Netanyahu Imparable en su Masacre en la Franja de Gaza. Delira en su Criminalidad contra Civiles y Cooperantes de las ONGs

GAZA, Palestina-(Especial para The City Newspaper) El dictador no declarado de Israel, Benjamín Netanyahu parece “un poseído” por una fuerza demoníaca que lo empuja, peor que nunca, a asesinar a quienes a él le parezca dentro de la Franja de Gaza: acaba de acabar con las vidas de siete cooperantes de la ONG, World Central Kitchen (WCK), del chef hispano-estadounidense José Andrés, que entregaba alimentos a los damnificados palestinos por causa de los ataques israelíes a este territorio.

            Es evidente que el líder de los judíos, Netanyahu, ya perdió toda vergüenza, todo pudor y le importa un comino la imagen de su país, Israel, cuyo pueblo ha pasado de ser “el eterno perseguido por reyes españoles, nazis y comunistas”, para revelar su verdadero semblante de un ejército israelí sediento de venganza contra toda la humanidad y desprovisto de todo respeto por las vidas ajenas. De ahí las matanzas que está consumando en Gaza, donde asesina a mujeres, ancianos, niños, periodistas internacionales y ahora funcionarios de las ONGs que quieren paliar un poco la desesperación de la población tacada por las bombas y misiles lanzados por los judíos.

Con su característica sonrisa sin alma, Netanyahu contesta, pero no convence

            Detrás de su mirada se puede observar que esconde los peores pensamientos y sentimientos en contra de sus enemigos y acompaña a esa mirada con una sonrisa complacida, más todavía cuando han caído miles de palestinos, producto de los ataques del ejército que el comanda, el de Israel, y que ataca de manera inmisericorde a la Franja de Gaza. Tampoco le importan los rehenes que todavía están en manos de la facción Hamás, porque no se refiere a ellos siquiera en forma indirecta, no dice absolutamente nada de liberarlos o canjearlos, porque está concentrado, “hipnotizado”, en asesinar todos los días a la población indefensa.

            En cuanto a los siete cooperantes de la ONG WCK, el judío aceptó que fueron dados de baja debido al bombardeo provenido de armas israelíes, pero dijo, fríamente como es su costumbre, que “no fue intencional.” “Lastimosamente –argumentó Netanyahu-, ayer se produjo un trágico incidente: nuestras fuerzas golpearon de forma no intencional a inocentes (¿?) en la Franja de Gaza. Esto sucede en una guerra (…), estamos en contacto con los gobiernos y haremos todo lo posible para que no se vuelva a repetir.” Nótese que en ningún momento pide disculpas ni se mostró conmovido, mucho menos preocupado, aún a sabiendas que los asesinados pertenecían a países amigos de Israel, en los casos de Canadá, Australia y los Estados Unidos. A él ya no le importa a quien o quienes asesina. Eso es evidente.

            Las siete víctimas viajaban a bordo de un vehículo perfectamente identificado; pero a los israelitas no les importó, porque el primer disparo contra el convoy de la ONG cuya sede está en los Estados Unidos, se produjo en la puerta de un almacén, cuando apenas estaban arrancando los motores de los automóviles y los estuvieron persiguiendo, s sabiendas que eran cooperantes humanitarios, a lo largo de dos kilómetros, hasta que acabaron con todos los ocupantes de los autos. Es por ello que toda la intencionalidad se manifestó de parte de los comandos israelíes que destrozan a diario lo poco que queda en pie en Gaza.

            Las víctimas eran originarias de Australia, Polonia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Palestina. Es por esa razón que el gobierno de Canadá exigió, casi de inmediato, al de Israel “una completa investigación del caso y que los responsables de estas muertes rindan cuentas.” Así según un comunicado emitido por el Ministerio del Exterior canadiense. Todos ellos trabajaban para la ONG World Central Kitchen (WCK), fundada por el chef español José Andrés y cuya misión es llevar alimento a las personas, alrededor del mundo, que necesiten ser auxiliadas por diferentes motivos. Los alimentos habían llegado a Gaza vía marítima, partiendo desde la isla de Chipre hasta las costas de Gaza. Incluso el ejército de Israel que domina a este territorio por completo, pues lleva a cabo una guerra “sin respuesta” o en una sola dirección, sin que reciba respuesta armada a sus ataques, sabía la clase de materiales que se desembarca en Gaza, ya que tienen la potestad de vigilar que entra allí y cuál es el destino de esas mercaderías.

            El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau visiblemente afectado, calificó el ataque de “inaceptable” y reiteró la posición de su gobierno al exigir a los judíos de Israel que investiguen a fondo este vil asesinato de los cooperantes. Por su parte, la ministra del Exterior de este mismo país, Mélanie Joly, dijo sentirse “horrorizada” por el ataque del ejército israelí y confirmó que una de las personas masacradas, es canadiense. “Condenamos estos ataques y solicitamos una completa investigación. Canadá espera que todos los responsables de estas muertes, rindan cuentas y se lo comunicaremos directamente a Israel.” Escribió en su cuenta de X.

            Al mismo tiempo, varios jefes de Estado y altos representantes gubernamentales, condenaron el hecho, el asesinato flagrante de los siete trabajadores de las ONG y exigieron a Israel que aclare las circunstancias de dicho ataque.

            En lo que atañe a WCK, esta organización anunció que, después de este mortal incidente, “interrumpe las operaciones en territorio palestino”, en parte porque las garantías de seguridad no están dadas sobre el terreno y en cualquier momento podrían caer más víctimas de los misiles enviados por el ejército judío.

            José Andrés, el chef español, fundador de esta ONG humanitaria, escribió en su cuenta de X al percatarse del vil asesinato de sus amigos y cooperantes: “El grupo perdió a varios de nuestros hermanos y hermanas en un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa Israelíes, en Gaza. Tengo el corazón roto y estoy de luto por las familias y amigos y toda la familia WCK. El gobierno israelí debe parar esta matanza indiscriminada. Debe dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar civiles y trabajadores humanitarios y dejar de usar la comida como arma.” En las últimas palabras del texto, el chef español devela que una de “las tácticas” usadas por los israelíes en Gaza, es no permitir la entrega de alimentos a la población que sufre hambre y sed y que se le entregue solamente en pequeñísimas cantidades. Sin duda, una especie de arma tan terrorífica como la peor… la más mortal. Es evidente que el objetivo del ejército judío, que sigue las órdenes de Netanyahu, es acabar con toda señal de vida que no sea judía y que pertenezca a los palestinos. Se tratade una guerra de aniquilación total del enemigo, a ojos y asombro de la comunidad mundial que sigue los hechos con verdadera preocupación.

