Borrell, Macron y Erdogan Arremeten contra Israel

BRUSELAS, PARÍS Y ANKARA, Europa-(Especial para The City Newspaper) En esta aguda y severísima crisis por la que está atravesando Oriente Próximo, sólo hay un culpable y ese es el dictador de Israel, Benjamín Netanyahu, quien sabe con suficiente conocimiento de causa que si no hubiera guerra, él estaría sentado en el banquillo de los acusados en Tel Aviv, debido a sus actos corruptos en el seno del Estado judío. Por eso, la guerra que está ocasionando en distintas aristas de la geografía donde se ubica su país, tiene más o menos entretenidos a sus acusadores y le da “respiro” de frente a la realidad israelita y a su política difusa y llena de entuertos, en la que ha querido quitarle poder al sistema judicial y darle mayor al ejecutivo que él encabeza. Por ello, es perentoria, altamente necesaria la confrontación bélica que lleva a cabo contra Gaza, con fuertes evidencias de genocidio; Líbano, donde también comete actos de barbarie inhumana; Yemen, Siria y prontamente estará atacando al poderoso Irán.

            A manera de dato interesante, la élite del ejército israelí no brinda detalles acerca de los muertos suyos en el campo de batalla y tampoco de aquellos que murieron cuando casi 200 misiles iraníes atravesaron la poco fiable “cúpula de hierro”; pero se torna difícil creer que, tras un ataque de tal magnitud, no hayan destruido los cohetes ningún edificio y tampoco hayan muerto judíos. Una demostración más de la poquísima transparencia del actual gobierno/dictatorial de Netanyahu.

Josep Borrell le habla claro al dictador y genocida hebreo

            De acuerdo a la naturaleza de los españoles, quienes suelen hablar con descarnada franqueza cuando les resulta necesario, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, le acaba de decir unas cuantas verdades al carnicero judío, Benjamín Netanyahu, quien, cada vez que utiliza un foro como el de la Unión Europea o de las Naciones Unidas, lo hace –mencionando la Biblia de paso-, para hacerse propaganda él y a su país y tergiversar la realidad de los hechos.

            Resulta también coincidental que se esté enfrentando con Borrell, al mismo tiempo que lo hace con el Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, quien se ha negado a darle la razón a un ejército y a un dictador como Netanyahu, en su genocidio en la Franja de Gaza y en Líbano. Lo cual sólo tiene una explicación: si no estás con Israel… estás en contra de Israel. Así de simple. No existe término medio, ni oportunidad para desarrollar ideas ni ningún tipo de dialéctica en discusión civilizada. Y sólo un verdugo, un criminal o un militar sin escrúpulos y deshumanizado, puede darle la razón a lo que está haciendo Netanyahu y los suyos en territorios ajenos, contra personas indefensas, en el caso de los palestinos, a quienes masacra hoy y lo hará mañana sin que le tiemble el pulso.

            Retornando al caso de Josep Borrell, con su habitual sinceridad y honestidad, le dijo, palabras más, palabras menos, a Benjamín Netanyahu, que es él y no otros, quien está buscando un conflicto internacional a gran escala y sin límite alguno. Es decir, lo ha criticado con dureza y sin tapujos, por querer generar un gran conflicto internacional e impedir también la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Fue en una entrevista concedida a Onda Cero, cuando el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, dijo que está preocupado por la intensidad que dará Israel a los ataques de Irán, porque podría desencadenar otra respuesta más intensa de parte de los iraníes y así desatar una guerra a gran escala y arrastrar a otros actores al teatro del conflicto. Incluso, los talibanes de Afganistán están prestos a unirse a Hezbolá e Irán para derrotar a los israelíes, para citar sólo un ejemplo aislado.

            “La superioridad israelí es muy notable, gracias a los apoyos (de los Estados Unidos, principalmente), y si se destruyen instalaciones nucleares iraníes, este país tendrá que responder.” Ha dicho textualmente el diplomático de origen español. Y añade: “Eso supondrá una espiral en la que cada vez entren más países, incluido Rusia (aliado de Irán). Esto es: se desencadenará un gran conflicto internacional que es lo que, en mi opinión, quiere el primer ministro (entiéndase dictador) de Israel. (Porque) Netanyahu quiere un conflicto, y lo quiere iniciar en una posición de fuerza.”

Seguidamente, tocó el sensible tema del sufrimiento de la población de Gaza, que está sufriendo un exterminio abierto, claro, ante los ojos del resto de la humanidad, y lo está llevando a cabo nada menos que el ejército comandado por Netanyahu. “He visto la ayuda humanitaria –continuó diciendo Borrell-, que Israel no deja entrar (a Gaza). ¿Un saco de dormir verde? No, no de color verde no entra. Una bolsa de material sanitario de primera necesidad y que tiene una tijerita adentro. No, no entra. Una planta desalinadora que utiliza carbón, evidentemente. No, no entra (según impedimento de los israelíes en la Franja de Gaza). He visto almacenes y almacenes de ayuda humanitaria amontonados, pudriéndose, que no pueden entrar cuando al otro lado de la valla hay dos millones de personas que están muriéndose de hambre o enfermedades. Que no me diga Netanyahu en que son el ejército más moral del mundo, y que ellos dan 3,000 calorías por día a cada palestino en Gaza. ¡Vamos! No sé cómo calificar eso.”

            La alemana Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, lo escuchaba y no pronunció ni una sola palabra al respecto; y es que Alemania y los alemanes, desde 1945, prefieren no criticar a los judíos por razones que todos conocemos (por el genocidio nazi), y desde entonces, los alemanes parece que continúan con esa culpa de sus ancestros --ilógica y anti-natural desde todo punto de vista-, y ello hace que aplaudan u observen los desmanes y abusos de los israelitas contra otros pueblos, sin que estén en posición de argumentar absolutamente nada a favor de los oprimidos y exterminados palestinos, como sucede en este caso y que ha venido dándose desde 1948, cuando los judíos irrumpieron en esos territorios arrebatándoles sus posesiones y sus vidas, tal y como hemos sido testigos de ello.

            Incluso, los alemanes, después de la Segunda Guerra Mundial, se hubieran aferrado al derecho internacional, tal y como hicieron sus hermanos de raza, los austríacos, quienes dijeron al mundo que ellos no iban a pagar reparaciones a los hebreos, puesto que Israel, en ese año preciso (1945), no existía cómo Estado; pero los alemanes hasta los submarinos y gran cantidad y variedad de armas que producen se los han regalado a los sionistas, para que perpetren los asesinatos contra los gazatíes, según hemos observado con nuestros corazones destrozados con tanta maldad judaica.

