Cumbre de la OTAN en los Países Bajos
Líderes Europeos Bajan sus Cabezas ante Donald Trump

LA HAYA-(Especial para The City Newspaper) ¿Hasta dónde la inteligencia/táctica contempla la humillación y hasta dónde, de acuerdo a la ética y la dignidad que siempre deberían prevalecer, permite que esa humillación se realice? Porque lo que han hecho los líderes europeos ante el visceralmente ignorante y salvaje presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su Secretario de Defensa, el no menos ignorante, Pete Hegseth, quien se comporta como un cowboy de dibujo animado (cartoon), ha sido humillarse con suma evidencia para congraciarse con ambos, en especial con el siempre boquiflojo y degenerado Trump, para que no diera la orden de retirar a su país de la Alianza Atlántica (OTAN). Lamentable de verdad en los siempre cultos e inteligentes europeos. Muy lamentable.

            Tres aspectos puntuales, al margen de ese “bajonazo” de cabezas obedientes y sumisas ante Trump, los protagonizaron la petulante “reina” Máxima, una argentina que logró “pescar” al aristócrata que actualmente es su marido, con base en las argucias tan propias de los argentinos y que en muchas partes del mundo les dan resultados satisfactorios y que son utilizados en beneficio propio únicamente; el presidente actual de España, Pedro Sánchez, quien se convirtió en el “objetivo” de Donald Trump para atacarlo sin compasión antes, durante y después de la Cumbre; y la actitud servil de Mark Rutte, el holandés que es el nuevo secretario general de la OTAN, con respecto al mismo Trump, ante quien, desvergonzadamente, se tendió a su paso como si fuese una alfombra. Tres escenas ridículas, impensables y que deberían ser evitadas en el futuro para no caer en el mismo desparpajo y vergüenza.

Máxima en “los mínimos” del exhibicionismo y del ridículo

            Es una mujer entrada en años, con su pelo teñido de rubio, debido a su acuciante deseo de ser europea o pasar como una más de ellas, quien se propuso llegar a lo más alto de la sociedad europea y pescó para casarse con él al Rey Guillermo Alejandro y ahora nadie la aguanta con su insoportable orgullo esencialmente argentino. Esta arribista suramericana nació en Buenos Aires, el 17 de mayo de 1971 y su verdadero nombre es Máxima Zorreguieta. Apareció en todas las fotos oficiales que los mandatarios se tomaron, en primerísima fila, luciendo un vestido (color verde/amarillento) que no pudo ser más llamativo porque rebasó la imaginación de su diseñador, pero es convincente que esta mujer sacó su “argentinismo” para hacerse notar y “eclipsar” a los demás participantes en la Cumbre, en especial a la Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien no estaba “en eso”, en principio porque entendió que las Cumbres de esa categoría no son para lucir ridiculeces ni vanidades estrafalarias como la de esta argentina quien, evidentemente, no ha aprendido nada en Europa y se sigue comportando con su habitual incultura. Y para colmo de males, al final del encuentro, al lado de Trump, la mujer se puso a ridiculizar al mandatario de los Estados Unidos, imitando la forma como movía la boca cuando hablaba. Un aspecto vulgar, inesperado en alguien a quien tratan en los Países Bajos como una reina (aunque genética ni aristocrática ni culturalmente lo sea). Ciertamente Trump es más vulgar que ella y de eso no tenemos la menor duda, porque, en parte, él se afana por demostrarlo a diario y a toda hora; pero en alguien que ostenta el título (concedido por su esposo), de “reina”, una actitud tan rayana, tan vulgar (repetimos), tan llena de bajeza, resultó sorprendente. En otras palabras, Máxima de Buenos Aires puso la nota histriónica en la Cumbre, la nota degradante y en vez de comportarse como la reina que se supone es… optó por parecerse al bufón de la Corte. Aquí se dio aquello de que “por llevar al bufón al palacio se va a transformar en un monarca, más bien, por el contrario, va a convertir a todo el lugar en un circo.” Y eso es justamente lo que ha sucedido al monarca holandés con su esposa argentina, quien pasó de Máxima a “los mínimos” de la educación y la decencia.