            La ONG del chef español José Andrés, participaba en el envío de ayuda humanitaria a Gaza a través de un corredor desde Chipre, en el Mediterráneo europeo; y en la construcción de un muelle temporal en esta zona palestina. Un primer barco con mercadería, descargó a mediados de marzo, 200 toneladas de víveres, siempre bajo supervisión del ejército israelí, pleno de paranoia, pues teme que lleguen armas para los palestinos en lugar de alimentos. En estos momentos, un segundo buque navega en la misma dirección con más ayuda.

Los judíos sabían que era un convoy humanitario

            … aun así dispararon hasta hacer añicos a los autos y dejar sin vida a los ocupantes internacionalistas. Y la misma organización ha asegurado que el convoy había coordinado su viaje con el ejército judío, pero, de todas maneras, decidieron darles “de baja” a los extranjeros, de la manera más criminal y vil posible, según hemos observado.

            Los autos partieron desde un almacén de Deir el Balah, en el corazón de Gaza, y llevaban en este lugar seis meses, tiempo en el que sirvieron más de 42 millones de comidas, según los datos consignados en sus bases computadorizadas. El comunicado oficial de la ONG expresa lo siguiente: “World Central Kitchen está destrozada la confirmar que siete miembros de nuestro equipo han muerto en un ataque del ejército israelí en Gaza. Los integrantes del  equipo viajaban por una zona desmilitarizada en dos coches blindados con el logo de WCK y un vehículo ligero. Pese a coordinar sus movimientos con el ejército israelí, el convoy fue alcanzado cuando salía de un almacén de Deir el Balah, donde el equipo había descargado más de 100 toneladas de comida llevada a Gaza por la ruta marítima.” Y prosigue Erin Gore, responsable de la redacción del comunicado de la ONG: “Esto no es un ataque contra WCK, es un ataque contra las organizaciones humanitarias que aparecen en las situaciones más duras en las que el alimento es usado como arma de guerra. Es imperdonable.”

            Las imágenes en video y las fotografías difundidas por la prensa internacional presente en el lugar, muestran los restos humanos de los siete cooperantes, en el Hospital de los Mártires de Al Aqsa, en Deir el Balah. El personal médico mostró los pasaportes de tres de los fallecidos y eran de Gran Bretaña, Australia y Polonia. Minutos antes, la misma ONG había publicado en la red social X que parte de las actividades que ejecutaban en Gaza, incluían una red de 60 cocinas portátiles en el sur y centro de la Franja de Gaza y gracias a ello, proporcionamos cientos de miles de comidas al día a los civiles desplazados por la ofensiva israelí.

            Mahmoud Thabet, sanitario de la Media Luna Roja Palestina, quien formaba parte del equipo que trasladó los cadáveres al hospital, rindió declaraciones a la prensa y dijo que  se necesitaron varias horas para recuperar los siete cuerpos sin vida. Fueron llevados primeramente al hospital Al Aqsa, después a otro más al sur, donde se preparó la evacuación a través del paso fronterizo con Egipto.

            La ONG ayudaba a más de un millón de personas, que es casi la mitad de la población de la Franja y que está en la fase denominada “catastrófica de inseguridad alimentaria.” De hecho, son más que aquellas personas que sufrieron la hambruna en Somalia en el 2011, con seis veces menos población que los somalíes. Los israelíes han rodeado prácticamente a los gazatíes y no han permitido que la ayuda humanitaria ingrese vía terrestre. Países europeos, entre ellos Alemania, intentaron lanzar los paquetes de alimentos desde el aire, pero los judíos también se opusieron a ese método. Es evidente que lo que pretende el gobierno del genocida Netanyahu, es el aniquilamiento total, por todos los medios posibles de la población palestina y con ella a quienes intentan ayudarla.

            Retornando a las reacciones ante este asesinato de los cooperantes, el Reino Unido convocó al embajador israelí en Londres, para exigirle explicaciones; y el ministro de Exteriores de Inglaterra, David Cameron, escribió en la red social X: “Hablé con el ministro del Exterior israelí, Israel Katz, para subrayar que las muertes eran completamente inaceptables. Israel debe explicar urgentemente cómo ocurrió esto y tomar medidas importantes para garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios en el terreno.”

            El gobierno de Polonia también redactó en la misma red X que “expresamos nuestro más sentido pésame a la familia del voluntario polaco que estaba prestando ayuda al pueblo palestino en la Franja de Gaza. Polonia se opone al desprecio por el derecho internacional humanitario y la protección de civiles, incluidos los trabajadores humanitarios.” Cita el texto oficial del gobierno con sede en Varsovia

             Y Anthony Albanese, primer ministro de Australia, informó que pidió cuentas a Israel por la muerte de la trabajadora humanitaria australiana y el ejecutivo de Camberra ha calificado “completamente inaceptable lo ocurrido. Es una estrategia que nunca debió ocurrir.” Enunció en la ciudad australiana de Brisbane.

            Pero la respuesta más dura la ha dado el mismo fundador de la ONG Wolrd Central Kitchen, José Andrés, quien le dijo a Netanyahu que “no fue solo un desafortunado error, sino el resultado directo de la política de su gobierno de reducir la ayuda humanitaria a niveles desesperados. Los ataques aéreos contra nuestro convoy no fueron solo un desafortunado error de la niebla de la guerra: fue un ataque directo contra vehículos claramente señalizados, cuyos movimientos eran conocidos por ustedes los israelíes, por sus Fuerzas de Defensa. Reclamo que aparezca lo mejor de Israel, pues no se puede salvar a los rehenes, bombardeando todos los edificios de Gaza. (En todo caso) es una buena noticia el anuncio del ejército de Israel y del gobierno, de poner en marcha una investigación sobre lo ocurrido, pero dicha investigación debe comenzar desde arriba, no solo desde abajo. No se puede ganar una guerra matando de hambre a toda una población. Los trabajadores de mi ONG eran lo mejor de la humanidad, quienes arriesgaron todo por la actividad humana más fundamental: compartir nuestra comida con los demás. Los israelíes, en el fondo de su corazón, saben que los alimentos no son un arma de guerra e Israel es mejor que la forma en que se libra esta guerra; mejor que bloquear el suministro de alimentos y medicinas y matar a los trabajadores humanitarios. El gobierno israelí necesita abrir rutas  terrestres para alimentos y medicinas. Tiene que dejar de matar a civiles y trabajadores humanitarios. Necesita iniciar hoy el largo camino hacia la paz.” Este texto del chef español, apareció publicado en el periódico israelí “Yedioth Ahronoth.”

