José Angel Lagos-J. Editor sección política
Jared Kushner, el Judío que Habla al Oído a Donald Trump
WASHINGTON D.C. USA-(Especial para The City Newspaper) Una de las últimas ocurrencias de Donald Trump, ha sido la deportación de toda la población de la Franja de Gaza, sin tomar en consideración las opiniones de esas personas, hacia destinos que tampoco son seguros, en los casos de Egipto y Jordania. Sin embargo, ese nuevo desatino del presidente de los Estados Unidos, proviene de alguien más que actúa en las sombras y se mueve igual a un espectro entre las oficinas y pasillos de la Casa Blanca. Nos referimos al judío Jared Kushner, el esposo de Ivanka, la hija de Donald Trump.
¿Pero quién es ese individuo que irrumpió en la vida política de los Estados Unidos y del mundo actual, en especial en el conflictivo Oriente Próximo, masacrado por su compatriota israelí, Benjamín Netanyahu? En primera instancia, tenemos que decir que fue él quien ideó desterrar a más de dos millones de gazatíes de sus territorios de origen, para crear allí un “resort” para el solaz de los millonarios como su suegro Donald Trump y los judíos que quieran divertirse. Ese plan daría, tanto a Trump como a este judío, millones de dólares y euros, dinero que es el verdadero dios de los hebreos, para engrosar todavía más las arcas personales.
Kushner, según hemos dicho anteriormente, es el esposo de Ivanka, la hija de Donald Trump, quien terminó convirtiéndose al judaísmo, pues no podía ser de otra manera, para caer bien a la familia de su esposo. Jared Kushner apareció en la vida política estadounidense durante el primer mandato de su suegro y fue su mano derecha en la Casa Blanca. Aquel, le dio la responsabilidad de resolver el conflicto entre Israel y Palestina, pero ya vemos la forma como la quiere resolver; es decir, deportando a más de dos millones de personas hacia un destino inseguro, desconocido y, por lo tanto, nada fiable.
Un tipo frío, sin emociones y completamente “metalizado”
Ese es Kushner, quien “se mueve al ritmo que deparan las monedas al estrellarse contra el suelo.” Él, tanto como su familia ciento por ciento hebrea, viven, respiran y transpiran únicamente por el dinero; y una de las “soluciones” que ha ideado este anormal para Gaza, es eliminar a su población, echándola fuera de su territorio, concederlo a los judíos millonarios, en una especie de Riviera, muy parecida a la Costa Azul en Francia, donde los yates de los magnates anclan, para que sus dueños tomen el Sol en los balcones de los lujosos hoteles o en las playas y por las noches disfruten de la música y los casinos.
En primera instancia, el gobierno de los Estados Unidos, por medio de su ejército, se haría cargo de la Franja de Gaza, expulsando a su pueblo bombardeado y masacrado por los israelíes. En segundo término, limpiarían la zona de los escombros de las casas y edificios destruidos por esos mismos bombardeos y, finalmente, comenzarían a la construcción de la “Riviera de Oriente Medio.” La idea, que a ambos, Trump y su yerno, suena fabulosa, es una bofetada para el mundo musulmán, para el pueblo palestino en específico y para el resto de la humanidad que ven en ello un desprecio contra toda una etnia, un acto deshumanizado, deleznable de principio a fin, y una frivolidad propia de dos individuos que ven el derrotero del mundo moviéndose únicamente al ritmo de los cambios generados por el dinero. Así lo ha explicado varias veces Kushner, este judío ortodoxo, de los peores que pueden existir a lo largo de las épocas: “La propiedad frente al mar de Gaza podría ser muy valiosa, si la gente se concentra en crear medios de vida.” Por supuesto, no estaba refiriéndose a los gazatíes, quienes ahora mismo no tienen ni lo elemental para sobrevivir y dependen de la ayuda humanitaria llegada en grandes camiones, para pensar en los próximos días y subsistir. Kushner piensa en los mismos judíos, los millonarios estadounidenses, los europeos y principalmente en aquellos inversionistas, capaces de “crear medios de vida”, según sus propias palabras.
Este es un judío ortodoxo, la rama del judaísmo más radical, excéntrico, dominante, invasora de países y culturas ajenas y por ende, la más inflexible que existe. Son los mismos que se visten de negro, con tirabuzones de pelo a los costados de sus rostros, sombreros negros de ala ancha y con aires de “nerds” o intelectualoides que se pasan estudiando la torá y demás textos mesiánicos de su religión. Son los mismos que están eximidos de hacer el servicio militar en Israel y por esa causa, han entrado en conflicto directo con la actual dictadura de Netanyahu, que los ha querido enrolar en las filas de los regimientos guerreristas que él tanto avala e impulsa.
Jared Kushner nació el 10 de enero de 1981 en Nueva Jersey, Estados Unidos. Es nieto de supuestos supervivientes de los campos de concentración nazis. Por lo menos eso ha asegurado él mismo (recordemos que casi todos los judíos, sin importar la edad, han estado en dichos campos, para generar lástima y manipular a la opinión pública mundial). Es un empresario multimillonario, dedicado a los negocios inmobiliarios, igual que su suegro Donald Trump. Es el propietario de la sociedad Kushner Propiedades, que heredó de su padre, quien fue el que inició la fortuna familiar; y también es el dueño del periódico The New York Observer.
De acuerdo a sus palabras, su abuelo y demás familiares emigraron de Polonia hacia los Estados Unidos, ya que eran perseguidos de los nazis y aquí surge una contradicción evidente: ¿Estuvieron en campos de concentración, de donde difícilmente hubiesen sobrevivido o salieron ilesos por el Atlántico, desde Varsovia, Polonia? Jared Kushner ha asegurado ambas situaciones en distintos momentos cuando habla de sus antepasados. Y aquí aparece otra contradicción: han dicho que huyeron de los alemanes invasores del territorio polaco, en 1940; pero que, en 1949, y luego de haber estado varios años en un campo de concentración, pudieron emigrar a los Estados Unidos. ¿Entonces… emigraron o estuvieron en el campo de exterminio; eran perseguidos o ya estaban recluidos en esos sitios; huyeron en 1940 o en 1949, cuando la guerra había terminado en 1945? Por eso reiteramos: muy difícilmente, sino imposible, hubieran huido si estaban en un campo de concentración.
Los interesados en esta familia, han asegurado también que seis décadas después de la Segunda Guerra Mundial, los Kushner acumulaban un patrimonio de US$1,800 millones, con base en reportaje publicado por la revista Forbes. Esto debido a los negocios inmobiliarios que Jared “ha llevado a buen puerto.” En todo caso, hay mucho misterio en torno a este sujeto que logró atrapar a Ivanka Trump y casarse con ella en el 2009; es decir, tuvo que recibir la dote o el dinero que el suegro paga al yerno, de acuerdo a la tradición judía y que en el caso de los Trump, fue una cantidad importante, además de los millones que son propiedad de Ivanka. Es decir, aquello de que los judíos olfatean el dinero por más escondido que esté y lo buscan afanosamente, se cumplió en este caso.
