
Estos son los Gobiernos que Suministran Armas al Estado Criminal de Israel
EUROPA OCCIDENTAL-(Especial para The City Newspaper) Cada día que pasa es posible observar el alto grado de criminalidad del ejército israelí, de sus líderes que cursan las órdenes para asesinar a los habitantes de la Franja de Gaza y de las políticas inhumanas en altísimo grado, cuando frustran la entrada de agua potable y alimentos para esta población sumida en la desgracia. Fundamentados en ello, algunos gobiernos que suministran armamento a los judíos o israelíes, han dicho que se encuentran en revisión de su alianza estratégica con el Estado de Israel y, de la misma manera como Londres suspendió proyectos financieros con Tel Aviv, otras naciones del Viejo Continente podrían tomar decisiones que afectarían seriamente a los hebreos que masacran diariamente a los palestinos en el corazón de sus ya reducidos territorios en Gaza y Cisjordania.
Incluso, fue conformado el llamado “Grupo de Madrid”, organizado por el actual gobierno de España, para tratar el asunto del envío de armas a Israel, con las que se dan muerte a los gazatíes. Una última información emitida desde el corazón de Gaza, indica que soldados israelíes dieron muerte a ciudadanos de Gaza cuando intentaban obtener alimentos, provisiones, para saciar el hambre a la que les han sometido los judíos durante sus inacabables ataques armados a este pueblo.
Lo cierto es que el gobierno español ha pedido un embargo de armas al Estado judío (Israel), tras observar la forma cómo intensifica la violencia en Gaza, “aunque la presión real depende de tres grandes exportadores”, cita una fuente presente en esta reunión. Un encuentro que fue organizado por el Ministerio español de Asuntos Exteriores, encabezado por su titular, José Manuel Albares, quien pidió “la suspensión inmediata del acuerdo de cooperación entre Europa e Israel, así como imponer un embargo de armas. Debemos acordar entre todos un embargo conjunto de armas. Lo último que necesita Oriente Medio ahora, es más armamento.” Afirmó el diplomático ibérico.
Creciente rechazo internacional
La criminalidad sin sentido de parte del ejército israelí, ensañado contra los civiles palestinos de la Franja de Gaza, cuando no deberían ser blancos militares en ningún momento, está causando un malestar internacional general, un rechazo que se escucha en todos los puntos cardinales del orbe.
En este encuentro organizado por Madrid, estuvieron presentes altos representantes de Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, Egipto, Arabia Saudita, Jordania, Turquía, Marruecos y Brasil, junto a varias organizaciones intergubernamentales, algunas de ellas vetadas por Israel, por su constante crítica a la masacre que lleva a efecto aquel ejército apertrechado con las armas europeas. Es decir, el uso de ese armamento, indirectamente convierte a las naciones de Europa en cómplices de la limpieza étnica que hace Israel en Gaza y Cisjordania, al criminalizar a la población palestina.
Un reporte del Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI), con sede en Estocolmo, Suecia, señala que Israel, en el recién ido mes de marzo del presente 2025, fue el decimoquinto (15avo) mayor importador (comprador) de armas del mundo, lo que representa menos del 2 por ciento de las importaciones que se hacen a nivel global. En este punto, es importante destacar que los tres países que dotan a los judíos de armamento, en cantidades impresionantes, son los Estados Unidos, Alemania e Italia. En el caso de los Estados Unidos, es el principal proveedor de armas a los judíos que, entre el 2020 y el 2024, representaron aproximadamente dos tercios de las importaciones militares israelíes, incluidos aviones, vehículos blindados y bombas guiadas. Paralelo a ello, el Pentágono “cubre las espaldas y los flancos” de los israelíes cuando éstos atacan a sus vecinos, apostando barcos de gran calado, especialmente portaaviones, en las aguas adyacentes, como en el último ataque a Irán por parte de los israelíes, en el que las baterías estadounidenses apostadas en el Mar Mediterráneo destruyeron misiles que los iraníes lanzaron en respuesta.
Históricamente, Israel ha sido el principal receptor de ayuda de los Estados Unidos, según el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), ya que, entre 1946 y el 2024, el Estado judío ha recibido US$228,000 millones en apoyo militar; y, en la actualidad, casi toda la ayuda exterior estadounidense a Israel, está cifrada en el rubro militar, incluido un acuerdo vigente que garantiza US$3,800 millones anuales hasta el 2028, dinero que debe gastarse por parte de Tel Aviv en material bélico construido en los Estados Unidos. Esta situación es imposible de revertir, de ahí la seguridad que demuestran los líderes judíos de todas las épocas, en especial ahora mismo en el Gabinete que comanda Benjamín Netanyahu, que cifra su potencial de fuego en esa ayuda dotada por los norteamericanos. Washington no cambiará su posición ante Israel, a pesar de los intentos hechos por el senador independiente Bernie Sanders, una especie de “voz solitaria en el desierto”, que lucha contra decenas de senadores judíos (nacidos en los Estados Unidos) y que mueven a placer el presente y el futuro del Senado de esta nación y que pertenecen a los dos partidos mayoritarios, el Demócrata y el Republicano. Sanders ha intentado una y otra vez, sin resultado positivo alguno, de bloquear ventas por miles de millones de dólares a Israel en armamento, pero fue rechazado tajantemente por el Senado en abril del 2015 y más atrás, en noviembre del 2024.
En este aspecto, los israelíes pueden estar tranquilos y contentos cuando tienen infiltrados en el seno del gobierno de los Estados Unidos y que “mueven los hilos” en la política de la primera potencia mundial. Un principio del sionismo internacional, sin duda alguna: acaparar el mayor poder posible alrededor del planeta, en especial en las naciones más poderosas.
Alemania: “¿Razón de Estado o sinrazón criminal?”
El gobierno de esta potencia europea ve en Israel lo que sus políticos y líderes llaman “razón de Estado” para Alemania; es decir, los alemanes consideran una imperiosa necesidad moral apoyar a los judíos, propiamente al Estado israelí, de aquí “a la eternidad…”, debido a la inculpación sin fin por lo que los judíos llaman cansinamente “holocausto” llevado a afecto por el régimen de Hitler en la década de los años 40, del Siglo pasado. Y los judíos se aprovechan de esa “razón de Estado” o de esa culpa que los alemanes tienen que arrastrar así pasen mil generaciones más (?).