            En retorno a nuestra realidad actual, el presidente francés, Emmanuel Macron, visiblemente agobiado por la altísima criminalidad de los israelíes en Oriente Próximo, se pronunció a favor de que se le deje de suministrar armamento a Israel, para que esas armas no sirvan para atacar a la Franja de Gaza. ¿Lo habrá decodificado Joe Biden? Lo dudamos, ya que el presidente estadounidense, además de su vejez rauda y las enfermedades que le aquejan, no está en disposición de dejar solos a los judíos. Pero Macron fue más allá al decir de manera textual: “no se lucha contra el terrorismo sacrificando a la población civil”, en clara alusión a las matanzas realizadas por los soldados judíos en Gaza. Insistió en que Francia es un buen ejemplo al no suministrar armas a los israelíes. “Creo que, hoy en día, la prioridad es que volvamos a una solución pacífica, que dejemos de enviar armas a Israel para llevar a cabo los combates en Gaza. Francia no lo hace.” Así lo manifestó en una entrevista que concedió a Radio France Inter.

            Aquí es bueno subrayar que el principal proveedor de armas a los judíos, es el gobierno de los Estados Unidos y, además, acompaña a los israelíes en toda aquella aventura bélica que ellos emprenden; es decir, los estadounidenses actúan semejantes a un enorme “paraguas” que protege a Israel, enviando incluso a sus jóvenes soldados para que mueran en campos de batalla y conflictos que no les competen en modo alguno.

            Agregó que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ignorado a gran parte de la comunidad internacional en este conflicto: “Creo que no somos escuchados. Ya se lo he vuelto a decir al primer ministro Netanyahu y creo que es un error, un error también para la propia seguridad de Israel, porque vemos en las opiniones públicas de la región, un resentimiento que está naciendo.” Se mostró en favor de evitar una escalada en la guerra e insistió para finalizar su intervención radiofónica: “El Líbano no puede convertirse en un nuevo Gaza.”

Turquía se mueve “incómoda” y en postura belicista

            Otro líder europeo que se ha manifestado repetidas veces en contra de la masacre del pueblo palestino y en contra de la guerra sanguinaria que lleva a efecto Netanyahu, el dictador judío, es Recep Tayip Erdogan, presidente turco. La posición militar y política de la Turquía actual está a favor de los palestinos y de los iraníes, que son considerados “hermanos de fe” de los turcos, al practicar la misma confesión religiosa… el islam. Erdogan ha sido enfático y categórico al argumentar que lo que los judíos están efectuando en Gaza, es un genocidio en toda la acepción del término y en todos los idiomas que se hablan en el mundo.

            Un ejemplo de su retórica, la dejó escuchar en el parlamento turco, el pasado 1 de octubre, cuando dijo de Israel: “El gobierno israelí, que se ha vuelto loco en Tierra Santa, posiblemente atacará nuestra patria con su fanatismo religioso tras atacar Palestina y Líbano. Netanyahu sueña ocupar Anatolia (la península que alberga a Turquía), y está persiguiendo esa utopía.” No obstante, Selin Nasi, politólogo de la London School of Economics (LSE), ha considerado las palabras de Erdogan poco o nada realistas: “Turquía es miembro de la OTAN. Atacar al país significa una confrontación directa con la Alianza y Estados Unidos. Además, no hay ninguna razón para que Israel ataque a Turquía.” Y para el profesor de relaciones internacionales y ex rector de la Universidad Bilgi de Estambul, Ilter Turan, “El presidente (turco) está instrumentalizando la política exterior para fines internos. Israel definitivamente no tiene intención de atacar a Turquía.” Ha dicho.

            Y en relación con la tensión de los judíos con los iraníes, Turan cree que “no existe ninguna posibilidad de que Turquía se convierta en parte de la guerra, porque Ankara no quiere ser parte de ella. Eso sí, Turquía no apoyaría un ataque de Israel contra Irán, a pesar de la relación distante que mantienen los turcos con Teherán. Sin embargo, de darse dicho ataque, Ankara no pasaría de ofrecer apoyo espiritual.” Cita el experto.

            Por su parte, Selin Nasi asegura que “la postura turca pro-palestina y anti-israelí ha generado la falsa impresión de que apoya a Irán y sus milicias. Eso es un error. Turquía está ocupada en apuntalar su economía y un conflicto regional sólo traería más inestabilidad. Por ello, no se espera que intervenga en Gaza o Líbano.”

            Tal es la situación en Oriente Próximo, todo un tablero de ajedrez donde casi siempre las partidas terminan de la peor manera… con los actores con sus manos machadas de sangre y lo peor… con sangre inocente.

           

Entre los No Fanáticos Religiosos, la Imagen de Israel está Hecha Añicos. Es un Estado y 

un Pueblo Compuesto por Genocidas

LA HAYA, Países Bajos-(Especial para The City Newspaper) Israel y los israelíes conforman un país perpetrador del peor genocidio del Siglo XXI en contra del pueblo palestino. Su líder, Benjamín Netanyahu, su ejército, apertrechado por los Estados Unidos y otras naciones europeas como la “siempre culpable” Alemania (por los desmanes del nazismo), Inglaterra y Francia, y su pueblo, especialmente los colonos que deambulan por Cisjordania y Gaza portando fusiles de asalto para arrebatarle las tierras a los mismos palestinos, están efectuando la peor masacre de seres humanos, asesinando a niños, mujeres, ancianos, médicos, enfermeras, bomberos, cruzrojistas y a todo aquel que se mueva o dé muestras de vida en la Franja de Gaza, sólo porque los judíos o israelíes se creen con el derecho otorgado por su dios pleno de odio y venganza, de masacrar y arrancar los órganos vitales a aquellos palestinos que acaban de ser asesinados, para usarlos en trasplantes en los hebreos que necesitan de esos órganos todavía “frescos” (Israel es el principal comprador de órganos humanos al margen de la ley, junto a Pakistán, actualmente).

            La verdad es que los judíos vienen causando esas muertes de civiles palestinos inocentes, ajenos a la guerra que el brazo armado de Hamás lleva adelante con el ejército genocida de Israel, desde 1948, cuando arribaron a estos territorios procedentes principalmente de Europa, posterior a la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, los actos de barbarie contra los palestinos, a quienes los judíos o israelíes consideran infrahumanos que se deben exterminar (lo mismo que a todo musulmán que camine sobre la faz de la Tierra), se han llevado a cabo sin pausa ni demora. Tampoco los judíos han tenido “la fineza” de otros pueblos genocidas de la historia, de causar las matanzas de espaldas al resto de la humanidad; es decir, subrepticiamente, sin que nadie más lo sepa y borrando toda huella de esas matanzas. Porque lo hacen a diario, a plena luz del día, se burlan de las crónicas de la prensa (incluso matan a periodistas no palestinos también) y desoyen las sanciones y prohibiciones de los organismos internacionales, porque, repetimos, los judíos se creen con “el derecho divino”, otorgado por el dios en el que ellos creen, de masacrar a quienes a ellos les dé la real gana, sin necesidad de explicar a nadie sobre esas muertes flagrantes y supra-criminales que practican diariamente.