            Finalmente, Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF), hizo conocer su posición acerca de las masacres que lleva a cabo el ejército israelí en Gaza: “Esperamos algo más que excusas de Israel y algo más que las condenas de sus aliados. Los trabajadores humanitarios están protegidos. Sin peros. No aceptamos la narrativa de incidentes lamentables. No la aceptamos porque forma parte del mismo patrón de ataques deliberados contra sanitarios, periodistas, personal de la ONU, escuelas y hogares. Se trata de impunidad, de un desprecio total por las leyes de la guerra, y ahora debe convertirse en una rendición de cuentas. Las condenas que hemos visto por la muerte de siete cooperantes de World Central Kitchen, son correctas, pero, ¿dónde están las condenas por cada trabajador humanitario (han muerto asesinados más de 200 desde el 7-O, cinco de ellos de MSF), por cada hospital que es destruido, por cada intento de manipular los medios de comunicación? Estas muertes son una elección política por parte de Israel, que no afronta ninguna consecuencia porque sus aliados permiten esta impune brutalidad y le abastecen con más armas para matar y mutilar indiscriminadamente a civiles. Los 200 trabajadores humanitarios muertos en esta guerra, más que en cualquier otra, son solo una pequeña fracción de las más de 33,000 víctimas, muchas de ellas mujeres y niños, en un conflicto brutal, desproporcionado y sin medidas preventivas. Todos los Estados que apoyan a Israel en estas circunstancias, son cómplices morales y políticos. Hacemos un llamamiento a todos los Estados, en particular a Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea (UE), para que hagan todo lo que esté en su mano para influir en Israel y que dejen de apoyar los continuos ataques contra civiles e infraestructuras civiles en Gaza.”

            Así se expresó este funcionario a su llegada desde la Franja de Gaza y ha repasado verbalmente todas las iniquidades, las desgracias que Israel ha llevado a Palestina, al consumar matanza tras matanza, sin importar el número de víctimas, su procedencia y las tareas humanitarias que estén realizando, porque la consigna de Netanyahu es… asesinar así, de cualquier manera. Para eso existe él y esa es “la misión sangrienta” de su existencia.


La Única Verdad de lo que Ocurre entre Judíos y Palestinos

FRANJA DE GAZA, Palestina-(Especial para The City Newspaper) Ciertamente la facción armada Hamás, compuesta por milicianos palestinos, ha sido la culpable inicial de este nuevo enfrentamiento con el ejército de Israel, uno de los mejores armados del planeta y que no necesita del apertrechamiento que le ha ofrecido el frágil y senil Joe Biden, presidente de los Estados Unidos. ¿Por qué razón? Porque atacaron hace pocos días al territorio israelí después de haber superado la elevada valla divisoria y haber penetrado kilómetros adentro del Estado judío, asesinando a cuantas personas se cruzaban en su camino. Fue un ataque a mansalva y desproporcionado de estos guerrilleros palestinos a una población judía que disfrutaba de su sabat o día de celebración religiosa y que nunca se esperó tal acontecimiento. Los secuestros también se dieron y los israelíes ahora en poder de Hamás, oscilan entre los 100 y 200, entre quienes se cuentan ancianas, niños, mujeres jóvenes y soldados que fueron sacados de sus blindados, sorpresivamente, e internados todos ellos en Gaza, a los túneles que sirven de refugio a estos combatientes islámicos.

            A partir de lo anterior, la respuesta de Benjamín Netanyahu, el dictador no declarado de Israel, ha sido conforme a su personalidad: cruenta, sanguinaria, también desproporcionada y reñida con los derechos humanos, al masacrar con los bombardeos ininterrumpidos a personas inocentes, civiles palestinos ajenos a la guerra y apretujados en la Franja de Gaza, donde conviven 2,5 millones en un sitio considerado uno de los más densamente poblados del mundo, a raíz de los constantes arrebatos de territorios a los que han sido sometidos por los colonos judíos, quienes, siguiendo órdenes de Netanyahu, han querido botar contra el Mar Mediterráneo o hacia territorio sirio o egipcio a los desplazados de Gaza y Cisjordania.

            El comienzo de esta guerra, de este conflicto considerado uno de los más inhumanos en el orbe, dio inicio en 1948 a raíz de la negativa de Israel de permitir el nacimiento del Estado palestino. Una resolución de las Naciones Unidas de ese mismo año, ordenó la conformación de los dos Estados, el judío y el palestino, y que hubiera sido, con toda seguridad, no solo el cimiento firme para una paz permanente entre los dos pueblos, sino el principio de una gran colaboración extendida en el devenir y en los planos laborales, científicos, comerciales y hasta políticos entre los dos países. Pero Israel lo quería todo y para ello, tenía que prescindir de los palestinos. Después, los judíos cambiarían de opinión con la aparición de Netanyahu, quien aboga por el aniquilamiento de todos los musulmanes que se crucen en el presente y en el destino de Israel. Así de nefasto y criminal ha resultado este sujeto.

Hamás, su existencia y su razón de ser

            Los componentes de este grupo guerrillero, considerado en Occidente como “terrorista”, son bisnietos de aquellos primeros palestinos que lucharon contra la ocupación israelí del territorio de Palestina. Nacieron y crecieron en medio de bombardeos, detenciones arbitrarias de sus padres o muy posiblemente vieron morir a pocos metros de distancia a familiares, a sus mismos padres, a manos de los soldados judíos. Por todo ello, crecieron con un odio que les supera a ellos mismos y muy pronto se declararon abierta o silenciosamente, enemigos del Estado judío y de todo lo que representa “la estrella de David.” Son hombres que, en el día a día, han caminado por las estrechas calles de Gaza o Cisjordania, confundiéndose con los ciudadanos comunes y corrientes que no tienen nada que ver con la venganza y la sed de justicia por causa de la intromisión israelí en sus vidas. Pero han construido túneles que, incluso, se internan varios kilómetros bajo el territorio judío y por debajo de la gran muralla construida por los hebreos para separar a Palestina de Israel. Cuentan con el apoyo moral, religioso, consanguíneo y armado de naciones poderosas dentro del mundo árabe, como lo es el caso de Irán, el estado teocrático, máximo enemigo de Israel en la actualidad. Lo mismo de Hizbulá, la guerrilla islámica que opera en y desde Líbano.

