Ofelia Taitelbaum Ingresa a Prisión. Judíos en Todo el Mundo “se Disparan en los Pies”

SAN JOSÉ, Costa Rica-(Especial para The City Newspaper) Ponen caras de buenos, de muchachos (as) perseguidos, víctimas de la humanidad y recuerdan insistentemente el período de la matanza nazi al pueblo hebreo en Europa, durante la Segunda Guerra Mundial. Les gusta la etiqueta de “pobrecitos” y con ese calificativo y esa imagen han transitado por la vida, generación tras generación, desde 1945. Pero mucho antes de ese acontecimiento, se quejaban de que fueron esclavos del Faraón, en Egipto; de los Zares en Rusia y de los Reyes Católicos que decretaron la sefarade en España, o la expulsión –según ellos arbitraria e inhumana- contra “el pueblo elegido de dios”, como se hacen llamar ellos mismos, como si los judíos tuvieran algo distinto al resto de los hombres, que los hace “especiales” ante un todopoderoso que acusa una evidentísima debilidad, cual es la preferencia por un grupo étnico y religioso, por encima de todos los demás en la Tierra.

            Y sus jugarretas, sus artimañas, siempre en pos del dinero existente, allí donde se pose un conglomerado de hebreos, las han hecho callados, en el mayor sigilo, cuidando al máximo sus imágenes de pulcritud y sobre todo, de “limpieza” moral individual y conjunta, por poseer escrúpulos que son “benditos ante los ojos de dios.” Pero, en los últimos 10 años parece que los mismos judíos, alrededor del mundo, se han cansado de esa imagen, de esa postura inflexible de ser ellos los mejores moralmente, los “únicos”, los bendecidos y los que siguen con aquella nube luminosa, enviada por dios (nótese la minúscula), durante el éxodo por el desierto, de acuerdo a lo que cita el viejo testamento que ellos mismos redactaron hace miles de años atrás, en clara propaganda a favor de este pueblo. Un pueblo que gusta de vivir dentro de otros, extraer de éstos todo lo positivo que observan, para aprovecharse de esas ventajas posteriormente.

Uno tras otro como “piezas de dominó”

            Cansados, decíamos, agobiados por esa imagen sacro-santa de ser un pueblo sin mácula, sin mancha, a través de los siglos, los judíos actuales han estado cometiendo errores horrorosos, extraordinariamente deleznables, y que les han puesto al descubierto ante los ojos del resto de la humanidad.

            Uno de los casos recientes más difundidos, ha sido el del productor de cine Harvey Weinstein, acostumbrado en Hollywood al abuso de mujeres, tocándolas, violándolas y violentándolas en todas las formas posibles que su instinto depredador le impulsara. Es decir, para aquellas que quisieran triunfar en el difícil mundo del séptimo arte, tenían que acostarse con ese gordo de aspecto repulsivo, las veces que a él se le ocurriera. Y si no lo hacían… o fenecían en el intento por convertirse en estrellas de Hollywood o denunciaban a aquella bestia sexualizada y eso fue exactamente lo que un grupo de esas mujeres hizo con él y consiguieron que las leyes –de todos modos permeadas por los judíos-, lo condenaran por violaciones y abusos de todo tipo de decenas de mujeres en la “meca del cine.”

            Otro no menos malo que el anterior, fue el millonario Jeffrey Epstein, dueño de mansiones aquí y allá, aviones y yates privados y amigo de una gavilla de sinvergüenzas, entre quienes estaban el propio Donald Trump y el Príncipe inglés, Andrew, quien terminó de matar a su madre, la Reina Isabel II, por el disgusto que le causó a la “pobre” anciana, al tener que quitarle todas sus condecoraciones, grados militares y títulos nobiliarios, además de pagar millonarias sumas para evitar que su hijito fuese juzgado y entrara en prisión.