            En segundo término, Mark Rutte, el nuevo secretario general de la OTAN, se comportó también inesperadamente y llamó mucho más la atención debido a que nunca antes, en el devenir de la existencia de la Alianza Atlántica, ninguno de sus anteriores secretarios había sido tan servil ni vasallo con un mandatario de los Estados Unidos, tal y como lo ha sido este otro holandés. Da la impresión de que ambos, Máxima y Rutte, se pusieron de acuerdo para saltarse las reglas, pasarse el protocolo por donde a los dos se les ocurrió y dar de qué hablar y escribir alrededor del mundo.

            Dentro de la verborrea zalamera que le dijo a Trump, Rutte le felicitó de esta manera: “(En mi calidad de) secretario general (de la OTAN), felicito al presidente estadounidense por su acción decisiva en Irán (hace un guiño, de paso, al criminal judío Netanyahu, dictador de Israel). Y Europa va a pagar a lo GRANDE y será tu victoria.” Se refirió al aumento de las contribuciones en defensa que exigió Trump a cada nación miembro de la OTAN y que alcanzará el 5 por ciento del presupuesto recargado al PIB. Pero Rutte prosiguió con su servilismo vergonzante: “Señor presidente, querido Donald: felicitaciones y gracias por tu acción decisiva en Irán, fue algo verdaderamente extraordinario y algo que nadie más se había atrevido hacer. Hace que todos estemos más seguros (?). Estás volando hacia otro gran éxito en La Haya esta tarde. NO ha sido fácil, pero todos han firmado el 5% (en gasto en Defensa). Donald, nos has conducido a todos a un momento muy, muy importante para América (USA), Europa y el mundo. Conseguirás algo que NINGÚN otro presidente en décadas pudo hacer. Europa va a pagar a lo GRANDE, como deberían, y será tu victoria.” ¿De esa manera o más rastrero lo quieren?

            Esa fue la posición degradante de Rutte, un individuo que, a todas luces, es un desfasado y dudamos que le vaya a ser útil a la OTAN si prosigue con ese servilismo y esa actitud tan desajustada. El argumento fue enviado en un SMS que el mismo Trump -no sabemos con cuál intención-, publicó en su red social y que refleja un estado de ánimo exultante y ajeno al que debería prevalecer en un personaje de la posición de Rutte. Cronistas europeos han comentado este mensaje con estos términos: “No son de un admirador, un ‘lobista’ buscando favores o alguien que quiere un cargo. Ni siquiera del ejecutivo israelí, eufórico por lograr que Washington se lance a bombardear a Irán, después de 30 años pidiéndoselo. Es el mensaje del secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte. Alguien famoso por su autoproclamada franqueza, que a lo largo de las décadas forjó una reputación de halcón, ortodoxo y frugal, azote de los países del sur en lo peor de las crisis de la Eurozona. Alguien que no tenía reparos en ofender o en humillar a sus colegas por su estilo directo. Alguien que, como primer ministro de su país, nunca hizo que el gasto en Defensa llegara al 2% del PIB comprometido por él mismo en 2014.

            “El mensaje deja en lugar comprometido al secretario general. Aplaudido por diplomáticos o analistas por ‘hacer lo que tiene que hacer’, pero blanco de burlas y memes. Irónicamente, Trump en ningún momento busca dañar su reputación. Al revés. El lenguaje usado en el texto, claramente inspirado en el estilo del propio presidente, es el que usan todos sus asesores, los congresistas y senadores, los ministros durante las reuniones. Para el presidente, esa entrega es la habitual, la que espera, y por tanto, la que valora.” Puntualiza el articulista de un importante diario europeo.

