Sucedió lo que Sabíamos iba a Suceder: el Fraude Descarado en Venezuela

CARACAS-(Especial para The City Newspaper) La paliza electoral que le han dado a Nicolás Maduro Moro, el conductor de autobuses que llegó a ser dictador del país más rico de América Latina, ha sido proverbial; y esa paliza se la ha propinado la oposición pro-democrática que se ha enfrentado a él y a su tiranía, en las urnas de votación. Y como dijo una analista español que observó estas elecciones allí, “en el terreno”: “Maduro es incapaz de ganar unas simples votaciones de vecinos, aquí en Miraflores (un pequeño barrio capitalino). Ha sido una paliza histórica la que le estaban dando (en las urnas) a Nicolás Maduro.” Así según un podcast publicado en el periódico El Mundo, de España.

            Lo que no se acaba de entender es, por qué una dictadura que lleva tantos años en el poder en esta nación suramericana y de la cual no existe la menor duda de que es un sistema represivo, corrupto, asociado con el narcotráfico colombiano y con otras dictaduras del continente, convoca a elecciones nacionales, cuando esos procesos, además de ser falsos y fraudulentos en sus resultados, lo que consiguen es el menosprecio de la comunidad internacional y desestabiliza al dictador de turno. No le encontramos respuesta lógica, aparte de que sirvan para consolidar o “legalizar” el sistema que ya tienen encima los venezolanos, pero tampoco da solidez ni legitimidad y causa un sentimiento contrario en la población, la prensa mundial y en los países vecinos. Incluso, significa poner “en la cuerda floja” al régimen, porque peligra que se produzca una invasión de fuerzas extranjeras o el levantamiento del mismo pueblo venezolano. En este torcido caso, lo que procede es copiar al sistema comunista de Cuba, que nunca ha realizado elecciones de ninguna índole, sus dictadores llevan las riendas de la dictadura y no tratan de desvirtuar el concepto “dictatorial” y el resto de la humanidad sabe que es un sistema represivo, así lo conciben, lo toleran y hasta son indiferentes con la naturaleza del régimen, los desmanes que ejecuta y el sufrimiento de los oprimidos.

            En otras palabras, Nicolás Maduro, por impericia, por falta de sabiduría e inteligencia, “se juega una carta” que no debería jugar y se pone en la posición del posible perdedor.

La oposición ganó por más de 6,2 millones de votos

            Esa es la versión de los seguidores e impulsadores de la candidatura de Edmundo González Urrutia, el ganador de estas elecciones, y es la más creíble de las dos versiones que existen: la de Maduro y la de los demócratas. Los mismos opositores aseguran que tienen pruebas fehacientes y contundentes de que así ha sido. Es decir, 6,2 millones de sufragios, que significan el 73,2 por ciento de las actas de votación; pero el Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo farsa y farsante, plegado a los intereses y manipulaciones del dictador Maduro, le ha dado la victoria a éste, con el 51,2 por ciento de los votos.

            La supuesta prueba que tiene en sus manos la oposición, es precisamente el 73,2 por ciento de las actas de todas las mesas de votación, según las manifestaciones de los líderes de la agrupación “Vente Venezuela”, contraria al gobierno venezolano. De acuerdo con esta versión, pueden comprobar que se ganó con una diferencia “apabullante” el día de los comicios. En números exactos, el ex diplomático Edmundo González Urrutia ganó con 6,2 millones de votos; mientras que Nicolás Maduro obtuvo solamente 2,7 millones de sufragios. Esa es la cantidad que arrojaron las 30,000 mesas electorales que fueron instaladas en todo el país para que el pueblo emitiera su decisión. Es cuando María Corina Machado dijo: “Con las actas que nos faltan, aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE), les pusiera el 100 por ciento de los votos a Maduro, no alcanzan a Edmundo con lo que ya tenemos. La diferencia fue tan grande, apabullante, y fue en todos los Estados de Venezuela, en todos los estratos (sociales).” Pero el poder electoral aseguró que Maduro había ganado con ese polémico 51,2 por ciento, con base en el 80 por ciento de las actas totalizadas. Así según un boletín que el CNE emitió el mismo día de las elecciones, bastante adentrada la noche.