            Una muestra de lo anterior, ha sido la actitud del gobierno del criminal Benjamín Netanyahu, quien se burla y no escucha el veredicto reciente, emitido por la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en el sentido de que “la ocupación israelí en territorio palestino… ¡Es ilegal!” En otras palabras: “la política de asentamientos de Israel en los territorios palestinos ocupados por los judíos, viola el derecho internacional (…).” Pero eso, repetimos, a los hebreos les causa sorna, burla descarada y los incita, más bien, a continuar con el genocidio de esos seres detestables que son los musulmanes y que consideran “menos que animales” y, por lo tanto, hay que exterminarlos.

Retirarse de esas tierras…

            La misma Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, Países Bajos, dictaminó que “las décadas de ocupación israelí de los territorios palestinos es ilegal” e instó (acorde con la civilización occidental y el pleno humanismo que rige a la especie humana), a los judíos o israelíes a retirarse de esos lugares y poner fin a la ocupación “lo más rápido posible.” Hasta el momento, cuando redactamos el presente reportaje, no se ha sabido ninguna respuesta del gobierno de Tel Aviv, pero sabemos, anticipadamente, que no acatará dicha resolución, más aún cuando no es vinculante, ya que todos los dictámenes de la CIJ, precisamente no son vinculantes en modo alguno. Dicha ocupación ilegal proviene desde 1967, cuando dio inicio el descarado y abierto despliegue de colonos judíos, armados hasta los dientes y protegidos por el ejército mayormente criminal de Oriente Próximo.

            Fue el magistrado Nawaf Salam, quien preside este tribunal internacional, después de que medio centenar de países brindaron testimonio en contra de los israelíes, que son los que están cometiendo el ilícito en contra del pueblo de Palestina. “La corte determinó que la continua presencia de Israel en los territorios palestinos, es ilegal -aseveró el magistrado-El Estado de Israel tiene la obligación de poner fin a su presencia ilegal en los territorios palestinos ocupados, lo antes posible”. Añadió.

            La CIJ tomó en su haber este caso, luego de que la Asamblea General de la ONU adoptó, el 31 de diciembre del 2022, una resolución para pedirle su opinión consultiva sobre “las consecuencias jurídicas derivadas de las políticas y prácticas de Israel en el territorio palestino ocupado, incluido Jerusalén-Este.” En todo caso y a pesar de que las resoluciones de la CIJ no son vinculantes, tienen la potestad moral y emotiva, para ejercer mayor presión internacional sobre el país y el gobierno que están causando la desavenencia, que en este caso concreto es el judío o israelí y en contra de Palestina, sus territorios y sus gentes. Prueba de ello, ha sido la reacción inmediata de la Unión Europea (UE), un organismo que los judíos respetan y admiran, pues en cada israelí subyace “un europeo a la fuerza”; es decir, algo parecido con lo que sucede con los argentinos en América del Sur, quienes quieren ser europeos a la fuerza, aunque hayan nacido a miles de miles de kilómetros de Europa. Pues los judíos sienten la misma urgencia psicológica y por esa causa han querido apropiarse de naciones enteras del Viejo Continente y han causado las reacciones antisemitas en líderes como Adolf Hitler y otros más, desde la Edad Media, con los Reyes Católicos españoles, quienes ordenaron la Sefarade o expulsión de los judíos de la Península Ibérica. Reiteramos: en cada judío o israelí, lo mismo que en cada argentino, subsiste un europeo aunque sea de fantasía o en el ideario torcido de sus cerebros.

            Retornando al cauce de este tema, la UE ha exigido al gobierno genocida de Netanyahu que respete (un verbo obviado por los israelíes desde siempre), el fallo de la CIJ sobre Palestina y concretamente en lo que estriba a Rafah, donde el ejército israelí atacó recientemente a un campo de refugiados en el sur de la Franja de Gaza y asesinaron a unos 45 civiles palestinos, ajenos al conflicto que los judíos llevan adelante, masacrando y exterminando a este pueblo musulmán. Es por esa razón que el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), el español Josep Borrell, aupado por varios cancilleres de la misma UE, exigieron a Tel Aviv que acate la orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ordena precisamente el fin de la ofensiva militar y criminal en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Ese acto criminal en el campo de refugiados que, en modo alguno, debió ser considerado un objetivo militar, pues allí no había armamento alguno ni peligro tampoco a los intereses logísticos del ejército judío, pero que, de todas maneras, lo bombardearon cobardemente, asesinando a esos civiles que se hallaban allí en calidad de refugiados de guerra. “Es realmente un dilema –acentuó Borrell-, cómo la comunidad internacional puede forzar la implementación de la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). No solo tenemos que expresar respeto por la decisión, sino que también debemos pedir que sea implementada.” Subrayó categórico, dirigiendo su mirada hacia Israel.

            Y es que la CIJ, que es el máximo tribunal del sistema de la ONU, ordenó a Israel detener de inmediato su ofensiva sobre Rafah, una localidad fronteriza con Egipto; pero los judíos hicieron caso omiso, como es su criminal costumbre, y volvieron a atacar esa zona, masacrando a más y más inocentes, ciudadanos palestinos desarmados. Es por esa causa que el ministro del Exterior de España, José Manuel Albares, manifestó: “Lo que presenciamos anoche es una barbarie. No se puede bombardear una zona como esa, sin consecuencias espantosas para niños y civiles inocentes.” Y el colega suyo de Exteriores de Irlanda, Micheál Martin, reforzó el anterior argumento al señalar: “las medidas cautelares, como todas las decisiones de la Corte Internacional de Justicia, son obligatorias para todas las partes. Israel tiene que detener su ofensiva en Rafah.” Por su parte, el canciller francés, Stéphane Séjourné, aseveró que su gobierno “reconoce la independencia de la Corte, pero no hace paralelismos entre Hamás (considerado terrorista por los Estados Unidos y la Unión Europea), y el Estado de Israel, que es un Estado democrático (¿?), y que debe respetar el derecho internacional.” Es decir, en el supuesto de que Israel sea un Estado democrático, cosa que no lo es, ya que está bajo el mando de un dictador que lleva años en el poder, llamado Benjamín Netanyahu, un auténtico vampiro sediento de sangre inocente, tiene el deber, si realmente creen los judíos que son democráticos, de acatar todo dictamen de la CIJ, pero no lo hacen y su embajador en la ONU despotrica y se hace la víctima de los nazis, portando en su traje sastre una estrella de David parecida a aquellas que los nazis les obligaban a llevar a los judíos que, antes de Hitler, querían adueñarse descaradamente de todos los gobiernos de Europa. Evidentemente, los judíos no dejan de valerse del sentimiento del “pobrecito” por el mal llamado “holocausto” y con ello han vivido siempre y han engañado a millones de fanáticos religiosos que creen a pies juntillas en las fantasías del antiguo testamento de la Biblia. Lo cual significa en el código de manipulación de los judíos o israelíes posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial, que “yo doy lástima por lo sufrido por mis antepasados en las cámaras de gas nazis y con ello confundo y gano las simpatías y la conmiseración del resto de la humanidad a nuestro favor. Nosotros somos las víctimas eternas y lo que hacemos ahora con los palestinos, no significa absolutamente nada…”