Retornando al primer gobierno de Donald Trump, que fue un manojo de desaciertos y desorden administrativo, Jared Kushner se encargó de la estrategia digital e intervino en la contratación de personas para puestos de relevancia y también se encargó de despedir a cientos de empleados que no fueron de su gusto. Además, su suegro le sobrecargó con algo delicadísimo, que era el conflicto judeo-palestino, al que Jared en una demostración de impericia y charlatanería, calificó en febrero del 2024, durante un evento en Harvard: “es nada más que una disputa inmobiliaria entre israelíes y palestinos.” Con ello demostró que en política internacional, este hebreo sabe tanto como un asno de física cuántica. Durante ese mismo discurso, aseveró que la posibilidad de trasladar a la población de Gaza al desierto del Neguev, era una opción… Así lo explicó: “Si yo fuera a Israel ahora mismo, demolería con excavadoras parte del Neguev y trataría de trasladar a la gente allí. Sé que la idea no es popular, pero es la mejor solución desde el punto de vista operativo.” Un año después de ese desafortunado discurso suyo, le dijo a su suegro Trump la idea que ahora circunda y observemos la oleada de críticas a nivel mundial que ha generado tal estupidez. Aunque él cree que “comenzar a trabajarla es sólo cuestión de tiempo.”
El lenguaje sórdido y grosero de Donald Trump
Indudablemente el proyecto esbozado por su yerno, Jared Kushner, le ha parecido a Trump “fabuloso, fantástico o venido de otro planeta”, según acostumbra a exclamar el presidente estadounidense en casos iguales o parecidos. Y le parece “sensacional” porque Kushner le habló de posibles ganancias multimillonarias una vez que la Riviera en Gaza eche a andar.
Pocos días después, Trump salió ante la prensa internacional, diciendo que podría reubicar a la población de Gaza en Egipto y Jordania, pero esos dos gobiernos le han rechazado su delirio… y por varias razones. “Después de todo –añadió Trump-, la vida en Gaza ha sido un infierno desde hace tiempo. Por lo tanto, espero que sus habitantes se trasladen a una zona donde puedan vivir sin tanta agitación, disturbios y violencia.” Y agregó otra insensatez, porque “podría ser una medida temporal o permanente.” Pero lo cierto es que si fuese temporal y los gazatíes quisieran regresar a sus tierras, no encontrarán sitios dónde vivir, puesto que estará llena de hoteles, casinos y demás centros de diversiones para generar ganancias multimillonarias a sus dueños los judíos de Kushner y los “gringos” de Trump, con los consabidos campos de golf que tanto seducen al magnate. Por otro lado y en esencia, Trump olvida que esa guerra ha podido alcanzar la violencia y las muertes que sobrepasan los 50 mil gazatíes, precisamente por los misiles y bombas que el Pentágono y los distintos presidentes de los Estados Unidos, especialmente el último, Joe Biden, han dado a los israelíes para que acribillen a los palestinos sin piedad. Muchos de esos crímenes, mucha de esa sangre vertida, es culpa de la política exterior asesina, propulsada por la Casa Blanca.
En todo caso, Trump sigue convencido de que tal reasentamiento, que él, siempre fiel a su lenguaje mordaz, descuidado y grosero ha definido de “limpieza”, puede ser posible a pesar de las enormes preocupaciones políticas y legales y a pesar de las declaraciones negativas y las supuestas conversaciones telefónicas que ha sostenido con el Rey de Jordania, Abdalá II; y el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi. “Ojalá aceptaran a algunos (palestinos)”, como si se tratara de perros o gatos: “la gata ha tenido crías… ojalá la vecina aceptara a algunos.” Olvidándose de que está hablando de seres humanos lo que quiere desterrar, desarraigar o, de acuerdo a su vocabulario vulgar y ofensivo… “limpiar.” “Les hemos ayudado mucho y estoy seguro de que él también nos ayudará”, dijo Trump en referencia al monarca jordano, echándole en cara la ayuda bilateral que los Estados Unidos ha dado a Jordania en años anteriores.
La posición de ambos gobiernos es tajante, porque no aceptarán tal “solución” de parte del inquilino de la Casa Blanca. El Cairo lo ha hecho ver con este comunicado reciente que ha emitido: “Este país apoya la firme determinación del pueblo palestino de permanecer en su tierra y rechaza cualquier intervención que vulnere estos derechos inalienables, ya sea mediante asentamientos, anexión de tierras o despoblación a través del desplazamiento. Ayuda para Gaza, sí; acoger a palestinos desplazados, no.” Ha aseverado el ejecutivo egipcio. En el caso de Jordania, la postura es similar y la ha hecho del conocimiento mundial por medio del periódico del Estado, Jordan Times: “El país no es ni será nunca una patria alternativa para los palestinos. Jordania rechaza cualquier intento de disolver la causa palestina o anular sus derechos bajo cualquier pretexto: los palestinos no pueden abandonar su tierra natal.” Ha publicado ese gobierno
Para el analista alemán Stephan Roll, del Instituto de Ciencias y Política de Berlín (SWP), el rechazo de Egipto a la descabellada idea de Trump y su yerno judío Kushner, se debe en parte a su solidaridad con la lucha palestina por la soberanía, pero también a la oposición interna de Egipto hacia cualquier cesión territorial. “Ceder tierras egipcias es un tabú, especialmente cuando se asocia con proyectos que se perciben como anti-palestinos. La implementación de este plan, podría generar una fuerte oposición popular.”
En Jordania la situación no es muy diferente. Para Edmundo Ratka, de la Fundación alemana Konrad Adenauer, “el rechazo es generalizado, ya que el proyecto se interpreta como una amenaza a la causa palestina. Incluso el Rey (de Jordania), no quiere ser visto como alguien que respalda esta política, pues podría dar fuerza a grupos extremistas dentro del país. Además, hay temor entre los jordanos no palestinos –la base del poder Estatal-, de que un aumento en la población palestina altere el equilibrio demográfico y político del reino.”
Adicionalmente, los egipcios temen que la seguridad de su nación se vea resquebrajada, más todavía cuando recuerdan las guerras anteriores, en el caso de la Península del Sinaí que podría convertirse nuevamente en foco de conflictos si se establecieran allí grandes campos de refugiados. Se podrían generar tensiones internas y hasta enfrentamientos con Israel, en caso de que se lanzaran ataques –que es muy probable que sucedan-, desde esos asentamientos. Un bombardeo de los israelíes a tierras egipcias, sería eso precisamente: un ataque contra Egipto, su territorio y sus gentes. Y eso hay que evitarlo, más todavía cuando la paz ha costado tanto obtenerla y que causó, incluso, el asesinato del presidente Anwar el Sadat, artífice de esa paz con Israel. En Jordania podría suceder algo parecido; es decir, que los palestinos lancen ataques contra Judea desde tierras jordanas y se reciban a cambio, misiles y bombas disparadas desde Tel Aviv o desde buques estadounidenses anclados en el Mediterráneo. “¡Gracias, pero no gracias!” Es la expresión de parte de ambos gobiernos al desacertado plan de Kushner y Trump.
En otras palabras, tanto Amán como El Cairo consideran la expulsión (o “la limpieza” en el vocabulario de Trump), una línea roja que no se puede traspasar por ningún motivo. “Ceder a este plan, dañaría la imagen de Egipto (y Jordania) ante sus propios ciudadanos y a nivel internacional. Egipto, además, busca mantener su influencia en el proceso de reconstrucción de Gaza. En lo que atañe a la comunidad internacional, el secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, pidió buscar soluciones “pero sin empeorar los problemas y es esencial evitar toda forma de limpieza étnica.” Por su parte, Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, manifestó: “Todo desplazamiento forzoso de poblaciones, equivale a la limpieza étnica. Es crucial permanecer fieles a los fundamentos del derecho internacional.” Ambos defienden la solución de dos Estados, uno israelí y el otro, palestino. Meses antes, Guterres había afirmado que “los ataques de Hamás (del 7 de octubre del 2023), no venían de la nada, sino de 56 años de ocupación asfixiante para el pueblo palestino.” Esas manifestaciones sentaron muy mal en Tel Aviv y por eso el Estado judío declaró persona non grata al secretario general de la ONU.
Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, indicó que la propuesta de Trump de expulsar a los palestinos de la Franja de Gaza, ha obviado aquel principio de que “toda deportación o transferencia forzada de personas, sin base legal, está estrictamente prohibida.” Mientras que la Unión Europea (UE), remarcó que la Franja de Gaza es “una parte integral de un futuro Estado palestino. La UE sigue comprometida con firmeza a favor de una solución de dos Estados, que para nosotros es la única vía para una paz duradera entre israelíes y palestinos.” Explicó un portavoz comunitario.
En lo que se refiere a las posibles relaciones bilaterales entre Arabia Saudita e Israel, esta opción luce muy distante en el horizonte, fundamentalmente porque los árabes observan que todas las posturas con respecto a Palestina son inconcebibles o fuera de registro. “No sucederán sólo porque el presidente estadounidense así lo desee,” manifestó un portavoz de la Casa Real Saudí, indicando que Trump no es el “rey de este mundo y no puede torcer las voluntades de todos los pueblos sobre la Tierra.”
No obstante, cuando ya se consideraba que las posiciones de unos y otros habían quedado claras, un comunicado del gobierno de Israel ha intentado descolocar estas mismas posturas: Israel Katz, ministro de Defensa israelí, ordenó al ejército que él dirige para que establezca un plan para permitir “la salida voluntaria” (entiéndase sin eufemismo en lugar de “voluntaria”… forzosa), de los residentes, luego del anuncio del presidente de los Estados Unidos de que él y el Pentágono se harán cargo de todo lo que suceda en Gaza. “Acojo con satisfacción el audaz plan del presidente Trump, los residentes de Gaza deben tener la libertad de salir y emigrar, como es la norma en todo el mundo (¡?);” dijo el jefe del ejército judío en el Canal 12 de la televisión israelí. Y aquí es donde “las tornas” cambian, porque, según la opinión del mismo Katz, otras naciones están obligadas a acoger palestinos desplazados de sus tierras: “Países como España, Irlanda, Noruega y otros, que han lanzado acusaciones y afirmaciones falsas contra Israel por sus acciones en Gaza, están legalmente obligados a permitir que cualquier residente de Gaza entre en sus territorios.” Manifestó en afirmaciones que “no tienen pies ni cabeza” por lo insensatas que son. Es decir, él no tiene la moral ni la autoridad legal ni militar siquiera, para obligar (ni señalar lejanamente) a esas naciones europeas para que acepten a los desterrados de Palestina. Y según el plan que estaría diseñando Israel, Katz incluiría opciones de salida a través de cruces terrestres, así como acuerdos especiales para la salida por mar y aire.
Y en lo que respecta a Donald Trump, imbuido en sus insensateces, recibió críticas de potencias mundiales en los casos de China, Alemania y por supuesto, Rusia, que coincidieron en decir que el plan de desplazar a más de dos millones de gazatíes “fomentaría nuevo sufrimiento y nuevo odio.” Y la Liga Árabe rechazó frontalmente la medida y ello deteriora las endebles relaciones bilaterales entre el mundo musulmán y el Estado de Israel. Por su parte, la ONG Human Rights Watch (HRW), aseveró que el plan anunciado por Trump (concebido por Jared Kushner, su yerno), “equivale a una limpieza étnica y aumentará significativamente los desplazamientos forzosos de la población gazatí.”
No obstante las reacciones anteriores, la reciente visita del criminal genocida Benjamín Netanyahu, dictador de Israel, a la Casa Blanca, sirvió para escuchar complacido el plan de su compatriota judío, Kushner, y se le notaba claramente en su semblante la alegría que le causaban las manifestaciones de Donald Trump al respecto. Una Gaza sin su pueblo, sería la mejor opción política para él, quien busca quedar bien con la oposición que tiene en las entrañas de Israel y le permitirían reelegirse en el puesto o, mejor dicho, perpetuar su dictadura, alejándose quizás de los problemas judiciales que le persiguen. Su visita a Washington fue un aviso claro del apoyo que la administración de Donald Trump le da a Israel (¡y cómo no habría de dársela, si los Estados Unidos están infestados de judíos, lo mismo que los eventuales gobiernos que se han sucedido unos a otros!). De tal manera, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, dijo: “seguiré suministrándole armas a Tel Aviv para erradicar a los enemigos radicales (Hamás en este caso). Vamos a seguir haciendo crecer nuestra base industrial de defensa. Hemos suministrado municiones que antes no se suministraban y que son útiles para erradicar a los enemigos radicales y estamos comprometidos a seguir haciéndolo. (…) La única manera de conseguir una paz duradera, es siendo muy, muy fuerte.” Recalcitró este pro-hebreo, sin reparar en que cada ataque masivo de parte de Israel, con municiones cedidas por los Estados Unidos, asesinan a cientos de miles de gazatíes, entre quienes hay mujeres, ancianos, niños, hombres trabajadores y de bien, sin distingo alguno con los supuestos terroristas que Netanyahu y su gavilla de asesinos ven por todos lados. Es decir, la política criminal de USA continúa con este nuevo gobierno y podría ser peor que el de Biden, quien se marchó con sus manos manchadas con la sangre de los inocentes aniquilados en Palestina.
En resumen, al darse a conocer las intenciones de Trump y su yerno, las reacciones mundiales han sido unánimes en contra de esas pretensiones; por supuesto, sólo Israel y su dictadura las han aceptado de buena gana. Únicamente ellos y nadie más. Esa idea de “tomar el control de la Franja de Gaza por medio del ejército de los Estados Unidos, tras reasentar permanentemente a los palestinos” es una solemne barrabasada. Así lo han expresado casi todos los gobiernos que observan los acontecimientos. Por ejemplo, Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), dijo: “No permitiremos que los derechos de nuestro pueblo, por los que llevamos décadas luchando y por los que hemos realizado grandes sacrificios, sean violados. El enclave es parte integral del Estado palestino.” Huséin al Sheij, secretario general de la OLP, rechazó el plan de Trump al señalar categórico: “Aquí nacimos, aquí vivimos y aquí moriremos.” Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y la Liga Árabe, rechazaron de plano tan inconcebible iniciativa de Trump/Kushner e instaron a la comunidad internacional para que se una en la “reconstrucción integral de la Franja de Gaza lo antes posible, de manera que se garantice que los palestinos permanezcan en su tierra.” Mientras tanto, el grupo islamista palestino Hamás, aseguró que la propuesta “es racista y pretende liquidar la causa palestina. El pueblo palestino que se ha mantenido firme durante 15 meses (de ataques criminales israelíes), frente a la máquina militar más poderosa y el ejército más criminal y que frustró el intento de desplazarlo, seguirá apegado a su tierra y no aceptará ese plan sin importar el coste.” Así en un comunicado firmado por el portavoz de Hamás, Abdul Latif al Qanou.