            ¡Pues bien! Epstein acostumbraba embaucar a jovencitas en todo el mundo, todas ellas menores de edad, porque además era pederasta, un sátiro de “grandes ligas”, e invitaba a sus amiguetes a disfrutar de violaciones, orgías y demás excesos sexuales a los que estaba habituado. Las llevaba a su isla privada, a sus mansiones y adonde se le ocurriera… hasta que un día fue acusado ante los tribunales por una de esas muchachas que fue desflorada por este judío. El final de Epstein fue inesperado pero justo: se suicidó en su celda en una prisión en Nueva York. No pudo soportar que el mundo fuera tan infame con él, quien era un prominente miembro del “pueblo elegido de dios.”

            Y podríamos mencionar caso tras caso, pero se nos haría muy extenso. Hoy, las masacres, el exterminio del pueblo palestino por medio de los misiles y bombas que Tel Aviv lanza en la Franja de Gaza, mientras los colonos hebreos arrebatan las tierras a los mismos palestinos en Cisjordania, obedeciendo aquello de que han llegado “a la tierra prometida (por su dios)”, develan con toda claridad el material del que están hechos los judíos: no son humanos, se sienten superiores a todos los demás (insisten en afirmar que los palestinos no son seres humanos, sino bestias a las que han de aniquilar), y tienen por dios al dinero en fabulosas cantidades. Para él nacen, para él viven, para él luchan y para él mueren. Y con base en el dinero, quieren la dominación mundial. Y a quienes no estamos de acuerdo con ellos, nos tildan de “antisemitas”, “yihadistas” y “nazis.” Pero se están “disparando en los pies” ellos mismos al ponerse en evidencia por lo que son y por lo que sienten y desean…

            El asunto que nos ocupa en esta oportunidad, se ha llevado a cabo en Costa Rica, la pequeña república democrática en América Central, donde la comunidad judía es extraordinariamente fuerte desde el punto de vista financiero o económico y por las influencias, la penetración que han realizado en las esferas del poder. Sin embargo, esa influencia, que en los años 80s y 90s fue impresionante y apabullante, ha venido mermando, justamente por los mismos errores que los judíos han cometido en detrimento de su grupo y raza.

             En un momento dado, se dio el caso de que un hebreo era ministro de tal cosa en determinado gobierno y su esposa era ministra de lo otro; también, otro judío era embajador en Washington y a su regreso a Costa Rica, se convirtió en editorialista del periódico más influyente del país, con el beneplácito y el aval de su director de nacionalidad cubana (los cubanos suspiran por los judíos y se ven reflejados en ellos). Para citar solamente unos pocos casos; pero en la actualidad, sólo un hebreo es diputado en la Asamblea Legislativa costarricense y su voz tiene un poder inusitado, que se hace escuchar ante la timidez congénita, característica de los costarricenses. Pero volverán… Nosotros sabemos que los judíos regresarán a ostentar el poder, porque forma parte de su naturaleza. Allí donde estén, sea en Honduras, Colombia, Guatemala, Rusia, Inglaterra, Nigeria o donde sea… sus afanes de dominación estarán siempre de manifiesto.

            En concreto, Masha Taitelbaum Yoselewich, conocida como Ofelia, fue una prominente política de la etnia hebrea en Costa Rica, que llegó a ser viceministra de Vivienda, diputada al Congreso y su último cargo fue el de defensora de los habitantes, una Institución anodina, cuyas funciones también son anodinas, porque no defienden a nada ni a nadie (sus resoluciones no son vinculantes con los tribunales), pero da prestigio a quien llega a su directriz y el salario que devenga es importante, cuantioso, si se quiere.