            Desprendiéndose de lo anterior, los ministros de Exteriores europeos acordaron reunirse en los próximos días en Bruselas, Capital de Bélgica y de la Unión Europea (UE), para tratar el tema de la dramática y trágica situación en la que los israelitas han hecho caer a la Franja de Gaza; e invitaron a varios colegas de Oriente Medio y a un representante de la Liga Árabe, para conocer sus importantes puntos de vista sobre la apremiante situación. También tratarán el espinoso asunto del paso vedado a los palestinos hacia Egipto, una situación que, en criterio de Borrell, incumbe tanto a los afectados palestinos, como a los egipcios y por supuesto, al ejército criminal e invasor de Israel.

Un palestino herido en el capó de un carro israelí

            Si alguien todavía duda acerca de la criminalidad de las fuerzas israelíes en toda guerra en la que participan, tiene que observar lo sucedido hace pocos días en Cisjordania, cuando un grupo reducido de soldados judíos amarró al capó de su vehículo, a un palestino para ser usado como escudo humano y transitar por las calles para huir del sitio en conflicto. Esta noticia le dio la vuelta al mundo y habla perfectamente claro de la insensibilidad e inhumanidad de los israelitas con respecto a los palestinos, quienes no tienen ningún valor para los criminales del genocida Netanyahu.

            Al haber tanta claridad en el hecho, los judíos no tuvieron más remedio que aceptar que “violaron el protocolo militar”, según el eufemismo usado por los judíos para explicar este caso; pero las verdaderas palabras que deberían usarse son: “se trató de un acto inhumano en el que fue usada una persona, considerada por los judíos un ser inferior, para que no les dispararan a ellos al utilizarla como escudo anti-balas.” Más farsante aún, el alto mando del ejército criminal de Israel, difundió un escueto comunicado en el que, como siempre han hecho a lo largo de la historia y de la existencia del judaísmo mundial, intentan “lavarse las manos”: “La conducta de las fuerzas (en el video observado del incidente), no se ajusta a los valores de las FDI (Fuerzas de Defensa Israelíes). El incidente será investigado y tratado en consecuencia.”

            El incidente, de acuerdo a la versión valedera explicada por la Media Luna Roja palestina, sucedió en la ciudad cisjordana de Yenín, en el área de Yabarat, donde, primeramente, los militares israelíes impidieron a los trabajadores humanitarios el acceso al palestino que pensaban atar al capó del Jeep de fabricación estadounidense, como lo son casi todos los vehículos y armamento que usan los israelíes; y luego “colocaron al herido en la parte delantera de un jeep militar y antes de permitir que nuestros equipos lo trasladaran al hospital.” Según escribió esta Institución en su cuenta de X, acompañando el texto con el video de lo acontecido. En consecuencia e inmediatamente, la relatora especial de las Naciones Unidas para el territorio palestino ocupado, Francesca Albanese, condenó el incidente que describe como un ejemplo “en acción”, de la práctica del uso de escudos humanos en conflicto (y por el ejército de Netanyahu), prohibido terminantemente por el derecho internacional. “Es sorprendente cómo un Estado nacido hace 76 años, ha logrado poner literalmente patas arriba al derecho internacional. Esto corre el riesgo de ser el fin del multilateralismo, que para algunos Estados miembros influyentes ya no sirve para ningún propósito relevante.” Publicó también en su cuenta de X.

            Aparte de lo anterior, la noticia que ha trascendido en las últimas horas, indica que el dictador no declarado de Israel, Benjamín Netanyahu, piensa viajar en las próximas horas a Washington, Estados Unidos, el país del que se han apoderado los judíos a partir de los años 50 con mayor determinación y ahínco, para dar un discurso en el Congreso de esta potencia mundial, que, dicho sea de paso, está atascado de judíos en ambos partidos, el Republicano y el Demócrata. Así que Netanyahu se sentirá como en casa y hasta podrá dirigir su intervención retórica en hebreo, que será plenamente entendido.    No obstante estas ventajas, algunos legisladores demócratas no judíos por supuesto, le harán un boicot y le dirán agrias críticas debido a su comportamiento criminal en Palestina. Un periodista acreditado en la Capital estadounidense así ha descrito lo que significará esta visita del genocida israelita: “La última vez que el primer ministro de Israel (¿?), Benjamín Netanyahu, habló ante el Congreso de los Estados Unidos, criticó el proyecto diplomático emblemático de la administración Obama en ese momento, el acuerdo nuclear con Irán, tensando sus vínculos con la Casa Blanca. Nueve años después (nótese la dilatada dictadura de este individuo, que ha superado a tres presidentes; a saber: Obama, Trump y Joe Biden; es decir, es un dictador en toda regla), Netanyahu debe regresar al Capitolio, esta vez bajo circunstancias aún más tensas.”

            ¿Por qué más tensas? Para Barbara Slavin, investigadora del área de Oriente Próximo y Norte de Áfrca, del Stimson Center, en Washington, señaló que el momento no puede ser peor para el genocida israelí: “Francamente humillará a Biden al presentarse sin haber acordado un acuerdo de alto el fuego. No ayudará a sus posibilidades de reelección. Enfurecerá a muchos. Muchos estadounidenses que están extremadamente enojados por lo que está sucediendo en Medio Oriente. Este no es el momento adecuado. Si hubiera aceptado un alto al fuego hace meses y hubiera comenzado un proceso de reconstrucción en Gaza, talvez… Es un acto de increíble osadía, de descaro por su parte, al mostrarse en Washington D.C.” Aseveró. ¿Y quién asegura que no se trata de un hecho debidamente planificado con Donald Trump, quien es más radical que Biden en su preferencia por Israel? Hasta su hija, Ivanka, está casada con un judío y se convirtió a esa religión y raza. Muy posiblemente Netanyahu lo que quiere es poner “el último clavo en el féretro político” de Biden y enterrarlo definitivamente en el escenario electoral de los Estados Unidos, con esta aparición suya que resultará detestable para todo aquel estadounidense que ama la justicia, el humanismo, el respeto al semejante y los derechos del pueblo palestino, masacrado una y otra vez por órdenes de este genocida llamado Benjamín Netanyahu.