            Otro analista describió esta situación con un vocabulario bastante corriente y popular: “Donald Trump –dijo- representa para los altos dignatarios de la OTAN algo parecido a la chica bella del baile con la que todos quieren quedar bien, halagándola, haciéndola sentirse bien y de quien todos anhelan una respuesta agradable y no enfadarla por ninguna razón.” Y es que todavía se acuerdan de la primera administración (o des-administración para ser precisos) de Trump, entre el 2017 y el 2021, cuando el estadounidense irrumpió en la escena mundial “con una fuerza incontrolable, atacando, insultando, amenazando, dando codazos (literalmente), despreciando y humillando a rivales, amigos, socios y aliados, incluyendo a los principales líderes mundiales. En todo ese tiempo, sólo una persona fuera de Estados Unidos pareció encontrar la fórmula adecuada para lidiar con él: el (entonces) secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.” Cita uno de estos observadores.

            La actitud del noruego que estaba a la cabeza de la Alianza, en medio de aquellos meses durísimos, muy tensos, causados por el salvaje nuevo mandatario de los Estados Unidos, quien mezclaba su absoluta ignorancia de todo lo que le rodeada, con una violencia inusitada, semejante a “un rinoceronte en medio de un museo de cristal, rompiéndolo todo a su paso,” fue la de no criticarlo, no contradecirlo nunca y se abstuvo de expresar cualquier comentario remotamente polémico o conflictivo y siempre cedió el papel principal al estadounidense en las grandes citas y no quiso hacerle sobra. Ello hizo que los demás líderes europeos aplaudieran la política del noruego; y partiendo de aquella experiencia, nombraron al holandés Mark Rutte, pues creyeron que iba a hacer algo parecido a Stoltenberg. Se basaron en sus cualidades negociadoras, en su enorme experiencia internacional tras más de una década de primer ministro de los Países Bajos y al ser el líder más veterano del Consejo Europeo, con grandes conocimientos de la historia de los Estados Unidos y con una potente red de contactos; aunque su personalidad presentaba otras falencias o comportamiento errático: es dueño de un estilo directo y franco, considerado en el resto de Europa, descortés y maleducado. Rutte presume de decir las cosas a la cara, de ir de frente, de no callarse las cosas y defender sus intereses con absoluto desparpajo. Sus ideas muy claras acerca de la política internacional, fueron catalogadas las menos oportunas para llevarse bien con Donald Trump; sin embargo, su mensaje arriba expuesto en este mismo reportaje, mostró a un Rutte sumiso, complaciente y sumamente errático, en especial cuando elogió el bombardeo a las plantas nucleares iraníes, sabiendo que fue una violación al derecho internacional y un acto de guerra. Su expresión final en dicho mensaje de que “el mundo es hoy más seguro”, fue el colmo del desquiciamiento, porque, entre otras cosas, no es cierto, no es una realidad ni una verdad absoluta, porque la humanidad estará realmente segura cuando sea apartado de su dictadura el judío Benjamín Netanyahu, causante de toda la peligrosidad y tensión que Oriente Próximo está experimentando en este momento.

Pedro Sánchez, España y las amenazas de Trump…

            El presidente español, Pedro Sánchez, quien se mantiene en el poder de su nación “con alfileres”, en un mandato concertado con personajes espurios, quienes se mantienen en fuga, previamente requeridos por la justicia, ahora ha desatado el descontento de quien se cree el nuevo “Nerón” (aunque esta vez sin Roma, pero incendiando al mundo entero con sus seudo-políticas y demás aberraciones que se le ocurren) y por eso cargó contra el mandatario ibérico en la Cumbre recién finalizada en La Haya, precisamente porque Sánchez manifestó que no hará el gasto del 5 por ciento del Producto Interno Bruto español, para aumentar el gasto en Defensa en el seno de la OTAN. El argumento de Pedro Sánchez fue rebatido por el Secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, quien dijo de aquel: “España es un problema. Es un gran problema. Ellos alegan que pueden lograrlo con menos, pero España enfrenta profundos desafíos políticos internos. Tienen un gobierno de centro-izquierda, que básicamente quiere gastar muy poco o nada en Defensa.” Así según una entrevista que concedió Rubio a la revista “Político.” Y añadió: “Han sido reticentes. Creo que ese es uno de los temas que los líderes tendrán que enfrentar hoy. Es una pena. España es un país con capacidades y es un contribuyente. Quiero decir, envían tropas, están entrenando tropas y pueden hacer ciertas cosas. Tenemos presencia allí sobre el terreno. Pero no creo que el acuerdo al que ha llegado España sea sostenible y sinceramente, eso los coloca en una posición muy complicada respecto a sus otros aliados y socios.”