Australia también mostró su total rechazo y defendió una vez más la solución de dos Estados; y Arabia Saudita advirtió que no establecerá relaciones diplomáticas con Israel, si no existe un Estado independiente palestino. Y el ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, calificó de “inaceptable y mala la propuesta de Trump y les recuerdo que el problema comenzó con la deportación de palestinos y la única salida es la solución de dos Estados, con Jerusalén Este, Capital de los palestinos.” El gobierno de China manifestó por su parte: “Nos oponemos al desplazamiento forzoso de los residentes de la Franja de Gaza. China espera que todas las partes acepten el alto al fuego y se vuelva a una solución política basada en los dos Estados.” Así, el portavoz de Exteriores, Lin Jian.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó “incomprensible la propuesta de Trump (y) quienes tienen que cuidar de Gaza son los palestinos, que necesitan tener una reparación por todo lo que fue destruido (reparación de parte de Israel, se sobreentiende).” El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en nombre de su gobierno, dijo: “Gaza es la tierra de los palestinos, deben seguir en Gaza, porque Gaza es parte del futuro Estado palestino por el que España apuesta. Los gazatíes tienen que saber que España les va a apoyar.” Francia, en lo que a su Gabinete de Estado corresponde, enunció: “Francia reitera su oposición a cualquier desplazamiento forzado de la población palestina de Gaza, que constituiría una grave violación del derecho internacional, un atentado contra las aspiraciones legítimas de los palestinos, pero también un importante obstáculo a la solución de dos Estados y un importante factor desestabilizador para nuestros socios cercanos, Egipto y Jordania, así como para toda la región.” Aseguró el portavoz de Exteriores, Christophe Lemoine. Finalmente, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, adujo: “La Franja de Gaza pertenece a los palestinos. La población civil de Gaza no debe ser expulsada y Gaza no debe ser ocupada o repoblada permanentemente.” Enunció en un comunicado oficial.
Mientras tanto, en el interior de Israel, todo es felicidad y entusiasmo por el plan de Trump, ideado por su yerno judío ortodoxo, Jared Kushner, y han pedido a Netanyahu, su dictador corrupto, requerido por la Corte Penal Internacional (CPI), por crímenes masivos en Gaza, que ponga de inmediato en marcha dicho proyecto, que es espurio, ilegal, criminal, propio de dementes y corruptos con poder financiero y que podría resultar altamente perjudicial para los mismos israelíes en el caso de implementarlo, pues inflamaría la guerra en la región. Ha sido la idea patológica de dos individuos que nunca debieron haber llegado al poder en los Estados Unidos y que están a la cabeza de un gobierno que no respeta a la dignidad humana y se sitúa por encima del bien, en clara complacencia cuando causa daño y actúa en forma malévola.
Estados Unidos Levanta las Sanciones Económicas que Pesaban sobre Siria
¿Es la Oportunidad Definitiva que Estaban Esperando los Sirios para Levantarse de su Estado de Postración General?
DAMASCO, Siria-(Especial para The City Newspaper) Esta es la segunda gran alegría que han experimentado los sirios que viven dentro de su demarcación territorial. La primera fue cuando su dictador de siempre, Bashar al-Assad, tomó un avión en la entonces Base militar rusa en la provincia de Latakia y se exilió en Moscú; y esta segunda se refiere al levantamiento de las sanciones económicas que pesaban sobre la dictadura siria y todo el país, por parte de los Estados Unidos y que mantenían en la pobreza a esta nación destruida por una cuasi-interminable guerra. La noticia ha causado revuelo y felicidad en esta milenaria Capital y da la oportunidad para tomar el punto de partida e impulsar a este pueblo (el persa), hacia el logro y el repunte económico que necesita con urgencia.
Para recapitular un poco, la dictadura de al-Assad, heredada de su padre, y que tenía visos de convertirse en algo permanente ante el disgusto de los sirios, no fue del todo perjudicial si la vemos desde el ángulo de la guerra de liberación que libró contra el supra-criminal Estado Islámico (ISIS o Daesh), que se había apoderado de la mitad de Siria y de Irak, y que incluía los pozos petroleros que había hecho inmensamente ricos de la noche a la mañana a aquellos yihadistas. Bashar, en ese momento determinado de la realidad siria, se erigió en el libertador, no sólo de su país, sino del resto a nivel internacional que tenía en su poder el yihadismo fanático y ultra-salvaje que apareció en Oriente Próximo tras la ejecución del ex dictador iraquí Saddam Hussein (recordemos que los cabecillas del Daesh eran ex militares de alto rango del ejército de Hussein).
Ese conflicto no sólo costó miles de vidas de soldados sirios, quienes, valientemente y apoyados por un todavía admirable Vladímir Putin, quien intervino en el conflicto por medio de la aviación rusa, vencieron a los criminales del Isis, quienes dejaron un país totalmente destruido, que ahora mismo es posible observarlo en medio de su impresionante postración humano/infraestructural. Además, las “oleadas” de ciudadanos sirios atravesando los territorios de Turquía, los Balcanes, hasta llegar al centro de Europa, fueron proverbiales, tristes, preocupantes y un pésimo ejemplo de los daños que puede causar una guerra allí donde se geste y se libre.
Lo anterior para recordar que, si algo se le debe agradecer a Bashar al-Assad, fue precisamente la liberación de su país, de unas hordas, los yihadistas del Estado Islámico, que asesinaban mediante ejecuciones de personas inocentes, cuando consideraban que habían cometido faltas, por más insignificantes que fueran, a las leyes decretadas por ellos mismos con base en la sharía. Esos macabros asesinatos, propios de una mala película sangrienta de Hollywood, llenaron las páginas de internet y las redes sociales en tiempo real, e hicieron retroceder a la humanidad hasta la cruel Edad Media, cuando los musulmanes invadieron Europa y se dieron a la tarea de cometer ultrajes de todo tipo en los territorios conquistados. Sin embargo, esta vez, el tiempo de al-Assad en el poder, ya había expirado…
Tras la caída del dictador sirio
El derrocamiento de al-Assad, además de sorprendente, fue fácil, casi sin oposición alguna, ya que su victorioso y heroico ejército que acabó técnica y prácticamente con los yihadistas del Estado Islámico, depuso las armas ante un grupo de combatientes apoyados e impulsados por el gobierno turco de Erdogan y le permitía hacerse con el poder en Damasco. Bashar tomó un avión militar ruso, apresuradamente, en la Base rusa ubicada en Latakia, junto a su esposa y sus hijos, con destino a Moscú, donde yace no se sabe si en condición de amigo (aunque Putin carece de amigos por completo), huésped o prisionero del tirano que gobierna a Rusia. Y la verdad es que Putin, en cualquier momento, podría entregarlo a la Corte Penal Internacional (CPI), pues en él no se puede confiar en modo alguno. Depende de lo que le dicte su cerebro brutalmente criminal esa mañana cualquiera cuando tome la decisión de traicionar a su “amigo.”
La inacción de parte del ejército de al-Assad ante los revolucionarios que causaron su derrocamiento, se debió a la ausencia de los rusos, quienes, enfrascados en la guerra contra Ucrania, no pudieron atender la nueva crisis que ese estaba dando en Siria; y una vez que el grupo revolucionario tomó las riendas del poder en Siria, nació la preocupación en el mundo Occidental, pues tenía visos de ser una facción yihadista, quizás el mismo Estado Islámico (EI) o Daesh, el que había regresado apoyado por Turquía, pero ahora entronizado en el poder en Siria. La interrogante que planteaba era: ¿Por qué nos preocupa y qué debemos esperar ahora? El gobierno del sedente Joe Biden, en sus últimos días en Washington, hacía manifiesta esa preocupación, pues consideraba que se trataba de “un reflote del Isis ahora con el dominio en Damasco.” Fue cuando personeros de alto rango de la Casa Blanca dijeron: “Monitoreamos de cerca la crisis política en Siria, que escaló (…) con el derrocamiento del gobierno de Bashar al-Assad (…). Hasta el momento, nuestras prioridades están centradas en asegurar que el conflicto del país no fomente el resurgimiento del grupo militante Estado Islámico o conduzca a una catástrofe humanitaria. (…) Estamos en contacto con socios regionales (…).” Expresó en aquel instante Jake Sullivan, quien fungía como asesor de seguridad nacional y agregó: “En fases anteriores de la prolongada guerra civil de Siria, en su peor momento, vimos la explosión de ISIS en escena. La principal prioridad es asegurar que la lucha en Siria no conduzca a un resurgimiento de ISIS. Vamos a tomar medidas nosotros mismos, directamente y trabajando con las Fuerzas Democráticas Sirias, los kurdos, para asegurar que eso no suceda.” Así lo dejó escuchar durante una conferencia en Simi Valley, California, organizada por el Foro de Defensa Nacional Reagan.