            Hamás, que es acrónimo en árabe de Movimiento de Resistencia Islámica, es una organización paramilitar palestina, considerada, como hemos reseñado anteriormente, “un grupo terrorista en toda regla” por los Estados Unidos, Australia, la Unión Europea (UE) y Japón. Fue fundada en 1987 con una filosofía nacionalista, que aspira a la fundación del Estado palestino y que sea completamente soberano e independiente y, además, que incluya todo el territorio que tenían hasta 1967 y que incluía Cisjordania, la Franja de Gaza y al actual Israel, con Jerusalén como Capital. Una utopía a todas luces, porque para ello tendrían que librar una guerra contra los judíos y exterminarlos o sino empujarlos a salir de los contornos que hoy comprenden a esta nación. Es decir, equivaldría a vencer a uno de los ejércitos más poderosos y preparados del planeta, que tiene en su arsenal unas 16 bombas atómicas y el apoyo irrestricto, fiel y fanático, de todos los judíos residentes y esparcidos en todo el mundo, especialmente en Europa y los Estados Unidos y que son extraordinariamente poderosos en el plano económico. En todo caso, Hamás ha perdido bastante su orientación y su razón de lucha, según deja ver la realidad.

            Actualmente, Hamás gobierna en la franja de Gaza, algo que no está bien visto –ni medianamente siquiera-, por la comunidad internacional, ya que, entre otros motivos, Hamás no es una organización política, que no cree en la diplomacia ni en los tratados logrados mediante negociaciones, sino en la guerra y en el final de todo vestigio judío en la región… sino en el mundo. Su gobierno en Gaza comenzó en el 2007 y ha sido un verdadero suplicio para los mismos palestinos, quienes, en su gran mayoría, no desean la guerra, el derramamiento inútil de sangre, sino el progreso individual y conjunto, en medio de un ambiente de paz y seguridad. Algo que Hamás rompe inconscientemente y de manera suicida cada vez que se le ocurre.

            En palabras sencillas y directas, el objetivo de Hamás no es alcanzar un acuerdo, por mínimo que sea, con Israel; y su postura con respecto al Estado judío es radical y sentenciosa: no lo reconoce como Estado y en la zona solamente debería haber un Estado palestino y que sea islámico. Partiendo de ese fundamento, toda acción de Hamás en contra de Israel se cimienta en el odio ancestral de sus mercenarios y en la inflexibilidad; es decir, nunca permitirían la coexistencia de Israel, fronterizo con Palestina; y mucho menos, la presencia de un solo judío a varios kilómetros a la redonda.

            En otros términos, la existencia de estos guerrilleros es nociva, no solo para los israelíes, sino para el propio pueblo palestino, en principio porque lo que está sucediendo en la actualidad, con los bombardeos nada quirúrgicos a la Franja de Gaza por parte del ejército israelita (imposible efectuar dichos bombardeos en una zona tan densamente poblada), ha partido del ataque que Hamás realizó hace pocos días en Israel, cuando se internaron en su territorio, efectuaron horrendos asesinatos de ciudadanos judíos conforme los iban encontrando en el camino y secuestraron a cientos de ellos también. Porque una de “las tácticas” -si es que así se les puede llamar-, de los líderes de Hamás, es desatar la furia de los judíos, la consabida venganza que les caracteriza y que masacren a los ciudadanos palestinos ajenos a la guerra y que la comunidad internacional sancione fuerte y moralmente a los judíos por causa de dichos ataques. Lo anterior significa que Hamás perpetra, no solo el asesinato de judíos indefensos, tal y como lo hicieron en su reciente incursión en Israel, sino que “inmola” también a su propio pueblo. Pero “las ganancias” son mínimas más allá del aspecto moral. En principio porque, si el objetivo es arrastrar a una guerra “en forma” a naciones como Irán o Egipto en contra de Israel, remotamente lo van a lograr, sino imposible. Incluso la postura de El Cairo con respecto a la no apertura de la frontera común con la Franja de Gaza y salvar a millones de refugiados, ha develado el verdadero sentimiento del gobierno de Egipto que en nada es solidario con los palestinos a quienes, según su demagogia, considera hermanos de sangre y religión. De tal manera que esa “carne de cañón” en la que convierte Hamás a la población de Gaza solo sirve para que Israel lance sus bombas y proyectiles contra la estrecha zona y perezcan miles de personas inocentes y que no se logre ningún propósito más allá del asesinato masivo, generalizado, a raíz del enojo de Tel Aviv y en especial de su dictador no declarado, el rabioso, fanático, criminal y anti-islámico, Benjamín Netanyahu.

            En pocas palabras, lo que desea la dirigencia de Hamás es incendiar la región, partiendo del asesinato de unos cuantos judíos y desembocando en los bombardeos coléricos del ejército israelí contra el pueblo residente en Gaza o Cisjordania o en ambos sitios. No hay nada más que eso.

            En todo caso y a pesar de lo expuesto anteriormente, con el último ataque de Hamás a suelo israelí, ha efectuado el peor ataque armado en la historia de Israel desde su fundación como Estado, ha sido la mayor ofensiva por tierra, mar y aire desde el 2007, año cuando tomó el control de la Franja de Gaza; y fue un ataque extremadamente letal que, en pocas horas, cobró las vidas de decenas de judíos, un hecho sin parangón alguno dentro del conflicto entre ambos ejércitos (aunque técnicamente Hamás no puede ser considerado un ejército).

            En resumen, lo sucedido hasta este instante en Gaza se fundamenta en un pueblo usado a manera de “escudo humano” por los integrantes de Hamás y una respuesta criminal, hartamente vengativa, de parte del ejército israelí. Ha sido, retóricamente, el más grande desperdicio de vidas humanas que se pudo imaginar, algo así como “la sangre en función exclusiva y expresamente de la misma sangre.” Otra consideración, simplemente es inexistente en la realidad actual.

Netanyahu descarta única opción…

            Sin duda, lo hecho por Hamás es reprochable desde todo punto de vista, más todavía si observamos el inmenso sufrimiento y terror que ha causado en su propio pueblo, el palestino, al verse, día a día, masacrado por el ejército judío. Y queda en duda la razón del ataque perpetrado por los guerrilleros en territorio israelí, la motivación intrínseca de dicha incursión armada y criminal. Según dejan deducir las declaraciones de sus cabecillas, el rapto de ciudadanos judíos ha sido para intercambiarlos por combatientes de Hamás, presos en las mazmorras israelíes; pero no tomaron en cuenta la naturaleza de Benjamín Netanyahu, quien es inflexible, se mueve únicamente por su deseo de aniquilar a todo ser que lleve en sus arterias la sangre musulmana y no da un paso atrás, aunque se trate de salvar vidas de los propios israelíes.