En todo caso, esa “culpabilidad” quedó expedita o finiquitada el mismo día cuando fueron ahorcados los dirigentes del Tercer Reich hitleriano, con base en las sentencias dictadas por el Tribunal de Nürenberg después de la Segunda Guerra Mundial, un proceso dirigido por judíos estadounidenses e ingleses, quienes estaban entre los jueces y fiscales acusadores de la “barbarie nazi.” Sin embargo, ese ligamen ha permanecido entre los dos gobiernos, el alemán y el israelí, a lo largo de las décadas hasta el momento actual y ha convertido a Alemania en un firme aliado diplomático y militar de Israel. De hecho, entre el 2020 y el 2024, los alemanes fueron los responsables de cerca de un tercio de las importaciones judías del armamento “made in Germany”, compuesto en su mayoría por fragatas y torpedos. Berlín ha asegurado que no cambiará esta política de ayuda bélica a los judíos.
Para el investigador Zain Hussain, “Israel ha dependido de Alemania para sus capacidades navales y tiene un pedido pendiente de submarinos alemanes. Berlín también ha suministrado vehículos blindados, camiones, armas antitanque y munición. Pese a los llamamientos de España, eso no parece que vaya a cambiar.” En este asentido, el nuevo ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, repondió: “Como país que entiende la seguridad y existencia de Israel como principio fundamental (aflora aquí la eterna culpa alemana), Alemania está obligada a asistirlo siempre.” Pero la pregunta que surge aquí es, ¿Alemania también tiene que aceptar los excesos, la criminalidad flagrante y desmedida de los israelíes contra la etnia palestina, justamente por esa absurda “razón de Estado”? Aquí, el nuevo Canciller alemán, Friedrich Merz, esbozó un intento de crítica a sus colegas judíos, cuando dijo recientemente que “no entiendo los objetivos de Israel en Gaza. Sus acciones ya no pueden justificarse como una lucha contra Hamás (la facción armada palestina).” Tel Aviv respondió con el silencio, no se manifestó directamente ante estas palabras del líder del gobierno alemán; pero anunció que había dado de baja (asesinado), al cabecilla de Hamás, durante uno de los últimos ataques a Gaza.
Si se diera un vuelco de la política alemana con respecto a Israel, si se diera una restricción de la cooperación de Alemania en materia de armamento, sería un giro importante, citan los expertos. Por ejemplo, en el 2024, los alemanes exportaron al Estado judío armas por un valor mayor a los €131 millones; y en el 2023, esa cifra superó a los €326 millones. En otras palabras, el éxito militar de los israelíes descansa en estos dos países, los Estados Unidos y Alemania, para dolor y angustia de los palestinos, que son masacrados por las balas producidas en las fábricas estadounidenses y alemanas.
En lo que corresponde a Italia, aporta el 1 por ciento del armamento que compra Israel en la actualidad; sin embargo, la legislación italiana prohíbe vender armas a países que se encuentran inmersos en conflictos, pero reportes fidedignos que contradicen esta ley, señalan que el gobierno italiano continuó enviándolas a Tel Aviv, a pesar del inicio de los ataques judíos a Gaza en octubre del 2023. Algo que no es moral ni aceptable en modo alguno. Y en el último trimestre, Roma envió a Judea armas por el precio de €2,1 millones, a pesar de que el Estado italiano ha negado que haya continuado vendiendo armamento al Estado genocida de Netanyahu, en Israel. Para contradecir lo que aparenta ser una mentira de parte del gobierno de Italia, el medio de prensa Altreconomia asegura que los italianos exportaron armas por €5,2 millones en todo el 2023, al Estado israelí.
La posición firme de España, Francia e Inglaterra
Tras observar el altísimo grado de criminalidad contra los civiles de parte de Israel en la Franja de Gaza y Cisjordania, los gobiernos de Francia, España e Inglaterra, suspendieron las exportaciones o licencias de armamento al Estado hebreo, aunque su impacto es marginal, ya que es menos del 0,1 por ciento del total del armamento que los israelíes reciben. En ese sentido, Netanyahu y su grupo de criminales en el poder de Israel, pueden estar tranquilos, pues no les faltará el grosor de las armas que necesitan para continuar su masacre en Palestina. No obstante, el periódico inglés, The Guardian, ha insistido en afirmar que el gobierno británico exportó miles de artículos militares a Israel, a pesar de la prohibición, algo que el actual premier inglés, Keir Starmer ha negado categóricamente.
En lo que atañe a la posición de España con respecto al Estado israelí, los analistas citan que tiene un valor simbólico y político, pero no afecta decididamente al comercio de armas que promueve Israel en relación con sus grandes socios. Consciente de ello, el gobierno español lo que intenta es convencer a los alemanes para que den “un golpe de timón” en su deferencia hacia los judíos y deje de venderles armas. Y en el interior de Alemania, algunos políticos exigen a Friedrich Merz, el nuevo Canciller teutón, que cese el envío de armas a Israel, más todavía cuando éste ha dicho: “Lo que está haciendo ahora el ejército israelí en la Franja de Gaza (la masacre indiscriminada contra su población desarmada), sinceramente ya no entiendo con qué objetivo se hace.” Agregó el titular del gobierno alemán que, “a mi juicio, se ha cruzado una línea y se ha producido una violación del derecho internacional humanitario. Afectar de esa manera a la población civil ya no puede justificarse como una lucha contra el terrorismo de Hamás.” Y durante una visita reciente a Finlandia, Merz envió un mensaje a Tel Aviv para que permita la entrada a Gaza de la ayuda humanitaria y garantice la seguridad alimentaria de su población. En cuanto a ejercer un cambio en la política alemana con respecto a Israel, Merz dijo que “eso se debatirá internamente en el gobierno.” Recordemos aquí, que el ejército de Israel no permite la entrada a Gaza de agua potable, de medicinas ni de alimentos y sigue el plan de hacer morir de hambre a los más de 2 millones de palestinos que allí habitan y sufren, además, los bombardeos diarios sobre sus vidas y casi nulas pertenencias.
En respuesta a Friedrich Merz, el embajador de Israel en Berlín, Ron Prosor, manifestó al programa de la cadena de televisión alemana ZDF, llamado “Morgenmagazin” (Revista de la Mañana): “Cuando Friedrich Merz lanza esta crítica a Israel, la escuchamos con mucha atención, porque él es un amigo.” En especial cuando los alemanes, con base en esa inaudita “razón de Estado”, regalan, además del armamento a Israel, otros rubros de su economía… de su potente economía y los israelíes no quieren perder esas garantías que reciben. Sin embargo, las críticas más duras a Benjamín Netanyahu, el dictador de Israel, fueron dichas por Feliz Klein, el comisionado del gobierno alemán contra el antisemitismo al diario Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung: “Hacer pasar hambre a los palestinos –expresó-, y agravar deliberadamente la situación humanitaria no tiene nada que ver con proteger el derecho de existencia de Israel. Y no puede ser razón de Estado alemana.”