            En cuanto al gobierno actual de Joe Biden y su relación con Israel, el Estado genocida del momento, enfrenta críticas severas tanto en el interior de los Estados Unidos, como en el exterior del país, precisamente por apoyar a Israel y permitir que Netanyahu lleve a cabo las operaciones de guerra que han causado la severa crisis humanitaria en Gaza y donde ha asesinado a más de 38,000 palestinos inocentes de la población civil, desde el 7 de octubre del 2023. Pero el recibimiento que se le dará a este genocida, a este criminal de nuestro tiempo, el judío Netanyahu, cuando arribe a los Estados Unidos, será el peor posible: se han planeado protestas masivas, varios legisladores demócratas, no judíos, han dicho que boicotearán el discurso que estará plagado de datos inexactos, cifras inexistentes y mentira sobre mentira y que tratará de persuadir a los norteamericanos de que la matanza que lleva a efecto el ejército israelí en Gaza, es justa y apegada a la legítima defensa, aunque haya sido evidente día tras día que los asesinados son mujeres, ancianos y niños desarmados en la misma Franja de Gaza. Esos legisladores pertenecen al ala izquierdista del Partido Demócrata y han venido expresando fuertes críticas a Israel, desde hace bastante tiempo atrás.

            Para Jon Alterman, director del Programa de Oriente Medio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), explica que “Netanyahu no quiere enviar un mensaje sólo al Congreso. Tiene dos audiencias en mente: una es la estadounidense, porque quiere conseguir apoyo para Israel en el congreso; también está pensando en una audiencia de su país, ya que muchos israelíes están molestos por cómo se ha desarrollado la guerra. Están molestos por los rehenes (en manos de Hamás todavía). Creo que quiere demostrar que no ha destruido las relaciones entre Estados Unidos e Israel, como sostienen algunos de sus críticos políticos. Lo que le interesa mucho menos es lo que piense la Casa Blanca de Biden”, a quien causará un inmenso daño, a pesar de la ayuda logística que este presidente le ha dado a su ejército u horda de criminales. Pero, repetimos, lo que quiere el judío con su visita a USA, es allanar el triunfo de Donald Trump, quien es más judío que el mismo Ben Gurión, fundador del Estado de Israel, y con su triunfo en las elecciones de noviembre, significará más ayuda a Israel y más seguridad para la dictadura de Netanyahu, que podría perpetuarse ad infinitum.

            Y desde el interior de Israel, donde el genocida tiene fuertes y numerosos detractores, se sabe que ha circulado una carta firmada por unos 500 académicos israelíes, para instar al congreso de los Estados Unidos a retirar la invitación a Netanyahu, porque permitirle hacer su discurso “podría reducir la creciente presión pública sobre Netanyahu por parte de la comunidad internacional, para que acepte el acuerdo sobre los rehenes que está sobre la mesa. Y en el Knesset, parlamento israelí, legisladores de oposición pidieron al dictador que anunciara su aceptación del acuerdo de rehenes o no fuera a Washington en absoluto. Para Maya Roman, quien tiene a familiares en poder de la facción Hamás, no cree que Netanyahu acepte ese acuerdo y en referencia al discurso que dará en el Capitolio, esta mujer piensa que “él hablará sobre las penosas experiencias por las que hemos pasado. Y todas esas cosas son verdaderas y es importante que la gente las recuerde; pero siento que si habla sobre esas cosas sin comprometerse con un acuerdo, entonces no nos hace ningún favor. Básicamente, está tomando nuestro dolor y usándolo para obtener ganancias y no para nuestros propósitos, no para traer de vuelta a nuestros seres queridos. Si alguien va a usar nuestra historia y lo que hemos pasado desde el 7 de octubre, entonces sabrá que la terrible experiencia que han vivido las familias, debería servir para garantizar que nuestros seres queridos regresen.”

              Nuevamente Jon Alterman, del CSIS, indica que Netanyahu tiene un objetivo muy práctico: “retrasar lo que amenaza su liderazgo en Israel. La visita se produce hacia el final del período de actividad de la Knesset, al inicio de las vacaciones de verano y luego viene la pausa por las fiestas judías en el otoño. La Knesset estará fuera aproximadamente desde el momento en que finalice la visita de Netanyahu hasta casi cuando se celebren las elecciones estadounidenses. Y para Netanyahu, que está preocupado por su supervivencia política, es como decir: ‘está bien, esperemos hasta que termine la visita estadounidense.’ Pero después la Knesset ya no estará en actividad y entonces esperaremos hasta después de las elecciones en Estados Unidos. Sería muy difícil derribar al gobierno cuando la Knesset no está reunida.” Explicó.

            Siempre en referencia a las relaciones entre Israel y los Estados Unidos, es evidente que algo (o mucho) ha cambiado en la percepción que tienen los estadounidenses ahora en la actualidad, del Estado judío. Por ejemplo, las protestas universitarias que estallaron en todo el país, debido a la altísima criminalidad del ejército hebreo en Gaza, es un presagio de que un cambio generacional e ideológico se está presentando en la Unión Americana. Es decir, “los jóvenes (estadounidenses) no tienen ningún recuerdo del pequeño y valiente Israel que lucha por su existencia. Sólo conocen un Israel que mata palestinos (y esa es la verdadera realidad de los judíos actualmente). Así que no ven a un aliado democrático. No ven un país con el que compartamos valores. Creo que Israel está en peligro real de perder una generación en Estados Unidos. Puede que no veamos el impacto de inmediato, pero lo veremos dentro de cinco, diez o veinte años.” Concluyó con su análisis Alterman.

            Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, de las imágenes de las limusinas llevando en su interior al peor criminal del Siglo XXI (junto a Vladímir Putin, de Rusia), su ejército israelí sigue masacrando sin una sola pausa siquiera, a la indefensa población gazatí, día tras día, hora tras hora. Y en aras de esa altísima criminalidad, se espera un fuerte rechazo a este criminal una vez haya puesto sus pies en los Estados Unidos. Ojalá las manifestaciones le recuerden a Netanyahu que no es otra cosa que un vampiro sediento de sangre y a los israelíes que ya no les va el papel repetitivo de las eternas víctimas “de estos, aquellos y los otros”, ni que son el “pueblo elegido” y de toda esa fanfarria que solo los fanáticos de la Biblia pueden creer, asimilar y soportar sin sentido ni juicio crítico alguno. Se les acabó la lástima hacia ellos… a ellos que son tan criminales como los peores.