            Por su parte, González Urrutia afirmó a los periodistas que “tenemos las actas suficientes para demostrar nuestro triunfo categórico y matemáticamente irreversible. La voluntad expresada ayer a través de su voto, la haremos respetar. Ese es el único camino hacia la paz. El anuncio del ganador fue prematuro por parte del CNE, sin haber sido auditados. No son una muestra de un liderazgo responsable. (Por eso) llamo a las Instituciones del país a respetar la voluntad popular con plenas garantías y a los movimientos opositores a mantenerse firmes, unidos y coordinados.”

            Para reforzar lo anterior, Corina Machado informó a los seguidores de su trabajo electoral, que existe un portal en internet, donde todos los que estén interesados en conocer los resultados verdaderos del proceso de votación, pueden entrar allí y verificar su voto, tan sólo usando su número de cédula (o carnet de identidad), o por Estado, municipio y parroquia; y añadió que líderes mundiales están verificando en estos momentos precisos esos datos, para salir de dudas, desmentir al gobierno dictatorial y conocer la única verdad existente: que Maduro perdió y “por paliza”, por un número impresionante de sufragios en su contra, que le deslegitiman todavía más de lo que ya lo estaba antes de los comicios recién acontecidos.

            También hizo un llamado a la ciudadanía para que se manifieste pacíficamente en toda Venezuela, para presionar al gobierno y dé los resultados reales, dé a conocer a la opinión pública esas actas que le podrían comprometer y presionar para que abandone el poder. El mismo llamado lo hizo a los militares y autoridades policiales, para que intervengan en contra del fraude y de quienes han engañado al pueblo venezolano. Sin embargo, este último llamado ha sido infructuoso, porque los soldados siguen siendo fieles al dictador, a pesar de que están pésimamente mal pagados, tienen que regresarse a sus casas a pie, porque no tienen dinero para el transporte y les quitan sus armas, debido al temor que tiene la dictadura de que las usen en un eventual golpe de Estado. Aun así, continúan fieles a Nicolás Maduro.

            En Europa, el eco de la traición a la democracia una vez más, por parte de la narco-dictadura de Venezuela, ha generado debates profundos y certeros, tanto en el Instituto de Estudios Latinoamericanos GIGA, de Hamburgo, Alemania, como en la Universidad Helmut Schmidt de la Bundeswehr, situada también en este puerto del norte alemán. Es así como la politóloga alemana, Ana Soliz de Stange, analiza lo acontecido en Venezuela con estas palabras: “La autoridad electoral, el Poder Judicial y las Instituciones en Venezuela en general, se han convertido, desde hace tiempo, en instrumentos de opresión para el régimen de Maduro. Este resultado es decepcionante y poco creíble y creo que no se está respetando la voluntad del pueblo venezolano. Además, esta actuación del régimen de Maduro acaba con cualquier posibilidad de transición democrática en Venezuela y eso es lo más complicado de esta situación. Ahora está por verse cómo reaccionarán los ciudadanos venezolanos. En mi opinión, Maduro no tiene incentivos suficientes para entregar el poder de forma democrática. Estas elecciones no fueron competitivas ni transparentes desde el principio.”

Y para Sabine Kurtenbach, del GIGA: “En última instancia, a ninguno de nosotros nos sorprende. En los días previos a las elecciones se dijo que si no ganaba tan claramente, podría haber margen para la negociación. Pero ¿Por qué? ¿Por qué haría eso Maduro? No obstante, creo que el desarrollo posterior sigue completamente abierto.” En cuanto a los militares, opina lo siguiente: “Los militares son un actor importante en Venezuela. Pero ya (el ex líder opositor) Juan Guaidó, esperaba que los militares hicieran algo. La cúpula militar en particular, está estrechamente vinculada al régimen. Es difícil evaluar la situación en los rangos inferiores. Además, los militares tampoco son un bloque unificado. Hay diversos actores armados que se controlan y vigilan entre sí.”