Para concluir, el presidente de Francia, Emmanuel Macron dijo al canal de televisión TF1: “Lo que hace hoy el gobierno de Benjamín Netanyahu es inaceptable. No hay agua, no hay medicinas, ya no se puede evacuar a los heridos. Es una situación de vergüenza.” Manifestó refiriéndose al sufrimiento de los habitantes de la Franja de Gaza, mientras que su gobierno, junto a los del Reino Unido y Canadá, dijeron que estarían dispuestos a imponer sanciones contra Israel, por sus acciones criminales contra el pueblo palestino, entre ellas... bloquear la ayuda humanitaria a los cerca de 2,2 millones de habitantes de este reducido territorio.
Tal es la situación y la lentitud con la cual actúan los gobiernos de las superpotencias europeas con el Estado criminal israelí, que merece toda la mano dura de la que se puede ser capaz, debido al exterminio masivo que lleva a efecto en Palestina.
Yo, Tú, Él, Ella, Nosotros, Vosotros, Ellas y Ellos Antisemitas
BRUSELAS, Bélgica-(Especial para The City Newspaper) ¡Está hecho! Todos los que no compartimos las políticas y manera de pensar de los judíos (o israelíes), somos antisemitas. Y ello nos lleva a una paradoja inevitable, porque no sabemos si reír, enojarnos o llorar. En lo personal, preferimos ser antisemitas que apoyar el comportamiento genocida del ejército hebreo o judío en Oriente Próximo, donde está llevando a cabo una campaña de exterminio contra todo aquel pueblo que no es israelí. De tal manera, quienes no aceptamos esos asesinatos, somos automática e instantáneamente antisemitas y por lo tanto somos el 99,7 por ciento de los ciudadanos que habitamos este planeta; pero los judíos siguen con ese “cantadito” cansino y majadero de que somos “antisemitas.” Y en lo que a nosotros respecta… ¡Por supuesto que lo somos! Como también somos antimarxistas, antirracistas, antinazis, antifeministas, antibelicistas, anti, anti, anti, anti, contra todo aquello que vaya contra la moral, la dignidad del hombre y el aniquilamiento del mismo hombre, a manos del hombre.
Las verdades irrefutables de Josep Borrell
Este catalán, quien fue hasta hace poco alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y de Seguridad, resulta que también lleva ahora el sello de “antisemita” –igual que nosotros en este periódico y en este país-, porque, lo mismo que António Guterres, Secretario General de la ONU, el primer ministro de Irlanda, el presidente de España y muchos más que están en contra de los asesinatos en masa que llevan adelante los judíos en la región de Oriente Próximo, recordó al dictador de Israel, Benjamín Netanyahu, el causante directo de esas muertes masivas de inocentes en la Franja de Gaza y en el Líbano, que ya está bueno, “que se dejen de esconder detrás del antisemitismo”, en especial cuando varios líderes mundiales han criticado el asesinato masivo de palestinos ejecutado por Netanyahu y su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, ambos requeridos por la Corte Penal Internacional de Justicia (CPI). De tal manera, cada vez que se le recuerdan a estos dos verdugos de nuestro tiempo, Netanyahu y Gallant, lo criminales que han sido y son, saltan violentos en Tel Aviv, Capital de Israel, para acusar a sus detractores de “antisemitas”, como si ese calificativo causara algún daño al prestigio de las personalidades que los señalan criminales de nuestro tiempo, de nuestra época. Porque ambos son los peores asesinos del Siglo XXI y están en las mismas “ligas” del georgiano Josef Stalin, el carnicero de la Unión Soviética, en los albores del siglo pasado.
“Dejen de esconderse detrás del antisemitismo –les señaló Borrell a ambos hebreos-, no tiene nada que ver con el antisemitismo, se trata de buscar la justicia en la escena mundial.” Les dijo. Y es que los judíos, desde 1945, año del final de la Segunda Guerra Mundial, se han valido de ese término (antisemitismo), para defenderse de quienes los critican, de quienes no los quieren y de quienes les resaltan sus errores y su deseo frenético de dominar al mundo, ya sea por medio de la economía, la religión (principalmente con el Antiguo Testamento de la Biblia, plagado de historias fantasiosas donde el pueblo judío es el protegido y preferido de dios, un dios ultra-hebreo) o del arma militar.
En todo caso, la franqueza de Josep Borrell, tan española, tan precisa con la masacre que está llevando a cabo el ejército israelí en Gaza y Líbano, era imprescindible y necesaria en estos momentos cuando nadie desea ni quiere detener a los judíos en esa sangría generalizada, a pesar de las críticas que se les hacen desde todos los ángulos de la realidad mundial.
Ciertamente Borrell ha cumplido su trabajo, su ciclo, en la Unión Europea (UE), pero antes de marcharse les ha dicho a los asesinos de Tel Aviv unas cuantas verdades y por ello les agregó: “No es lo mismo España con Franco que con Felipe (González), al igual que no es lo mismo Israel con (Shimon) Peres que con Netanyahu.” Recordándole a la comunidad mundial lo supremamente asesino que es Netanyahu, quien, cada vez que es señalado por la justicia interna de Israel, procede a masacrar a los pueblos vecinos, para desviar la atención de los israelíes hacia la guerra externa y “vestirse” o arroparse de “patriota” y gran defensor de los intereses judíos.
Y añadió Borrell a sus declaraciones: “(…) el pueblo israelí está siendo colonizado desde adentro por el extremismo y los violentos.” Y es que los comentarios y señalamientos de Borrell fueron in crescendo a medida que avanzaba la masacre en Gaza por parte del ejército israelí, de tal modo que, unos días antes, había dicho que “la guerra en esa zona es contra los niños (ya que) el 70 por ciento de los muertos en Gaza son mujeres y niños con menos de nueve años de edad. Algunas veces creo que es muy necesario decir la verdad, porque es evidente que si no la dices, pierdes credibilidad. Quién puede creer que Israel está respetando el derecho humanitario. ¿Alguien puede creerlo? Ciertamente, yo no.”
La situación actual de Netanyahu
Además de ser requerido por la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, Países Bajos, y de haber dictado orden de captura contra este carnicero israelí, Netanyahu está sentado en estos momentos en el banquillo de los acusados en los tribunales de su país, Israel. Está acusado de corrupción galopante en su gobierno, por prácticas inusuales, reñidas con la moral en la administración pública o Estatal. Es decir, tiene abiertos dos frentes judiciales: uno ante la CPI en La Haya, por crímenes horrendos, salvajes, demenciales y supra-sanguinarios en sus ataques a la Franja de Gaza y el Líbano contra mujeres, ancianos y niños; y otro en el interior de Israel.
Estas son las acusaciones: el Caso 1000 señala que Netanyahu y su esposa recibieron costosos regalos ilícitos (champagne, joyas y otros), de parte del magnate de Hollywood, también judío, Arnon Milchan, en agradecimiento porque Netanyahu le ayudó a renovar su visado estadounidense. Milchan nació en Israel y necesita visa para mantenerse en USA y, además, Netanyahu amplió la exención fiscal para los israelíes expatriados retornados. Así mismo, el verdugo judío recibió el regalo por un monto de US$186,000, del inversor australiano James Packer, entre el 2007 y el 2016, precisamente por la exención fiscal arriba señalada.