            Partiendo de esas premisas, Netanyahu no lo pensó siquiera y ordenó a su ejército masacrar a los palestinos en Gaza. No le cruzó por su mente criminal el solo hecho de tratar de liberar a los rehenes aprehendidos por Hamás. De tal modo que, a cada bombardeo a la reducida ciudad, muere alguno de esos rehenes, junto a decenas de palestinos inocentes. Es cuando los guerrilleros islámicos pueden pensar: “Ok, perfecto… nos matan a nuestros ciudadanos, pero se van al infierno con ellos también los judíos que hemos secuestrado.”

            Una imagen de increíble contenido, más allá del propagandístico por parte de Netanyahu, le ha mostrado hablando con los familiares de los secuestrados, mostrando una expresión en su rostro de preocupación, de solidaridad, y de impotencia, pero, viniendo de él, se puede pensar que todo obedece a “una pose” para las cámaras allí presentes en esa reunión y la idea adquiere mayor fuerza cuando recordamos que la posición política de Netanyahu era extremadamente precaria antes del ataque de Hamás, debido a su mal gobierno, a su desmedida ambición personal, a su violento radicalismo y fanatismo y a su reforma al régimen judicial de Israel. Por eso ordenó los ataques a Gaza, políticamente viables para favorecer a su propia imagen, antes que la negociación con Hamás para salvar las vidas de los judíos secuestrados. Es decir, Netanyahu antepuso su necesidad política, la recuperación de su imagen de cara al electorado israelí, antes que las vidas de quienes ahora están en manos de los guerrilleros islámicos o que, con toda probabilidad, ya han muerto a raíz de los bombardeos sionistas a la Franja de Gaza. Descartó su única opción, cual era negociar el intercambio de prisioneros. Ahora ya es muy tarde.

            Luego de lo observado, de las explosiones sobre los edificios de los palestinos, de las voladuras de hospitales con todos sus enfermos y personal médico adentro, de los cortes de electricidad, agua, y el nulo ingreso de alimentos y ayuda humanitaria a Gaza, Hamás logró en alguna proporción lo que se propuso en un inicio: el desprecio de gran parte del mundo a Netanyahu, su Gabinete, su ejército y a todo lo “que huela” a judío. De hecho, el antisemitismo en los propios Estados Unidos, enclave seguro y solidario de los judíos desde antes de la Segunda Guerra Mundial, ha aumentado en los últimos días hasta causar la preocupación de los mismos estadounidenses. Porque la masacre perpetrada en Gaza es eso… una auténtica y feroz masacre de ciudadanos desprotegidos y desarmados. Simplemente Netanyahu no pudo, no quiso, ni querrá nunca, diferenciar a un palestino simple, común y corriente, que lucha día a día por sus hijos y esposa, de un guerrillero con el rostro cubierto y el cuerpo lleno de armas y explosivos. Pero esa diferenciación hay que efectuarla para no cometer atropellos. ¿Pero quién le hace ver al dictador judío lo anterior, cuando toda su vida la ha consagrado a la aniquilación del pueblo palestino? No hay ser mortal (o inmortal) que tenga esa fuerza de convicción ante el dictador en cuestión.

            Un ejemplo de ese enojo contra Israel, su ejército y su dictador, sucedió recientemente en España, cuando miles de personas se manifestaron entre la calle Atocha y la Puerta del Sol contra la flagrante y altísima criminalidad de las fuerzas armadas israelíes. El tono de los participantes fue de clara repulsión hacia la política del gobierno israelí de este momento y le exigieron al actual presidente español, Pedro Sánchez, lo siguiente: “Pedimos a Sánchez que deje de mostrar complicidad con el gobierno de Netanyahu. Hay que llevarle a la Corte Penal Internacional, como gobierno de España, por crímenes de guerra contra la población civil en gaza y también hay que decir a la Unión Europea (UE), que deje de ser cómplice.” Por su parte, el diputado Íñigo Errejón dejó escuchar su voz al respecto: “Ponerse de lado de la paz y los derechos humanos no es ir a hacerse foto con los que están bombardeando Gaza ni amenazando con un genocidio: es ponerse al lado de una solución negociada, del alto al fuego inmediato, del fin de los bombardeos y del fin del apartheid de la ocupación de Palestina por parte del Estado de Israel. Es imprescindible el reconocimiento del Estado Palestino. El gobierno español tiene que estar a la altura, no basta la ayuda humanitaria, es imprescindible el fin de los bombardeos.”

            Y manifestaciones de parecido o igual talante, se han dado en Bruselas, Bélgica; Londres, Inglaterra; Berlín, Alemania; París, Francia… Todos a favor de las vidas de los indefensos palestinos; y desde la lejana Pekín, el ministro del Exterior chino, Wang Yi, dijo unas cuantas verdades a los israelíes en referencia a esta problemática que sostienen,   ancestralmente, con el pueblo palestino: “La raíz de este problema –dijo Yi-, radica en el largo retraso en hacer realidad la aspiración de Palestina de establecer un Estado independiente y en el hecho de que no se ha corregido la injusticia histórica sufrida por el pueblo palestino. Ambos lados tienen derecho a establecerse como Estado. Hay muchas injusticias en el mundo, pero la injusticia contra Palestina dura ya medio siglo. No debe continuar. La solución de ‘dos Estados’ brindará seguridad y paz a Oriente Próximo.” Expresó el titular de la diplomacia china.

            ¿Pero qué sucede en el interior de Israel, en relación con el actual gobierno de Benjamín Netanyahu? ¿Cómo está su imagen personal y política frente al electorado judío? No anda bien el guerrerista en cuestión. No andaba bien de todas maneras, mucho antes del ataque de Hamás a su país, debido a su ardiente deseo de obtener más poder para sí mismo, debilitando de paso al sistema judicial israelí. El ataque de los guerrilleros palestinos ha puesto peor a Netanyahu, debido a que todos los dedos índices le apuntan como el gran culpable de lo que ha sucedido, porque en más de una oportunidad dijo que Israel era el país más seguro del mundo y Hamás demostró que no lo es, que es susceptible a cualquier ataque más o menos bien planificado. Incluso, el máximo responsable militar, Herzi Halevi, admitió que no cumplieron con su obligación de defender a los ciudadanos la mañana del sábado 7 de octubre recién ido, cuando la facción mercenaria se introdujo en suelo israelí y masacró a cuantos quiso masacrar en ese angustioso momento. Por supuesto, Netanyahu no ha hecho ningún comentario sobre su cuota de responsabilidad en la no prevención del atentado, que ha sido el peor en la historia de Israel; y solamente el jefe del Consejo de Seguridad del gobierno, Tsaji Hanegdi, asumió su propia culpa por confiar en la pasividad demostrada por Hamás en el lapso de tiempo precedente; es decir, creyó que la facción guerrillera no estaba interesada en realizar ningún tipo de ataque.