Israel y Pakistán los Mayores Traficantes y Compradores Mundiales de Órganos Humanos

TEL AVIV, Israel; e ISLAMABAD, Pakistán-(Especial para The City Newspaper) El llamado “pueblo elegido” según el Antiguo Testamento de la Biblia, ha resultado ser uno de los mayores traficantes y compradores de órganos humanos de la actualidad y a nivel de todo el planeta. Sin embargo, no es el único país dedicado a esta sórdida actividad que, sin duda, es peor que el trasiego de sustancias prohibidas, porque Pakistán es el otro país que recibe “esta mercancía” que es más característica de una película de terror que de una realidad que se da alrededor nuestro.

            Hace pocos días, fue detenida una banda dedicada al tráfico de órganos humanos, que vendió más de 300 riñones en Pakistán, considerado uno de los “paraísos del turismo de trasplantes.” De acuerdo a versiones oficiales de la policía internacional, los delincuentes cobraban unos US$35,000 por un trasplante y pagaban a su vez a las personas pobres, tan solo US$500 por dejarse extraer el órgano. Una explotación de impresionante magnitud desde cualquier ángulo donde se mire.

            Las autoridades están claras y convencidas de que hay bandas u organizaciones criminales que practican el trasiego y la venta ilegal de órganos, cuyo destino es Pakistán, el país islámico en el corazón de Asia, cuyo gobierno, además y colateralmente, lleva a cabo “el turismo internacional de trasplantes.” Más específico aún, miles de pakistaníes, de los 240 millones de personas que aquí viven, venden sus órganos a pacientes ricos que los necesitan para ser intervenidos en un quirófano. De tal manera, Pakistán ha sido durante muchos años un centro para el comercio ilegal de riñones, y actúan de lleno en este negocio espeluznante, clientes locales y viajeros llegados de naciones europeas y de Oriente Próximo también, principalmente de Arabia y Reino Unido, aunque es común ver a africanos participando en este ilícito.

Médicos inescrupulosos entre bastidores

            Un reporte policial referido a los últimos ocho arrestos, indica que uno de los detenidos es Fawad Mukhtar, un médico que actuaba detrás “del escenario”, entre bambalinas, y que extrajo él mismo y de manera ilegal, 328 riñones de personas, para realizar las operaciones o trasplantes a quienes los adquirieron a elevados precios. Su historial es extenso, amplio y llena legajos enteros en los archivos policiales; por ejemplo, ha sido arrestado en múltiples oportunidades por actividades de mala praxis en la provincia oriental de Punjab y ha logrado salir de prisión, junto a sus colaboradores, tras pagar abultadas fianzas.

            Para Mohsin Naqvi, jefe de gobierno de la provincia paquistaní de Punjab, “los hechos y cifras que nos han llegado, hacen temblar el corazón.” Indicó que el médico era asistido en sus intervenciones quirúrgicas, nada menos que ¡por un mecánico de automóviles! Y era quien le ayudaba a buscar donantes, personas sumamente vulnerables en sus condiciones sociales y económicas; convencía a esas gentes y les pagaban por los órganos. “La banda cobraba hasta 10 millones de rupias paquistaníes (unos US$35,000), por un trasplante de riñón; y pagaba al donante, generalmente personas pobres, entre 100,000 y 150,000 rupias (US$520).” Explicó el mismo alto funcionario, Naqvi. Las autoridades de esta región saben además, que existe una amplia red de operaciones que se extiende al territorio de Cachemira que pertenece a Pakistán (una zona en disputa con la India desde hace años), y que ha dado toda una fortuna al médico Mukhtar, quien tiene entre sus clientes a una extensa lista de millonarios, quienes urgen de trasplantes que él se los puede hacer realidad. Su fama se ha regado como la pólvora, aunque se narra que también algunos de sus pacientes han muerto durante esas prácticas quirúrgicas ilegales y clandestinas. Unas tres personas han fallecido, incluso una ciudadana de Jordania. También Hira Umer, hija del famoso comediante pakistaní Umer Sharif, quien fue operada por Mukhtar y recibió un riñón trasplantado en Cachemira, en el 2020. La intervención se complicó y cobró su vida. Según vemos, no todas han sido “maduras” en la profesión de este médico sin escrúpulos, quien trabaja en las sombras y al margen de las leyes de Pakistán. Además, el tráfico de órganos fue tipificado como delito en esta nación en el 2007, mediante la Ordenanza sobre Trasplantes de Órganos y tejidos Humanos, seguida por la Ley de Trasplantes de Órganos y Tejidos Humanos, del 2010. Pero antes de la legislación, este país era considerado en medio mundo como “un destino para el turismo de trasplantes.”

            A pesar de lo anterior, de las acciones policiales, las prácticas continúan en Pakistán: en el hospital situado en Rawalpindi, adyacente a la Capital, Islamabad, se siguen haciendo los trasplantes a espaldas de la legalidad. Sino veamos el caso de un hombre de 33 años de edad, que pidió el anonimato, y quien pactó con un agente de dicho hospital para ayudar a su padre, quien tenía que someterse a un procedimiento de diálisis de riñón dos veces a la semana, algo demasiado doloroso. Aquello sucedió en el 2011, según cuenta el hijo. “Mi familia pagó una considerable cantidad de 6 millones de rupias o US$21,000 en total, por el trasplante.”

            En el 2017, en otro episodio en este mismo país, los médicos fueron sorprendidos en medio de dos trasplantes de riñón en la ciudad de Lahore. Cuando los agentes de la policía ingresaron, encontraron a los clientes procedentes de Omán, inconscientes en las mesas de operaciones y se les permitió a los médicos terminar sus trabajos y después fueron arrestados junto a sus asistentes y clientes omaníes.

            Es evidente que la inmensa pobreza que sufren los pakistaníes, hace que decidan vender sus órganos internos, con preferencia los riñones, para pagar sus deudas contraídas y encubren la acción diciendo a las autoridades que se trata de “donaciones.” En el caso de Rasheed Hussain, vive con un solo riñón cerca de la ciudad de Muzaffargargh, en la provincia de Punjab; en el 2019 vendió su otro riñón por 100,000 rupias (unos US$350), para pagar un préstamo al propietario de un horno de ladrillos, donde trabajó durante cuatro años. Pidió el dinero prestado para pagar la boda de su hija y se excusó así acerca de la venta de su órgano: “Si no hubiera vendido mi riñón, todavía seguiría trabajando allí sin cobrar, para pagar el préstamo.”