En el Caso 2000, se acusa a Benjamín Netanyahu de fraude por un supuesto acuerdo con el editor Arnon Mozes, dueño del periódico israelí Yedioth Ahronoth, cuando el dictador judío estuvo de acuerdo en debilitar al medio rival de Mozes, el periódico Israel Hayom. Para ello, Netanyahu consideró la posibilidad de promulgar una legislación reguladora que permitiera debilitar al diario.
El Caso 4000 se dio cuando Netanyahu era ministro de Comunicaciones, y se le acusa de autorizar decisiones regulatorias, entre 2012 y 2017, que beneficiaron financieramente a la empresa israelí de telecomunicaciones Bezeq, propiedad del multimillonario hebreo Shaul Elovitch. A cambio de ese favor, este último proporcionó cobertura favorable a Netanyahu en su sitio web de noticias Walla. Este empresario y su esposa, también están siendo enjuiciados y niegan, a pies juntillas, lo mismo que Netanyahu, que hayan cometido los delitos que se les achacan. Además, Netanyahu se niega rotundamente a renunciar al gobierno, a su dictadura sempiterna, de acuerdo a su prepotencia y megalomanía naturales. En todo caso, las nuevas revelaciones en el juicio, según la opinión de los analistas de la realidad de Israel, podrían traerse por tierra la estadía de Netanyahu en el poder, ya que perdería unas elecciones anticipadas. Así según una encuesta hecha por el diario judío Maariv.
Y para no perder su costumbre criminal y habitual, el ejército israelí ha estado bombardeando inmisericordemente a Siria, a pesar de que los rebeldes han derrocado a su dictador Bashar al-Assad. Es decir, en medio de la algarabía y el desorden que vive actualmente Siria, los judíos están llevando la guerra, las masacres, a esta nación recién liberada. Es por ello que la ONU ha pedido a los israelíes detener los ataques; es cuando el secretario general de este organismo mundial, António Guterres ha dicho: “me siento preocupado por las recientes y extensas violaciones a la soberanía e integridad territorial siria (de parte de los judíos), por los centenares de ataques aéreos israelíes sobre varias localidades de Siria y es necesario desescalar la violencia en todos los frentes en el país. Muchos países dan justificaciones para violar la soberanía de otros. En este momento, Siria necesita el apoyo de sus vecinos para avanzar hacia una forma de gobierno que sea inclusiva, democrática y que proteja los derechos de las minorías.”
Pero, igual que siempre, Netanyahu hace con las órdenes de la ONU y de cualquier otro organismo mundial, lo que a él le place, y ha continuado la masacre allí donde a él se le ocurre, porque lo importante para él es ocultar con sangre humana inocente sus aberraciones corruptas, cometidas en el seno de su dictadura en Israel, en un deseo frenético por desviar la atención hacia el extranjero. Además, su enfermedad necrófila le lleva a causar más baños de sangre, para complacencia suya, de su instinto criminal desatado.
Borrell, Macron y Erdogan Arremeten contra Israel
BRUSELAS, PARÍS Y ANKARA, Europa-(Especial para The City Newspaper) En esta aguda y severísima crisis por la que está atravesando Oriente Próximo, sólo hay un culpable y ese es el dictador de Israel, Benjamín Netanyahu, quien sabe con suficiente conocimiento de causa que si no hubiera guerra, él estaría sentado en el banquillo de los acusados en Tel Aviv, debido a sus actos corruptos en el seno del Estado judío. Por eso, la guerra que está ocasionando en distintas aristas de la geografía donde se ubica su país, tiene más o menos entretenidos a sus acusadores y le da “respiro” de frente a la realidad israelita y a su política difusa y llena de entuertos, en la que ha querido quitarle poder al sistema judicial y darle mayor al ejecutivo que él encabeza. Por ello, es perentoria, altamente necesaria la confrontación bélica que lleva a cabo contra Gaza, con fuertes evidencias de genocidio; Líbano, donde también comete actos de barbarie inhumana; Yemen, Siria y prontamente estará atacando al poderoso Irán.
A manera de dato interesante, la élite del ejército israelí no brinda detalles acerca de los muertos suyos en el campo de batalla y tampoco de aquellos que murieron cuando casi 200 misiles iraníes atravesaron la poco fiable “cúpula de hierro”; pero se torna difícil creer que, tras un ataque de tal magnitud, no hayan destruido los cohetes ningún edificio y tampoco hayan muerto judíos. Una demostración más de la poquísima transparencia del actual gobierno/dictatorial de Netanyahu.
Josep Borrell le habla claro al dictador y genocida hebreo
De acuerdo a la naturaleza de los españoles, quienes suelen hablar con descarnada franqueza cuando les resulta necesario, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, le acaba de decir unas cuantas verdades al carnicero judío, Benjamín Netanyahu, quien, cada vez que utiliza un foro como el de la Unión Europea o de las Naciones Unidas, lo hace –mencionando la Biblia de paso-, para hacerse propaganda él y a su país y tergiversar la realidad de los hechos.
Resulta también coincidental que se esté enfrentando con Borrell, al mismo tiempo que lo hace con el Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, quien se ha negado a darle la razón a un ejército y a un dictador como Netanyahu, en su genocidio en la Franja de Gaza y en Líbano. Lo cual sólo tiene una explicación: si no estás con Israel… estás en contra de Israel. Así de simple. No existe término medio, ni oportunidad para desarrollar ideas ni ningún tipo de dialéctica en discusión civilizada. Y sólo un verdugo, un criminal o un militar sin escrúpulos y deshumanizado, puede darle la razón a lo que está haciendo Netanyahu y los suyos en territorios ajenos, contra personas indefensas, en el caso de los palestinos, a quienes masacra hoy y lo hará mañana sin que le tiemble el pulso.
Retornando al caso de Josep Borrell, con su habitual sinceridad y honestidad, le dijo, palabras más, palabras menos, a Benjamín Netanyahu, que es él y no otros, quien está buscando un conflicto internacional a gran escala y sin límite alguno. Es decir, lo ha criticado con dureza y sin tapujos, por querer generar un gran conflicto internacional e impedir también la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Fue en una entrevista concedida a Onda Cero, cuando el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, dijo que está preocupado por la intensidad que dará Israel a los ataques de Irán, porque podría desencadenar otra respuesta más intensa de parte de los iraníes y así desatar una guerra a gran escala y arrastrar a otros actores al teatro del conflicto. Incluso, los talibanes de Afganistán están prestos a unirse a Hezbolá e Irán para derrotar a los israelíes, para citar sólo un ejemplo aislado.
