Practican “Tiro al Blanco”

Soldados Israelíes Disparan y Asesinan a Palestinos cuando Buscan Comida para Saciar la Hambruna a la que son Sometidos

FRANJA DE GAZA, Palestina-(Especial para The City Newspaper) Antes de entrar de lleno en el tema, hemos de decir que hay manifestaciones diarias, multitudinarias, a favor del pueblo de Gaza, desde Santiago de Chile, en el cono suramericano, hasta en las mismísimas calles, plazas y avenidas de las ciudades estadounidenses, aunque Donald Trump las ha prohibido para defender a su amigo, el asesino israelí, el dictador Benjamín Netanyahu. También se presentan manifestaciones en casi todas las urbes de Europa, frente a sedes gubernamentales, pidiendo justicia, el alto a la masacre de mujeres, ancianos, niños y hombres palestinos, de parte del ejército cobarde de Israel, que sigue al pie de la letra la orden de Netanyahu y sus colaboradores más cercanos, de “exterminar al pueblo gazatí.”

            En concreto, las imágenes filmadas con celulares que han logrado evadir las prohibiciones que los israelíes han impuesto en Gaza, lo mismo que las fotografías que han sido tomadas “en el terreno” y enviadas al resto del mundo, nos muestran a militares judíos o israelíes, disparando –para divertirse-, contra los hambrientos palestinos que se lanzan espontáneamente sobre la poca comida que los mismos judíos dejan entrar a la Franja ahora sitiada y bombardeada por el ejército de Israel. No menos de 80 palestinos son asesinados a diario por las balas de la fusilería israelí, mientras buscan alimentos para saciar el hambre y llevarle un poco a sus mujeres y niños que se mantienen esperándolos entre las ruinas de lo que una vez, no hace mucho tiempo, fueron sus casas y edificios.

            Un cable noticioso, publicado en innumerables portales noticiosos en internet y en periódicos impresos en papel, cita lo siguiente: “En la Franja de Gaza, la gente sigue muriendo en los lugares donde se distribuyen suministros de ayuda y alimentos o cerca de ellos. Testigos presenciales  y organizaciones de ayuda hacen graves acusaciones contra el ejército israelí. Generalmente éste rechaza tales acusaciones o las pone en perspectiva.”

            Otra información manifiesta: “El domingo por la mañana, el ejército israelí mató a numerosas personas en el cruce fronterizo de Sikim, en el norte de la Franja de Gaza. Esperó la entrega de suministros de socorro, según informes consistentes, controlados por el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, el Programa Mundial de Alimentos PMA, de las Naciones Unidas y numerosas declaraciones de testigos presenciales. Se desconoce el número exacto de víctimas. La agencia de noticias AP informó al menos 85 muertes (de palestinos).”

¿Es un ejército, una milicia compuesta por criminales, un grupo armado con una misión específica, cual es el aniquilamiento de la etnia palestina, qué es en realidad?

            Los judíos tienen un comportamiento psicopático. Se asemejan a aquel asesino que fue atrapado in fraganti por la policía y que mantiene todavía el cuchillo en sus manos, destilando la sangre de su víctima, pero niega que haya cometido tal crimen y se ríe estruendosamente. Los israelíes, con sus armas regaladas por los gobiernos de Alemania y los Estados Unidos, niegan que estén cometiendo genocidio en Gaza; y en el caso concreto de los palestinos “dados de baja” mientras buscaban comida, dicen que sólo dispararon al aire y nunca a los cuerpos de los gazatíes. Es decir, además de criminales evidentísimos, diáfanos e indubitables, los judíos intentan insultar a la inteligencia de los millones de personas que observamos a diario el exterminio que llevan a efecto en Gaza. Porque ellos disparan, juegan “al tiro al blanco” mientras los palestinos piden comida y agua potable para ellos, sus hijos y mujeres y ahí mismo, al pie de los suministros, de los poquísimos que pueden llevar las ONGs humanitarias, quedan sus cuerpos sin vida, inertes, aniquilados por las balas que Occidente ha regalado a los israelíes.

            Un parte del ejército judío o israelí, que más bien parece un grupo de gamberros, apertrechados “hasta los dientes” con fusiles automáticos, dice lo siguiente: “Nuestros soldados estaban disparando cerca del convoy. Los soldados primero deben disparar tiros de advertencia. Hay que dispersar a la multitud alrededor del convoy de ayuda y alrededor para eliminar una amenaza inmediata a las tropas.” ¿Es que acaso temen que los gazatíes hambrientos ataquen a los ocupantes judíos con sus propias manos, sin armas y sin fuerzas físicas, diezmadas por la hambruna? ¿Los judíos tienen miedo de las madres que lloran sobre los cuerpos debilitados en demasía de sus pequeños hijos que no han comido en semanas; temen a los ancianos, a los pocos que pueden moverse y que buscan un mendrugo de pan para sobrevivir? ¿Los israelíes supra-hiper-armados creen que los millones de seres humanos que vemos el genocidio que están cometiendo, somos estúpidos, descerebrados e incapaces de entender que son ellos y sólo ellos, los que asesinan a los palestinos cuando piden alimentos?

            Allí, en Gaza, la única verdad existente es ésta: una milicia fuertemente armada que controla a dos millones y medio de palestinos hambrientos, quienes padecen sed, sin medicamentos ni médicos tampoco y que son asesinados mediante las balas disparadas por los soldados que supuestamente forman parte de la infantería y por los bombardeos hechos desde aviones y baterías emplazadas al otro lado de la frontera de la Franja de Gaza y que están en territorio de Israel. No hay otra realidad, no hay otra verdad. El verdugo ha rodeado a sus dos millones y medio de víctimas y les mata de tres maneras: con hambre y sed; con bombardeos con bombas y misiles, a diario; y con las balas disparadas por los rifles en las manos de la soldadesca judía que más bien parecen comandos de exterminio masivo.

            Para el ProgramaMundial de Alimentos (PMA), la situación humanitaria en la Franja de Gaza es catastrófica y ahora mismo existe allí “una crisis de hambre, un nuevo nivel de desesperación.” Más explícito aun, este informe escrito por las Naciones Unidas y difundido por todo el planeta, manifiesta: “La población de alrededor de 2,1 millones de personas, está bajo hambre aguda. (…) 1,1 millones de personas podrían morir de hambre a escala de emergencia humanitaria; y 470,000 se encuentran en una situación similar a la hambruna. Desde hace meses, llegan pocos suministros de socorro (los israelíes no permiten que los alimentos entren libremente a Gaza, por órdenes del gobierno en Tel Aviv). Mientras la infraestructura, gran parte de ella, se ha derrumbado, (destruida por la aviación israelí en sus constantes bombardeos). Alrededor –continúa el informe publicado por el diario alemán Die Zeit-, de 1,9 millones (de gazatíes) han huido dentro de la zona, ya varias veces. Ahora los israelíes están presionando para que los palestinos se concentren únicamente en alrededor del 15 por ciento del territorio de la Franja de Gaza. Los alimentos, el agua potable, los productos médicos y tratamientos, todo es escaso y difícil de conseguir para muchos (para la inmensa mayoría). La falta de combustible pone en peligro el trabajo de los pocos hospitales que quedan; así como el funcionamiento de panaderías y cocinas; lo mismo que el funcionamiento de infraestructura de saneamiento y telecomunicaciones. El ejército y las autoridades israelíes responsables, justificaron el bloqueo de la ayuda humanitaria, diciendo que los terroristas de Hamás se dedican a saquear las mercancías, retenerlas y así fundamentar su terror.”