            En retorno a Netanyahu, le achacan en estos instantes su no cumplimento de su promesa electoral, dicha en el 2008, de “derribar al régimen terrorista de Hamás en Gaza”; y hay quienes piensan que la inacción del mismo Netanyahu con respecto a los mercenarios se debió a un error de cálculo político, porque prefirió la anarquía que dividía a los palestinos, para enterrar la posibilidad de un acuerdo con el presidente Abu Mazen, basado en la solución de dos Estados. Esto significa que era mejor lo que sucedió, que Hamás utilizara su salvajismo, masacrando a judíos durante su ataque reciente, y que esa situación desviara cualquier intento del gobierno de Palestina para negociar con Tel Aviv cualquier acuerdo sobre la creación de un nuevo Estado.

            Lo cierto es que, después de su regreso al poder en noviembre del 2022, Netanyahu ha visto “bajo su ventana” pasar a miles de manifestantes israelíes durante 40 semanas consecutivas, que deploran su comportamiento político (y personal también), en especial por su intento de reformar aspectos judiciales de fondo, que a la postre le darían más poder a él y solamente a él y a su ambición desmedida. En todo caso, los ataques de Hamás detuvieron esas protestas, lo cual no ha dejado de ser un alivio para Netanyahu, quien siempre ha echado mano a la guerra, a las confrontaciones sangrientas con los palestinos, con el fin de sacar rédito a sus cálculos políticos. En palabras sencillas: “entre más sangre palestina (y judía también) sea derramada, más se afianza Netanyahu en el poder”, debido a que se escuda en esos acontecimientos sangrientos y desvía la atención general del aspecto medular, que suele ser su pésima manera de gobernar, sus abusos y su deseo de perpetuarse en el poder.

            Grupos de la izquierda moderada israelí, que son opositores suyos, le critican desde hace bastante tiempo atrás “por su papel en la división del país, su odio a la izquierda, por el plan judicial y porque Netanyahu ha mostrado cero liderazgo y cero responsabilidad. Hasta que no asuma el fracaso, no merece mi confianza.” Ha expresado el ex oficial Noam Tibon, luego de haber rescatado con su auto a varias personas cuando Hamás atacaba a judíos en su día de sabat. Pero es un hecho que las críticas han arreciado contra el actual Gabinete, debido al mismo ataque perpetrado por Hamás, por las decenas de muertos, heridos y secuestrados y porque ha desatado una guerra unilateral (porque Hamás no es un ejército), contra la Franja de Gaza, poniendo en entredicho la humanidad del Estado Mayor de Israel y del pueblo hebreo. Ello significa que millones de personas alrededor del mundo, vociferan contra los judíos, aumentando el antisemitismo y el deseo de que se haga justicia de una forma u otra contra quienes asesinan a palestinos inocentes.

            Finalmente, su plan para entrar en la historia de Israel al lograr la armonía y el entendimiento con Arabia Saudita, se le vino abajo, debido a la misma fuerza criminal que está empleando en Gaza. Los saudíes, solidarios con la sangre palestina derramada en estos días, suspendieron indefinidamente cualquier negociación con los israelíes, lo que ha significado un duro golpe al pensamiento y personalidad narcisista y ególatra de Netanyahu, quien ya no tendrá “su página” en la historia de Israel, por haber concertado la paz con los árabes, enemigos de siempre del Estado hebreo.

            Su “última apuesta” por quedar bien con la opinión mundial que le señala como el criminal que realmente es, ha sido la de pactar con el gobierno de Egipto y con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, la posibilidad de que entren los furgones con ayuda humanitaria que se agolpan en la frontera entre Gaza y los egipcios. “Una gota de agua en el océano de críticas” que le apuntan, que le recriminan su criminalidad de siempre, que a veces amaina y otras, como en esta ocasión, toma la fuerza de un huracán y siega las vidas de sus enemigos más próximos, quienes, en este caso concreto, están tan solo al otro lado del muro intrafronterizo que el mismo Netanyahu ordenó erigir.

            El clamor mundial es aturdidor en contra del dictador no declarado de Israel; pero a su naturaleza glacial eso le tiene sin cuidado... “Que continúe derramándose la sangre inocente en Gaza”, posiblemente les ha ordenado a sus militares. Muy posiblemente.


La Facción Armada Hamás por Dentro. Quién es Quién en este Grupo Palestino

ORIENTE PRÓXIMO-(Especial para The City Newspaper) Para los aliados occidentales de Israel, que son la inmensa mayoría de potencias europeas, junto a los Estados Unidos, cuyo Congreso está atestado de judíos –dicho sea de paso-, quienes suman más de la mitad de los congresistas, la facción armada palestina Hamás, es un grupo terrorista con todas sus letras y definiciones. No más que eso. Y como tal, hay que combatirlo con toda la fuerza y todas las armas disponibles en los arsenales de sus ejércitos. Sin embargo, para quienes viven en esta región convulsa de Oriente, se trata de una facción armada, complementaria a la política, que quiere la fundación definitiva del Estado palestino y por ello utiliza todos los argumentos a su disposición: desde la fuerza, pasando por la extorsión, hasta llegar a la concertación de una paz transitoria. Entonces, la mayoría de musulmanes la consideran una fuerza patriótica que lucha en pro del nacimiento del Estado de Palestina y los derechos de sus pobladores.

            Lo que sí está claro en todos los aspectos en los que se le mire: el enemigo mortal de estos mercenarios, no es ningún otro que el Estado de Israel y hacia los judíos se dirige todo el odio de Hamás y sus ataques pasados, actuales y futuros en reciprocidad. En esto no cabe la menor duda.

            ¿Pero quiénes conducen Hamás, quiénes están a la cabeza de este grupo que ha tomado notoriedad mundial a partir del 7 de octubre anterior, cuando atacó a Israel en su propio territorio y desencadenó la mortandad que hoy estamos observando en la Franja de Gaza?

Los cabecillas poco o nada visibles

            Actualmente, en la lista que manejan los israelíes y los servicios de inteligencia de sus aliados, el principal líder de Hamás es Yahya al Sinwar, quien dirige a esta facción dentro de Gaza o por lo menos así lo hacía antes de los ataques brutales del ejército judío contra esta zona o gueto donde se arremolinan más de dos millones de ciudadanos palestinos. Por esa razón, el objetivo de los soldados israelíes es asesinarlo sin contemplaciones, porque se le considera, entre otras cosas, el ideólogo, el jefe táctico del operativo contra Israel del 7 de octubre anterior, en el que murieron más de 1,200 hebreos y tomaron como rehenes a unas 240 personas que han ido soltando paulatinamente, a cambio de prisioneros palestinos en las cárceles israelíes.