“La superioridad israelí es muy notable, gracias a los apoyos (de los Estados Unidos, principalmente), y si se destruyen instalaciones nucleares iraníes, este país tendrá que responder.” Ha dicho textualmente el diplomático de origen español. Y añade: “Eso supondrá una espiral en la que cada vez entren más países, incluido Rusia (aliado de Irán). Esto es: se desencadenará un gran conflicto internacional que es lo que, en mi opinión, quiere el primer ministro (entiéndase dictador) de Israel. (Porque) Netanyahu quiere un conflicto, y lo quiere iniciar en una posición de fuerza.”
Seguidamente, tocó el sensible tema del sufrimiento de la población de Gaza, que está sufriendo un exterminio abierto, claro, ante los ojos del resto de la humanidad, y lo está llevando a cabo nada menos que el ejército comandado por Netanyahu. “He visto la ayuda humanitaria –continuó diciendo Borrell-, que Israel no deja entrar (a Gaza). ¿Un saco de dormir verde? No, no de color verde no entra. Una bolsa de material sanitario de primera necesidad y que tiene una tijerita adentro. No, no entra. Una planta desalinadora que utiliza carbón, evidentemente. No, no entra (según impedimento de los israelíes en la Franja de Gaza). He visto almacenes y almacenes de ayuda humanitaria amontonados, pudriéndose, que no pueden entrar cuando al otro lado de la valla hay dos millones de personas que están muriéndose de hambre o enfermedades. Que no me diga Netanyahu en que son el ejército más moral del mundo, y que ellos dan 3,000 calorías por día a cada palestino en Gaza. ¡Vamos! No sé cómo calificar eso.”
La alemana Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, lo escuchaba y no pronunció ni una sola palabra al respecto; y es que Alemania y los alemanes, desde 1945, prefieren no criticar a los judíos por razones que todos conocemos (por el genocidio nazi), y desde entonces, los alemanes parece que continúan con esa culpa de sus ancestros --ilógica y anti-natural desde todo punto de vista-, y ello hace que aplaudan u observen los desmanes y abusos de los israelitas contra otros pueblos, sin que estén en posición de argumentar absolutamente nada a favor de los oprimidos y exterminados palestinos, como sucede en este caso y que ha venido dándose desde 1948, cuando los judíos irrumpieron en esos territorios arrebatándoles sus posesiones y sus vidas, tal y como hemos sido testigos de ello.
Incluso, los alemanes, después de la Segunda Guerra Mundial, se hubieran aferrado al derecho internacional, tal y como hicieron sus hermanos de raza, los austríacos, quienes dijeron al mundo que ellos no iban a pagar reparaciones a los hebreos, puesto que Israel, en ese año preciso (1945), no existía cómo Estado; pero los alemanes hasta los submarinos y gran cantidad y variedad de armas que producen se los han regalado a los sionistas, para que perpetren los asesinatos contra los gazatíes, según hemos observado con nuestros corazones destrozados con tanta maldad judaica.
En retorno a nuestra realidad actual, el presidente francés, Emmanuel Macron, visiblemente agobiado por la altísima criminalidad de los israelíes en Oriente Próximo, se pronunció a favor de que se le deje de suministrar armamento a Israel, para que esas armas no sirvan para atacar a la Franja de Gaza. ¿Lo habrá decodificado Joe Biden? Lo dudamos, ya que el presidente estadounidense, además de su vejez rauda y las enfermedades que le aquejan, no está en disposición de dejar solos a los judíos. Pero Macron fue más allá al decir de manera textual: “no se lucha contra el terrorismo sacrificando a la población civil”, en clara alusión a las matanzas realizadas por los soldados judíos en Gaza. Insistió en que Francia es un buen ejemplo al no suministrar armas a los israelíes. “Creo que, hoy en día, la prioridad es que volvamos a una solución pacífica, que dejemos de enviar armas a Israel para llevar a cabo los combates en Gaza. Francia no lo hace.” Así lo manifestó en una entrevista que concedió a Radio France Inter.
Aquí es bueno subrayar que el principal proveedor de armas a los judíos, es el gobierno de los Estados Unidos y, además, acompaña a los israelíes en toda aquella aventura bélica que ellos emprenden; es decir, los estadounidenses actúan semejantes a un enorme “paraguas” que protege a Israel, enviando incluso a sus jóvenes soldados para que mueran en campos de batalla y conflictos que no les competen en modo alguno.
Agregó que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ignorado a gran parte de la comunidad internacional en este conflicto: “Creo que no somos escuchados. Ya se lo he vuelto a decir al primer ministro Netanyahu y creo que es un error, un error también para la propia seguridad de Israel, porque vemos en las opiniones públicas de la región, un resentimiento que está naciendo.” Se mostró en favor de evitar una escalada en la guerra e insistió para finalizar su intervención radiofónica: “El Líbano no puede convertirse en un nuevo Gaza.”
Turquía se mueve “incómoda” y en postura belicista
Otro líder europeo que se ha manifestado repetidas veces en contra de la masacre del pueblo palestino y en contra de la guerra sanguinaria que lleva a efecto Netanyahu, el dictador judío, es Recep Tayip Erdogan, presidente turco. La posición militar y política de la Turquía actual está a favor de los palestinos y de los iraníes, que son considerados “hermanos de fe” de los turcos, al practicar la misma confesión religiosa… el islam. Erdogan ha sido enfático y categórico al argumentar que lo que los judíos están efectuando en Gaza, es un genocidio en toda la acepción del término y en todos los idiomas que se hablan en el mundo.
Un ejemplo de su retórica, la dejó escuchar en el parlamento turco, el pasado 1 de octubre, cuando dijo de Israel: “El gobierno israelí, que se ha vuelto loco en Tierra Santa, posiblemente atacará nuestra patria con su fanatismo religioso tras atacar Palestina y Líbano. Netanyahu sueña ocupar Anatolia (la península que alberga a Turquía), y está persiguiendo esa utopía.” No obstante, Selin Nasi, politólogo de la London School of Economics (LSE), ha considerado las palabras de Erdogan poco o nada realistas: “Turquía es miembro de la OTAN. Atacar al país significa una confrontación directa con la Alianza y Estados Unidos. Además, no hay ninguna razón para que Israel ataque a Turquía.” Y para el profesor de relaciones internacionales y ex rector de la Universidad Bilgi de Estambul, Ilter Turan, “El presidente (turco) está instrumentalizando la política exterior para fines internos. Israel definitivamente no tiene intención de atacar a Turquía.” Ha dicho.