         Concretamente, la posición del gobierno español dentro de la OTAN es la de invertir en Defensa, no el 5 por ciento que exige Trump a todos y a cada uno de los países miembros de la Alianza Atlántica, sino solamente el 2 por ciento. Un porcentaje del que Pedro Sánchez llegó a decir incluso, que era un convenio entre él y el secretario general de la organización, Mark Rotte, quien lo había aceptado a pies juntillas. Sin embargo, en el seno de la OTAN han dicho que “esa es la interpretación que La Moncloa (sede del Ejecutivo español en Madrid), ha querido darle a este tema; pero que, en realidad, no es lo que se ha acordado en modo alguno.” La verdad subyacente es que sus socios rechazan de plano que España llegue solamente a gastar el 2 por ciento; y lo que sucede en el interior de España radica en la gran debilidad del gobierno de Sánchez de cara a su población y al panorama político general, más todavía cuando un informe describe la presunta trama corrupta en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al que pertenece el actual presidente, y el gobierno, donde están implicados dos personas que son de la máxima confianza del mandatario: José Luis Ábalos y Santos Cerdán, quienes han debilitado a los otros movimientos que apoyan a Sánchez para que se mantenga en la silla presidencial.

            En referencia a esta situación por la que pasa Pedro Sánchez, en la entrevista que concedió Marco Rubio, “el brazo de Trump hacia el panorama internacional”, explicó que “la combinación de la presión del presidente Trump en su primera administración y luego una invasión total y guerra en Europa por parte de Vladímir Putin, es la que ha llevado a que, prácticamente todos los países de la Alianza de la OTAN, se comprometan a alcanzar ese umbral del 5 por ciento. Todos, salvo la desafortunada excepción de España.” Esto en cuanto a la opinión y la manera de ver las cosas de parte de Marco Rubio; pero la opinión de Donald Trump es todavía más agresiva, de acuerdo a su salvaje naturaleza, quien ha tratado a España y su gobierno de “problema” existencial…

            Lo cierto es que la postura, inflexible hasta el momento, de Pedro Sánchez, y la característica grosería de Trump, fueron el punto fuerte antes y durante la Cumbre de la OTAN en La Haya. De hecho, mientras volaba en el avión presidencial de los Estados Unidos, el Air Force One, Trump colgó en su red social un gráfico donde se puede apreciar el título: “España amenaza con hacer descarrilar la Cumbre de la OTAN” y, en acto seguido, aparece la inversión española menor al 2 por ciento del PIB, al final de la lista de las demás naciones que componen la Alianza. La respuesta de La Moncloa, a pesar de la presión del presidente estadounidense, fue inflexible; es decir, de no gastar en Defensa lo que ya se ha decidido; y fue durante la cena ofrecida por el Rey de los Países Bajos, cuando Trump y Sánchez se enfrascaron en una agria polémica verbal; y en la foto oficial aparecen ambos bastante distanciados: Trump en la primera fila de los mandatarios y Sánchez, en la cuarta o última. Y para “echar más sal a la herida”, el propio Mark Rutte, presumiendo de esa franqueza que ante Donald Trump se convirtió en detestable adulación, inflada a “la N potencia”, llevó la conversación en dirección a los iberos; fue cuando Trump manifestó visiblemente enfadado: “España no está de acuerdo, esto es muy injusto para el resto. La OTAN tendrá que lidiar con España. Ha pagado muy poco. Siempre ha pagado muy poco. Creo que España tiene que pagar lo mismo que los demás.” Seguidamente, Rutte negó exista un acuerdo entre él y Pedro Sánchez, entre la OTAN y el gobierno de España, para que sólo se gaste el 2 por ciento y no el 5, como insiste Trump.

