sus letras); así mismo se le ofrecería a Kiev devolverle una pequeña parte de la región de Jarkiv, supuestamente ocupada por el ejército ruso en estos momentos, así como cruzar sin obstáculos el río Dniéper, que fluye a lo largo de la línea del frente en el sur de Ucrania. Trump también garantiza a Putin que Ucrania no se convertirá en miembro de la OTAN, aunque sí podrá formar parte de la Unión Europea (UE); es decir, la fábula mortal o suicida “del asno amarrado (Ucrania), con el tigre suelto (Rusia).” Los ucranianos comenzarían a vivir, una vez firmadas las actas que dan origen a la paz, en medio de su peor indefensión desde que el carnicero y dictador de la Unión Soviética, Josef Stalin, mató de hambre a más de 5 millones de ucranianos en la década de los años 30, del Siglo XX. Así mismo, esta bestia que ha llegado a la Casa Blanca, ordenaría el levantamiento de todas las sanciones económicas impuestas a Rusia desde el 2014, más la ampliación de la cooperación económica con los Estados Unidos, especialmente en los sectores energético e industrial. Es decir, sería una entrega de todo lo soñado por Putin y más allá, a costas de Ucrania, su seguridad, su libertad y a expensas de que podría ser invadida nuevamente y arrebatarle más territorios por parte de un genocida ávido de más conquistas extraterritoriales.

            Pero la respuesta que dejó atónito y sin sus vagos y absurdos argumentos a Donald Trump, no tardó en darse desde Kiev: “Ucrania no reconocería la ocupación rusa de Crimea”, contestóle Zelenski; y la ministra ucraniana de Economía, Yulia Sviridenko, escribió en su cuenta de X: “Ucrania está dispuesta a negociar, pero no a rendirse.” Pero la estúpida respuesta de Trump, pocos minutos después fue: “Zelenski ha complicado las negociaciones con sus declaraciones sobre Crimea. La situación de Ucrania es terrible.” No hay duda, la tétrica e insoportable realidad por la que transita Ucrania hoy en día, se fundamenta en tener que escuchar y soportar a una bestia en el amplio sentido del vocablo, en la figura estúpida de Donald Trump y su grupo de leales supremacistas blancos que le acompañan en la Casa Blanca. Tampoco la situación de Ucrania es como Trump quiere hacerle creer a la gente y principalmente a sí mismo, dentro de su escaso cerebro fantasioso, según Sergii Kusan, director del Centro Ucraniano para la Seguridad y la Cooperación, quien lo corrobora con estas afirmaciones: “la realidad en Ucrania sólo parece terrible en la imaginación de Donald Trump. Las Fuerzas Armadas ucranianas están logrando éxitos tácticos en determinados sectores del frente, la industria armamentística del país está creciendo, sus socios en Europa se están uniendo cada vez más en torno a Ucrania y la apoyan. Pero lo más importante es que el ejército ucraniano continúa destruyendo el potencial de las tropas rusas. Nuestra situación es mucho mejor que hace un año. Hoy estamos disparando contra rusos con la misma fuerza o incluso más fuerte que ellos. Sin embargo, admito que el ejército ruso ha logrado éxitos tácticos en el campo de batalla, como la ocupación de algunas pequeñas ciudades ucranianas en el Este del país. La afirmación rusa de que nuestro sistema de defensa colapsaría y ellos ocuparían toda Ucrania, es pura ilusión. Simplemente no tienen las reservas para ello.” Enfatiza el experto.