El error garrafal de Taitelbaum

            Esta mujer tuvo en su momento una empresa que era una agencia de viajes, en sociedad con otras dos judías de nombres famosos en Costa Rica y empleó a una señora costarricense como recepcionista. La hija de esta última, quien era una jovencita apenas por aquellos años, visitaba a su madre y allí conoció a Ofelia Taitelbaum, la condueña de la empresa. La jovencita se llama María de los Ángeles Otárola Soto y ahora es una mujer mayor, que supera los 60 años de edad. Emigró a su tierra natal, al norte de Costa Rica, al cantón de San Carlos. Ofelia Taitelbaum se dio cuenta de ello, justamente cuando la digitalización del gobierno costarricense era apenas un proyecto y tomó el nombre de Otárola para realizar su plan: creyó que, al estar aquella bien lejos de la Capital, no se iba a dar cuenta de las ilegalidades que iba a hacer la judía en San José, que consistieron en mentir al departamento de Tributación Directa del Ministerio de Hacienda, que ella pagaba a María Otárola (convertida en una humilde costurera), sumas millonarias por supuestas asesorías que brindaba a las empresas de Taitelbaum. Todo era falso, desde luego. Presentaba documentos al gobierno, supuestamente redactados por Otárola e inventó aquella la firma de ésta.

            Pero todo se descubrió cuando la humilde señora sancarleña visitó las oficinas de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), en San Carlos, para que le dieran el beneficio de un seguro médico, mientras echaba a andar un proyecto de costura de prendas de vestir, siempre pequeño y humilde. En la CCSS le dijeron que no calificaba para ese beneficio, debido a las cantidades millonarias que ella había recibido de parte de las empresas dirigidas por Ofelia Taitelbaum, en sociedad con su esposo, a quien llaman Bernardo (de apellido Rubinstein, también judío, por supuesto). Y es que la digitalización “estaba invadiendo” a todo el país y ello permitió que el fraude quedara al descubierto, a pesar de que María Otárola vivía lejos de la Capital. Aquí radicó el error garrafal de la hebrea.

            La idea de Taitelbaum era hacer parecer ante Hacienda que esos millones eran pagados a manera de egresos, de “salidas” financieras de sus empresas y nunca “ganancias”, y evitar así mayores gravámenes tributarios.

            La señora Otarola, a la postre madre sola de cinco hijos, a los cuales pudo sacar adelante gracias a su oficio de costurera (cosiendo prendas en pequeña escala y de manera, si se quiere, rudimentaria), visitó las oficinas del Organismo de Investigaciones Judiciales (OIJ), donde uno de sus oficiales rechazó ayudarle en primera instancia; pero otro colega, aceptó hacerse cargo del caso. También una periodista de un reconocido telediario, la apoyó en esa batalla contra el poder judío, el inmenso y peligroso poder de los hebreos en este país. No contrató abogado alguno, pues la señora no confió nunca en la honorabilidad de ese gremio y decidió enfrentarse a la etnia judía con las únicas armas que ostentaba: su valentía y su fuerza interior.

            Un día de tantos, mientras María Otárola conversaba en persona con la periodista del Canal 9, recibió una llamada de Ofelia Taitelbaum en su teléfono celular. “El teléfono mío sonaba y sonaba y no dejaba de timbrar. Era ella. –Narró la señora-. Yo tenía un segundo celular que había recién comprado con un nuevo número (recibía muchas amenazas anónimas de amigos de la judía), y la periodista me dijo que contestara la llamada. Lo hice y puse la conversación en altavoz.” Recordó. Aquella conversación en la que Ofelia Taitelbaum le prometía asegurarla, cancelar todas las deudas ante Hacienda (que no eran otra cosa que deudas de la misma judía), y regalarle una casa, era a cambio de que doña María le dijera a la periodista que todo lo que ella le había contado era falso, que se había equivocado y doña Ofelia era “un ángel hebreo, del pueblo escogido por dios e incapaz de tal canallada.” La periodista escuchó toda la conversación que ahora permanece “eternamente” en la red YouTube en esta dirección: Conversación telefónica entre Ofelia Taitelbaum y la denunciante María Otarola - YouTube.