            En los archivos del MOSSAD, la oficina secreta de espionaje judío, se le considera carismático, muy inteligente, aunque brutal y sin escrúpulos. Tiene 61 años de edad y se dice de él que maneja a Hamás dentro de Gaza, con “mano de hierro”. Al Sinwar nació en 1962 en el campo de refugiados de Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, y fue uno de los fundadores de Hamás a finales de la década de los 80s; participó en la creación del ala militar, propiamente en las Brigadas Al-Qasam, que se especializaron en efectuar ataques suicidas en el corazón de las ciudades de Israel. En un momento dado, cuando descubrió  colaboracionistas con los israelíes dentro de las filas palestinas, no dudó ni un ápice a torturarlos y asesinarlos con tal brutalidad, que se le impuso el sobrenombre de “el carnicero de Khan Yunis.”

            En 1988, un tribunal israelí lo condenó a cuatro cadenas perpetuas por el asesinato de varios colaboracionistas con los judíos que actuaban dentro de Hamás y de dos soldados también israelíes. Ingresó en prisión donde aprendió hebreo y se dedicó a estudiar la mentalidad de los judíos, leyendo biografías de personajes de esa etnia. Estuvo tras los barrotes de su celda por 22 largos años, hasta que fue liberado en el 2011, junto con más de 1,000 prisioneros palestinos, tras las negociaciones que permitieron cambiarlos por el soldado israelí  Gilad Schalit. Cuando regresó a Gaza, Sinwar se dedicó de lleno a la conexión entre las alas militar y política de Hamás y en el 2017, se convirtió en el jefe de esta organización en la Franja de Gaza.

            En la actualidad se le busca por todas partes, debido a su implicación en el ataque contra territorio judío el pasado 7 de octubre; aunque ha logrado despistar con éxito a sus perseguidores y no se conoce su paradero.

            Mohamed Deif es otro de los cabecillas de Hamás. Encabeza, desde el 2002, las Brigadas Al-Qassam, el ala militar de este grupo guerrillero que se mantenía en Gaza hasta antes de los ataques del ejército israelí. El extenso sistema de túneles que hay debajo de Gaza, es responsabilidad, según los expertos, de este hombre que planeó y ordenó el ataque de Hamás del 7 de octubre contra blancos en Israel. A raíz de ese acontecimiento, está entre los primeros que quiere eliminar el Alto Mando judío; y desde 1995 ha sido uno de los más buscados por la inteligencia israelí; aunque en el año 2,000 estuvo temporalmente en una prisión en Israel, pero escapó gracias a la agitación que se dio durante la segunda Intifada (levantamiento de la población palestina contra el ocupante extranjero). Esa situación coyuntural se presentó desde el 2,000 hasta el 2,005.

            Se narra que Deif ha sobrevivido a siete intentos de asesinato y ha perdido un ojo, un pie y parte de uno de sus brazos; incluso varios miembros de su familia murieron durante esos ataques. Por causa de esos atentados y haber resultado con vida en todos ellos, se le ha apodado “el gato de las nueve vidas.”

            Otro líder de Hamas se llama Marwan Issa. Nació en un campo de refugiados de Gaza y se dice que perteneció, siendo muy joven, a los Hermanos Musulmanes, un movimiento importante dentro del mundo árabe, desde el cual nació y se desprendió la facción Hamás. Estuvo en prisión en Israel durante cinco años, debido a su participación en la primera Intifada (1987–1993). Actualmente es el subcomandante en jefe de las Brigadas Al-Qassam, y la mano derecha de Mohamed Deif.

            También ha escapado con vida a varios intentos de asesinato ordenados por el gobierno israelí y en la actualidad está entre los más buscados por los judíos, porque se considera que Issa tuvo un desempeño muy importante en la planificación y ejecución del ataque a Israel del 7 de octubre pasado.

            Finalmente, otros líderes palestinos son Ismail Haniya y Jaled Meshal, quienes tienen su sede en Qatar. El primero es considerado el líder supremo de Hamás. Haniya también nació en un campo de refugiados en la Franja de Gaza; asistió primero a una escuela de las Naciones Unidas (ONU), y después ingresó a realizar más estudios preparatorios en la Universidad Islámica de Gaza, donde contactó a movimientos radicales independentistas. En 1993 fue nombrado decano de la Facultad de Letras; y en 1997, director de oficina del líder espiritual de Hamás. En el 2006, fue nombrado primer ministro palestino por el presidente Mahmud Abás, pero fue removido de ese puesto un año posterior, debido a que Hamás expulsó al partido Fatah, del presidente, de la Franja de Gaza. No obstante, Haniya no aceptó su destitución y por esa causa los territorios palestinos están, de facto, divididos en dos: Fatah gobierna en Cisjordania; y Hamás, antes de los últimos ataques israelíes, gobernaba en la Franja de Gaza.

            Por su parte, Jaled Meshal nació en Cisjordania, en 1956. Estudió física en la Universidad de Kuwait, donde se radicalizó dentro de la corriente islamista. Después se trasladó a vivir a Siria y Jordania, donde se convirtió en uno de los fundadores de Hamás y su presidente, en 1996. Un año después, sobrevivió a un ataque en su contra, perpetrado por el MOSSAD, el servicio secreto judío.

            En estos momentos precisos, Meshal es el jefe de la oficina de Asuntos Exteriores de Hamás. Su cabeza también tiene un precio para los israelíes, quienes no han descansado en buscarle, perseguirle e intentar asesinarlo.

Tregua e intercambio de rehenes

            El escenario no pudo ser peor. Dantesco, con fuerte olor a muerte por todas partes; sin embargo, la población gazatí está habituada a ser bombardeada por los israelíes, a perder parientes en cada incursión mortal de los judíos en Gaza; pero, con toda esta situación, los palestinos que aquí viven están tratando de recobrar la rutina que tenían antes del 7 de octubre, cuando el brazo armado de Hamás atacó al territorio de Israel, mató a más de mil personas y secuestró a más de cien. Los gobiernos de los Estados Unidos, Qatar y Egipto, están tratando de que Benjamín Netanyahu, el dictador no declarado de Israel y enemigo mortal de los palestinos, extienda todavía más la tregua, hasta que la paz pueda ser alcanzada finalmente. Pero todos saben que se trata de un impasse en la sangría, que es quebradizo como el fino cristal, que es tan inseguro como el humanismo del mismo Netanyahu, quien tiene cero sentimientos en su fuero interno, más todavía tratándose del pueblo palestino, su némesis.