En aquel tiempo, los Estados Unidos tenían en Siria unos 900 soldados, fuerzas que trabajaban directamente con los aliados kurdos –los mismos que están enfrentados con Recep Tayip Erdogan, presidente de Turquía-, en el noreste que estaba controlado por la oposición a al-Assad. Lo que pretendían dichas fuerzas estadounidenses era, precisamente, impedir el resurgimiento del Daesh que, en todo caso, mantiene células en distintos países, incluyendo a la mismísima Rusia en la actualidad.
Pocos días después del derrocamiento del dictador sirio, al-Assad, Benjamín Netanyahu, para no perder su sanguinaria costumbre y calmar su sed de sangre humana vertida, ordenó bombardear “sobre lo bombardeado” en Siria; es decir, sus aviones sobrevolaron zonas destruidas sirias para bombardear no sabemos qué… pero que el dictador israelí explicó que eran almacenes de armas químicas –el mismo pretexto utilizado contra Saddam Hussein en Irak-; pero, en el fondo, la intencionalidad de este judío era hacer ver a la nueva administración siria que allí estaba Israel, ahí estaba su “poder” (presuntamente), y en una posición para “hacer añicos” a lo que quedó dentro de la destrucción siria. Ese alarde de “poderío” (nótense las comillas), lo mostraron los israelíes ante un país destruido en el 99,9 por ciento de su infraestructura, cansado por más de 14 años de guerra intestina y con un pueblo en franca migración, a pie, hacia zonas de paz. También los judíos atacan a otras naciones fronterizas o cercanas, siempre y cuando algún portaaviones estadounidense esté anclado en el Mediterráneo o en el Mar Rojo y así garantice la seguridad de dicho ataque judío. Lo cual significa que los hebreos no se juegan ninguna carta que involucre un riesgo evidente o inminente a su cobarde ejército.
Así se presentaban las cosas, los hechos, en Siria, durante la segunda mitad del año pasado, el 2024…
Pero “el corolario” a la postrante situación siria, lo puso el propio Donald Trump, quien escribió en su red social Truth y tras haber ganado las elecciones de los Estados Unidos en noviembre anterior: “El país (Siria) es un desastre y no es nuestro amigo. Esta no es nuestra lucha.”
Empero, a pesar del caótico panorama que presentaba esta nación –y que ha presentado a lo largo de su extensísima guerra ulterior-, los grupos armados que participaron en la caída de al-Assad, acordaron, de manera espontánea y feliz, la disolución. Es decir, a pesar de que Netanyahu continuaba bombardeando a su país destruido, los sirios procuraban no perder la felicidad al verse libres y la esperanza de reconstruir sus ciudades y la sociedad. Ya durante su andadura por el terreno en guerra, se mencionaba y se conocía quién era el cabecilla de esos grupos, quien resultó ser Ahmer al Sharaa, quien representó ser el nuevo foco de preocupación para Occidente, ya que se trataba de un yihadista en el amplio sentido de la palabra, cercano o aliado con el Daesh en lo peor de la guerra sufrida por iraquíes y sirios. Mientras tanto, los grupos que él lideró se reencontraron, pero esta vez bajo el comando del Ministerio de Defensa. Es decir, tomaban la legalidad como camino. Sólo hacía falta darle estatus legal al nuevo gobernante, quien, hasta aquel instante, se mantenía de facto al frente del país.
Con el paso de las fechas, el nuevo gobierno sirio, a pesar de los temores que despertaba tener a un yihadista en la cúspide, dio muestras de querer efectuar un cambio radical, tanto en lo político como en lo social en toda la nación persa, no sin olvidar el espinoso tema de las armas. Fue cuando al Sharaa dijo: “No permitiré en absoluto que las armas escapen al control del Estado.” Esa enunciación fue un aviso positivo de lo que sobrevendría en su gobierno que, para empezar, sería muy diferente a todo lo que había vivido (y sufrido) Siria y los ciudadanos sirios. En lo profundo del alma de la nación, comenzaba a nacer la esperanza, ese sentimiento que no es otra cosa que “esperar” del destino que sucedan “cosas nuevas y buenas.” Atrás quedaba una de las guerras más cruentas y extensas, experimentadas en Oriente Próximo y que superaba a otros conflictos en la región, en el pasado. Fue una conflagración que comenzó en el 2011 y que dejó más de medio millón de muertos, la mayoría civiles que estaban “en el borde” del enfrentamiento armado. Una guerra que fragmentó al territorio sirio en zonas de influencia, controladas por distintos grupos beligerantes, respaldados por potencias regionales e internacionales. E, incluso, con la presencia clara y evidente de soldados de los Estados Unidos, la OTAN y Rusia, allí… en el terreno. Y en lo más alto del poder, un dictador que se negaba a dimitir y que, según imágenes presentadas por los rebeldes que lo derrocaron, era productor y exportador de sustancias prohibidas, de drogas que fueron encontradas en laboratorios clandestinos, en cantidades industriales. De tal modo, la imagen de “padre y protector de la patria” de Bashar al-Assad quedaba así totalmente desvirtuada y acorde con una realidad reñida con los principios y los valores que todo gobernante debería tener en su fuero interno.
El levantamiento de las sanciones
Sin ninguna duda, los sirios en el poder y la migración masiva que ha estado estacionada en Turquía (recordemos que la Unión Europea ha dado millones de Euros al gobierno turco para que no deje pasar a los migrantes a territorio europeo), han dado muestras de que quieren alcanzar esos sueños que la dictadura anterior y la guerra, se encargaron de disipar y desaparecer. Han dado señales de que desean una patria siria floreciente, resurgente, moderna, enriquecida en todo aspecto y que sea tierra de promisión para sus hijos y nietos.
El hecho de que su nuevo Gabinete, a pesar de que esté presidido por un ex yihadista cercano al Daesh o Estado Islámico (EI), no haya contestado a los ataques armados y a mansalva de parte de Israel y haya preferido lograr la estabilización del país y la paz de sus habitantes, ha sido también una gran y buena señal para las potencias Occidentales y en el caso particular de los Estados Unidos, para que el impredecible e ignorante Donald Trump haya tomado una decisión que resultará, además de sorprendente en su inicio, de gran positivismo para esta nación de Oriente Próximo, cual es el levantamiento de las sanciones económicas que tanto daño causaron a Siria en el pasado reciente y la hizo volcarse hacia el bando de Putin y su nefasta Rusia, el “país negro” (sumido en la oscuridad) de toda la Tierra.
Los observadores de la realidad siria manifiestan que el levantamiento de las sanciones podría estabilizar al país en muchos sentidos; y ello hizo que la noticia sacara a los sirios a las calles para celebrar espontáneamente el hecho que está por darse. Han pasado 45 años enteros de tener sobre sus cabezas dichas sanciones y el aislamiento internacional al que fue sometido este país, con todas las consecuencias dolorosas que ha significado.