                Esta situación, que se fue ventilando con regularidad en los medios de prensa costarricenses, se prolongó por más de 10 años en los tribunales, debido a la inacción de los fiscales y jueces (¿?), detenidos en su indolencia no se sabe por qué razón, quizás por temor al poder económico de los judíos o por las influencias políticas que éstos tienen. Fue sino hasta que el actual presidente de la República, Rodrigo Chaves, emplazó a los magistrados y les hizo notar su cobardía, cuando decidieron ponerle punto final a la impunidad que favorecía a Taitelbaum. Así, el juicio finalizó en el 2019 y se le impuso una pena de cárcel de 9 años; es decir, dos años y medio por cada uno de los 29 delitos de los que se le acusaba. Sin embargo, la sentencia se redujo a siete años y medio, debido a las reglas de concurso material. En resumen, fue encontrada culpable de cometer 29 casos de falsificación de documentos entre el 2004 y el 2013, sobre el pago de honorarios a favor de María de los Ángeles Otárola Soto, una costurera de San Carlos, quien trató de hacer un trámite de aseguramiento ante la CCSS y le fue denegado ese derecho por las presuntas cifras millonarias que recibía de parte de las tres empresas de Taitelbaum; en concreto 32 millones de colones (moneda costarricense).

            La encausada en este feo asunto se encuentra en estos momentos recluida en la cárcel para mujeres, Vilma Curling, en San Rafael Arriba de Desamparados, San José, mientras su abogado, Hugo Navas, intenta por todos los medios a su alcance, que le den casa por cárcel, debido a la edad de esta mujer de 75 años, y por algunos padecimientos de salud que supuestamente tiene. Por su parte, María Otárola ha asegurado a los medios de prensa que la situación la ha afectado tanto, que lleva unos 10 años sin poder recibir atención médica, porque la CCSS le denegó el aseguramiento: “Básicamente, el deterioro de la salud es lo que más me ha afectado –camina apoyándose en una andadera de metal-. La otra vez fui a buscar el seguro de mi hijo y no lo pude conseguir. Han pasado 10 años y hasta hoy, yo no tengo atención médica.” Declaró.

            En lo que atañe al encarcelamiento de Ofelia Taitelbaum, la mujer que usó su nombre para defraudar a Hacienda, María Otárola dijo: “Cuando vi que ya era en serio, cuando yo la vi entrando a la Corte sin joyas ni maquillaje, sí me pegó, me pegó bien duro, porque es un ser humano y es una adulta mayor, pero ya después de que uno pasa el primer impacto, dije que ella se lo ganó. Un delincuente que sea probado que cometió el delito, sólo puede estar en prisión. Le agradezco mucho a la Corte, pues a pesar de que duró tantísimo tiempo para resolverlo, demostró que yo no mentía.”

            De esa manera, Taitelbaum es otra prominente miembro del judaísmo en Costa Rica que cometió delitos graves de corte económico contra el Estado, lo mismo que su paisano, Samuel Yankelewitz (ya fallecido), otro defraudador de Hacienda y a quien le otorgaron el beneficio de “casa por cárcel”. Y lo que ha quedado en evidencia es que los hebreos se están descuidando y ya no intentan esconder con perfección sus fechorías y eso es bueno para que los fanáticos de la Biblia se enteren de que no son “tan limpios y rectos de corazón” como hacen creer.

Esposa Judía de Toledo, el Expresidente Peruano, Huye y Evade a la Justicia del Perú

LIMA, Perú-(Especial para The City Newspaper) Últimamente, desde hace unos 10 años hasta la fecha actual, los judíos, alrededor del mundo se están quitando esas imágenes de perseguidos por el resto de la humanidad, de ser las víctimas eternas del nazismo y demás tristezas que ellos divulgan diariamente, para caer en situaciones verdaderamente vergonzantes, como en los casos de Jeffrey Epstein –amigo del Príncipe Andrés de Gales, hermano del nuevo Rey de Inglaterra, Carlos III-, quienes fueron pillados en actos de pederastia, desflorando jovencitas en las mansiones del primero; o del cineasta de Hollywood, Harvey Weinstein, hallado culpable en dos juicios, por abusar sexualmente de cuanta mujer se le puso en el camino. Y ahora se trata de la esposa judía del exmandatario peruano, Alejandro Toledo, quien lo acompañó durante toda su reclusión en su casa de habitación situada en San Francisco, California, hasta que los “caminos se partieron” con la deportación de su marido de los Estados Unidos hacia Lima, Perú, para que enfrente a la justicia por varias causas ligadas con la corrupción. Posiblemente, con base en un plan trazado entre los dos, ella acaba de huir de esta urbe californiana con destino a su verdadera patria (el verdadero país de todos los judíos en el mundo)… Israel.