            Esta cruenta realidad no solo acontece en Pakistán, sino también en otros países asiáticos, en los casos de la India, Nepal y Afganistán; lo mismo en varias naciones del África negra. Un informe de Global Financial Integrity referido a “El crimen transnacional y el mundo en desarrollo”, explica que el negocio del tráfico de órganos genera alrededor del mundo, entre US$840 y US$1,700 millones al año. La falta de leyes, de controles eficaces y la débil o nula intervención policial, ha permitido que estos países desarrollen los mercados clandestinos (mercados negros), que han fortalecido el tráfico y el turismo de trasplantes.

Israel, nación líder…

            El Estado judío tiene la no muy agradable posición en el mundo de ser uno de los más importantes en el tráfico ilegal de órganos humanos. Un nuevo informe, publicado en varios periódicos internacionales, así lo ha revelado y sorprendido a sus lectores, quienes han creído que Israel y sus gobernantes actúan apegados siempre “a las leyes Divinas”; más todavía cuando explotan constantemente la persecución de regímenes radicales, como el nazi, los islámicos y los comunistas, para incentivar la compasión hacia su pueblo “perseguido.” Pero la realidad, según ha publicado el mismísimo The New York Times (propiedad de judíos estadounidenses), es otra: los israelíes tienen un papel prominente en el tráfico ilegal internacional de órganos extraídos a seres humanos con vida; y los traficantes judíos han obtenido enormes sumas de dinero al adquirir esos órganos de donantes extranjeros, quienes lo han hecho a cambio de dinero, obviamente, para ser trasplantados a pacientes de nacionalidad israelí.

            El influyente periódico neoyorquino citó el caso de una mujer judía, residente en Israel, llamada Ophina Dorin, quien explicó lo fácil que es adquirir órganos en ese país: ella misma pagó US$175,000 por una operación de trasplante de riñón que le fue extraído a un donante en Costa Rica, América Central. Se trataba de un desempleado de 37 años de edad, quien recibió a cambio, la suma de US$18,500. “Los israelíes juegan un papel preponderante en esta actividad, de acuerdo a un análisis hecho en el mundo, desde el año 2000,” cita el diario neoyorquino.

            Las autoridades costarricenses han informado repetidas ocasiones, que han descubierto redes importantes de tráfico internacional de órganos, con destino final en Israel; incluso, una de esas redes era liderada por un empresario griego, quien tenía una cadena de negocios frente a un connotado hospital en San José, Capital de Costa Rica; el individuo hacía los contactos en el extranjero, especialmente con compradores judíos, se ponía de acuerdo con médicos que trabajaban en el mismo centro que queda tan solo al cruzar la calle y procedían a extraer los órganos de los pacientes que estaban de acuerdo en venderlos por cifras exorbitantes. Actualmente, el griego y los galenos están presos en una cárcel de esta misma nación. Otros países en América Latina involucrados en el trasiego de órganos humanos, son Brasil, Argentina y Perú, junto a Costa Rica.

            Pero lo más espeluznante descrito por The New York Times, se fundamenta en un informe emitido desde el seno del ejército israelí, desde donde se fugó la información de que, en el 2009, médicos al servicio de esas fuerzas armadas, extrajeron órganos de palestinos muertos por causa de disparos de soldados israelíes, sin el permiso de sus familias, para ser trasplantados en pacientes judíos. Evidentemente estamos tratando de un país, de un sistema médico, como lo es el israelí, que no está en consonancia con el humanismo que pregona desde 1945, año del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó a explotar la imagen de pueblo perseguido y masacrado por los asesinos nazis. Es convincente que no son tan santos y puros como pregonan alrededor del mundo, cada vez que pueden y donde pueden.

            Lo peor para ellos han sido aquellos que han sido pillados con “las manos en la masa,” haciendo trasplantes de órganos que fueron extraídos a palestinos caídos en combate; es decir, exmilitares israelíes abrieron “en canal” los cuerpos de los palestinos para extraerles sus órganos vitales, tal y como fueron hallados por sus familiares en los campos de batalla. Otros, víctimas de engaños, fueron trasladados a Suráfrica, donde les sacaron sus órganos y después los asesinaron.

               En Italia, para citar el caso más contundente, la demanda y la oferta de órganos humanos se mueve en las sombras desde hace muchas décadas y es donde el Mosad, el servicio secreto israelí, se mueve con entera y total impunidad y libertad. Son actividades ilegales y criminales sionistas, a todas luces, con la anuencia del gobierno de Tel Aviv, que está de acuerdo en que, si uno de sus ciudadanos, un miembro “del pueblo escogido por Yavéh,” necesita un órgano humano para un trasplante, estará bien que sea conseguido en el extranjero siempre y cuando pueda pagarlo. Un personaje involucrado en esta tenebrosa actividad, quien solicitó su anonimato por razones obvias, explicó: “Las barbas y las pelucas finas que ocultan la Estrella de David son culpables de grandes atrocidades. Entre éstas, por cierto, el secuestro y la desaparición de Ordechai Vabnunu en 1986, en Italia. Aquí el Mosad (el israelí HaMosad leModi’in ulTafkidim Meyuhadim, Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales), hace lo que le da la gana desde hace más de medio siglo, como queda demostrado con las masacres de Argo 16 y de Ustica.”

               El 6 de junio del 2013, la policía migratoria italiana, en Roma, propiamente en el aeropuerto de Fiumicino, detuvo y encarceló a Tauber Gedalya, exalto mando de las Tsahal (Tzava Hahagana Leyisrael, Fuerzas de Defensa de Israel), y buscado con un código rojo por la Interpol (Policía Internacional). El verdugo judío no se encontraba en Italia por vacaciones, sino por negocios y para decirlo con más precisión: “estaba cazando carne fresca”, debido a que en Italia está siempre activa una red de aprovisionamiento humano, exclusivamente en los centros de recepción de menores migrantes, niños que no van acompañados por adultos. De ellos, principalmente, se nutren los israelíes para la extracción de sus órganos para ser trasplantados posteriormente en clínicas y hospitales en Judea. En el 2016, el ministerio italiano de políticas sociales reveló que desaparecieron, en los primeros cinco meses, 5,241 menores de edad, definidos por las autoridades “imposibles de encontrar.” Un año antes, en el 2015, en el mismo suelo italiano, desaparecieron más de 12 mil pequeños sin dejar ningún rastro y tampoco importó a las autoridades de gobierno.