Ha sido de tal envergadura el anuncio, que el Ministerio de Exteriores de Siria lo calificó de “punto de inflexión crucial y una oportunidad vital para que Siria busque la estabilidad, la autosuficiencia y una reconstrucción nacional significativa, liderada por y para el pueblo sirio.” Según sus propias palabras expresadas a los medios de prensa nacionales y extranjeros, presentes en su Despacho ministerial. No obstante, todavía no se ha aclarado por parte de Washington, si ese levantamiento del castigo financiero se militará a sectores específicos, como la ayuda humanitaria internacional, la banca o el comercio en general, o si habrá ciertas condiciones. En el pasado, la Unión Europea (UE), había levantado algunas sanciones; pero otras continuaron vigentes; razón por la cual, Kaja Kallas, jefa de la política exterior del bloque europeo, propuso a la misma UE y a los Estados Unidos, “una mayor flexibilización de las sanciones contra Siria.” Y Julien Barnes-Dacey, director del programa para Oriente Medio y el Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR por sus siglas en inglés), dijo al respecto: “Aún tenemos que ver si las palabras de Trump se traducen en acciones, dada la amplia gama de medidas impuestas al país (Siria). Este podría ser un proceso más largo de lo que muchos sirios esperan. Aun así, si se logran levantar las medidas clave de Estados Unidos, y esto está vinculado a una estabilización del entorno de seguridad sobre el terreno, se crearían condiciones mucho mejores para facilitar la entrada del apoyo económico urgentemente necesario, sin el cual el nuevo gobierno tendrá serias dificultades.”
La realidad del país persa exige la inversión primaria que oscila entre los US$400 y los US$1,000 millones para proceder a la reconstrucción de todo lo que la guerra dañó o hizo desaparecer, después de 14 largos años de conflagración.
Por otra parte, una de las buenas señales que el nuevo gobierno (de transición), ha dejado ver e interpretar en Siria, ha sido el llamado a incorporarse a su realidad nacional a todos los diversos grupos políticos y religiosos, a los cuales se les mantuvo al margen, en el exilio o se les persiguió a lo largo de la anterior dictadura. Ante este aviso, Donald Trump manifestó del presidente interino que gobierna en Damasco que “Al Sharaa es un verdadero líder.” Incluso, en su reciente viaje a Oriente Próximo, el presidente de USA se reunió con el sirio y se le vio en medio de un cordial abrazo que no dejó dudas acerca de la buena disposición que hacia él tiene Trump. Pero el estadounidense exigió a su par sirio cinco aspectos con los que deberá cumplir para que los favores financieros y de colaboración se den de parte de la Casa Blanca. Veamos: 1. Firmar los Acuerdos de Abraham con Israel, que pide, dentro de otras cosas, la normalización de las relaciones diplomáticas y establecer la paz con el Estado judío; 2. exigir a todos los terroristas extranjeros que abandonen Siria; 3. deportar a los terroristas palestinos; 4. ayudar a los Estados Unidos a prevenir el resurgimiento del Estado Islámico (EI) o Daesh; y 5. asumir la responsabilidad de los centros de detención del EI, ubicados en el noreste de Siria.
Para Nanar Hawach, analista sénior para Siria del International Crisis Group, “mejorar las relaciones con Israel sería importante, considerando que Israel se ha convertido en un importante actor desestabilizador en Siria desde la caída de al-Assad. (porque los judíos) ha estado realizando cientos de ataques aéreos contra las capacidades militares sirias y una invasión de territorio en el sur y sin llegar a algún tipo de entendimiento, Israel probablemente seguirá siendo un factor desestabilizador (en Siria, además del resto de Oriente Próximo). Históricamente, Siria e Israel son enemigos y han existido múltiples conflictos entre ellos desde la fundación de Israel en 1948, pero los beneficios probablemente superarán las posibles consecuencias.” Puntualizó el observador. Adicional a ello, los sirios necesitan rodearse de gobiernos que no escatimen en la paz, para que puedan reconstruir tanto su gobierno, como el tejido de la sociedad, recibir a los emigrados y levantar la infraestructura a nivel nacional; y un conflicto con alguno de sus vecinos, frustraría los proyectos que el nuevo Gabinete de gobierno quiere realizar y causaría mayor caos del ya vivido y sufrido por esta población. Empero, el problema que subsiste con Israel, además de los ataques armados que los israelíes han llevado a cabo en decenas de oportunidades a la sedente siria, en un acto de matonismo premeditado, cobarde y a sabiendas de que los portaaviones estadounidenses anclados en los mares adyacentes, les cubren las espaldas a los judíos, Tel Aviv no ha reaccionado a las posibles relaciones diplomáticas con el nuevo gobierno de Damasco y está dentro de la mayor incertidumbre si en el futuro cercano los hebreos querrán suscribir el convenio de paz bilateral.
Lo cierto es que, desde el 2011, Siria ha creado una de las mayores crisis de refugiados a nivel mundial, ya que más de 14 millones de personas huyeron de su territorio en busca de paz, seguridad, trabajo, alimento y rehacer sus vidas, principalmente en Europa, con el rechazo evidente sufrido en muchas de esas naciones que se manifestaron en contra de su acogida. Pero, con la caída de Bashar al-Assad, hasta el momento han regresado a Siria unos 1,8 millones, tanto desplazados dentro del propio país, como retornados desde el extranjero. Ya han regresado a sus comunidades, de acuerdo a un informe elaborado por la Organización Internacional pata las Migraciones (OIM), de la ONU, publicado en mayo de este 2025. “Pero las dificultades y la falta de servicios esenciales, están obstaculizando los esfuerzos de recuperación.” Señala el mismo informe.
Así las cosas, el levantamiento de las sanciones económicas de parte de la Casa Blanca, podría ser el acicate para que la nueva Siria “remonte el vuelo”, ahora en medio de una libertad administrativa o gubernamental, que casi nunca la ha tenido su pueblo, tras el derrocamiento de la dinastía de los Assad, quienes se traspasaban el poder de abuelo a padre y de éste al hijo. Será el transcurso del tiempo el que vaya acomodando y aclarando las circunstancias, más la dirección que tomen las autoridades que hoy ostentan el poder. Por lo pronto, las esperanzas lucen henchidas y causan felicidad en este sufrido pueblo.
Reapareció Kamala Harris, con Duras Críticas Contra Donald Trump
SAN FRANCISCO, California, USA-(Especial para The City Newspaper) La historia hablará de ella como “aquella candidata del Partido Demócrata que tuvo que sustituir al sedente Joe Biden y que fue ‘barrida’ literalmente por el republicano Donald Trump en los comicios generales del 2024.” Una verdad irrefutable, porque eso fue lo que realmente sucedió en las últimas elecciones a nivel nacional en los Estados Unidos. Si fue una equivocación garrafal de los votantes, esa es otra historia y que ha comenzado a desmenuzarse, porque el arrepentimiento ha empezado a salir a flote en esos millones de votantes que ahora se sienten defraudados por la equivocación que cometieron al llevar a la Casa Blanca al presidente más obtuso, ignorante, bestial, inhumano y vergonzante de todo el periplo que esta nación ha recorrido desde su independencia de los ingleses en 1776.
Y a pesar de esa apabullante derrota que le fue infringida y que nadie se la esperaba, debido al hecho de que los encuestadores mintieron al decir que se trataba de un empate técnico entre los dos candidatos, escondiendo una realidad que para los demócratas fue traumática, a tal extremo que todavía ese partido continúa “lamiéndose las heridas” y no levanta la cabeza por el altísimo grado de desmoralización que sufre en la actualidad, Kamala Harris era la mejor candidata de las dos ponencias que se ofrecieron al electorado para que votara. De eso no se tiene la menor duda, debido, en parte, al sustancioso historial laboral que esta mujer, mitad hindú-mitad jamaiquina, nacida en los Estados Unidos, quien ha sido fiscal en las Cortes de esta nación, vicepresidenta de lujo del anterior gobierno de Biden y, en síntesis, una mujer brillante, que enaltece a la raza negra, lo mismo que la esposa del ex mandatario demócrata Barak Obama, la cultísima ex Primera Dama, Michel Obama. Por el contrario, su némesis, Donald Trump, es todo lo opuesto a la Sra. Harris pues estamos refiriéndonos a un analfabeto, un ignorante de grandes quilates, tozudo y lo peor… un tipo extremadamente peligroso debido a las decisiones suicidas que cada día, a cada hora, se le ocurren y pone en práctica, afectando no sólo a los estadounidenses, sino al mundo entero, un planeta globalizado, donde “la gripe de uno, nos afecta a todos” sin importar el rincón donde vivamos.