            En síntesis, Sabine Kurtenbach no espera que los militares se impliquen en un golpe de Estado en tiempo cercano ni a mediano plazo. “Más bien –agrega-, ahora mucho dependería de los próximos pasos de la oposición: ¿Convocará a protestas en las calles? El bloque opositor aún parece rehuir esa posibilidad. Maduro había advertido de este escenario en vísperas de las elecciones y amenazó abiertamente con un ‘baño de sangre.’ Yo espero que Colombia y Brasil se muestren ahora más activos e intenten entablar un diálogo con Maduro. Muchos de los aproximadamente ocho millones de migrantes venezolanos, ya viven en esos dos países. Observadores estiman que otros tres o cuatro millones de personas, viven actualmente con las maletas hechas en Venezuela.” Puntualizó. Para esta misma analista alemana de lo sucedido en esta nación suramericana, una de las consecuencias más inmediatas del fraude electoral, de la crisis política y económica venezolana, es la inmigración masiva de más millones de personas, quienes huirán de la continua inestabilidad y las inciertas perspectivas de futuro, que los empujan cada vez más a huir. “El decepcionante resultado de estas elecciones para muchos venezolanos, podría intensificar aún más esta oleada migratoria.” Sentencia Sabine.

            El ciudadano común no soporta más lo que sufre en su patria, donde la situación es particularmente trágica y se torna todavía más intolerable cuando piensan en lo rico, gracias a la naturaleza, que es este territorio. Por ejemplo, hace algunos pocos años atrás, Venezuela tenía las mayores reservas de petróleo del mundo, con casi 304,000 millones de barriles, seguido por Arabia Saudí, con unos 260,000 millones de crudo. Pero el contraste más deprimente para quienes están conscientes de ello, finca en que la economía venezolana lleva años sumida en la miseria, caracterizada por enormes problemas de abastecimiento y una hiperinflación que casi ha destruido el poder adquisitivo de su pueblo. La dictadura echa la culpa al bloqueo comercial decretado y puesto en práctica por los Estados Unidos, pero las causas de esta profunda e inaguantable crisis, son múltiples y van desde las malas decisiones políticas y los problemas estructurales, hasta las sanciones internacionales. No solamente es por causa de estas últimas. En los supermercados, por ejemplo, faltan los alimentos más básicos, como la harina, el azúcar, el aceite para cocinar, la leche y el papel higiénico, entre otros abarrotes esenciales para la vida del ser humano en sociedad.

Reacciones en lo interno y externo de Venezuela

            El desparpajo ha sido tanto, la burla ha sido tan grande y la mentira tan monumental, abierta, descarada y evidente, que ha causado violentas manifestaciones, sobre todo de personas sencillas, en los barrios más marginales de Caracas, la Capital venezolana. Las protestas hicieron que el dictador Nicolás Maduro y sus amiguetes en el poder, lanzaran a los policías, los antimotines y soldados a las calles para repeler a los enfadados, junto a las hordas de aquellos no uniformados que le son adictos y están siempre anuentes a combatir a los ciudadanos comunes. Incluso se ha dicho que Maduro solicitó al dictador de Cuba, Díaz-Canel, el envío de un contingente de militares cubanos, especializados y expertos en combatir en las revueltas callejeras. También, dicen, pidió ayuda a su amigo Vladímir Putin, y no sería nada extraño ver buques rusos anclados en las aguas territoriales venezolanas del Caribe.