            Se llama Eliane Karp y con respecto a su esposo, Toledo, hacen una pareja bastante contrastante en el aspecto fisonómico, porque él es indígena puro y ella, blanca y rubia, según son la mayoría de las hebreas. Además, ha sido una sorpresa para quienes no conocían a fondo la vida personal del exmandatario, pues se le consideraba –y así lo hacía creer él a la opinión pública-, un hombre orgulloso de sus orígenes, de su gente de extracción humilde y autóctona; pero ya vemos que no eran del todo reales tales argumentos nacionalistas e indigenistas. El hecho de estar casado con una judía, llama profundamente la atención en este político caído en desgracia y que ahora confronta a las leyes de su país natal.

Escape hacia Tel Aviv

            La noticia ha conmocionado a todo Perú, porque se vive pendiente de la suerte que correrá próximamente Toledo, quien se encuentra recluido en una cárcel de esta nación, después de su regreso de los Estados Unidos, donde intentó evadir a la justicia peruana. Y es que la esposa de éste, Eliane, tomó un vuelo comercial desde San Francisco de California, donde había quedado sola después de la extradición de su esposo y se dirigió hasta Tel Aviv, Israel, país considerado por el mundo sionista como “la tierra prometida” y todas esas creencias que les son tan propias desde que tenemos consciencia de que existen los judíos sobre la faz de la Tierra.

            Dicha decisión de esta mujer era un temor que sentían los abogados y analistas de la situación de Alejandro Toledo en el plano judicial. Ella debía comparecer ante los tribunales peruanos por las mismas causas de su marido; pero se sabía que tenía tres posibilidades en su futuro inmediato: regresar al Perú y entregarse a la policía para ser encarcelada y posteriormente juzgada o, en su defecto, huir hacia Bélgica, país que le dio la nacionalidad a esta mujer –dentro del enredo que suponen ser la nacionalidades en los judíos… ese “nací aquí, soy de aquí, pero no lo parezco y realmente soy judío y mi verdadera patria es Israel,” como todos ellos se definen-, o viajar definitivamente a suelo israelí, tal y como hizo finalmente. Los mismos abogados que se mostraban temerosos ante el posible escape de esta mujer, ya lo habían advertido a los encargados de impartir la justicia en el Perú. Incluso el fiscal de este caso, Rafael Vela, se mostró inconforme con la no deportación de la ex primera dama, hacia tierras peruanas.

            Evidentemente, ahora Karp está más segura que nunca, ya que Perú no tiene Tratado de Extradición con Israel; ella lo sabía y Alejandro Toledo también era consciente de ello; de ahí se cree que ambos pactaron la huida de la mujer. Tampoco ella tenía impedimento de salida de los Estados Unidos y de eso se aprovechó ni lenta ni perezosa. “El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha informado a la Embajada del Perú (en ese mismo país), que tomó un vuelo con destino a Israel (…). Sí, la señora aterrizó efectivamente en esa nación. A través de la Cancillería (peruana), haremos seguimiento del caso.” Confirmó el primer ministro del Perú, Alberto Otárola.

            “La cortina de humo” ya la había dejado ver el esposo, Alejandro Toledo, a quien le preguntaron tras su arribo a Lima para ser juzgado por presuntos delitos ligados con la corrupción, sobre su compañera de vida y su abogado, Roberto Su, respondió que “ella tiene nacionalidad belga e israelí, pero en ningún momento me ha dicho que va a escapar o que se vaya a ir (…). Eliane Karp ya tiene su pasaporte, ella quiere venir a Perú. Pero no regresaría a suelo peruano en el tanto no quedara sin efecto la orden de prisión preventiva (que pesaba sobre ella en los Estados Unidos, en el Estado de California), una medida que mi patrocinada consideraba injusta, pues, a su modo de ver, era una represalia por ser la esposa de Toledo.”