Las palabras de Mrs. Harris
Justo cuando Trump y su grupo de supremacistas blancos y millonarios, quienes desprecian claramente al resto de la humanidad y todavía más si se trata de latinoamericanos, europeos, negros, chinos y pobres materialmente, cumplen sus primeros 100 días de habitar la Casa Blanca (nótese que no decimos “gobernar”), Kamala Harris ha aparecido en un evento, una gala organizada en San Francisco de California, precisamente en la ciudad donde ella se forjó o dio sus primeros pasos como política, en la cual se recaudaron fondos para iniciar su tarea en pos de la gobernación del Estado.
Con su reaparición en el Hotel Palace de esta ciudad, se convirtió en el primer miembro del Partido Demócrata que “asoma su cabeza” después de la apabullante derrota a la que hemos hecho referencia al principio de este reportaje. Cierto es que el ex mandatario Joe Biden ha dado muestras de crítica o enfado, debido a lo tortuoso y peligroso de este gobierno “republicano” (Trump no es republicano ni lejanamente siquiera y sólo ha utilizado en su propio beneficio a ese partido); pero han sido más que todo palabras sueltas, quizás debido a la condición de enfermedad que padece Mr. Biden y no ha sido una voz colegiada y contundente la que ha descrito la desgracia de des-gobierno que está llevando a cabo Trump y su Gabinete de ineptos, racistas, materialistas y opositores a todo lo derecho que existe sobre la superficie de la Tierra. La verdad es que la ex candidata y ex vicepresidenta Kamala Harris, abandonó su postura de bajo perfil y en un discurso que no dejó dudas acerca de su capacidad intelectual y de su realismo, analizó lo que han sido estos primeros 100 días de Trump, donde el caos ha ensombrecido a la humanidad entera, ha sembrado incertidumbre, temor, persecuciones de migrantes en el interior de los Estados Unidos y la deportación de los mismos a sus países de origen, no sin antes humillarlos esposándolos en manos y pies y lo peor, ha procedido a arruinar a hombres que confiaron en él, como en el caso del surafricano Elon Musk, quien perdió millones de millones de dólares, debido a la caída de las ventas de sus modelos de automóviles Tesla; lo mismo que otros acaudalados que vieron sus acciones precipitarse al suelo en la Bolsa de Valores en Nueva York, una situación provocada por las decisiones erráticas ordenadas por Trump, especialmente con el tema de la subida de los aranceles a los países que son socios comerciales de los EE.UU y a otras determinaciones de igual envergadura.
¿Pero qué dijo la señora Harris en su discurso de fondo? Veamos… “En lugar de avanzar los ideales más altos de Estados Unidos, esta administración los ha abandonado totalmente. Ellos (el gobierno de Trump), cuentan con que el miedo tendrá un efecto contagioso. No se dan cuenta de que no es lo único que se contagia. El valor también lo es y los estadounidenses se están armando de valor de cara a la mayor crisis económica creada por un presidente en la Era moderna (ovación sostenida de los escuchas). Estamos siendo testigos de un evento de alta velocidad donde se está implementando una agenda que lleva mucho tiempo en construcción: recortes a la educación pública, reducir el gobierno, privatizar los servicios. Todo mientras se da beneficios fiscales a los más ricos. Estamos viviendo en la visión de país de ese grupo, pero que no es la visión de la mayoría. No estoy aquí para ofrecer respuestas, sino para decirles que no están solos. Esto probablemente va a empeorar antes de mejorar, pero estamos listas para dar la lucha. Hoy a medianoche, el partido (Demócrata) realiza su gran primer cierre de donativos desde la última elección. La prensa y la Administración estarán pendientes de estos resultados para saber cuánto entusiasmo hay por frenar la agenda de Trump.” Puntualizó Kamala, quien solicitó, ella y su grupo de colaboradores cercanos, ayuda entre los US$3 y los US$250, un dinero que será invertido en su campaña para alcanzar la gobernación en San Francisco de California. A pesar de su pasada derrota a manos de Donald Trump, Kamala Harris ha seguido recibiendo donativos y, si recordamos bien y oportunamente, esta ex candidata recibió en aquel momento US$1,500 millones en apoyo a su postulación, convirtiendo a ese proceso electoral en la segunda contienda más cara en la historia de los Estados Unidos, después a la presidencial del 2020.
También es importante resaltar que la ex vicepresidenta ha continuado solicitando ayuda financiera a través del comité, dentro del Partido Demócrata, llamado Harris Fight Fund. Actualmente, Mrs. Harris tiene en su cuenta para ese fin, unos US$4,5 millones, una cantidad que irá creciendo al mismo ritmo de las bestialidades que Trump implementa en su des-administración o en su destrucción diaria del Estado o del poder gubernamental.
El discurso de Kamala fue breve, muy corto, durante un poco más de 15 minutos, apenas para la ocasión, para no cansar a los seguidores suyos, pero lo importante, según citan los periodistas y analistas, radica en que esta ex candidata demócrata se puso nuevamente “bajo los reflectores” y sacó de su “modorra” a los demócratas, quienes, decepcionados y desilusionados, no se referían al asunto de la política actual y preferían callar ante los desmanes y el matonismo de Trump y su grupo de facinerosos que han atacado a “todo lo que se mueva” tanto dentro de los Estados Unidos como fuera de esta nación, cuyo pueblo se equivocó de principio a fin, al llevar a este individuo desajustado e ignorante de casi todo, a la presidencia del país.
Su aparición la ha realizado en un momento en el que su partido, el Demócrata, busca voces que hablen fuerte y claro sobre los excesos de Trump y el caos que su gobierno ha desatado en pocos meses, un individuo destructor, en lugar de constructor o edificante; un sujeto grosero, altanero, bravucón, “el matón del recreo en el colegio”, como le describió el ex presidente español Felipe González; y un auténtico cerdo gordo, hediondo y salvaje que se introdujo en “un museo de cristal” y ha destruido todo lo que ha encontrado a su paso. Una especie de cáncer que el mismo votante estadounidense subió al poder y que ahora le está pesando en su consciencia y corazón, por haberse equivocado tan flagrante y peligrosamente.
La ex candidata se había recluido en su hogar y en su trabajo como abogada y el gran público se preguntaba dónde estaba, más todavía en los momentos aciagos cuando Trump estaba despedazando algo más que la paz o la tranquilidad de los estadounidenses… La Sra. Harris no se dejaba ver con regularidad, excepto aquella ocasión cuando los grandes incendios destruyeron las comunidades de Pacific Paisades y Altadena, donde se reunió con bomberos y voluntarios que combatían el voraz siniestro. Pero en esta oportunidad, en esta gala que también celebró el 20 aniversario de Emerge, una organización que ha preparado a unas 6,000 mujeres para que se sumaran al Partido Demócrata, Kamala Harris actuó como oradora principal y pronunció las palabras que reprodujimos en las líneas de arriba y en contra de ese cerdo salvaje e incontenible que es Donald Trump y que ha desatado el caos en los Estados Unidos y en el resto del mundo.