             De retorno al delincuente israelí capturado en Roma, fue detenido casualmente por el agente policíaco Antonio Del Greco, al notarlo nervioso y por algo sospechoso que había en su pasaporte. Hacía un vuelo de Boston, USA, a la Capital italiana; tenía en ese entonces 77 años de edad y se mantenía en la clandestinidad desde el 2010. Era buscado por la policía de todo el mundo y pesaba sobre él una orden de detención internacional, emitida por el Estado de Pernambuco, en Brasil. En esta nación era conocido con el mote de “el señor de los órganos” y operaba en las regiones nororientales brasileñas, aprovechándose de la pobreza extrema de sus gentes. Actuaba de manera muy sencilla: una vez identificada la víctima, el israelí se le acercaba y le proponía el negocio en el cual pagaría entre US$6,000 y US$12,000. Si aceptaba la propuesta, que le era difícil de rebatir debido a la cantidad de dinero ofrecida, era conducida a clínicas de la localidad para realizarle varias pruebas médicas y cerciorarse de que el órgano estuviera en óptimas condiciones. Firmaba un contrato, se trasladaba en avión a Suráfrica y, con la complicidad de médicos surafricanos, se terminaba “el periplo” extrayendo los riñones y de ahí hasta Tel Aviv, Capital de Israel, hacia los pacientes urgidos de los trasplantes.

             Esa es una historia; pero hay otros relatos, como aquel del rabino Levy-Izhak Rosenbaum, residente en Nueva York, quien fue detenido en el 2009, acusado por traficar órganos humanos; en el 2012 fue condenado a solo 2 años y medio de cárcel; y tanto en este caso como en el primero narrado en este reportaje, se establece claramente que los israelíes son los protagonistas principales, a nivel mundial, del tráfico internacional de órganos. Es cuando The New York Times vuelve a afirmar en sus páginas: “los intermediarios en la venta de órganos en Israel, han lucrado fuertes cantidades de dinero.”

            Más atrás en el tiempo, propiamente en 1992, el entonces ministro de la sanidad de Israel, Ehud Olmert, lanzó una campaña para solucionar el problema de la insuficiencia de órganos; fue cuando empezaron a desaparecer jóvenes palestinos en varias aldeas situadas en Cisjordania y Gaza. Poco tiempo después, los soldados judíos regresaban a los muchachos sin vida y con sus cuerpos abiertos. Y desde el 2001 hasta el presente, el patólogo del Estado israelí, Yehuda Hiss, enfrenta múltiples acusaciones por hurto de órganos. Este oscuro personaje fue director del Instituto forense Abu Kabir de Tel Aviv, hasta que fueron descubiertos órganos humanos, conservados ilegalmente en dicho Instituto y Hiss fue suspendido de manera inmediata. Había retirado, durante muchos años, órganos en niños, lo mismo piernas, ovarios y testículos, sin los permisos de sus padres; después participó en la venta de esos órganos en escuelas de medicina, donde se utilizaban en las investigaciones y cursos universitarios. En el 2009, fue nuevamente inculpado por haber colaborado en la extracción de órganos de mártires palestinos, quienes habían participado en operaciones militares contra Israel, y el objetivo fue venderlos en hospitales judíos.

             Para poner un intento de síntesis en este escabroso tema, hemos de citar a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), del nororiental Estado brasileño de Pernambuco, que descubrió y reveló casos concretos del esquema criminal del tráfico de órganos en Brasil, en el que están involucrados israelíes. Al menos 30 ciudadanos de Brasil, cita dicho informe, vendieron sus riñones a una red de traficantes de órganos, que hacía trasplantes en Suráfrica y tenía a Israel su principal fuente de financiación. Actualmente, dos ciudadanos judíos (israelíes), llamados Gedalya Tauber (deportado desde Italia) y Eliezer Ramon, junto a seis brasileños, están detenidos en cárceles de Recife, Capital de Pernambuco, acusados de ser integrantes activos del grupo que reclutaba a vendedores de riñones. El legislador Raimundo Pimentel, presidente de la CPI, así lo describió a los periodistas: “Los aspirantes a vender sus órganos, eran llevados a la ciudad sudafricana de Durban, donde las operaciones de trasplante se efectuaban en el hospital Saint Augustine. Los receptores eran principalmente israelíes, que reciben de sus seguros de salud entre US$70,000 y US$80,000 para cirugías en el exterior, en caso de necesidad. Los brasileños, reclutados en los barrios pobres de Recife, empezaron por recibir US$10,000 por cada riñón, pero la gran oferta hizo bajar el precio a US$3,000.” Así, de acuerdo a las palabras de Pimentel, quien, además, es médico cirujano y diputado de la Asamblea Legislativa de Pernambuco.

            En Brasil, el comercio de órganos es un delito castigado hasta con ocho años de prisión, según una ley aprobada en 1997; y en caso de que el vendedor del órgano fallezca, la pena se eleva hasta los 20 años de cárcel. En su defensa, Tauber declaró ante el juez brasileño que “no imaginaba estar cometiendo un delito, ya que se trataba de una operación legal relacionada con el gobierno de mi país (Israel); y, además, constituía un doble beneficio: salvaba la vida de enfermos crónicos y ofrecía un ingreso para gente muy pobre, que muere de hambre.” Argumentó. Pero la embajada de Israel en Brasilia, se demarcó de este traficante y emitió un comunicado en el que negó la participación de su gobierno en el comercio ilegal de órganos; y la respuesta del diputado Pimentel calificó la postura israelí de antiética, “pues el tráfico solo se hace posible en forma masiva si cuenta con una fuente importante de recursos, en este caso… el sistema de salud de Israel.” Y para que no quedaran dudas sobre la participación judía en esta oscura red, la experta estadounidense Nancy Scheper-Hughes, que dirige el proyecto Organs Watch, de la Universidad de Berkeley, en California, prestó testimonio en Pernambuco y señaló que “la red internacional de tráfico de órganos empezó hace 12 años, impulsada por el cirujano Zacki Shapira, ex director de un hospital en Tel Aviv. Más de 300 trasplantes de riñones fueron hechos por Shapira, a veces acompañando a pacientes a otros países, como Turquía. Los receptores son muy ricos o cuentan con buenos seguros médicos y los donantes son personas muy pobres de Europa Oriental, Filipinas y otros países en desarrollo.” Aclaró esta mujer especializada en antropología médica.

             Es así como ha quedado totalmente al descubierto esta criminal actividad judía, en la que se mueven, al ritmo de las extracciones de los órganos humanos, millones de dólares y la connivencia del Estado de Israel, tolerante y participante directo e indirecto en los hechos reiterativos a través de las épocas.

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