Y en relación con la tensión de los judíos con los iraníes, Turan cree que “no existe ninguna posibilidad de que Turquía se convierta en parte de la guerra, porque Ankara no quiere ser parte de ella. Eso sí, Turquía no apoyaría un ataque de Israel contra Irán, a pesar de la relación distante que mantienen los turcos con Teherán. Sin embargo, de darse dicho ataque, Ankara no pasaría de ofrecer apoyo espiritual.” Cita el experto.
Por su parte, Selin Nasi asegura que “la postura turca pro-palestina y anti-israelí ha generado la falsa impresión de que apoya a Irán y sus milicias. Eso es un error. Turquía está ocupada en apuntalar su economía y un conflicto regional sólo traería más inestabilidad. Por ello, no se espera que intervenga en Gaza o Líbano.”
Tal es la situación en Oriente Próximo, todo un tablero de ajedrez donde casi siempre las partidas terminan de la peor manera… con los actores con sus manos machadas de sangre y lo peor… con sangre inocente.
Israel y Pakistán los Mayores Traficantes y Compradores Mundiales de Órganos Humanos
TEL AVIV, Israel; e ISLAMABAD, Pakistán-(Especial para The City Newspaper) El llamado “pueblo elegido” según el Antiguo Testamento de la Biblia, ha resultado ser uno de los mayores traficantes y compradores de órganos humanos de la actualidad y a nivel de todo el planeta. Sin embargo, no es el único país dedicado a esta sórdida actividad que, sin duda, es peor que el trasiego de sustancias prohibidas, porque Pakistán es el otro país que recibe “esta mercancía” que es más característica de una película de terror que de una realidad que se da alrededor nuestro.
Hace pocos días, fue detenida una banda dedicada al tráfico de órganos humanos, que vendió más de 300 riñones en Pakistán, considerado uno de los “paraísos del turismo de trasplantes.” De acuerdo a versiones oficiales de la policía internacional, los delincuentes cobraban unos US$35,000 por un trasplante y pagaban a su vez a las personas pobres, tan solo US$500 por dejarse extraer el órgano. Una explotación de impresionante magnitud desde cualquier ángulo donde se mire.
Las autoridades están claras y convencidas de que hay bandas u organizaciones criminales que practican el trasiego y la venta ilegal de órganos, cuyo destino es Pakistán, el país islámico en el corazón de Asia, cuyo gobierno, además y colateralmente, lleva a cabo “el turismo internacional de trasplantes.” Más específico aún, miles de pakistaníes, de los 240 millones de personas que aquí viven, venden sus órganos a pacientes ricos que los necesitan para ser intervenidos en un quirófano. De tal manera, Pakistán ha sido durante muchos años un centro para el comercio ilegal de riñones, y actúan de lleno en este negocio espeluznante, clientes locales y viajeros llegados de naciones europeas y de Oriente Próximo también, principalmente de Arabia y Reino Unido, aunque es común ver a africanos participando en este ilícito.
Médicos inescrupulosos entre bastidores
Un reporte policial referido a los últimos ocho arrestos, indica que uno de los detenidos es Fawad Mukhtar, un médico que actuaba detrás “del escenario”, entre bambalinas, y que extrajo él mismo y de manera ilegal, 328 riñones de personas, para realizar las operaciones o trasplantes a quienes los adquirieron a elevados precios. Su historial es extenso, amplio y llena legajos enteros en los archivos policiales; por ejemplo, ha sido arrestado en múltiples oportunidades por actividades de mala praxis en la provincia oriental de Punjab y ha logrado salir de prisión, junto a sus colaboradores, tras pagar abultadas fianzas.
Para Mohsin Naqvi, jefe de gobierno de la provincia paquistaní de Punjab, “los hechos y cifras que nos han llegado, hacen temblar el corazón.” Indicó que el médico era asistido en sus intervenciones quirúrgicas, nada menos que ¡por un mecánico de automóviles! Y era quien le ayudaba a buscar donantes, personas sumamente vulnerables en sus condiciones sociales y económicas; convencía a esas gentes y les pagaban por los órganos. “La banda cobraba hasta 10 millones de rupias paquistaníes (unos US$35,000), por un trasplante de riñón; y pagaba al donante, generalmente personas pobres, entre 100,000 y 150,000 rupias (US$520).” Explicó el mismo alto funcionario, Naqvi. Las autoridades de esta región saben además, que existe una amplia red de operaciones que se extiende al territorio de Cachemira que pertenece a Pakistán (una zona en disputa con la India desde hace años), y que ha dado toda una fortuna al médico Mukhtar, quien tiene entre sus clientes a una extensa lista de millonarios, quienes urgen de trasplantes que él se los puede hacer realidad. Su fama se ha regado como la pólvora, aunque se narra que también algunos de sus pacientes han muerto durante esas prácticas quirúrgicas ilegales y clandestinas. Unas tres personas han fallecido, incluso una ciudadana de Jordania. También Hira Umer, hija del famoso comediante pakistaní Umer Sharif, quien fue operada por Mukhtar y recibió un riñón trasplantado en Cachemira, en el 2020. La intervención se complicó y cobró su vida. Según vemos, no todas han sido “maduras” en la profesión de este médico sin escrúpulos, quien trabaja en las sombras y al margen de las leyes de Pakistán. Además, el tráfico de órganos fue tipificado como delito en esta nación en el 2007, mediante la Ordenanza sobre Trasplantes de Órganos y tejidos Humanos, seguida por la Ley de Trasplantes de Órganos y Tejidos Humanos, del 2010. Pero antes de la legislación, este país era considerado en medio mundo como “un destino para el turismo de trasplantes.”
A pesar de lo anterior, de las acciones policiales, las prácticas continúan en Pakistán: en el hospital situado en Rawalpindi, adyacente a la Capital, Islamabad, se siguen haciendo los trasplantes a espaldas de la legalidad. Sino veamos el caso de un hombre de 33 años de edad, que pidió el anonimato, y quien pactó con un agente de dicho hospital para ayudar a su padre, quien tenía que someterse a un procedimiento de diálisis de riñón dos veces a la semana, algo demasiado doloroso. Aquello sucedió en el 2011, según cuenta el hijo. “Mi familia pagó una considerable cantidad de 6 millones de rupias o US$21,000 en total, por el trasplante.”
En el 2017, en otro episodio en este mismo país, los médicos fueron sorprendidos en medio de dos trasplantes de riñón en la ciudad de Lahore. Cuando los agentes de la policía ingresaron, encontraron a los clientes procedentes de Omán, inconscientes en las mesas de operaciones y se les permitió a los médicos terminar sus trabajos y después fueron arrestados junto a sus asistentes y clientes omaníes.