            Es oportuno recordar que Alejandro Toledo está involucrado en el caso de corrupción creado por la empresa constructora brasileña Odebrecht, que ha corrompido a más de la mitad de exmandatarios de América Latina, al darle al expresidente peruano una coima (obsequio para que favoreciera a los empresarios), de US$35 millones. De inmediato, y presuntamente, Toledo adjudicaría la construcción de la carretera Interocéanica y de esa menara, los brasileños se iban a beneficiar con los millones de millones que ese negocio iba a otorgar a los constructores.

            Eliane Karp, de profesión antropóloga, fue primera dama del Perú del 2001 al 2006; y está acusada del presunto delito de lavado de activos por el caso Ecoteva y, desde el 2017, pesa sobre ella una orden de prisión preventiva de 18 meses; y desde el 2019, una solicitud de condena de 16 años y 8 meses. Y es que a Eva Fernenburg, madre de Eliane Karp, y suegra de Toledo, la descubrió la justicia del Perú comprando inmuebles de lujo, a través de la empresa Ecoteva Consulting Group. Esto a inicios del 2013. Según la fiscalía de este país andino, esa es una empresa offshore (en paraíso fiscal o libre del pago de impuestos), que fue constituida en Costa Rica y mediante la cual Toledo, su esposa y la madre de ésta, trataron de camuflar las millonarias cantidades de dinero que habrían recibido de los brasileños de Odebrecht.

            Lo simpático de este caso y de acuerdo con la costumbre de los judíos al recordar permanentemente a los nazis, un tema que no sueltan ni cuando duermen por las noches, fue cuando se le preguntaba a Alejandro Toledo sobre la procedencia del dinero que manejaba su suegra a manos llenas o en grandes cantidades; es decir, si ella no trabajaba en nada que fuera visible ni convincente, por qué tenía a su disposición tantas cantidades de billetes. Era cuando el exmandatario respondía –y aquí viene lo gracioso de la historia-, que ese dinero obedecía a “una indemnización que mi suegra ha recibido por haber sido una víctima del holocausto.” Nótese el alto grado de cinismo que utilizan algunos judíos inmersos en delitos de este corte, cuando mienten y utilizan el tema del genocidio de su pueblo, para esconder lo que realmente están haciendo, sus fechorías en las que siempre hay millones de dólares implícitos. En este caso, la suegra “lavaba el dinero” que la constructora con sede en Brasil, había dado a su yerno, el entonces presidente del Perú. Prontamente los fiscales peruanos indagaron un poco y se enteraron de que la señora en cuestión, de nombre Eva Fernenburg, no figuraba en el registro de personas indemnizadas a raíz de la Segunda Guerra Mundial. En otras palabras, el cinismo radicó en que utilizó las imágenes de los campos de concentración para encubrir “el lavado de activos”; se hizo pasar por una víctima de los nazis, cuando, en verdad, nunca estuvo en un matadero de aquellos, en Europa. ¡Increíble que eso suceda en el pueblo que se hace llamar a sí mismo, la víctima del resto de la humanidad!