            Informes consistentemente fundamentados en lo que está sucediendo en Gaza, señalan que el ejército de Israel no puede garantizar adecuadamente la seguridad en los llamados centros de distribución de los comestibles; mientras la población de la Franja de Gaza está cada vez más desesperada y hambrienta, razón por la cual se producen repetidos tumultos y caos en la distribución de los alimentos.

Muertes lentas… pero seguras de los gazatíes

            Hay un hecho real y cierto en Palestina hoy en día: la hambruna es masiva aquí. Un total de 111 ONGs han advertido en los últimos días que los gazatíes están muriendo… “Una hambruna masiva se propaga por la Franja de Gaza y los palestinos sufren por la grave carencia de suministros”, indican estas organizaciones que a duras penas pueden ingresar a este enclave. La situación es catastrófica en lo humano tras 21 meses de devastadores ataques de parte de las milicias judías, enviadas por el dictador de Israel, Benjamín Netanyahu.

            En síntesis, las 11 ONGs que han firmado el comunicado, dentro de las que se incluyen Médicos sin Fronteras (MSF), Save the Children y Oxfam, han asegurado que “la población de Gaza sufre de una grave escasez de alimentos y otros bienes esenciales; los pobladores a menudo han sido asesinados cuando han intentado recoger la poquísima ayuda en algunos puntos de distribución. (Incluso) nuestros colegas y aquellos a quienes servimos, están muriendo lentamente. Mientras el asedio del gobierno israelí causa hambre entre la población de Gaza, los trabajadores de ayuda se están uniendo a las mismas filas para recibir alimento, arriesgándose a recibir disparos sólo por intentar alimentar a sus familias.” Puntualiza el comunicado.

            En otra semblanza de la misma situación inhumana y catastrófica, la ONU comunicó también que el martes de la semana pasada (finales de julio), las fuerzas israelíes invasoras de Gaza, mataron a más de 1,000 (mil) palestinos que intentaban obtener ayuda alimentaria desde que comenzó a funcionar la Fundación Humanitaria de Gaza, una pantomima impulsada por los gobiernos de los Estados Unidos e Israel, que más bien parece una celada o una trampa mortal, porque cuando ofrecen alimentos a los palestinos hambrientos y éstos se acercan a los supuestos puntos de distribución, los soldados criminales hebreos activan sus fusiles y comienzan a “jugar tiro al blanco” con objetivos móviles humanos, en este caso los gazatíes.

            Esta presunta “iniciativa” (nótense las comillas) de Israel y USA para distribuir alimentos, ha marginado violenta y arbitrariamente a las Naciones Unidas en esta misma labor, para continuar adelante la masacre de los ciudadanos gazatíes. Es por esa razón, cuando la ONU no puede actuar sobre el terreno, que otras organizaciones humanitarias presentes en la Franja de Gaza han indicado que hay toneladas de ayuda humanitaria intacta en almacenes fuera del territorio e incluso adentro, pero que los soldados criminales israelíes no les permiten entregarla. “Los palestinos están atrapados en un ciclo de esperanza y dolor, esperando asistencia y treguas, sólo para despertar en condiciones peores. No sólo es un tormento físico, sino también psicológico. La supervivencia se presenta como un espejismo.” Indica un parte noticioso que ahora mismo recorre el mundo.

            Otro aspecto de la criminalidad de los israelíes en Palestina se dio cuando estos mismos atacaron una sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ubicada en Gaza. Fue cuando el ejército hebreo inició una ofensiva por tierra y aire en Deir el Balah, punto clave para las organizaciones de ayuda humanitaria y procedieron a atacar a los funcionarios citados. “Sus empleados y familiares fueron esposados (por los judíos), desnudados y registrados a punta de pistola.” Indica un parte emitido por la OMS.

            Los ataques se produjeron en tres ocasiones, mientras cuatro de sus trabajadores fueron detenidos por los israelíes, de acuerdo a la denuncia hecha por el máximo responsable de la Institución humanitaria en la Franja de Gaza, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Fue al sur de Gaza, donde, además, las tropas judías dieron la orden de evacuar a cerca de 80,000 gazatíes que allí se mantenían en clara huida de los bombardeos que las baterías israelíes llevan a efecto a diario contra el enclave de Gaza. Allí mismo, al lado de los ciudadanos palestinos, se mantenían decenas de organizaciones humanitarias que establecieron en esa zona sus bases.

            “El ejército israelí irrumpió en las instalaciones, obligando a mujeres y niños a evacuar a pie hacia al-Mawasi (ciudad costera frente al Mediterráneo), en medio del conflicto activo. El personal masculino y sus familiares fueron esposados, desnudados, interrogados en el lugar y registrados a punta de pistola. Dos empleados de la organización y dos de sus familiares, fueron detenidos. Tres de éstos fueron liberados posteriormente, mientras que un trabajador de la OMS sigue en custodia. La sede de la OMS fue atacada tres veces hoy. El personal y sus familiares, incluidos niños, se vieron expuestos a un grave peligro y quedaron traumatizados tras los ataques aéreos que causaron un incendio y daños considerables. Cuarenta y tres (43) personas -entre personal y familiares-, fueron evacuadas en una operación de alto riesgo en las oficinas de la OMS, que se encuentran muy cerca de la zona de evacuación. La agencia de la ONU recuerda que las coordenadas geográficas de todas sus instalaciones, se comparten con las partes pertinentes del conflicto y siempre deben estar protegidas, independientemente de las órdenes de evacuación o desplazamiento. Nuestra organización humanitaria reiteró la negativa de abandonar la zona, porque provocaría un mayor colapso del sistema sanitario.” Denunció el encargado de la OMS en Gaza, Ghebreyesus.

            Otras acciones que están ejecutando los israelíes, se fundamentan en el corte o la interrupción de los accesos a ciudades más al sur, como Rafah o Jan Yunis y están forzando a los civiles a desplazarse hacia el municipio costero de Al Mawasi. Y los ataques aéreos en Deir el Balah, de parte de la aviación israelí, se han estado produciendo durante todas estas noches, según el relato de varios testigos dentro de la Franja. Más al sur, el director de los hospitales de campaña de la zona, Marwan Al Hams, fue detenido en una operación encubierta israelí, según denuncia hecha por el Ministerio de Salud palestino. Durante esta misma redada, un periodista local falleció y cinco personas resultaron heridas en uno de los centros de la Media Luna Roja palestina, afiliada a la Cruz Roja Internacional. Esta organización, cuya sede está en Ginebra, Suiza, denunció en un comunicado reciente, el deterioro de las condiciones de atención sanitaria en los hospitales de campaña y la inseguridad en la que trabajan, cuando pueden ser atacados de un momento a otro, ya sea por soldados judíos en tierra o por los aviones que sobrevuelan a toda hora el enclave de Gaza.