            Lo ciento es que miles de venezolanos se hicieron a las calles, provenidos de los barrios populares de la Capital, como de la gigantesca barriada de Petare, que es la más populosa de Caracas. Los cacerolazos se escuchaban por todas partes, grupos enormes de motociclistas que recorrían las arterias de la ciudad, vociferaban contra el dictador y su dictadura. El estribillo que más se escuchaba era: “¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer! ¡Que se entregue el poder ya!” Quemaron carteles con el rostro de Maduro, tiraron estatuas del ex dictador Hugo Chávez, fallecido hace algunos años atrás y que fue el fundador de esta dictadura que hoy sufren los venezolanos y les tiene postrados de cara a su propia realidad y frente al mundo entero.

            Una mujer llamada Carolina Rojas, de 21 años de edad, sin contener su enojo, dijo a un reportero de un medio internacional: “Cerramos los negocios y nos pusimos a protestar, nos sentimos decepcionados, esto no refleja la realidad, nosotros votamos contra Nicolás Maduro.” Mientras tanto, David, de 40 años, manifestó: “Salimos porque hubo fraude. Están llamando al ejército, pero hay que protestar.” Además del barrio caraqueño de Petare, las protestas por el robo en las urnas de votación se dieron también en la autopista Caracas-La Guaira, Catia, Santa Mónica, Caricuao, La Vega y El Cementerio; y en otros sitios del país, en Coro, en el Estado de Falcón.

            En lo que respecta a los cientos de motociclistas que se hicieron a las calles, éstos transitaron por las principales arterias de Caracas, con pasamontañas en sus rostros para evitar ser reconocidos por los afectos al régimen, y se dirigieron hacia el oeste de esta ciudad, donde se ubican las sedes de los poderes públicos, el Palacio Presidencial de Miraflores (dictatorial en este caso, pues Venezuela no sabe de presidentes desde la llegada de Hugo Chávez, el creador de esta miserable dictadura narco-comunista); y otros edificios que albergan a gran parte de los burócratas del Estado. Muchos de estos motoristas llevaban arrastrando retratos del dictador Maduro, que habían arrancado previamente de los lugares donde habían sido puestos para que sirvieran de propaganda política durante la campaña recién finalizada. Fue cuando aparecieron otros motociclistas, pero esta vez fueron los antimotines, armados hasta los dientes, mientras otros, a pie, lanzaban gases lacrimógenos contra la muchedumbre que protestaba. También, parejas de gendarmes atrapaban a los manifestantes, los subían a las motos, les daban una golpiza ahí mismo y los conducían después hasta las comisarías para volverlos a golpear y meterlos finalmente en las celdas carcelarias.

            Evidentemente ha sido el mismo panorama de siempre; es decir, cada vez que el dictador, el ex camionero o ex conductor de autobuses, Nicolás Maduro Moro, se apropia ilegalmente de unas elecciones, procede a utilizar a las fuerzas de choque para dispersar a los miles de manifestantes y hacerlos retornar a su rutina de hambre, falta de empleos, falta de comestibles, de libertades básicas individuales y de represión allí donde estén venezolanos viviendo dentro de este sistema en el que solo se enriquecen los que pertenecen a la camarilla en el poder y el pueblo tiene que sufrir las penalidades de todos conocidas.

            Pero las reacciones en el exterior o internacionalmente, han sido de parecido talante; es decir, el estupor, el enfado y la indignación se han hecho presentes en casi todos los gobernantes, periodistas, analistas políticos y sociales que han seguido con atención las elecciones en esta nación de América del Sur. Uno de ellos ha sido el brasileño Luis Inácio Lula da Silva, quien, a pesar de pertenecer supuestamente al mismo partido comunista de Maduro, se ha mostrado contrario a lo que éste ha hecho en Venezuela: “Si ganas… te quedas –le dijo el brasileño al dictador venezolano-; si pierdes… te vas.” Recordándole que la decisión del pueblo es lo que debe prevalecer en casos parecidos y el candidato perdedor tiene que retornarse “por donde vino” o, en el mejor de los casos, rendir cuentas ante la justicia, como se estiliza en el Perú, donde meten a prisión a los ex mandatarios que han infringido las leyes del país o han violado a la Carta Magna o Constitución.