La extradición de la esposa de Toledo

            Por supuesto que esta mujer, lo mismo que su madre, tienen cuentas pendientes con la justicia peruana; por ello, el Ministerio Público de este país andino envió todos los documentos necesarios a los Estados Unidos, para procesar la extradición de la esposa de Alejandro Toledo. Fue así como Edgar Rebaza, jefe de la Oficina de Cooperación Judicial Internacional y Extradiciones del Perú, indicó a la prensa: “El documento fue presentado hace bastante tiempo (en diciembre del 2021); pedimos su calificación y respuesta, pero quedamos a expensas de lo que la legislación americana y sus autoridades refieran.” Pero días después de que Toledo fue extraditado a Lima, su mujer, Eliane Karp, recuperó su pasaporte por orden del juez del norte de California, Thomas S. Hixson, quien dictaminó también que se le devolviera la fianza que pagó, junto a algunos colaboradores de Toledo, para lograr la libertad condicional de su mismo esposo, en el 2019. Fue US$1 millón, cuya mitad se abonó en efectivo y la otra con el aseguramiento de inmuebles. De tal manera, gracias a esa determinación del juez, Eliane Karp recibió recientemente US$175 mil, más los intereses generados, como parte del millón que la pareja dio para la fianza. Es decir, ambos han recibido dinero de todas partes y con una facilidad pasmosa, aunque la libertad del expresidente y la de su esposa sean una quimera en estos momentos precisos. En todo caso, el escape de esta mujer hacia Israel, ha sido la noticia “boom” y ha ocupado las portadas de los dos principales diarios peruanos, “El Comercio” y “El Correo.”

            Otro ciudadano judío, radicado en Israel, y conocido con el nombre de Avraham “Avi” Dan On, ha sido requerido por la fiscalía peruana, al estar vinculado con el mismo caso Odebrecht y la Carretera Interocéanica. Es notorio que este asunto de “las coimas” o las compras de consciencias de parte de la constructora brasileña, ha involucrado a más gente de lo normal y con un cariz internacional realmente sorprendente. En lo que se refiere a Alejandro Toledo, su llegada a su país de origen ha coincidido con la situación política por la que atraviesa la realidad de la sociedad peruana hoy en día, que es altamente volátil y a pocos meses de haber ingresado a prisión otro expresidente por intentar un auto-golpe de Estado, en el caso de Pedro Castillo, el segundo indígena que alcanzó el poder. Toledo fue el primero; aunque los dos han sido epicentro de grandes escándalos con resonancia en toda América Latina.

            Toledo se halla actualmente en la prisión de Barbadillo, a la espera de que su caso “prospere” o evolucione en los estamentos judiciales y pueda defenderse ante las acusaciones que pesan sobre él, su esposa (en fuga) y su suegra. Otros exmandatarios en la misma espera o situación, son Alberto Fujimori, enemigo declarado de Toledo, quien cumple una condena en firme por 25 años de cárcel por corrupción (¡!) y crímenes de lesa humanidad; Pedro Castillo, en prisión preventiva, acusado de corrupción y rebelión; Allan García, quien se suicidó cuando la policía tocó a la puerta de su casa; Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, también por corrupción. Finalmente  la actual mandataria interina, Dina Boluarte, quien será investigada por la presunta financiación ilegal del Partido Perú Libre, en las elecciones del 2021 y queda por esclarecer lo sucedido durante las revueltas populares contra su gobierno, cuando murieron, supuestamente a manos de la policía, unas 60 personas. De tal manera, Alejandro Toledo no está solo en esto del encarcelamiento.

            En opinión del politólogo y analista Engel Seen y en un intento de síntesis, “Perú es el nido de los políticos outsiders, pero también de los partidos políticos más informales y más desacreditados de la región. Entonces, uno podría decir que acá hay un vaciamiento de las Instituciones y eso tiene consecuencias difíciles de prever, ya que abre espacio a figuras populistas, de izquierda o derecha. Todo eso hace que se perfile muy difícil una salida a mediano plazo. Perú es el país de las incertidumbres. Es un país donde el mes siguiente ya parece una perspectiva de largo plazo y, ante la presencia de gobiernos débiles y frágiles, no se descarta que pueda desembocar en un gobierno cívico-militar o un gobierno civil con un alto componente militar peligroso.”

            Esa es la descripción más precisa de lo que aquí sucede, donde todo puede pasar, menos la continuidad de determinado gobierno y con esa fractura… ha aparecido el resquebrajamiento de la confianza del pueblo en los políticos y la consolidación de la paz social.

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