            Propiamente en el centro de este lugar, la Media Luna palestina atendió hace pocas horas a 118 civiles heridos, atacados cuando fueron a recoger alimentos en uno de los puntos de distribución establecidos por el ejército israelí; es decir, los alimentos sirven como señuelo para que los gazatíes se acerquen hambrientos a retirarlos y cuando cargan en sus manos los sacos con harina y otros comestibles, los hebreos les disparan a quemarropa, un acto canalla que parece divertir profundamente a los israelíes armados.

            Citan los observadores internacionales, periodistas y analistas militares, que Israel está utilizando otra arma que hace mucho tiempo no se observaba en las acciones bélicas, cual es el arma del hambre; es decir, en Gaza, a los ataques del ejército contra la población civil únicamente, porque allí no hay otro ejército parecido que se le esté enfrentando a los judíos, se le añade la creciente hambruna que acecha a todo el territorio. El Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés), alerta que “90,000 mujeres y niños en Gaza necesitan urgentemente tratamiento para la desnutrición o morirán.” Además, médicos locales llevan semanas denunciando la falta de suministros para poder atender al creciente número de civiles que presentan cuadros graves de desnutrición, así como las heridas que no cicatrizan, porque su sistema inmunitario está totalmente debilitado ante la falta de alimentos y agua. La Asociación de Periodistas francesa (AFP), advirtió que sus colaboradores locales en Gaza corren el riesgo de morir de hambre: “Desde la fundación de AFP en agosto de 1944, hemos perdido periodistas en conflictos, hemos tenido heridos y prisioneros en nuestras filas, pero ninguno de nosotros recuerda haber visto morir de hambre a un compañero.” Denunció esta agencia de prensa en un comunicado reciente.

            ¿Pero cuál es el estado de ánimo de los “soldados” israelíes durante el genocidio que están llevando a cabo en la Franja de Gaza? Hay analistas en distintos programas de televisión y en redes sociales que afirman que las masacres de seres humanos indefensos, en este caso los gazatíes, les divierte a los judíos. Un ejemplo de ello lo ha mostrado Radio Televisión española en uno de sus telediarios, donde militares judíos han penetrado en casas destruidas de ciudadanos de este enclave y han bromeado con las ropas íntimas de sus antiguas dueñas palestinas y se muestran muy a gusto con toda la destrucción que han causado y siguen causando en esta zona. Decir que tendrán cargos de consciencia o remordimiento al finalizar esta masacre, sería muy obtuso de nuestra parte, pues la diversión para esos soldados que, en realidad, nunca han peleado una guerra verdadera, sino que su existencia únicamente la han fundamentado (y fundamentan) para acribillar a palestinos desarmados, es una diversión asegurada, gratuita, pagada por el Estado judío, gobernado por el tirano Netanyahu, un Herodes de nuestro tiempo, un genocida en el amplio sentido del término y un delincuente que tiene que rendir cuentas, sus cuentas sangrientas, ante los tribunales de justicia internacionales.

La realidad y el futuro de la Franja de Gaza

            Hay una cosa cierta y clarísima como el cielo cuando amanece en un día de verano: Gaza, después de esta masacre causada por las hordas israelíes, con sus armas regaladas por Alemania y los Estados Unidos, no volverá a ser la misma. Salman Abu Sitta, un historiador palestino que ha dedicado gran parte de su vida a documentar el desplazamiento forzoso de la gente de su pueblo, de su nación, y que sufrió en primera persona ese mismo dolor de abandonar su tierra por culpa del odio y la arrogancia de los israelíes, indica que “la historia del mundo no había visto tanta barbarie como en Gaza.” Y a pesar de ese genocidio a plena luz del día que lleva a efecto Israel contra los habitantes de este enclave, el historiador mantiene que ahora “es más urgente que nunca que se pueda ejercer el derecho al retorno” a todos los desterrados de Palestina.

            Este personaje que se ha convertido en una de las voces más realistas y justas de la tragedia de su nación. Nació en Ma’in Abu Sitta, en 1937. Es un ingeniero e historiador que ha dedicado miles de horas a documentar con archivos y mapas el desplazamiento forzado de palestinos, desde la catástrofe conocida como Nakba, ocurrida el 15 de mayo de 1948, y que fue la expulsión masiva de palestinos del territorio que hoy ocupa Israel. También es fundador de la ONG Sociedad de la Tierra Palestina (PLS), una organización reconocida por la ONU y dedicada a debatir y elaborar proyectos sobre el retorno de los palestinos refugiados a sus tierras de origen.

            Así explica la formación del Estado de Israel: “El acuerdo europeo para formar la actual Israel se basó en el mito de que ‘Palestina es una tierra sin pueblo’, disponible para ‘un pueblo sin tierra’ (como lo eran los judíos en 1945). Pero no era así. Este territorio tenía centenares de pueblos y ciudades. Recuerdo la llegada de gente que no habíamos visto antes, los ataques con vehículos blindados, quemaron nuestras casas, destruyeron la escuela que construyó mi padre. En 1948 se despoblaron 560 ciudades: los palestinos despoblados se convirtieron en refugiados y han permanecido así desde entonces. Ese día marcó el comienzo de mi vida como refugiado. Este recuerdo lo escribí en mis memorias Mapping my return.”

                     Salman Abu Sitta ha creado un proyecto que ha llamado Palestine Land Society, en el que trabajan documentando la expropiación de tierras palestinas y trata el tema del retorno a sus territorios originales de los palestinos desplazados y significa no otra cosa que el derecho de estos ciudadanos de regresar a sus asentamientos nativos, a pesar de haber sido expulsados durante generaciones. Alega que es legal según el derecho internacional y debe implementarse. “Tras un estudio demográfico y geográfico, descubrí que el 80 por ciento de la población israelí reside apenas en un 10 por ciento del actual Israel. La mayoría están en Tel Aviv, Haifa y Jerusalén Oeste. En el resto del país hay algunos kibutz (granjas agrícolas) e instalaciones industriales y militares, pero está prácticamente vacío. El regreso de los palestinos no afectaría a la mayoría de la población judía.” Remarca.