            Otros dos comunistas suramericanos que dejaron escuchar sus voces airadas, fueron el colombiano Gustavo Petro y el chileno Gabriel Boric, ambos bastante contrariados por lo que ha sucedido en Venezuela. El argentino Javer Milei llamó a Maduro “dictador”, saliéndose del común que siempre le llama “presidente”, sin serlo en ningún sentido. Lo escribió en la red social X y exhortó a los militares venezolanos “a defender la democracia” mediante un golpe de Estado, según dejó entrever en el texto que redactó. Y para continuar con la farsa, los también tiranos de Cuba, Díaz-Canel; y de Nicaragua, Daniel Ortega, felicitaron a Nicolás Maduro por “el rotundo triunfo electoral que acabas de tener en tu país”, según reza una nota enviada desde Managua.

            La reacción de la dictadura venezolana contra algunas naciones democráticas del continente, no se hizo esperar, porque exigió el retiro del personal diplomático de siete países que tienen relaciones con Venezuela. A saber, los embajadores y personal de sus embajadas, tienen que abandonar a la tierra de Simón Bolívar cuanto antes: los de Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, cuyos gobiernos criticaron el fraude electoral perpetrado por Nicolás Maduro. Así mismo, Miraflores decidió retirar al personal venezolano acreditado en esos mismos países y traerlos de regreso a Caracas, sin dilación. “Expresamos nuestro más firme rechazo ante las injerencistas acciones y declaraciones de un grupo de gobiernos de derecha, subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional, (…) que pretenden desconocer los resultados electorales.” Cita la nota de protesta expedida por el Ministerio del Exterior de Venezuela.

            Y es que los gobiernos mencionados, junto a los de Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y República Dominicanas, manifestaron su profunda preocupación por el desarrollo de las presidenciales y sus resultados que desembocaron en el robo de esas elecciones, por parte de la dictadura chavista; y el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, dijo sin eufemismos que Maduro “cometió fraude electoral.”

            Allende el Océano Atlántico, la Unión Europea (UE), emitió un comunicado que dice: “Los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela, no han sido verificados y no podrán considerarse representativos de la voluntad del pueblo venezolano, hasta que se publiquen y verifiquen todas las actas oficiales de las mesas electorales.” La Casa Blanca, por su parte, acusó al gobierno de Venezuela de “manipulación electoral” y “represión” y “el anuncio de que Nicolás Maduro había ganado un tercer mandato, ha despojado a la elección de cualquier credibilidad.” Sin embargo, la Casa Blanca no anunció nuevas medidas punitivas contra la dictadura de Venezuela, por el momento; aunque les exige la publicación transparente y total de las actas de votaciones.

            Este fue el comunicado emitido por Washington, firmado por Vedant Patel, portavoz adjunto del Departamento de Estado de los EE.UU: “Al participar en la represión y la manipulación electoral, y al declarar un ganador sin los resultados detallados de las votaciones precinto por precinto (…), los representantes de Maduro han despojado de toda credibilidad a los supuestos resultados electorales que anunciaron. Aplaudimos al pueblo venezolano por su participación en las elecciones presidenciales y (les hacemos saber) que tenemos serias preocupaciones de que este resultado no refleje la voluntad y los votos de la ciudadanía. No tengo ningún anuncio que hacer al respecto. Lo que pedimos es la publicación inmediata de los resultados detallados de las encuestas, para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas. Es algo que estamos buscando, al igual que otros socios internacionales y regionales.” Concluyó.