Emerge impulsó en las elecciones pasadas a unas 400 candidatas en todo el país; y en el caso de Kamala Harris, fue Andrea Dew Steele, la fundadora de este grupo, quien coordinó la campaña de aquella cuando se postuló para fiscal de distrito de San Francisco, California, en el 2003, un cargo que después la catapultó hacia la política nacional.
En lo que estriba a la reaparición de Kamala propiamente, ésta se ha producido al compás de los rumores que apuntan al hecho de que quizás esté valorando una campaña para alcanzar el puesto de gobernadora de California, que es el gran feudo de los demócratas en los Estados Unidos, en un momento crucial cuando el actual gobernador, Gavin Newsom, está por terminar su mandato y no tiene posibilidades de ser reelegido en el 2026. En el caso de que la Sra. Harris decida presentar su nombre para tal nominación, varios compañeros suyos dentro del Partido Demócrata, ya han anunciado sus intenciones de participar en esos mismos comicios que se celebrarán en el otoño del 2026; y, frente a todos ellos, Kamala Harris luciría favorita, debido a que en el pasado y por ese mismo cargo, recibió la nada despreciable cantidad de 9,2 millones de votos a favor.
Después de esta reaparición en la que apenas dio una pincelada de su sentir en referencia a Donald Trump y su destrucción de todo lo bueno que hay en esta nación, los simpatizantes de la Harris esperan que siga yendo a mítines, celebraciones y demás eventos, para que termine de aplastar la imagen hipertrofiada de este individuo que nunca debió haber emergido a la política estadounidense ni ayer, ni hoy, ni nunca. Pero será la propia Kamala quien decidirá en cuál momento se referirá a este tema y la manera cómo lo hará; aunque es la gran oportunidad para defenestrar y acabar con lo poco bueno que tiene Trump a su favor.
Amnistía Internacional (IA) alza su voz
La renombrada organización que vela por los derechos humanos alrededor del mundo, Amnistía Internacional (IA, por sus siglas en inglés), ha denunciado hace pocos días las consecuencias “desastrosas” del mandato de Donald Trump en lo que atañe a los derechos humanos. Según los analistas de IA, “los primeros 100 días de mandato del presidente de EE.UU, han intensificado los retrocesos registrados en el 2024.” Así, de acuerdo al informe anual redactado y publicado por esta Institución de gran prestigio global.
Cita IA que el deterioro de los derechos humanos y del orden internacional en el mundo, es anterior al mandato de Donald Trump; pero el regreso del supuesto republicano a la Casa Blanca, “está teniendo un efecto acelerador y de intensificación de las crecientes prácticas autoritarias en muchos países, incluso en Europa. Una tendencia que amenaza con echar por tierra décadas de construcción y promoción del sistema de derechos fundamentales en el mundo.” Advierte este organismo que en su último informe llama a las democracias, en especial a las europeas, “a resistir los embates contra el orden multilateral.” Y agrega: “Los primeros 100 días del presidente Trump, han sido desastrosos para los derechos humanos en los Estados Unidos e internacionalmente. (La actual situación) de los derechos humanos es más que alarmante. El gobierno estadounidense encabeza un asalto global contra la justicia de género y racial, ha adoptado amplias normas de mordaza contra el derecho al aborto, ataca de forma implacable la diversidad y la inclusión, los derechos de las personas trans y está arrebatando brutalmente los derechos de migrantes y de refugiados.” Afirma en el mismo informe la secretaria general de Amnistía, la francesa Agnés Callamard, quien, así mismo, fue relatora de los derechos humanos de la ONU, en su momento. Un documento que fue presentado hace pocos días en Bruselas, Bélgica, sede del Parlamento Europeo y del gobierno de la Unión Europea (UE).
Procedió, en acto seguido, a denunciar los ataques de la administración estadounidense a la lucha contra el cambio climático y a las Instituciones que ejercen un contrapeso al Poder Ejecutivo, desde las Cortes de Justicia hasta las Universidades y los medios de comunicación y añade: A menos que se logre dar un drástico giro a la situación mundial, todos estos aspectos se deteriorarán aún más en un turbulento 2025. La mayoría de estos atropellos a los derechos humanos, comenzaron mucho antes de la nueva Era Trump; pero su vuelta al poder y sobre todo su ataque sin cuartel al multilateralismo y justicia global, están agravando el considerable daño que ya han sufrido esos principios e Instituciones y animando aún más a otros dirigentes y movimientos contrarios al reconocimiento de derechos a unirse a la embestida.”
Seguidamente, hizo un llamado a “la resistencia para preservar el sistema de justicia internacional construido los últimos 80 años sobre las cenizas de la II Guerra Mundial (…). El mundo debe despertar a esta realidad ahora o, de lo contrario, esta coyuntura histórica se convertirá en una devastación histórica, para la que Europa tiene una responsabilidad especial, no se está mostrando a la altura del desafío. La UE no está plantando cara a Donald Trump, no está plantando cara a sus propios miembros que violan los derechos, como Hungría, y está protegiendo el Tribunal Penal Internacional de mala gana. No hay una voz estridente, alta, colectiva, que proteja la justicia internacional o el sistema multilateral.” Se quejó en su alocución Callamard, ante los miembros del Parlamento de Europa que la escuchaban con atención y seguían las líneas de su discurso.
Más claro no puede ser. Justamente eso es lo que está sucediendo hoy en día alrededor del mundo: un tipo desajustado mentalmente, llamado Donald Trump, a la cabeza de la mayor potencia del orbe, los Estados Unidos, creando desconcierto, maltratando y modificando a su entero capricho la economía mundial y con ello ha aumentado la pobreza en las naciones del tercer mundo subdesarrollado y provoca que las pequeñas naciones exportadoras hacia USA sientan el peso de los aranceles que ha impuesto arbitrariamente y sin un estudio concienzudo de su parte, antes de cometer ese error de gravísimas consecuencias. Esto, a nivel internacional. Pero a nivel interno en los Estados Unidos, el descontento en la gran masa del pueblo va en aumento, pues Trump es, para llamarlo comúnmente, “un arma de doble filo”, quien no sólo daña a las gentes foráneas, sino también a los propios connacionales, porque es racista, proclive únicamente a favorecer a los multimillonarios, pues se trata de un plutócrata que fundamenta su orgullo, su arrogancia y su ego, únicamente en la cantidad de dinero que posean las personas. Es decir, en el tanto unos tengan equis cantidad de millones de dólares, así será el valor como persona que tiene ante los ojos de este aprendiz de dictador, quien ya ha anunciado que no soltará el poder una vez se cumpla este cuatrienio que está comenzando apenas.
Donald Trump se siente “a sus anchas” cuando no tiene oposición en las calles, pues el Partido Demócrata todavía sufre el síndrome que le causó la derrota electoral en el que fue prácticamente barrido por los republicanos y no se manifiesta, ni verbalmente siquiera, en contra de las medidas tiránicas de este sujeto entronizado en el poder, quien, además, tiene mayoría en el Senado y en el Congreso y está cambiando a los jueces y fiscales por aquellos que le son afectos a él, para que el dominio sea total de su parte en el aparato gubernamental. Ante todo ello, las preguntas que “revolotean” en las cabezas de la mayoría de los periodistas independientes y los analistas es: ¿Se encaminan los Estados Unidos hacia el fin de su sistema democrático con Donald Trump en la cúspide de su dictadura o seguirá siendo la sólida democracia de siempre? Y el otro cuestionamiento es: ¿En el caso de que Trump establezca su dictadura, estarán los estadounidenses de todas las capas sociales dispuestos a luchar por recobrar su anterior democracia?
El lector puede responder también a esas interrogantes, atisbando hacia el futuro…