                      Pero al recordársele la tensa situación actual en Israel y preguntársele si su “sueño” sería factible de realizar, el historiador responde: “El sionismo está en guerra con los palestinos y, por tanto, cualquier solución futura pasa por abolirlo. En la época actual, no puede continuar. La mayoría de los proyectos coloniales han desaparecido y la historia demuestra que todo lo impuesto por la fuerza, está condenado al fracaso. Se puede ver en Gaza: después de más de 500 días de ataques de un gran ejército (el judío), aún se mantiene en pie.” Ante la postura intransigente y hasta criminal de Benjamín Netanyahu, dictador de Israel, aunado y aliado con Donald Trump, gran defensor de los intereses judíos en el mundo, Salman Abu Sitta cree lo siguiente: “Hay un nuevo cambio entre los judíos. Muchos se están volviendo contra el sionismo y dicen: ‘no somos sionistas, no estamos de acuerdo con Israel.’ Los propios registros lo indican. Más israelíes están abandonando Israel, no porque amen a los palestinos, sino porque han descubierto que no es una buena idea, no es seguro para ellos. Muchos de ellos serán perseguidos por la justicia internacional. Israel está creando un historial de criminales de guerra. El mundo no lo entiende, pero Estados Unidos lo apoya. Sin embargo, hay un principio histórico y es que la justicia siempre prevalecerá.” Y mientras pronunciaba esas palabras, la pantalla de la televisión encendida mostraba imágenes del noticiario Al Jazeera, con sede en Qatar, en el que se veían mujeres y niños muriendo de hambre, civiles asesinados a diario, a cada hora. Ciertamente la historia del mundo no ha visto tanta barbarie como en Gaza.

                     En relación con el poco margen de actuación de la ONU con respecto al genocidio del pueblo gazatí y a la descomposición del orden internacional por la falta de medidas en contra de la ofensiva militar (y criminal) israelí en Gaza, Salman Abu Sitta está totalmente de acuerdo que esa impotencia de las Naciones Unidas contra un carnicero como Netanyahu, apoyado por su socio en esto de la muerte de todo un pueblo, quien no es otro que Donald Trump, es realmente deprimente e impresionante por colocarse fuera del “foco de los acontecimientos”: “Nos encontramos ante un genocidio en Gaza. Probablemente haya unos 300,000 palestinos muertos o heridos, lo que representa el 14 por ciento de la población. El mundo lo sabe. El mundo ve a diario el genocidio de Gaza, los niños pasando hambre, los heridos, las mortajas… Parece que esperamos que los libros de historia hablen sobre esto. El mundo guarda silencio, pero lo que a mí más me duele es el silencio de los líderes árabes. El silencio tendrá consecuencias tarde o temprano.”

                       “El silencio del mundo árabe.” Todo un tema, un gran tema para tratar en otro reportaje, un amplio recuento de las actitudes indiferentes de los árabes, quienes se dicen ser hermanos de los palestinos, por lo menos dentro del Islam.

                           Lo anterior, manifestado por el historiador palestino Salman Abu Sitta, es lo que está sucediendo actualmente en Gaza, pero ¿Qué hay del futuro de este enclave? En respuesta, el ministro israelí de Finanzas, el radical y fanático sionista Bezalel Smotrich, además de la destrucción de la facción armada de Hamás, ha hecho un llamado para ocupar militarmente a toda la Franja de Gaza. Y es que este sujeto es uno de los tantos colonos religiosos que ha arrebatado él, personalmente, los territorios a los palestinos, a punta de fusil. Exigió instaurar un gobierno militar si fuera necesario y así se lo hizo saber a su jefe, el tirano dictador de Israel, el genocida Benjamín Netanyahu, en un mensaje que publicó Smortich en su cuenta de X: “Señor primer ministro Benjamín Netanyahu (deberá entenderse dictador en todo caso), su declaración (…) de que esta guerra (?) debe terminar con la victoria, es importante y significa cambiar el método de guerra (?), optar por la ocupación total de la Franja de Gaza y no temer un gobierno militar si fuera necesario, destruir a Hamás y garantizar que Gaza no represente una amenaza para el Estado de Israel.”

                      Días después, el gobierno de Israel aprobó la ocupación militar de la Franja de Gaza, en un plan que incluía la conquista de territorios y el traslado de la población gazatí hacia el sur. Esta decisión se tomó después de que la cúpula del ejército judío llamara a filas a decenas de miles de reservistas para esta ofensiva, desoyendo, de paso, las advertencias de las Naciones Unidas en el sentido de que se iba a producir una catástrofe humanitaria en el terreno, con la hambruna acechando nuevamente, después de más de dos meses de un bloqueo israelí total. En sí, el plan aprobado por el gabinete judío incluye la retención de territorios en la asediada Franja de Gaza, mediante la presión de Israel para que el pueblo palestino abandone sus tierras. El gobierno dictatorial de Israel, encabezado por el requerido por la Corte Penal Internacional de Justicia de La Haya, Benjamín Netanyahu, aprobó por unanimidad el plan destinado a derrotar a los gobernantes de Gaza, Hamás, y asegurar el regreso de los rehenes retenidos en el territorio. Y el jefe del ejército judío, Eyal Zamir, dijo que estaba llamado a decenas de miles de reservistas para ampliar la ofensiva.

                      Mientras tanto, un grupo de campaña israelí que representa a los familiares de los rehenes que todavía están en poder de Hamás, dijo que el plan para una ofensiva ampliada en Gaza era “sacrificar a los rehenes retenidos en el territorio.” Es decir, se oponen tajantemente a la ocupación militar de la Franja. Fue cuando Netanyahu insistió en el plan de Donald Trump (ideado por su yerno, el también judío Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump), para la salida “voluntaria” de los palestinos hacia naciones vecinas como Jordania y Egipto y una vez que quede vacía Gaza, remover todas las ruinas causadas por los incesantes bombardeos judíos y comenzar a construir un resort turístico, con hoteles, casinos y modernas vías, frente al Mediterráneo, y que sería del disfrute de los millonarios que deseen visitarlo y pasar unas agradables vacaciones en lo que antes fue “la problemática Gaza.”

                   La respuesta de El Cairo y Ammán, Capitales de las dos naciones mencionadas, junto con otros aliados árabes y gobiernos de casi todo el mundo, han rechazado rotundamente la propuesta frívola e inhumana de Trump y su yerno; pero la idea les parece estupenda a los ministros de la dictadura israelí.

Matanza de Israel vista desde Europa

            Johann Wadephul, ministro de Exteriores de Alemania, una de las naciones que más ha apoyado a los israelíes desde la fundación del Estado judío, no se ha guardado en esta ocasión, no las críticas, sino la descripción apesadumbrada de lo que ha visto en la Franja de Gaza, de la mortandad que ha causado el ejército hebreo en este enclave palestino. “La catástrofe en Gaza supera lo imaginable. Israel corre el riesgo de quedar cada vez más aislado internacionalmente. Es deber de Alemania hacer todo lo posible para evitarlo.”

            Y de cara al Estado judío, Wadephul manifestó que pidió a la dictadura de Netanyahu que “permita una mejora fundamental de la situación en la Franja de Gaza, donde la catástrofe supera lo imaginable. En toda la Franja de Gaza la gente pasa hambre cada día, mujeres, hombres y niños mueren en su desesperada búsqueda de alimentos. Es una situación totalmente intolerable que debe cambiar de inmediato.” Declaró en Jerusalén después de reunirse con varios funcionarios israelíes.