            En lo que estriba a las Naciones Unidas, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el alemán Volker Türk,           dijo estar “extremadamente preocupado por las tensiones postelectorales en Venezuela y pido a las autoridades respetar el derecho a protestar pacíficamente. Venezuela se encuentra en un momento crítico. Insto a las autoridades a respetar los derechos de todos los venezolanos a reunirse y protestar pacíficamente y a expresar sus opiniones libremente y sin miedo.” Y es que ONGs han relatado que más de 20 personas murieron en enfrentamientos con las autoridades enviadas por la dictadura para acallar a los manifestantes y ha habido más de 1,000 personas detenidas y encarceladas, en un intento de Nicolás Maduro por reprimir toda muestra de oposición en su contra. El mismo Türk subrayó que se han registrado manifestaciones en unos 17 de los 24 Estados que componen la distribución político/geográfica de Venezuela, con cientos de ciudadanos arrestados. “Esto me preocupa profundamente”, citó el funcionario de la ONU y añade: “Estoy alarmado por los informes sobre el uso desproporcionado de la fuerza por parte de los agentes encargados de hacer cumplir la ley; además de la violencia de individuos armados que apoyan al gobierno (brigadas civiles gobiernistas), conocidos como ‘colectivos’. Varios manifestantes han resultado heridos por armas de fuego. Las personas responsables por violaciones de derechos humanos, deben rendir cuentas. Uno mi voz a la del Secretario General de la ONU, António Guterres, quien pidió transparencia total en el conteo de votos y afirmó que las autoridades electorales deben realizar su trabajo de forma independiente y sin interferencias.” Puntualizó el alto comisionado.

            El descaro sigue siendo tan evidente ante los ojos del mundo que, a menos de haber transcurrido una semana de la controvertida reelección del dictador narco-comunista, Nicolás Maduro, la represión se observa en toda su magnitud, con las fuerzas del gobierno dando bastonazos, golpeando a manifestantes ante las cámaras de los celulares de las personas particulares que filman las incidencias y las suben a las redes sociales y las cámaras de los periodistas extranjeros, sin que les importe que están siendo filmados; llevándose a los detenidos en motocicletas y lanzando gases lacrimógenos por doquier. El objetivo del dictador y sus secuaces, Vladimir Padrino y Diosdado Cabello, ambos componentes del “cártel de los soles”, e incrustados en el seno del poder, que se encarga de trasegar cocaína a Europa y hacia los Estados Unidos, es el de aplacar la furia del pueblo, enardecido por el hurto de sus votaciones. Un cronista europeo ha escrito en un importante diario del Viejo Continente: “En el afán de apagar las protestas contra la reelección de Maduro, el régimen persigue, encarcela, amenaza. Los organismos de derechos humanos están desbordados, los perseguidos organizan redes de protección.”

            Por ejemplo, Lisette González, quien pertenece a una organización de derechos humanos, lleva siempre sus auriculares puestos y se mantiene atenta a su computadora portátil, llenando tablas de Excel, donde contabiliza los detenidos y los asesinados por las fuerzas uniformadas. Ella recibe y sistematiza las denuncias de violaciones de los derechos humanos en esta nación. Otro ejemplo es el de Martha Tineo, cofundadora y organizadora de la ONG Justicia, Encuentro y Perdón, quien dijo a un medio de prensa: “El contraataque (de la dictadura) se desató el lunes en la noche, cuando los colectivos (grupos de civiles armados y que apoyan al régimen), se metieron a casas de gente, los saquearon, les robaron…” Narró.