Es evidente que la inmensa pobreza que sufren los pakistaníes, hace que decidan vender sus órganos internos, con preferencia los riñones, para pagar sus deudas contraídas y encubren la acción diciendo a las autoridades que se trata de “donaciones.” En el caso de Rasheed Hussain, vive con un solo riñón cerca de la ciudad de Muzaffargargh, en la provincia de Punjab; en el 2019 vendió su otro riñón por 100,000 rupias (unos US$350), para pagar un préstamo al propietario de un horno de ladrillos, donde trabajó durante cuatro años. Pidió el dinero prestado para pagar la boda de su hija y se excusó así acerca de la venta de su órgano: “Si no hubiera vendido mi riñón, todavía seguiría trabajando allí sin cobrar, para pagar el préstamo.”
Esta cruenta realidad no solo acontece en Pakistán, sino también en otros países asiáticos, en los casos de la India, Nepal y Afganistán; lo mismo en varias naciones del África negra. Un informe de Global Financial Integrity referido a “El crimen transnacional y el mundo en desarrollo”, explica que el negocio del tráfico de órganos genera alrededor del mundo, entre US$840 y US$1,700 millones al año. La falta de leyes, de controles eficaces y la débil o nula intervención policial, ha permitido que estos países desarrollen los mercados clandestinos (mercados negros), que han fortalecido el tráfico y el turismo de trasplantes.
Israel, nación líder…
El Estado judío tiene la no muy agradable posición en el mundo de ser uno de los más importantes en el tráfico ilegal de órganos humanos. Un nuevo informe, publicado en varios periódicos internacionales, así lo ha revelado y sorprendido a sus lectores, quienes han creído que Israel y sus gobernantes actúan apegados siempre “a las leyes Divinas”; más todavía cuando explotan constantemente la persecución de regímenes radicales, como el nazi, los islámicos y los comunistas, para incentivar la compasión hacia su pueblo “perseguido.” Pero la realidad, según ha publicado el mismísimo The New York Times (propiedad de judíos estadounidenses), es otra: los israelíes tienen un papel prominente en el tráfico ilegal internacional de órganos extraídos a seres humanos con vida; y los traficantes judíos han obtenido enormes sumas de dinero al adquirir esos órganos de donantes extranjeros, quienes lo han hecho a cambio de dinero, obviamente, para ser trasplantados a pacientes de nacionalidad israelí.
El influyente periódico neoyorquino citó el caso de una mujer judía, residente en Israel, llamada Ophina Dorin, quien explicó lo fácil que es adquirir órganos en ese país: ella misma pagó US$175,000 por una operación de trasplante de riñón que le fue extraído a un donante en Costa Rica, América Central. Se trataba de un desempleado de 37 años de edad, quien recibió a cambio, la suma de US$18,500. “Los israelíes juegan un papel preponderante en esta actividad, de acuerdo a un análisis hecho en el mundo, desde el año 2000,” cita el diario neoyorquino.
Las autoridades costarricenses han informado repetidas ocasiones, que han descubierto redes importantes de tráfico internacional de órganos, con destino final en Israel; incluso, una de esas redes era liderada por un empresario griego, quien tenía una cadena de negocios frente a un connotado hospital en San José, Capital de Costa Rica; el individuo hacía los contactos en el extranjero, especialmente con compradores judíos, se ponía de acuerdo con médicos que trabajaban en el mismo centro que queda tan solo al cruzar la calle y procedían a extraer los órganos de los pacientes que estaban de acuerdo en venderlos por cifras exorbitantes. Actualmente, el griego y los galenos están presos en una cárcel de esta misma nación. Otros países en América Latina involucrados en el trasiego de órganos humanos, son Brasil, Argentina y Perú, junto a Costa Rica.
Pero lo más espeluznante descrito por The New York Times, se fundamenta en un informe emitido desde el seno del ejército israelí, desde donde se fugó la información de que, en el 2009, médicos al servicio de esas fuerzas armadas, extrajeron órganos de palestinos muertos por causa de disparos de soldados israelíes, sin el permiso de sus familias, para ser trasplantados en pacientes judíos. Evidentemente estamos tratando de un país, de un sistema médico, como lo es el israelí, que no está en consonancia con el humanismo que pregona desde 1945, año del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó a explotar la imagen de pueblo perseguido y masacrado por los asesinos nazis. Es convincente que no son tan santos y puros como pregonan alrededor del mundo, cada vez que pueden y donde pueden.
Lo peor para ellos han sido aquellos que han sido pillados con “las manos en la masa,” haciendo trasplantes de órganos que fueron extraídos a palestinos caídos en combate; es decir, exmilitares israelíes abrieron “en canal” los cuerpos de los palestinos para extraerles sus órganos vitales, tal y como fueron hallados por sus familiares en los campos de batalla. Otros, víctimas de engaños, fueron trasladados a Suráfrica, donde les sacaron sus órganos y después los asesinaron.
En Italia, para citar el caso más contundente, la demanda y la oferta de órganos humanos se mueve en las sombras desde hace muchas décadas y es donde el Mosad, el servicio secreto israelí, se mueve con entera y total impunidad y libertad. Son actividades ilegales y criminales sionistas, a todas luces, con la anuencia del gobierno de Tel Aviv, que está de acuerdo en que, si uno de sus ciudadanos, un miembro “del pueblo escogido por Yavéh,” necesita un órgano humano para un trasplante, estará bien que sea conseguido en el extranjero siempre y cuando pueda pagarlo. Un personaje involucrado en esta tenebrosa actividad, quien solicitó su anonimato por razones obvias, explicó: “Las barbas y las pelucas finas que ocultan la Estrella de David son culpables de grandes atrocidades. Entre éstas, por cierto, el secuestro y la desaparición de Ordechai Vabnunu en 1986, en Italia. Aquí el Mosad (el israelí HaMosad leModi’in ulTafkidim Meyuhadim, Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales), hace lo que le da la gana desde hace más de medio siglo, como queda demostrado con las masacres de Argo 16 y de Ustica.”
El 6 de junio del 2013, la policía migratoria italiana, en Roma, propiamente en el aeropuerto de Fiumicino, detuvo y encarceló a Tauber Gedalya, exalto mando de las Tsahal (Tzava Hahagana Leyisrael, Fuerzas de Defensa de Israel), y buscado con un código rojo por la Interpol (Policía Internacional). El verdugo judío no se encontraba en Italia por vacaciones, sino por negocios y para decirlo con más precisión: “estaba cazando carne fresca”, debido a que en Italia está siempre activa una red de aprovisionamiento humano, exclusivamente en los centros de recepción de menores migrantes, niños que no van acompañados por adultos. De ellos, principalmente, se nutren los israelíes para la extracción de sus órganos para ser trasplantados posteriormente en clínicas y hospitales en Judea. En el 2016, el ministerio italiano de políticas sociales reveló que desaparecieron, en los primeros cinco meses, 5,241 menores de edad, definidos por las autoridades “imposibles de encontrar.” Un año antes, en el 2015, en el mismo suelo italiano, desaparecieron más de 12 mil pequeños sin dejar ningún rastro y tampoco importó a las autoridades de gobierno.