            Luego, el titular de Exteriores alemán señaló que “Israel debe enviar de forma rápida y segura, suficiente ayuda humanitaria y médica para evitar muertes masivas como consecuencia de la hambruna. Es absolutamente intolerable que hombres, mujeres y niños hayan sido asesinados a diario, mientras buscan desesperadamente comida,” reafirmando lo que hemos denunciado a lo largo de este reportaje, que los judíos, armados “hasta los dientes”, disparan –algunos de ellos sin disimular con sonrisas el placer que les depara-, a los gazatíes en un macabro juego de “tiro al blanco” con seres humanos urgidos de alimentos y medicinas. Y el ministro alemán reafirmó: “Israel corre el riesgo de quedar cada vez más aislado internacionalmente (…). Podría estar abriéndose una brecha entre Israel y la Unión Europea (UE); por eso insto a ambas partes para garantizar que esto no suceda. Necesitamos claridad, incluso por parte de Israel, de que no existe una política de expulsión ni de anexión (del territorio de Palestina que ocupan los gazatíes). En mi opinión, nos encontramos en una fase decisiva en la que Alemania tendrá que posicionarse.”

            La postura alemana ha sido contrastante, por ejemplo, con la de Canadá, que acaba de anunciar que reconocerá al Estado palestino, después de que los gobiernos de Francia e Inglaterra así lo anunciaran también; lo cual ha significado “darle la espalda” drásticamente a Israel, debido a su altísima, evidente y convincente criminalidad en Gaza, asesinando a personas de todas las edades, aun peor como se hace con los animales irracionales. Y además, disfrutando de tal genocidio, de tal crimen en masa contra toda una etnia y a ojos vista, en plenitud del segundo milenio.

            Alemania, decíamos, contrasta con las naciones arriba mencionadas, pues considera que el reconocimiento del Estado palestino deberá darse “al final de un proceso de negociación, un proceso que, sin embargo, debe comenzar pronto.” Ha dicho el mismo ministro del Exterior alemán. No obstante, lo que pretenden Donald Trump y Netanyahu ya lo hemos desglosado anteriormente: desalojar a más de dos millones de palestinos de Gaza, para construir allí un resort con casinos y hoteles. Enviarlos a Egipto y Jordania. Naciones que se han negado a recibirlos, pues no quieren confabular en el arrebato de sus tierras ancestrales, ni seguirles el juego a ambos criminales, el estadounidense y el judío. Así mismo, Netanyahu, en lo que se considera “un secreto a voces”, desea completar el exterminio de los palestinos; es decir, terminar el plan trazado desde hace años, de acabar biológica, física, religiosa y étnicamente con el pueblo palestino. No hacerlo, sería visto por el mismo criminal Netanyahu como uno de sus grandes fallos a lo largo de su sangrienta existencia.

            Aparte de Alemania, ya lo habían hecho antes Francia, Canadá e Inglaterra al dirigirse al Estado judío en demanda para que ponga fin a “sus acciones escandalosas en Gaza”; y prometieron responder a los israelíes con “medidas concretas si no cesa su ofensiva militar (asesina) y desbloquea la ayuda humanitaria.” Fue un total de 22 países entre los que hay que contar a Japón, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Islandia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, Eslovenia, España y Suecia, además de los tres nombrados anteriormente, los que exigieron al gobierno genocida de Israel “la inmediata reanudación completa de la ayuda en la Franja de Gaza y sea organizada por las Naciones Unidas y las ONG.” Pero la respuesta de Tel Aviv ha sido contundente en el sentido de que ha intensificado los ataques contra la población palestina indefensa y desarmada, en un claro y convincente “azote sangriento” al enclave gazatí.

            El documento redactado y suscrito por los ministros de Exteriores de esas 22 naciones, indica que “no pueden apoyar el nuevo modelo para el suministro de ayuda a ese territorio palestino, decidido por el gobierno israelí, porque pone en peligro a los beneficiarios y los trabajadores humanitarios (les tiran a matar con sus fusiles), afecta el papel y la independencia de la ONU y de nuestros socios de confianza y relaciona la ayuda humanitaria a objetivos políticos y militares.” Deploran los firmantes, entre quienes se encuentran la alta representante de la Unión Europea (UE), para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidenta de la Comisión Europea, Kaja Kallas; el comisario de la UE de Igualdad, Preparación y Gestión de Crisis y el comisario de la UE para el Mediterráneo.

            Y ante tanta presión internacional, la dictadura judía parece burlarse de toda esa “parafernalia”, de esa dialéctica sin acciones concretas y precisas que pongan de rodillas al Estado hebreo, mediante la suspensión del comercio con Israel y sus principales cabecillas, congelación de bienes financieros en los Bancos de la Unión Europea (UE), suspender el envío de armas a los hebreos y toda clase de sanciones que les hagan ver que no son lo infalibles que ellos se creen y que el mundo ya no se compadece de su pasado lastimero en el que siempre sacan a flote el consabido “holocausto”, una herramienta con la cual han manipulado a la humanidad desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Hay que hacerle ver a los judíos que los europeos y la mayoría de las naciones de los cinco continentes, ya no son sus amigos, mucho menos cuando han masacrado a miles de palestinos inocentes, especialmente a ancianos, mujeres y niños que son considerados por Netanyahu “futuros terroristas” y por eso hay que exterminarlos en su más tierna edad.

            Esa socarronería de los hebreos se notó recientemente cuando dejaron ingresar a Gaza solamente cinco camiones de las Naciones Unidas, con ayuda humanitaria. “Una gota en el océano (de necesidades)”, que confrontan los palestinos, dijo el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Tom Fletcher. Este funcionario pudo ver en algunos rostros de los soldados israelíes sonrisas de burla al paso de los vehículos. “La población de Gaza enfrenta la hambruna y debe recibir la ayuda que necesita desesperadamente. La ayuda humanitaria no debería nunca ser politizada y el territorio palestino no debe ser reducido ni sometido a ningún cambio demográfico.” Exhortó el documento firmado por los 22 ministros de Exteriores de los gobiernos señalados con anterioridad en este mismo reportaje.

            Netanyahu, a pesar de su alma de genocida, de sus sentimientos ausentes y de su negro pensamiento criminal, ha sido sincero al decir que el plan que tiene para Gaza es el de su conquista total y el desplazamiento de la mayoría de sus 2,4 millones de habitantes, hacia el extremo sur de este territorio. “Israel tomará el control de toda la Franja de Gaza y evitará, por razones diplomáticas, una hambruna en el territorio palestino, para así proseguir la guerra (?) (…).” Sin embargo, esto último, lo de evitar la hambruna, ha sido una mentira de las muchas que ha dejado escuchar a lo largo de su extensísima dictadura en Israel, porque ha estado usando el hambre como arma silenciosa en su tarea de exterminio del pueblo palestino.

            Algunos tópicos aislados que reproducimos a continuación, son los que se están presentando actualmente en la tragedia del pueblo gazatí. Veamos:

-          Han pasado más de 11 semanas desde que Israel ha prohibido que ingrese la ayuda a Gaza. Sólo unos pocos camiones de la ONU han dejado entrar en este enclave.