            En primera instancia, Hamás acordó con Tel Aviv que iba a liberar a 50 rehenes israelíes, a cambio de 150 mujeres palestinas presas en las mazmorras de Israel; no obstante, quienes resultaron liberados primeramente fueron mujeres y niños judíos, prioritariamente. Así lo decidió el Alto Mando de Hamás. El número de rehenes en su poder, asciende a 239 ciudadanos israelíes.

            El alto al fuego transitorio llegó tras 47 días de intensos bombardeos por parte del ejército de Israel, en una guerra desigual, de una poderosa milicia judía que está luchando contra un enemigo huidizo, que se escurre entre túneles, que entra en territorios de países vecinos, especialmente en el Líbano, y que no presenta batalla “face to face”, sino que lo hace en las sombras e inesperadamente. No es una guerra convencional para Israel; y de hecho, nunca lo ha sido.

            Lo cierto es que los rehenes han sido liberados por tandas y después de la primera liberación de judíos, fueron liberados los palestinos que estaban detrás de las rejas en Israel. Ante tal panorama, las principales cancillerías o ministerios del Exterior alrededor del mundo, en especial de los países occidentales, han mostrado su regocijo; además, también fue parte del acuerdo bilateral la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, con suministros médicos y combustible. Hasta el momento, los muertos entre los palestinos, debido a los intensos bombardeos israelíes, ascienden en número a más de 15,000, en un territorio como lo es el de Gaza, donde viven apretujados 2 millones y medio de civiles. Desde ninguna óptica puede llevarse a cabo un ataque “quirúrgico,” pues cualquier misil que allí caiga, puede matar perfectamente a 200 personas, aún si esa no fuese la voluntad de los oficiales que ordenaron su lanzamiento. De tal modo, han fallecido en Gaza 5,840 niños; y hay un número indeterminado de desaparecidos bajo los escombros de hormigón de lo que fueron sus casas y edificios públicos. Unas 1,7 millones de personas han sido desplazadas hacia el sur de la Franja.

            Una voz que se dejó escuchar positivamente, fue la del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien, en ningún momento, ha ocultado sus simpatías por la causa palestina y por las acciones militares de Hamás. Ha calificado la tregua como “un avance positivo” para ambas partes. “La pausa humanitaria –dijo el mandatario turco-, de cuatro días y el intercambio, aunque sea en un número limitado, de rehenes y prisioneros, es un avance positivo.” Y ha insistido en que el final del conflicto palestino/israelí se producirá cuando sea establecido un Estado palestino en las fronteras de 1967, con Capital en Jerusalén Este y solo así ocurrirá la coexistencia pacífica entre ambos pueblos. Señaló un convencido Erdogan.

            En referencia a los militares israelíes y a su dictador no declarado, Benjamín Netanyahu, el presidente de Turquía les dejó escuchar este mensaje claro y directo: “En Gaza se producen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y quienes los cometen, deben rendir cuentas ante la justicia internacional.”

            En lo que atañe a los presos que Israel ha liberado, los primeros 300 estuvieron compuestos por 33 mujeres, 123 adolescentes y 144 hombres que tienen alrededor de 18 años de edad. Todos ellos acusados de atentar contra las vidas de autoridades y ciudadanos judíos, de una u otra manera y en distintas épocas.

            De los ciudadanos judíos que han estado en poder de Hamás, después del rapto del 7 de octubre anterior, según un comunicado de prensa emitido por este grupo, 22 de ellos murieron debido a los mismos ataques aéreos perpetrados por la aviación israelí contra la Franja de Gaza. Así, según la nota firmada por Abu Obaida, combatiente palestino de Hamás. Y en lo que se refiere a los otros rehenes, el gobierno judío no ha dado a conocer detalles de quiénes son, aunque se ha filtrado que hay entre ellos soldados, la mayoría son civiles y niños. Incluso hay personas de distintas nacionalidades: de Alemania, Tailandia y Estados Unidos (judíos nacidos en esos tres países y con doble nacionalidad, en cuenta la israelí).

            Uno de los peores momentos que han vivido los cautivos, fue cuando la dirigencia de Hamás amenazó a Tel Aviv con asesinar a un rehén civil cada vez que un ataque aéreo israelí matara a un ciudadano gazatí “en sus hogares y sin previo aviso”, señala la sentencia. Según era de esperar, los israelíes hicieron caso omiso a esta advertencia y continuaron atacando indiscriminadamente por aire, a la Franja de Gaza. La finalidad de los palestinos, al tomar a los rehenes, fue intercambiarlos posteriormente por los 6,000 compatriotas que están en las prisiones de Israel y así lo hizo saber Jaled Meshal, dirigente de Hamás: “Uno de los objetivos de esta guerra era capturar a soldados y oficiales israelíes. Tenemos suficientes prisioneros para el intercambio de prisioneros palestinos.” Aseguró.

            La última vez que sucedió tal intercambio fue en el 2011, cuando el gobierno israelí aceptó liberar a cientos de presos de nacionalidad palestina, a cambio del soldado hebreo Gilad Shalit, quien había sido secuestrado previamente por Hamás y era su rehén desde hacía cinco largos años.

            En un intento de conclusión de los acontecimientos que se están suscitando en esta región de Oriente Próximo, hemos de destacar la reciente visita de Antony Blinken, el Secretario de Estado norteamericano a Tel Aviv, quien se reunió con Netanyahu cuando transcurría la tregua de los ataques judíos a la Franja de Gaza. Este último agradeció al estadounidense “el apoyo, desde el principio, de los Estados Unidos en la guerra para eliminar a Hamás.” En la cita estuvieron presentes miembros del Gabinete de guerra de Israel, entre quienes se contaron el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí. Netanyahu aprovechó la oportunidad para explicar, con lujo de detalles, lo que serán los próximos ataques de su ejército a Gaza; mientras que Blinken le manifestó “el imperativo de tener en cuenta las necesidades humanitarias y de protección civil en el sur de Gaza, antes de (cometer) cualquier operación militar allí. Insto a Israel a tomar las medidas posibles para evitar daños a los civiles.” Manifestó.

            Estamos seguros de que Netanyahu lo oyó… pero no lo escuchó y proseguirá con la masacre de inocentes palestinos: niños, mujeres, hombres pacientes de hospitales, ancianos, etc. “Material de desecho” para el dictador israelí.

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