            Por parte de Madrid, el Ejecutivo sostiene que su posición no ha sido la de bloquear ningún acuerdo en el seno de la OTAN, ni en el desarrollo de la Cumbre y “confiamos en que la actitud de Trump tampoco altere nada, no deshaga el camino que se ha hecho hasta llegar aquí. Esto es, que no maniobre de manera que esa flexibilidad de la que hacen gala, no sea realidad. Nos gustaría que la Cumbre salga bien. No queremos ir al choque con Estados Unidos, pero era un riesgo porque es una decisión tomada.” Sin embargo, los españoles saben que esa determinación de no pagar el 5 por ciento puede conllevar a serias consecuencias.

            Hay quienes insisten en decir que, en el caso de que Pedro Sánchez hubiera dicho “sí” a las pretensiones y presiones de Donald Trump y se hubiese decidido por pagar el 5 por ciento en gasto por Defensa en la OTAN, hubiera significado la caída casi inmediata del gobierno de este socialista en el interior de España, dada la precariedad por la que atraviesa su gobierno, permeado por corruptos aquí y allá, según hemos explicado anteriormente, y sus alianzas espurias con partidos catalanes, cuyos líderes se encuentran en franca huida de la justicia española. Es decir, la presidencia de Sánchez es lo que ningún jefe de Estado quisiera para sí, por la inseguridad y susceptibilidad en la que está sustentado su Gabinete y su existencia total.

            Y en cuanto a Trump, amenazó, para no perder su nefasta y salvaje costumbre, a los españoles con aranceles draconianos (“van a pagar el doble”, dijo); con bloqueos de distinta índole y con toda la verborrea que siempre se le ocurre en casos parecidos.

            Cuando finalizó la Cumbre de la OTAN, catalogada por Trump de “maravillosa”, según su parco y deficiente vocabulario, el documento final emitido y suscrito por los participantes, está lleno de ambigüedades y cada uno de los aliados, en función de su posición y sus planteamientos, puede interpretarlo acorde a sus intereses. De hecho, en su redacción se evitó el empleo de textos como “nosotros los aliados” o “todos los aliados” y se mencionó, en su defecto, únicamente “los aliados”, para que unos puedan hacer una cosa y otros… otra. Empero, lo que quedó en la retina de los observadores y analistas han sido estos tres aspectos: el ridículo de la argentina que juega a ser reina de un reino débil, el de los Países Bajos, y que quiso ser “la vedette” en todas las fotos y filmes; la actitud vergonzosa de su secretario general, el holandés Rutte, tirándose al suelo para que Donald Trump pasease sobre él sin ensuciarse el calzado; y la postura inflexible de Pedro Sánchez, el presidente español, a quien sus socios de gobernabilidad en el interior de España, rechazan que aumente el gasto militar o, de lo contrario, le abandonarán, le podrán obstáculos a sus políticas y proyectos futuros y hasta le harían caer del gobierno, algo que podría suceder sin mucha presión, debido a la debilidad que presenta su Gabinete y sus directrices impopulares.

            En otro aparte, el mandatario de Ucrania, Volodimir Zelenski, se reunió a puerta cerrada con Trump, cuando se dio la posibilidad dentro de la misma Cumbre de la OTAN y salió satisfecho al cabo de dicha conversación; incluso, el estadounidense le hizo ver que podría enviarle más armamento vital para que continúe su guerra contra los rusos, algo que Trump había suspendido en la creencia de que podría enojar a Putin y retirarse de los diálogos pro-pacificación del conflicto; pero al notar que el genocida de Moscú proseguía la contienda así de cualquier modo, él, Donald Trump, no tendrá otro camino que apertrechar más a los ucranianos y olvidarse de la paz, hasta que Rusia cambie de proceder.

            En resumen, esta Cumbre fue un poco de “circo” de la argentina que se infiltró en las reuniones; depresión emocional con la actitud zalamera de Rutte, quien pinta mal como nuevo secretario general de la Alianza Atlántica; el acuerdo final para alcanzar el 5 por ciento del gasto en Defensa de casi todos los aliados, excepto España; y la posición peligrosamente deteriorada y ruinosa del gobierno de Pedro Sánchez, que no le permitió pasar del 2 por ciento en inversión; de lo contrario, sería botado de su gobierno. Pero para Donald Trump… fue “maravillosa”, lo mismo que su nefasta existencia.

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