-          El último gran envío de ayuda a Gaza se dio entre el 20 y 22 de mayo de este 2025, cuando un total de 198 camiones cargados con suministros, atravesaron el paso de Kerem Shalom, en el triángulo fronterizo entre Egipto, Israel y la Franja de Gaza.

-          ¿Qué llevaban esos vehículos? Harina, alimentos infantiles, material médico y medicamentos.

-          Lo anterior fue sólo “un goteo”, pues durante el alto al fuego de parte de los judíos, ingresaron hasta 600 camiones con suministros de ayuda, para abastecer a los dos millones y medio de palestinos en desgracia.

-          El Programa Mundial de Alimentos (PMA), tiene, en la actualidad, más de 116,000 toneladas de alimentos en Egipto, Jordania e Israel, suficientes para alimentar a un millón de personas durante unos cuatro meses; pero Netanyahu ha prohibido, por medio de sus milicias, que esos insumos ingresen a Gaza.

-          Según el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidaspara los refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, hay además casi 3,000 camiones completamente cargados, listos para partir en cualquier momento, al interior del enclave gazatí.

-          Algunas de las organizaciones comprometidas con ayudar a los palestinos, son el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS), las Sociedades de la Media Luna Roja egipcia, jordana, catarí, emiratí y turca; el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR); y decenas ONGs, como Islamic Relief. Así también ayuda bilateral con Gaza que proviene de gobiernos de países de la Unión Europea o de los Estados Unidos; pero todo ello acaba en el mismo “cuello de botella”, ya que Israel hace pasar cada envío por su propio régimen de inspección, lerdo -intencional y malévolamente lento-, con la finalidad de que esa ayuda material llegue tarde a los palestinos o no llegue del todo. Esa intencionalidad se puede ver en los rostros y miradas socarronas de los soldados hebreos cuando se intenta dialogar con sus jefes para que permitan entrar los furgones.

-          El gobierno israelí, en acuerdo con el estadounidense de Donald Trump, planeó “centros seguros” en el sur de la Franja de Gaza, donde, supuestamente, fuerzas privadas de seguridad se encargarán de la distribución; pero la ONU rechaza ese modelo porque considera que no es neutral y sólo favorece a los intereses judíos y de Trump.

                  En un intento de síntesis, nos remitimos a los datos estadísticos y aritméticos: antes del bloqueo decretado y puesto en marcha por Israel, más de dos tercios de la población dependían de la ayuda alimentaria exterior. La congelación total durante once semanas, ha agravado la situación.

                Según un análisis de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el 93 por ciento de la población (1,95 millones de personas), se encontraba en situación de crisis o peor (fase 3 o superior de la CIP) entre el 1 de abril y el 10 de mayo. De ellos, el 12 por ciento (244,000 personas), se encuentran en la fase catastrófica 5 (condiciones similares a la hambruna), y el 44 por ciento (925,000 personas), en la fase 4 (situación de emergencia).

               En cifras frías y claras, el enclave necesita unas 1,300 toneladas diarias de alimentos, para proporcionar a 2,2 millones de personas, una media de 2,100 calorías diarias. Un camión de ayuda estándar tiene la capacidad para unas 25 toneladas, lo que significa que se necesitarían entre 50 y 60 camiones al día, sólo para alimentos. Como también hay que importar agua, combustible, medicinas y productos de higiene, las organizaciones de la ONU calculan que se necesitan al menos 500 camiones diarios. Si la afluencia se mantiene en 100 camiones y la distribución sigue sin resolverse, Gaza corre peligro de caer oficialmente en hambruna en las próximas semanas.

            Se pensó, incluso, ingresar la ayuda por el Mar Mediterráneo y se creó un corredor de ayuda por mar abierto en la primavera del 2024, bajo el liderazgo de Chipre, llamado “Amalthea”. Se hizo la primera entrega de alimentos a manera de prueba, cuando el 17 de marzo del 2024, se llevaron unas 100 toneladas de alimentos a un muelle temporal al norte de Gaza, pero los operadores interrumpieron sus viajes después de un ataque aéreo israelí contra un convoy de la Wordl Central Kitchen (WCK), a principios de abril del 2024. La verdad es que se nos haría muy extenso transcribir los momentos cuando los israelíes han disparado, bombardeado y asesinado a cooperantes, con el objetivo de que no ayuden a los palestinos de ningún modo.

            La consigna y el objetivo están muy claros de parte de Israel y de su dictador Benjamín Netanyahu: el exterminio total del pueblo palestino, sin importar “el qué dirán” del mundo entero que observa esta masacre. Donald Trump está de acuerdo con esa criminalidad masiva o quizás no entienda lo que está haciendo su amigo judío en Gaza, pues no se puede confiar mucho en la capacidad racional del mandatario estadounidense. Mientras eso sucede, el mundo árabe calla y no corre en auxilio de Gaza, Netanyahu se siente más poderoso que Herodes Antipas, uno de los némesis de la historia judía; Rusia está concentrada en su desacertada guerra contra Ucrania; China parece pertenecer a otro planeta distinto al de la Tierra, “están aquí, pero no están…”; las Naciones Unidas muestran su impotencia, su inservible manera de existir, pues se trata de una voz sin autoridad a la que los israelíes hacen caso omiso y se burlan de sus resoluciones; y el gobierno de los Estados Unidos aprueba, aplaude, apoya y respalda militarmente a Israel en todos sus crímenes pasados, actuales y futuros. Réquiem: un pueblo entero va a ser eliminado de la faz de la Tierra y todos nosotros seremos (y somos) testigos de excepción. El ser humano sigue siendo la misma bestia de hace millones de millones de años atrás. En especial los judíos.


Netanyahu Imparable en su Masacre en la Franja de Gaza. Delira en su Criminalidad contra Civiles y Cooperantes de las ONGs

GAZA, Palestina-(Especial para The City Newspaper) El dictador no declarado de Israel, Benjamín Netanyahu parece “un poseído” por una fuerza demoníaca que lo empuja, peor que nunca, a asesinar a quienes a él le parezca dentro de la Franja de Gaza: acaba de acabar con las vidas de siete cooperantes de la ONG, World Central Kitchen (WCK), del chef hispano-estadounidense José Andrés, que entregaba alimentos a los damnificados palestinos por causa de los ataques israelíes a este territorio.

            Es evidente que el líder de los judíos, Netanyahu, ya perdió toda vergüenza, todo pudor y le importa un comino la imagen de su país, Israel, cuyo pueblo ha pasado de ser “el eterno perseguido por reyes españoles, nazis y comunistas”, para revelar su verdadero semblante de un ejército israelí sediento de venganza contra toda la humanidad y desprovisto de todo respeto por las vidas ajenas. De ahí las matanzas que está consumando en Gaza, donde asesina a mujeres, ancianos, niños, periodistas internacionales y ahora funcionarios de las ONGs que quieren paliar un poco la desesperación de la población tacada por las bombas y misiles lanzados por los judíos.