            Y para Hanna Schelest, observadora del grupo de análisis ucraniano Prism, cree que “cada vez que el enviado especial del presidente estadounidense, Steve Witkoff, regresa desde Moscú, expone una visión rusa de la realidad: esta consiste en que Rusia es más fuerte y puede continuar la guerra durante mucho tiempo, mientras que Ucrania es débil y nadie la necesita. Por lo tanto, Trump cree firmemente que está haciendo algo bueno por Ucrania. Quien vaya a la Casa Blanca y se reúna con Trump, debería decirle lo mismo que Ucrania le está diciendo…”

            Para un numeroso grupo de observadores de lo que sucede en Ucrania, el reconocimiento legal de Crimea como territorio ruso, tal y como ha ventilado Trump, simplemente será rechazado ad portas por todos los ucranianos; en lo que respecta a prohibir que Ucrania se una a la OTAN, es más complicado, porque “si no se establece claramente que Ucrania no tiene derecho a unirse a la OTAN, se le podría prometer extraoficialmente la adhesión, pero esto no ocurrirá de inmediato. (Además) el poder Estatal en Washington y Moscú, también podría cambiar en algún momento.” Aseguran.

            En opinión el politólogo ucraniano, Volodimir Fesenko, cree que el gobierno de los Estados Unidos “va por el camino equivocado porque presiona a Ucrania y la obliga a hacer concesiones importantes. Al mismo tiempo, complacería a Rusia, aunque las partes en conflicto (los ejércitos), está prácticamente en la misma posición, independientemente de lo que diga Trump. Yo sospecho que Estados Unidos, al no haber logrado obligar a Ucrania a aceptar un acuerdo de paz desfavorable, podría hacer una pausa hasta que llegue un momento más apropiado, pero sin retirarse formalmente del proceso de negociaciones. Esto es malo para nosotros, pero definitivamente no es peor que reconocer a Crimea como parte de Rusia, porque lo que vendría después, sería aún peor: se añadirían más regiones y demandas (por parte de los rusos).” Puntualizó.

Los tártaros, voces con autoridad

            Donald Trump, en medio de su insuperable y congénita estupidez que lo han convertido en uno de los presidentes más incapaces, brutos, bestiales y nada inteligentes de cuantos ha habido en los Estados Unidos, muy inferior a sujetos como Lyndon B. Johnson o Jimmy Carter, dijo de manera absurda, categórica e inaceptable: “Crimea permanecerá con Rusia (en su poder).” ¿A ver si a él le gustaría que la parte Este de Manhattan, la isla que le vio nacer, pasara a manos de la mafia italiana que allí reside, sin que los neoyorkinos puedan decir algo contrario? No creemos que a este anacrónico y troglodita presidente de USA le guste la idea. Lo mismo que a los habitantes originarios de Crimea… los tártaros y estas son las consideraciones acerca del tema: “Sabemos perfectamente cómo es Rusia. Es la sucesora de la Unión Soviética, que en su día deportó a mi madre y a mi abuela. Nos llevó medio siglo regresar a nuestra patria y no volveremos a irnos. Esperaremos aquí el regreso del Estado ucraniano.” Indica una residente de Crimea, quien se siente ucraniana por encima de cualquier otra nacionalidad que quieran imponerle a la fuerza. Mientras otra dice lo siguiente: “Nuestro pueblo ha luchado por el derecho a vivir en su propia tierra. Por eso esta lucha continuará, independientemente de la situación política. La opresión de la población originaria comenzó con la conquista de Crimea por parte de la Rusia zarista (siglos atrás). Continuó bajo la Unión Soviética tras la Revolución rusa y en 1944, los tártaros de Crimea fueron deportados a Asia Central (por Stalin). Sólo se les permitió regresar a su patria en la década de 1990, tras el colapso de la Unión Soviética y recibir el permiso de Ucrania, que había obtenido la independencia. En 2014, Crimea volvió a caer bajo la ocupación rusa y muchos tártaros crimeos fueron perseguidos por su postura pro-ucraniana y obligados a abandonar su patria. En aquel momento –afirma la segunda mujer que solicitó su anonimato lo mismo que la primera-, los tártaros de Crimea estaban decepcionados porque el gobierno ucraniano (que no era el de Zelenski), no había luchado para mantener la península como parte de Ucrania. Yo me sentiría aliviada si hoy una decisión política pusiera fin a las muertes diarias de la guerra en Ucrania; por otro lado, muchos creen que si Ucrania reconociera los territorios ocupados como rusos, todas esas vidas se habrían sacrificado en vano en defensa de la independencia y la condición de Estado de Ucrania. En mi opinión, el tratado de paz que se está debatiendo, legitimaría las concesiones territoriales a Rusia y temo que, en ese caso, las personas de los territorios ocupados, podrían convertirse en prisioneros políticos, porque allí se aplicaría la legislación rusa.”