De retorno al delincuente israelí capturado en Roma, fue detenido casualmente por el agente policíaco Antonio Del Greco, al notarlo nervioso y por algo sospechoso que había en su pasaporte. Hacía un vuelo de Boston, USA, a la Capital italiana; tenía en ese entonces 77 años de edad y se mantenía en la clandestinidad desde el 2010. Era buscado por la policía de todo el mundo y pesaba sobre él una orden de detención internacional, emitida por el Estado de Pernambuco, en Brasil. En esta nación era conocido con el mote de “el señor de los órganos” y operaba en las regiones nororientales brasileñas, aprovechándose de la pobreza extrema de sus gentes. Actuaba de manera muy sencilla: una vez identificada la víctima, el israelí se le acercaba y le proponía el negocio en el cual pagaría entre US$6,000 y US$12,000. Si aceptaba la propuesta, que le era difícil de rebatir debido a la cantidad de dinero ofrecida, era conducida a clínicas de la localidad para realizarle varias pruebas médicas y cerciorarse de que el órgano estuviera en óptimas condiciones. Firmaba un contrato, se trasladaba en avión a Suráfrica y, con la complicidad de médicos surafricanos, se terminaba “el periplo” extrayendo los riñones y de ahí hasta Tel Aviv, Capital de Israel, hacia los pacientes urgidos de los trasplantes.
Esa es una historia; pero hay otros relatos, como aquel del rabino Levy-Izhak Rosenbaum, residente en Nueva York, quien fue detenido en el 2009, acusado por traficar órganos humanos; en el 2012 fue condenado a solo 2 años y medio de cárcel; y tanto en este caso como en el primero narrado en este reportaje, se establece claramente que los israelíes son los protagonistas principales, a nivel mundial, del tráfico internacional de órganos. Es cuando The New York Times vuelve a afirmar en sus páginas: “los intermediarios en la venta de órganos en Israel, han lucrado fuertes cantidades de dinero.”
Más atrás en el tiempo, propiamente en 1992, el entonces ministro de la sanidad de Israel, Ehud Olmert, lanzó una campaña para solucionar el problema de la insuficiencia de órganos; fue cuando empezaron a desaparecer jóvenes palestinos en varias aldeas situadas en Cisjordania y Gaza. Poco tiempo después, los soldados judíos regresaban a los muchachos sin vida y con sus cuerpos abiertos. Y desde el 2001 hasta el presente, el patólogo del Estado israelí, Yehuda Hiss, enfrenta múltiples acusaciones por hurto de órganos. Este oscuro personaje fue director del Instituto forense Abu Kabir de Tel Aviv, hasta que fueron descubiertos órganos humanos, conservados ilegalmente en dicho Instituto y Hiss fue suspendido de manera inmediata. Había retirado, durante muchos años, órganos en niños, lo mismo piernas, ovarios y testículos, sin los permisos de sus padres; después participó en la venta de esos órganos en escuelas de medicina, donde se utilizaban en las investigaciones y cursos universitarios. En el 2009, fue nuevamente inculpado por haber colaborado en la extracción de órganos de mártires palestinos, quienes habían participado en operaciones militares contra Israel, y el objetivo fue venderlos en hospitales judíos.
Para poner un intento de síntesis en este escabroso tema, hemos de citar a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), del nororiental Estado brasileño de Pernambuco, que descubrió y reveló casos concretos del esquema criminal del tráfico de órganos en Brasil, en el que están involucrados israelíes. Al menos 30 ciudadanos de Brasil, cita dicho informe, vendieron sus riñones a una red de traficantes de órganos, que hacía trasplantes en Suráfrica y tenía a Israel su principal fuente de financiación. Actualmente, dos ciudadanos judíos (israelíes), llamados Gedalya Tauber (deportado desde Italia) y Eliezer Ramon, junto a seis brasileños, están detenidos en cárceles de Recife, Capital de Pernambuco, acusados de ser integrantes activos del grupo que reclutaba a vendedores de riñones. El legislador Raimundo Pimentel, presidente de la CPI, así lo describió a los periodistas: “Los aspirantes a vender sus órganos, eran llevados a la ciudad sudafricana de Durban, donde las operaciones de trasplante se efectuaban en el hospital Saint Augustine. Los receptores eran principalmente israelíes, que reciben de sus seguros de salud entre US$70,000 y US$80,000 para cirugías en el exterior, en caso de necesidad. Los brasileños, reclutados en los barrios pobres de Recife, empezaron por recibir US$10,000 por cada riñón, pero la gran oferta hizo bajar el precio a US$3,000.” Así, de acuerdo a las palabras de Pimentel, quien, además, es médico cirujano y diputado de la Asamblea Legislativa de Pernambuco.
En Brasil, el comercio de órganos es un delito castigado hasta con ocho años de prisión, según una ley aprobada en 1997; y en caso de que el vendedor del órgano fallezca, la pena se eleva hasta los 20 años de cárcel. En su defensa, Tauber declaró ante el juez brasileño que “no imaginaba estar cometiendo un delito, ya que se trataba de una operación legal relacionada con el gobierno de mi país (Israel); y, además, constituía un doble beneficio: salvaba la vida de enfermos crónicos y ofrecía un ingreso para gente muy pobre, que muere de hambre.” Argumentó. Pero la embajada de Israel en Brasilia, se demarcó de este traficante y emitió un comunicado en el que negó la participación de su gobierno en el comercio ilegal de órganos; y la respuesta del diputado Pimentel calificó la postura israelí de antiética, “pues el tráfico solo se hace posible en forma masiva si cuenta con una fuente importante de recursos, en este caso… el sistema de salud de Israel.” Y para que no quedaran dudas sobre la participación judía en esta oscura red, la experta estadounidense Nancy Scheper-Hughes, que dirige el proyecto Organs Watch, de la Universidad de Berkeley, en California, prestó testimonio en Pernambuco y señaló que “la red internacional de tráfico de órganos empezó hace 12 años, impulsada por el cirujano Zacki Shapira, ex director de un hospital en Tel Aviv. Más de 300 trasplantes de riñones fueron hechos por Shapira, a veces acompañando a pacientes a otros países, como Turquía. Los receptores son muy ricos o cuentan con buenos seguros médicos y los donantes son personas muy pobres de Europa Oriental, Filipinas y otros países en desarrollo.” Aclaró esta mujer especializada en antropología médica.
Es así como ha quedado totalmente al descubierto esta criminal actividad judía, en la que se mueven, al ritmo de las extracciones de los órganos humanos, millones de dólares y la connivencia del Estado de Israel, tolerante y participante directo e indirecto en los hechos reiterativos a través de las épocas.