Con su característica sonrisa sin alma, Netanyahu contesta, pero no convence

            Detrás de su mirada se puede observar que esconde los peores pensamientos y sentimientos en contra de sus enemigos y acompaña a esa mirada con una sonrisa complacida, más todavía cuando han caído miles de palestinos, producto de los ataques del ejército que el comanda, el de Israel, y que ataca de manera inmisericorde a la Franja de Gaza. Tampoco le importan los rehenes que todavía están en manos de la facción Hamás, porque no se refiere a ellos siquiera en forma indirecta, no dice absolutamente nada de liberarlos o canjearlos, porque está concentrado, “hipnotizado”, en asesinar todos los días a la población indefensa.

            En cuanto a los siete cooperantes de la ONG WCK, el judío aceptó que fueron dados de baja debido al bombardeo provenido de armas israelíes, pero dijo, fríamente como es su costumbre, que “no fue intencional.” “Lastimosamente –argumentó Netanyahu-, ayer se produjo un trágico incidente: nuestras fuerzas golpearon de forma no intencional a inocentes (¿?) en la Franja de Gaza. Esto sucede en una guerra (…), estamos en contacto con los gobiernos y haremos todo lo posible para que no se vuelva a repetir.” Nótese que en ningún momento pide disculpas ni se mostró conmovido, mucho menos preocupado, aún a sabiendas que los asesinados pertenecían a países amigos de Israel, en los casos de Canadá, Australia y los Estados Unidos. A él ya no le importa a quien o quienes asesina. Eso es evidente.

            Las siete víctimas viajaban a bordo de un vehículo perfectamente identificado; pero a los israelitas no les importó, porque el primer disparo contra el convoy de la ONG cuya sede está en los Estados Unidos, se produjo en la puerta de un almacén, cuando apenas estaban arrancando los motores de los automóviles y los estuvieron persiguiendo, s sabiendas que eran cooperantes humanitarios, a lo largo de dos kilómetros, hasta que acabaron con todos los ocupantes de los autos. Es por ello que toda la intencionalidad se manifestó de parte de los comandos israelíes que destrozan a diario lo poco que queda en pie en Gaza.

            Las víctimas eran originarias de Australia, Polonia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Palestina. Es por esa razón que el gobierno de Canadá exigió, casi de inmediato, al de Israel “una completa investigación del caso y que los responsables de estas muertes rindan cuentas.” Así según un comunicado emitido por el Ministerio del Exterior canadiense. Todos ellos trabajaban para la ONG World Central Kitchen (WCK), fundada por el chef español José Andrés y cuya misión es llevar alimento a las personas, alrededor del mundo, que necesiten ser auxiliadas por diferentes motivos. Los alimentos habían llegado a Gaza vía marítima, partiendo desde la isla de Chipre hasta las costas de Gaza. Incluso el ejército de Israel que domina a este territorio por completo, pues lleva a cabo una guerra “sin respuesta” o en una sola dirección, sin que reciba respuesta armada a sus ataques, sabía la clase de materiales que se desembarca en Gaza, ya que tienen la potestad de vigilar que entra allí y cuál es el destino de esas mercaderías.

            El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau visiblemente afectado, calificó el ataque de “inaceptable” y reiteró la posición de su gobierno al exigir a los judíos de Israel que investiguen a fondo este vil asesinato de los cooperantes. Por su parte, la ministra del Exterior de este mismo país, Mélanie Joly, dijo sentirse “horrorizada” por el ataque del ejército israelí y confirmó que una de las personas masacradas, es canadiense. “Condenamos estos ataques y solicitamos una completa investigación. Canadá espera que todos los responsables de estas muertes, rindan cuentas y se lo comunicaremos directamente a Israel.” Escribió en su cuenta de X.

            Al mismo tiempo, varios jefes de Estado y altos representantes gubernamentales, condenaron el hecho, el asesinato flagrante de los siete trabajadores de las ONG y exigieron a Israel que aclare las circunstancias de dicho ataque.

            En lo que atañe a WCK, esta organización anunció que, después de este mortal incidente, “interrumpe las operaciones en territorio palestino”, en parte porque las garantías de seguridad no están dadas sobre el terreno y en cualquier momento podrían caer más víctimas de los misiles enviados por el ejército judío.

            José Andrés, el chef español, fundador de esta ONG humanitaria, escribió en su cuenta de X al percatarse del vil asesinato de sus amigos y cooperantes: “El grupo perdió a varios de nuestros hermanos y hermanas en un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa Israelíes, en Gaza. Tengo el corazón roto y estoy de luto por las familias y amigos y toda la familia WCK. El gobierno israelí debe parar esta matanza indiscriminada. Debe dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar civiles y trabajadores humanitarios y dejar de usar la comida como arma.” En las últimas palabras del texto, el chef español devela que una de “las tácticas” usadas por los israelíes en Gaza, es no permitir la entrega de alimentos a la población que sufre hambre y sed y que se le entregue solamente en pequeñísimas cantidades. Sin duda, una especie de arma tan terrorífica como la peor… la más mortal. Es evidente que el objetivo del ejército judío, que sigue las órdenes de Netanyahu, es acabar con toda señal de vida que no sea judía y que pertenezca a los palestinos. Se tratade una guerra de aniquilación total del enemigo, a ojos y asombro de la comunidad mundial que sigue los hechos con verdadera preocupación.

            La ONG del chef español José Andrés, participaba en el envío de ayuda humanitaria a Gaza a través de un corredor desde Chipre, en el Mediterráneo europeo; y en la construcción de un muelle temporal en esta zona palestina. Un primer barco con mercadería, descargó a mediados de marzo, 200 toneladas de víveres, siempre bajo supervisión del ejército israelí, pleno de paranoia, pues teme que lleguen armas para los palestinos en lugar de alimentos. En estos momentos, un segundo buque navega en la misma dirección con más ayuda.

Los judíos sabían que era un convoy humanitario

            … aun así dispararon hasta hacer añicos a los autos y dejar sin vida a los ocupantes internacionalistas. Y la misma organización ha asegurado que el convoy había coordinado su viaje con el ejército judío, pero, de todas maneras, decidieron darles “de baja” a los extranjeros, de la manera más criminal y vil posible, según hemos observado.

            Los autos partieron desde un almacén de Deir el Balah, en el corazón de Gaza, y llevaban en este lugar seis meses, tiempo en el que sirvieron más de 42 millones de comidas, según los datos consignados en sus bases computadorizadas. El comunicado oficial de la ONG expresa lo siguiente: “World Central Kitchen está destrozada la confirmar que siete miembros de nuestro equipo han muerto en un ataque del ejército israelí en Gaza. Los integrantes del  equipo viajaban por una zona desmilitarizada en dos coches blindados con el logo de WCK y un vehículo ligero. Pese a coordinar sus movimientos con el ejército israelí, el convoy fue alcanzado cuando salía de un almacén de Deir el Balah, donde el equipo había descargado más de 100 toneladas de comida llevada a Gaza por la ruta marítima.” Y prosigue Erin Gore, responsable de la redacción del comunicado de la ONG: “Esto no es un ataque contra WCK, es un ataque contra las organizaciones humanitarias que aparecen en las situaciones más duras en las que el alimento es usado como arma de guerra. Es imperdonable.”