            Los manifestantes se defienden por medio del WhatsApp, mediante el cual se informan entre ellos sobre lo que ocurre afuera de sus viviendas: “Tenemos redes en WhatsApp donde informamos sobre las protestas, redadas de los colectivos y detenciones y desapariciones. Casi no salimos de nuestras casas y procuramos estar de regreso antes del anochecer.” Relata un activista. Otros, ya no duermen en sus casas, por la inseguridad que eso representaría para ellos y el caso más gráfico es el de la propia María Corina Machado y el ex candidato ganador legal de estas elecciones, Edmundo González Urrutia, contra quienes Maduro ha dictado orden de captura para meterlos a la cárcel y ambos han pasado a la clandestinidad. Pero son buscados “por tierra y cielo” por las fuerzas de la represión. Incluso, el gobierno de la democrática Costa Rica, cercana territorialmente a Venezuela y ubicada en América Central, ofreció asilo político a los dos personajes que están siendo perseguidos por Nicolás Maduro y su grupo de delincuentes en el poder. “Hemos sido informados de que existen órdenes de aprehensión, de captura y de arresto en contra de María Corina Machado y Edmundo González, en Venezuela –informó el ministro de Exteriores costarricense, Arnoldo André-. (Y) por mi medio, el gobierno de la República anuncia que estamos dispuestos a otorgar asilo político, refugio, en Costa Rica (a ambos).” Agregó que “el ofrecimiento es extensivo a todo otro perseguido políticamente en Venezuela, en especial a aquellas personas que se encuentran refugiadas en la Embajada de Argentina, en Caracas.” Insistió.

Mientras tanto, Nicolás Maduro no deja de increpar e insultar a los gobiernos del mundo que están en contra suya y de su gobierno criminal, al mismo estilo de Manuel Antonio Noriega, en Panamá, cuando blandía un machete en el podio de los oradores; o de Saddan Hussein, quien disparaba al aire su rifle, ante el público al que se dirigía, en clara prepotencia, matonismo y soberbia contra los gobernantes de las naciones libres. En este caso, Maduro no deja de insultar a todos quienes lo adversan y de culpar a González Urrutia y Machado por los asesinatos de los manifestantes, cuando, en realidad, han sido sus vasallos quienes han hecho correr la sangre por las calles de Venezuela, tal y como él mismo lo amenazó antes de las elecciones. También dijo que tiene plenamente identificados a quienes derribaron las estatuas del otro dictador, Hugo Chávez, y pronto los arrestará allí donde se encuentren. Sus amenazas e insultos han ido dirigidos incluso, hacia Elon Musk, dueño de la red social X, a quien acusó de que desea desestabilizar a Venezuela, obviando que el hambre y las demás carencias esenciales que sufre ese pueblo, provienen de su administración gubernamental de facto y no existe otra causa.

            En un intento por poner punto final a esta crónica, reproducimos las palabras de María Corina Machado, a quien el periódico estadounidense The Wall Street Journal, publicó un breve artículo que ella les hizo llegar: “Escribo esto temiendo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas. Podría ser capturada mientras escribo estas palabras. La mayor parte de nuestro equipo se encuentra actualmente refugiado, y los de la embajada de Argentina temen una redada inminente. La represión debe cesar de inmediato, para que pueda haber un acuerdo para facilitar la transición a la democracia. Hago un llamado a quienes rechazan el autoritarismo y apoyan la democracia para unirnos al pueblo venezolano en nuestra noble causa. No descansaremos hasta que seamos libres.” Puntualizó la líder política opositora venezolana. Mientras tanto, el llamado “Plan Terror”, creado e implementado por la dictadura, se ha cobrado, a inicios de este mes de agosto, una veintena de muertes de manifestantes, herido a más de 100 y llevado a las mazmorras del régimen a más de 1,000 personas del pueblo, quienes clamaban por legalidad y libertad. “Los venezolanos hemos cumplido con nuestro deber. Hemos votado para expulsar al señor Maduro. Ahora le toca a la comunidad internacional decidir si tolerar un gobierno manifiestamente ilegítimo. Son horas muy duras, pero vamos a triunfar.” Puntualizó Machado, mientras Maduro sueña con su cabeza y la de González Urrutia, de quien se desconoce su paradero. Afuera, Venezuela arde y la sangre inocente corre allí donde los ciudadanos alzan sus voces contra la tiranía y su sed de asesinar y reprimir.


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