            Para Nariman Dzhelyal, primer vicepresidente del Mejlis, el órgano representativo de los tártaros de Crimea, y ex preso político, “el debate sobre ceder territorio a Rusia, por supuesto genera una reacción negativa, tanto en la mente como en el corazón. Durante los años de ocupación de Crimea y la agresión rusa, hemos dependido de Estados Unidos. Para la mayoría de los ucranianos y ciertos residentes de Crimea, Estados Unidos siempre ha sido un líder en la protección de los derechos humanos y un bastión de la democracia y ahora estamos experimentado un cambio radical (con las imposiciones de Donald Trump), un pragmatismo comercial. Ucrania, en realidad, puede hacer poco por la población local. Por eso, actos simbólicos como las declaraciones de que no reconocerá la anexión de Crimea y que desea reintegrarla a Ucrania, son el vínculo más importante entre nuestro pueblo y el territorio libre de Ucrania. Aceptar la propuesta de Trump y sus representantes, rompería este vínculo.” Su partido, el Mejlis, órgano ejecutivo central de los tártaros de Crimea, fue calificado y clasificado por Moscú como “organización extremista” y fue prohibido por Putin en abril del 2016.

            Finalmente, en consideración de Saydamet Mustafayed, otro tártaro de Crimea: “Nuestro pueblo nunca confiará en el imperio ruso. No veo ningún acuerdo de paz con Vladímir Putin. Siempre he sido pacifista y quiero vivir en paz; pero no entiendo cómo se puede negociar con esa persona cuando su objetivo es destruir la identidad ucraniana. Yo espero que la guerra ruso-ucraniana finalice con la liberación de Crimea, tal y como comenzó con la ocupación de la península (de parte de los rusos). Creo que un acuerdo de paz con concesiones territoriales, conduciría inevitablemente a una guerra mundial.” Dice este tártaro que describe a Crimea como la “península del miedo” por el despotismo y la crueldad con la que manejan ese territorio los invasores rusos.

            Las anteriores declaraciones resumen a todas las demás de parte de los tártaros, quienes dicen que no se puede renunciar a la tierra de sus ancestros y que les vio nacer a ellos mismos: “Puedes renunciar a todo –aseguran-, pero no a tu propio país. No luchamos por eso.” Es por esa razón y otras más que Donald Trump sufre un penoso y peligroso desfase, una ignorancia casi total sobre lo que sucede actualmente en Ucrania y ofende profundamente a los habitantes originarios de Crimea, quienes odian a los rusos desde épocas donde la memoria se pierde en el tiempo. Es en este punto cuando reproducimos fielmente las palabras de Tamila Tasheva, diputada del parlamento ucraniano, quien reúne todo el sentimiento de su pueblo, el de Ucrania, y que responde a las bestialidades que crea y alberga Donald Trump en su cerebro febril y escaso de todas las nociones: “La soberanía, la integridad territorial y los derechos de los ucranianos bajo ocupación son innegociables. Reconocer Crimea como parte de Rusia, no sólo significaría ceder el territorio, sino también negar la experiencia de persecución, arresto y deportación que han sufrido los ucranianos y los tártaros de Crimea en la península. (…) Nunca reconoceremos la ocupación como algo normal.” Acentúa esta mujer que fue representante del presidente de Ucrania en la República Autónoma de Crimea, del 2022 al 2024.

            En este preciso instante esperamos la reacción de Trump con Vladímir Putin, quien le ha demostrado no estar de acuerdo con la paz en Ucrania. Veremos si el obtuso ocupante de la Casa Blanca opta por sancionar al genocida ruso o sigue acuerpando su criminalidad…



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