            Las imágenes en video y las fotografías difundidas por la prensa internacional presente en el lugar, muestran los restos humanos de los siete cooperantes, en el Hospital de los Mártires de Al Aqsa, en Deir el Balah. El personal médico mostró los pasaportes de tres de los fallecidos y eran de Gran Bretaña, Australia y Polonia. Minutos antes, la misma ONG había publicado en la red social X que parte de las actividades que ejecutaban en Gaza, incluían una red de 60 cocinas portátiles en el sur y centro de la Franja de Gaza y gracias a ello, proporcionamos cientos de miles de comidas al día a los civiles desplazados por la ofensiva israelí.

            Mahmoud Thabet, sanitario de la Media Luna Roja Palestina, quien formaba parte del equipo que trasladó los cadáveres al hospital, rindió declaraciones a la prensa y dijo que  se necesitaron varias horas para recuperar los siete cuerpos sin vida. Fueron llevados primeramente al hospital Al Aqsa, después a otro más al sur, donde se preparó la evacuación a través del paso fronterizo con Egipto.

            La ONG ayudaba a más de un millón de personas, que es casi la mitad de la población de la Franja y que está en la fase denominada “catastrófica de inseguridad alimentaria.” De hecho, son más que aquellas personas que sufrieron la hambruna en Somalia en el 2011, con seis veces menos población que los somalíes. Los israelíes han rodeado prácticamente a los gazatíes y no han permitido que la ayuda humanitaria ingrese vía terrestre. Países europeos, entre ellos Alemania, intentaron lanzar los paquetes de alimentos desde el aire, pero los judíos también se opusieron a ese método. Es evidente que lo que pretende el gobierno del genocida Netanyahu, es el aniquilamiento total, por todos los medios posibles de la población palestina y con ella a quienes intentan ayudarla.

            Retornando a las reacciones ante este asesinato de los cooperantes, el Reino Unido convocó al embajador israelí en Londres, para exigirle explicaciones; y el ministro de Exteriores de Inglaterra, David Cameron, escribió en la red social X: “Hablé con el ministro del Exterior israelí, Israel Katz, para subrayar que las muertes eran completamente inaceptables. Israel debe explicar urgentemente cómo ocurrió esto y tomar medidas importantes para garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios en el terreno.”

            El gobierno de Polonia también redactó en la misma red X que “expresamos nuestro más sentido pésame a la familia del voluntario polaco que estaba prestando ayuda al pueblo palestino en la Franja de Gaza. Polonia se opone al desprecio por el derecho internacional humanitario y la protección de civiles, incluidos los trabajadores humanitarios.” Cita el texto oficial del gobierno con sede en Varsovia

             Y Anthony Albanese, primer ministro de Australia, informó que pidió cuentas a Israel por la muerte de la trabajadora humanitaria australiana y el ejecutivo de Camberra ha calificado “completamente inaceptable lo ocurrido. Es una estrategia que nunca debió ocurrir.” Enunció en la ciudad australiana de Brisbane.

            Pero la respuesta más dura la ha dado el mismo fundador de la ONG Wolrd Central Kitchen, José Andrés, quien le dijo a Netanyahu que “no fue solo un desafortunado error, sino el resultado directo de la política de su gobierno de reducir la ayuda humanitaria a niveles desesperados. Los ataques aéreos contra nuestro convoy no fueron solo un desafortunado error de la niebla de la guerra: fue un ataque directo contra vehículos claramente señalizados, cuyos movimientos eran conocidos por ustedes los israelíes, por sus Fuerzas de Defensa. Reclamo que aparezca lo mejor de Israel, pues no se puede salvar a los rehenes, bombardeando todos los edificios de Gaza. (En todo caso) es una buena noticia el anuncio del ejército de Israel y del gobierno, de poner en marcha una investigación sobre lo ocurrido, pero dicha investigación debe comenzar desde arriba, no solo desde abajo. No se puede ganar una guerra matando de hambre a toda una población. Los trabajadores de mi ONG eran lo mejor de la humanidad, quienes arriesgaron todo por la actividad humana más fundamental: compartir nuestra comida con los demás. Los israelíes, en el fondo de su corazón, saben que los alimentos no son un arma de guerra e Israel es mejor que la forma en que se libra esta guerra; mejor que bloquear el suministro de alimentos y medicinas y matar a los trabajadores humanitarios. El gobierno israelí necesita abrir rutas  terrestres para alimentos y medicinas. Tiene que dejar de matar a civiles y trabajadores humanitarios. Necesita iniciar hoy el largo camino hacia la paz.” Este texto del chef español, apareció publicado en el periódico israelí “Yedioth Ahronoth.”

            Finalmente, Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF), hizo conocer su posición acerca de las masacres que lleva a cabo el ejército israelí en Gaza: “Esperamos algo más que excusas de Israel y algo más que las condenas de sus aliados. Los trabajadores humanitarios están protegidos. Sin peros. No aceptamos la narrativa de incidentes lamentables. No la aceptamos porque forma parte del mismo patrón de ataques deliberados contra sanitarios, periodistas, personal de la ONU, escuelas y hogares. Se trata de impunidad, de un desprecio total por las leyes de la guerra, y ahora debe convertirse en una rendición de cuentas. Las condenas que hemos visto por la muerte de siete cooperantes de World Central Kitchen, son correctas, pero, ¿dónde están las condenas por cada trabajador humanitario (han muerto asesinados más de 200 desde el 7-O, cinco de ellos de MSF), por cada hospital que es destruido, por cada intento de manipular los medios de comunicación? Estas muertes son una elección política por parte de Israel, que no afronta ninguna consecuencia porque sus aliados permiten esta impune brutalidad y le abastecen con más armas para matar y mutilar indiscriminadamente a civiles. Los 200 trabajadores humanitarios muertos en esta guerra, más que en cualquier otra, son solo una pequeña fracción de las más de 33,000 víctimas, muchas de ellas mujeres y niños, en un conflicto brutal, desproporcionado y sin medidas preventivas. Todos los Estados que apoyan a Israel en estas circunstancias, son cómplices morales y políticos. Hacemos un llamamiento a todos los Estados, en particular a Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea (UE), para que hagan todo lo que esté en su mano para influir en Israel y que dejen de apoyar los continuos ataques contra civiles e infraestructuras civiles en Gaza.”

            Así se expresó este funcionario a su llegada desde la Franja de Gaza y ha repasado verbalmente todas las iniquidades, las desgracias que Israel ha llevado a Palestina, al consumar matanza tras matanza, sin importar el número de víctimas, su procedencia y las tareas humanitarias que estén realizando, porque la consigna de Netanyahu es… asesinar así, de cualquier manera. Para eso existe él y esa es “la misión sangrienta” de su existencia.

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